Saber comunicar. Conversaciones productivas

comunicando

Por Montse Vila @Buenhabit

Comunicar significa transmitir un mensaje, ya sea una información, una idea, un sentimiento o una emoción. Todas las formas de comunicación requieren de un emisor, de un mensaje y de un receptor . El emisor elige y selecciona los signos que considera adecuados para transmitir su mensaje; es decir, los codifica para poderlos enviar  de manera inteligible al receptor.(aunque no siempre lo consigue). Una vez recibido, el receptor decodifica el mensaje y da una respuesta.

Un proceso comunicativo entre dos personas no lo inicia el que “habló primero”, porque la comunicación entre las dos empezó, mucho antes. Al verse, al acercarse, al establecer la distancia óptima entre las dos, al mirarse, la insinuación de querer hablar, son prolegómenos que nos indican que la comunicación es un proceso de interacción mutua y no se limita solo al habla o a la escritura. Cuando se va a realizar una presentación, una clase o discurso, la comunicación con el público empieza desde el mismo momento de aparecer en escena. La vestimenta, la postura, la expresión facial empiezan a transmitir códigos y el público los recibe, descodifica y empieza a emitir los suyos, todo esto,antes de empezar a hablar.

Es imposible no comunicar

Por mucho que uno lo intente no puede dejar de comunicar. Palabras o silencios, acciones o pasividad tienen siempre valor de mensaje e influye en los receptores, quienes a su vez, no pueden dejar de responder y reaccionar a tales comunicaciones y por tanto de comunicar.

Congruencia

No somos siempre conscientes del conjunto de mensajes que emitimos, porque no controlamos la totalidad de nuestros gestos y expresiones y aunque éstos sean casi imperceptibles, el receptor los capta. El fruncimiento de nuestros labios, la coloración de las mejillas o la crispación de nuestras manos, emitirán mensajes que de forma consciente o inconsciente transmitirán información sobre nuestras creencias y emociones. De ahí se deduce una característica esencial en la interacción: La forma prevalece sobre el contenido.

Si Adolfo se encuentra con Berto y le dice que está encantado de verle, lo que Adolfo sienta realmente en su interior, será percibido por Berto, ya sea alegría, incomodidad, pena o cualquier otro sentimiento, independientemente de su discurso.

La calidad de nuestra comunicación radica esencialmente en la congruencia entre el contenido y la forma. Creer verdaderamente en el mensaje que se emite es la mejor manera de que llegue así al receptor.

Responsabilidad del comunicador

Se puede afirmar que la actitud de nuestro interlocutor es el resultado del tipo de mensaje que emitimos. No obtenemos más que lo que suscitamos en él. El sentido de la comunicación es la respuesta que obtenemos.  Por ello la responsabilidad de la comunicación siempre está en el comunicador, quien si no consigue los resultados que desea, deberá modificar o codificar de otra manera el mensaje para que llegue al receptor de la forma prevista. Ahí está el reto. Si no obtenemos la respuesta deseada a nuestro mensaje, en vez de empeñarnos en repetirlo una y otra vez, quizás deberíamos cambiar de discurso. El “es que no me entienden” o “ ¡Cuantas veces te lo tengo que decir!  Pueden ser muestras inequívocas de que nuestro mensaje no llega adecuadamente. ¡Cambiémoslo! Tener información del receptor, de su mundo y creencias nos descubrirá resortes que faciliten el canal de comunicación a elegir. Es muy importante antes de comunicar, nos detengamos a pensar qué queremos transmitir, a quién  y cuál es la respuesta que esperamos.

Los grandes comunicadores que deben hacer llegar su mensaje a gran cantidad de público utilizan herramientas de lenguaje verbal y no verbal en sus discursos y presentaciones.

No todos representamos la realidad de la misma forma y aunque ésta se nos presenta a través de nuestros cinco sentidos, hay personas que a través de las imágenes les resultan mucho más fácil comprender o recibir información. Son personas visuales. Otras prefieren escuchar y la cadencia el tono y la música les influyen mucho en la forma de percibir un mensaje. Para otras el movimiento, el ritmo y la acción son factores determinantes en su motivación. El buen comunicador introduce elementos visuales, auditivos y cinéstesicos en su discurso, para hacer llegar el mensaje a la mayor cantidad de personas posible. Incluso los escritores utilizan en sus libros tanto palabras visuales, auditivas como cinéstésicas para conseguir los mismos efectos. Para describir un paisaje hablarán del colorido, de los tonos, de la perspectiva y la luminosidad, pero también del canto de los pájaros, del susurro del viento o del crepitar del fuego, así como del temblor de las hojas o la solidez de los muros.

Contar historias y metáforas

En la antigüedad la cultura se transmitía de forma oral , por medio de cuentos, parábolas e historias. Las leyendas y cuentos para niños y  adultos son metáforas consímbolos y personajes cargados de significado, de analogías y mensajes subliminales. Este lenguaje alimenta los sueños y las representaciones visuales y sobre todo permite la comprensión global e intuitiva de los numerosos mensajes que contiene.

El  storytelling o arte de “contar historias” es una herramienta muy útil en la comunicación. Sirve para explicar conceptos o situaciones que se revelan confusos o son espesos. Mediante una historia se busca un símil que permita, de forma amena, hacer más comprensible el mensaje. A las personas nos encanta que nos expliquen historias y anécdotas, en especial nos encanta saber qué les ocurrió a los demás y con frecuencia será lo único que se recuerde de cualquier presentación. Por ello es importante escoger una buena historia, que cumpla con el objetivo de nuestro mensaje y que permita que el receptor establezca un paralelismo entre lo que ya sabe y lo que se le intenta comunicar. Seguramente a un empresario no le resultará muy adecuado que le expliques un cuento de hadas, (aunque fragmentos del de Alicia en el País de las Maravillas se utiliza con frecuencia) pero sí tiene muchas probabilidades de captar su interés, una historia sobre lo que ocurrió en otra empresa.

Utilizar el tiempo justo

Cansar al interlocutor con largas exposiciones y redundancias no hace más que alejar el interés y suscitar la prisa por marchar. Medir el tiempo y observar los signos no verbales de nuestro público nos advertirán del momento en que es aconsejable ir acabando. Puede ser el momento de dar un repaso muy rápido a los conceptos básicos para así reforzar el mensaje. Si puede ser, con una sola frase que lo resuma .

Creo que este artículo ha llegado a este punto, en que es conveniente ponerle fin.

Una frase resumen podría ser:

Para comunicar de forma productiva: importa el contenido,  pero también  la forma y en especial que exista congruencia entre  ambos. Todo ello expuesto en su tiempo justo, porque como decía Baltasar Gracián : “Lo bueno, si breve, dos veces bueno”

Que tengáis un buen día,

Montse

Fuente referencia: Excelencia Mental. La programación Neurolínguística  de 

                            Josiane de Saint Paul y Sylvie Tenenbaum  Edit. Robin Book

Publicado en Buenhabit. Post original aquí.

Del mismo autor en este blog:

Saber escuchar. Conversaciones productivas

Saber preguntar. Conversaciones productivas

Para seguir leyendo:

El arte del buen escuchador

Soy empático. Bueno, eso creo.

Civilización empática: El altruismo develado por las neuronas espejo

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Palabras productivas

Por Montse Vila @Buenhabitel poder de la palabra

A través de las palabras los hombres transmitimos a los demás nuestra forma de ver la realidad, nuestros pensamientos y nuestras experiencias. Pero nuestro mundo interior es tan complejo y la realidad tan extensa, que sólo podemos transmitir a través del lenguaje, una pequeña y superficial parte de este vasto universo. Para ello resumimos y generalizamos y no siempre se utilizan las palabras más adecuadas para comunicar lo que realmente queremos decir. A veces no concretamos, hacemos hincapié en aspectos no relevantes e incluso, con demasiada frecuencia, el receptor recibe un mensaje equívoco o contrario al mensaje que, inicialmente, quería transmitir el emisor.

Para tener conversaciones productivas, que nos acerquen a nuestros propósitos comunicativos es preciso cuidar el lenguaje.

Las palabras encuadran la experiencia

Las palabras no solo son una representación de nuestra experiencia sino que también la “encuadran”.

Con frecuencia utilizamos términos limitadores y encuadres negativos. Mediante nuestra forma de expresarnos resaltamos a un primer plano aspectos de nuestras vivencias o percepciones y dejamos en un segundo plano otros aspectos. No siempre acertamos en resaltar lo que más interesa y en dejar imperceptible particularidades no relevantes o contrarias a nuestros intereses.

Pero, y, aunque

Estas palabras conectivas tienen el poder de enfocar la atención en una parte de la frase en detrimento de la otra.

Si alquien nos dice:

“Hoy las ventas han sido buenas, pero mañana venderemos poco”.

Este enfoque nos lleva a centrarnos en la preocupación por el bajo nivel de ventas previsto para mañana, en detrimento del éxito de las ventas de hoy.

Mientras que si alguien nos dice:

“Hoy las ventas han sido buenas y mañana venderemos poco”.

El resultado es mucho más neutro

Si la misma frase se conecta mediante el aunque:

“Hoy las ventas han sido buenas aunque mañana venderemos poco”.

El resultado es que se centra la atención más en las ventas de hoy que en el poco éxito de mañana.

Esta clase de encuadre verbal ocurre en todos los casos, sea cual sea el contenido que se desee expresar.

Veamos otro ejemplo:

“Hoy hace sol pero mañana lloverá”.

“Hoy hace sol y mañana lloverá”.

“Hoy hace sol aunque mañana lloverá”

Estos marcos verbales influyen en la forma en que interpretamos afirmaciones y situaciones concretas y en consecuencia como respondemos a ellas.

“Lograrás tu objetivo si trabajas duro”.

Se trata de una afirmación muy motivadora y potenciadora que conecta dos partes relevantes de la experiencia como causa y efecto. Lograr tu objetivo es motivador y eso de trabajar duro ya no lo es tanto. Sin embargo dispuestos en este orden relaciona en primer lugar tu objetivo apetecible con los recursos que vas a necesitar para lograrlo.

“Si trabajas duro, lograrás tu objetivo”

Aunque las palabras utilizadas son las mismas, sin duda el impacto motivador queda disminuido. El resultado podría entenderse más como un intento de que alguien en primer lugar trabaje duro y que si lo hace y lo hace lo suficiente podría llegar a alcanzar su objetivo.

Esta sutil diferencia podría hacer que el mensaje sea recibido y entendido de manera distinta.

Hay personas que minimizan constantemente el lado positivo de las cosas utilizando el “pero”

Reencuadrar con aunque:

Se trata de sustituir el “pero” por el “aunque” en aquellas frases en que el “pero” minusvalore algún aspecto positivo de la frase y no sea éste nuestro propósito:

“Este vestido es muy bonito pero tiene una mancha”.

Dicho así, el vestido queda depreciado por esta imperfección.

“Este vestido es muy bonito aunque tiene una mancha”.

Formulado de esta manera el vestido sigue siendo bonito a pesar de la imperfección.

METAFORAS

Las metáforas tienen la capacidad de crear imágenes y de facilitar el “hacernos ver” aspectos poco visibles o poco conocidos de la realidad. Los símiles y las metáforas se han utilizado desde hace siglos para transferir conocimiento. Son sin duda la herramienta más eficaz, desde el punto de vista lingüístico, para producir un impacto emocional cuando nos comunicamos con los demás y con nosotros mismos.

Sin embargo, hay personas que utilizan mucho más las metáforas que intensifican las emociones negativas que las positivas. Al pronunciar estas metáforas, inmediatamente se convierten en imágenes nítidas en nuestra mente que impactan negativamente en nuestro estado de ánimo.

.

Me ha dejado tirado como un perro

Ha sido un puñalada trapera

Del árbol caído todos hacen leña

A perro sarnoso todo son pulgas

……

Las metáforas positivas impactan como “un bálsamo” en nuestro bienestar.

Una bocanada de aire fresco

Fue como tocar el cielo con las manos

Es un sol

A mal tiempo buena cara

……

Aunque todas las palabras son necesarias y nos pueden ser útiles en algún contexto, no olvidemos su “lado oculto”.

Que tengáis un buen día.

Montse

Publicado en Buenhabit. Post original aquí.

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Saber preguntar. Conversaciones productivas

Por Montse Vila @Buenhabit

Más allá del por quéCuando expresamos nuestras vivencias o formas de pensar, lo hacemos de forma restringida. En PNL se llama “estructura profunda” de una experiencia a la suma de todas las acciones, sensaciones, matices y emociones que la han producido. Sin embargo, a la hora de traducir esta vivencia en palabras, no es posible explicitar y detallar minuciosamente todos y cada uno de los aspectos que la han conformado y por ello las palabras tienden a resumir, constituyendo una representación limitada (“estructura superficial”)   de lo que ha sido la experiencia. Tendemos a omitir, generalizar y distorsionar la realidad profunda, emergiendo a la superficie una información que puede resultar poco precisa para el receptor. Para clarificar u obtener más datos necesitaremos hacer preguntas. Es importante recordar que para conseguir la respuesta adecuada, habrá que hacer la pregunta oportuna.

No se trata de someter al interlocutor a un exhaustivo interrogatorio. Lanzándole una batería de preguntas es muy posible  que se incomode y dé por terminada la conversación. Habrá siempre que preguntar con elegancia,  respeto y empatía.

¿Por qué?

Una de las preguntas más comunes y menos útiles es la que empieza ¿Por qué?. Las preguntas que se inician con un “¿por qué? propician a dar una justificación por respuesta y poca información útil. Cuando a alguien se le pregunta el porqué de su comportamiento tiende a justificarse y generalmente se violenta, ya que interpreta que se recrimina y se pone en tela de juicio su proceder o creencia. Sustituir el por qué por otra clase de preguntas nos dará una información más fluida.

Así por ejemplo en vez de preguntar ¿Por qué dice que nuestro servicio es caro?. Nos puede resultar más beneficioso sustituirlo por ¿Lo considera caro en relación a qué /quién…? 

Omisiones

Cuando alguien omite información que necesitamos, habrá que desafiarla con cuestiones como por ejemplo:

Tengo miedo……………….  ¿De qué/quién?

No están de acuerdo…………….. ¿Con qué/quién?

Me canso………………………..  ¿De qué/quién?

Cuando alguien elimina con qué se compara una cosa o persona

El jabón F es mejor…………… ¿Comparado con cuál?

Hoy está peor…………………. ¿Peor que cuando?

Llevó la reunión mal……… ¿Comparado con cuál/quién? ¿Cómo habría debido de                                                                   llevarla?

Generalizaciones

Expresiones como todos, nunca, siempre, nadie, cada vez que, son generalizaciones que no admiten margen de excepción. Estas afirmaciones limitadoras abortan cualquier posibilidad de cambio y se utilizan para mantenerse dentro de la zona de confort y evitar emprender nuevas cosas. Desafiar estas afirmaciones con  preguntas del tipo .¿Todos, todos? ¿Alguna vez pudo?  ¿Nadie?. Pueden desarmar esta generalización y abrir perspectivas de cambio.

Distorsiones

Las distorsiones establecen una incorrecta relación causa-efecto. La persona cree que algo o alguien le causa un impedimento para actuar o le induce que actúe de una manera determinada. Este tipo de distorsiones pueden tener connotaciones manipuladoras. Desafiar estas afirmaciones mediante preguntas ¿Cómo X causa Y? nos ayudarán a obtener información del proceso.

Ejemplos:

Está nublado, es un mal día ………… ¿Qué hace que un día nublado sea un mal día?
¿Cómo le afecta, el que esté nublado?
La veo y me pongo nerviosa…………. ¿Específicamente que le produce nervios cuando
la ve?  

Leer la mente

Suponer implícitamente que se sabe lo que piensa el otro o suponer que el otro debe saber lo que uno piensa. Todo ello sin haberlo explicitado verbalmente y por tanto imposible de saber a ciencia cierta.

Así afirmaciones como:

Sé lo que estás pensando………    ¿Cómo sabes exactamente lo que estoy pensando?

Ya sabes a lo que me refiero…….. ¿Específicamente a qué te refieres?

El grupo me rechaza…………….  ¿Cómo llegaste a esta conclusión?

Las buenas preguntas nos ayudan a obtener y validar información, a contrastar opiniones, a evitar conflictos y disipar malentendidos. Una pregunta bien dirigida nos conduce al núcleo de la conversación, mientras que una cuestión mal pronunciada puede desviarla por la tangente. Las preguntas acertadas intensifican las relaciones y la confianza, mientras que las preguntas inoportunas pueden provocar sospecha y aversión.

Saber preguntar. Un arte a cultivar por las personas que tratan con personas, es decir, casi todos. (Para no caer en una generalización)

Que tengáis un buen día.

Montse

Publicado en Buenhabit. Post original aquí.

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Qué Ganas cuando Actualizas tu Cartografía Mental

Por José Miguel Bolivar

casas-y-mapa

Las personas trabajamos habitualmente con representaciones simplificadas de la realidad. Y lo hacemos porque estas simplificaciones nos resultan muy útiles y efectivas, al eliminar gran parte de la complejidad que presenta dicha realidad y hacerlo posible a cambio únicamente de sacrificar una porción de rigor.

Pero esta simplificación, aunque útil, tiene también sus inconvenientes. Uno de ellos es que, como afirma uno de los supuestos básicos de la PNL, “el mapa no es el territorio“. Como veremos, esta diferencia entre el mapa y el territorio representado implica varias limitaciones.

Por una parte, el mapa es tan solo una “foto” parcial del territorio en un momento dado, es decir, un mapa es algo estático, mientras que el territorio que representa es dinámico. Por otra parte, y como consecuencia de lo anterior, no todo lo que existe en el territorio tiene por qué estar reflejado en el mapa ni todo lo que aparece en el mapa tiene por qué seguir siendo así, o incluso seguir existiendo, en el territorio.

A pesar de estas limitaciones, y siempre que seamos conscientes de ellas, un mapa actualizado es por lo general una herramienta muy útil.

Hablando de mapas y territorios, la cartografía, que es precisamente la ciencia que se ocupa del estudio y elaboración de los mapas, tiene sus primeros vestigios miles de años antes de Cristo, lo cual puede darnos una idea de la importancia que han tenido estas simplificaciones de la realidad a lo largo de la historia.

La cartografía ha cambiado mucho a lo largo del tiempo. La precisión, el rigor, el nivel de detalle… Los mapas no han dejado de mejorar en todos estos aspectos desde sus orígenes. Pero el cambio probablemente más importante sea su ritmo de obsolescencia.

Los primeros mapas eran válidos durante mucho tiempo porque debían pasar períodos de tiempo amplios para que los cambios ocurridos fueran lo suficientemente relevantes como para que la fiabilidad del mapa quedara en entredicho. Es lógico, si pensamos en el tiempo que se tardaba en edificar algo o en completar una obra pública como un puente o una carretera.

Sin embargo, a día de hoy los mapas se actualizan con mucha más frecuencia, ya que su periodo de obsolescencia es mucho más breve.

Hay otro tipo de cartografía, la cartografía mental, con la que ocurre lo mismo.

Hace tan solo unas décadas, actualizar tu cartografía mental era también conveniente pero no era realmente necesario. Y no era necesario porque el territorio en el que transcurría tu vida, aunque cambiaba, no lo hacía hasta tal punto de dejar inservibles tus mapas. O lo hacía pero a muy largo plazo. En otras palabras, aunque tus mapas se fueran quedando obsoletos con el paso del tiempo, en general seguían siendo suficientemente válidos.

Pero hoy día no es así. El ritmo al que cambia el territorio aumenta de forma exponencial. Como consecuencia de ello, los mapas que representan territorios de hace solo unas décadas se parecen muy poco al territorio real actual.

La consecuencia de esto es que, aunque cada vez se vive más años, cada vez se envejece más rápido. Porque, en el fondo, envejecer es seguir viviendo en el pasado, en una realidad que ya no existe.

En la Era del Conocimiento, tu vejez viene marcada por la diferencia entre los mapas que utilizas y la realidad que supuestamente representan.

Las personas cuyos mapas hace tiempo que dejaron de reflejar el territorio, viven en un mundo de fantasía, en una copia falsa de la realidad, en la que se sienten aparentemente cómodas y seguras. Pero lo cierto es que viven en un equilibrio inestable, al borde de un precipicio que las hará caer en un estado de profunda desorientación, incapaces de entender qué está ocurriendo a su alrededor y por qué.

Ya hemos visto aquí la diferencia entre cumplir años y envejecer. Cumplir años es un proceso natural inevitable pero envejecer no lo es tanto, al menos mental y anímicamente.

Una de las mejores formas de evitar el envejecimiento es el aprendizaje continuo (lifelong learning). No parar de aprender te obliga a replantearte cosas que hasta ese momento habías dado por verdades absolutas, es decir, te hace tener que repintar constantemente tus mapas, borrando lo que ya no existe en el territorio y añadiendo lo nuevo que va surgiendo en él.

Y contar con un mapa actualizado te ayuda a orientarte mejor hacia los resultados que deseas.

Por eso, cuando actualizas regularmente tu cartografía mental, no solo retrasas tu envejecimiento, sino que te aseguras de seguir en el camino correcto hacia lo que te hace feliz.

Publicado en Óptima Infinito. Post original aquí.

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