Las seis aptitudes del pensador estratégico.

Por Enrique Bores.
Potenciando.  

strategic_thinkerPaul J. H. Schoemaker nos advierte sobre seis aptitudes del pensador estratégico en “6 Habits of True Strategic Thinkers” (20 marzo 2002, Inc.). Señala que los directivos tienden a sumergirse en las actividades del día a día, perdiendo la perspectiva estratégica del negocio.

Para mantenerse como un pensador estratégico sugiere cultivar los siguientes hábitos.

1. Anticipar:

Implica el mantener una visión periférica. Se debe estar al pendiente de los cambios que están ocurriendo en los límites del sector donde se encuentra la empresa y más allá. Para lograrlo es muy útil mantener redes de relación extensas.

2. Pensar críticamente:

Es el hábito de cuestionar todo permanentemente, lo mismo la nueva moda de management que opiniones que surgen del “sentido común”. Es necesario re-encuadrar los problemas con una visión sistémica pensamiento para encontrar las causas raíz y los puntos de apalancamiento, desentramar los modelos mentales (creencias y prejuicios) propios y de la organización y sostener un diálogo franco y abierto al tomar decisiones.

3. Interpretar:

El malestar que genera la ambigüedad lleva a tomar decisiones demasiado rápido. Una interpretación más profunda requiere saber fluir con la incertidumbre dejando que un patrón emerja de la información que se va recopilando. Es necesario buscar patrones en diversas fuentes de datos y estimular a los demás a hacer lo mismo. Es necesario cuestionar las premisas y probar múltiples hipótesis antes de tomar la decisión.

4. Decidir:

Muchos líderes caen en una parálisis de análisis. Es la contraparte del hábito anterior. Es necesario implementar procedimientos y medidas para finalmente tomar la decisión desde una posición lo suficientemente informada; pero evitando buscar la decisión perfecta. Se debe buscar un balance entre rigor, velocidad, calidad y agilidad. Hay que decidir con información incompleta y en medio de la diversidad de opiniones.

5. Alinear:

El consenso total es raro; pero el líder estratégico promueve el diálogo abierto, trabaja por generar confianza e involucra a todos los stakeholders; particularmente cuando los puntos de vista divergen. Para ello es necesario abrir los asuntos difíciles, aun cuando generen malestar; entender las motivaciones y temores de los demás, incluyendo sus agendas ocultas; y trabajar por generar el apoyo necesario.

6. Aprender:

Entre más crece la empresa más difícil es encontrar retroalimentación directa y honesta; por lo que es necesario generarla por diseño. Esto resulta crucial porque los éxitos y fallas, particularmente estas últimas, son fuente invaluable de aprendizaje organizacional. Lo que se puede hacer es promover y ejemplificar sesiones de aprendizaje honestas y rigurosas después de la implementación de medidas o de eventos importantes, corregir el curso tan pronto como se descubra que se va en una dirección incorrecta, y celebrar tanto el éxito como las fallas bien intencionadas que generen aprendizaje importante.

¿Está en mí el poner en práctica estos hábitos?

Ciertamente son un conjunto retador de habilidades con las que nadie nace siendo un cinta negra. Pero; termina diciendo Schoemaker, se pueden aprender sea cual fuese el nivel que nos falte para implementarlas con éxito.

But for now, test your own strategic aptitude (or your company’s) with the survey at www.decisionstrat.com . In the comments below, let me know what you learned from it.

Schoemaker, Paul J. H. (20 marzo 2002). “6 habits of strategic thinkers”. Inc. disponible en este enlace.

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Fuente: Potenciando  

Imagen: Strategic thinker  

Publicado en Pensamiento Imaginactivo. Post original aquí.

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Por qué lo llaman amor cuando quieren decir…

Por Manel Muntada Colell

Porqué lo llaman amorHace ya más de treinta años, como resultas del trabajo de campo que dio lugar a su teoría de los roles, Henry Mintzberg ya nos advertía de una serie de mitos entorno a la dirección refiriéndose a una serie de afirmaciones que no se “sostenían ante un escrutinio cuidadoso de los hechos”. Entre estos mitos, Mintzberg destacaba los siguientes:

1.- El directivo es un planificador reflexivo y sistemático.

2.- Se trata de una persona alejada de las incidencias y del día a día.

3.- El directivo toma decisiones basándose en información rigurosamente objetiva y formalizada.

4.- La dirección evoluciona hacia ser considerada una ciencia y una profesión.

Estos cuatro mitos son tanto o más válidos en la actualidad como lo eran en el momento en el que fueron descritos, exceptuando quizás el último, ya que la dirección sí que puede ser considerada, de manera bastante extendida, una profesión y así lo acredita la oferta y la multitud de espacios formativos que tienen como razón de ser el satisfacer la demanda de este tipo de profesionales. Pero, aunque se ha pretendido, está lejos de ser una ciencia ya que los intentos de dotarla de rigurosidad y método han topado con el resto de mitos los cuales todavía distan bastante de hacerse realidad debido a las cualidades que, mal que nos pese, se siguen valorando en la mayoría de los perfiles directivos.

En la actualidad, existe una divergencia tal entre lo que se cree que se ha de querer y lo que se quiere de verdad que podría mover a la revisión y ampliación de los mitos mintzberianos, ya que es en gran modo responsable de que mucho del actual discurso que existe sobre el management y el liderazgo no cuadre en la realidad de muchos directivos o mueva a sonrisas de soslayo ante discursos apasionados por parte de esperanzados visionarios.

Así pues:

> Hablamos de liderar cuando lo que se quiere realmente es mandar, ejercer el poder, ser visibles en él para mantenerlo y, en definitiva, hacer hacer en el sentido más estricto.

Se aconseja distribuir el liderazgo en un sistema que no ha aprendido a delegar, que desconfía por defecto y que considera un indicador de prudencia y seriedad la transferencia de responsabilidades pero no de autoridades.

> Se pretende que a quien se le ha valorado y reconocido por competir, impulse la colaboración y siente las bases del trabajo en equipo.

> Se subraya la importancia de lo estratégico mientras se habla en términos de costes y se focaliza realmente la atención en un presupuesto que determina qué es lo táctico y operativo y qué es realmente lo importante.

Las personas no quieren que nadie les mande pero exigen que se les diga lo que han de hacer, por aquello de ser responsables sin responsabilidades o por aquella dicotomía perenne en el espíritu humano representada por el “ni contigo ni sin ti…”.

> La participación es vista como una amenaza por quien la debe favorecer y como un coñazo, una debilidad o un “pasar la pelota” para quien la ha de ejercitar.

Se habla de transparencia mientras, paralelamente, se recomiendan opacidades y erigen barreras para hacer las cosas como a uno le parece sin que nadie meta la nariz.

Se pretende sensibilizar hacia el cambio más radical desde mullidas, cálidas e incuestionables zonas de confort.

> Se llama a la innovación, a la iniciativa, la responsabilidad y el aprendizaje extendido en el puesto de trabajo mientras se desconfía del posible uso e incluso se prohíbe el acceso a los principales canales de información y de transmisión de conocimiento.

Se habla de comunicar cuando a una gran mayoría no le interesa mucho más que aquello que quiere decir.

Una vez más, seguimos moviéndonos en aquello que damos por hecho pero que ni tan sólo se ha convertido en deseo y que, de hallarse en algún lado, se encuentra en el limbo de aquellos desafíos que alguna vez debería apetecer acometer.

Fuente: Blog.[cumClavis]. Post original aquí.

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“Rodeate de los mejores” por Claudio Fernández de Araoz en Expomanagement 2012

Por Mercedes Hortelano VdP @MyKLogica

rodeate mejoresTal y como comentaba en mi entrada anterior, Nouriel Roubini en Expomanagement 2012, acudir a este evento es toda una experiencia y, añado, debería de ser un item de “obligada” asistencia en la agenda de todos pero, sobre todo, de gobernantes y élites. HSM puede sentirse orgullosa por la buena organización de Expomanagement y, por supuesto, por los ponentes, todos ellos primeras figuras mundiales en gestión y dirección.

En esta entrada me gustaría centrarme en la ponencia de Claudio Fernández de Araoz y en la importancia de ir a este tipo de eventos en general y a Expomanagement en particular y sobre todo, vuelvo a insistir, por parte de nuestras élites ¿por qué? principalmente:

  • porque adolecemos de una falta de liderazgo, visión profesional de empresa y profesionalidad en nuestra “cúpula” que así estamos como estamos en España. No porque en España no tengamos profesionales muy válidos que están dicendo lo mismo por activa y pasiva, sino porque tenemos unas élites con muy poca autoestima y preparación, que utilizan muy poco la lógica por lo que su herramienta es el “creer”, lo que les lleva a prestar más atención cuando lo dice alguien de fuera, que cuando lo decimos un español de a pié (por mucho que les demos el razonamiento lógico que nos lleva a una conclusión) y, por supuesto, si ese alguien de fuera viene avalado por Harvard, Stanford o … entonces, “palabra de ley” (en este país para ser profeta primero se ha de emigrar).
  • de nada sirve que los “de abajo” estemos convencidos de una forma de liderar, trabajar, mejorar o innovar, si quienes tienen el poder de la toma de decisión final, no creen en lo que decimos (eso sí, después las responsabilidades no van para quienes tienen ese poder, sino para quienes ejecutan o ejecutamos sus decisiones, aunque no nos hicieran ni caso).

Por todo lo anterior, imprescindible que si queremos mejorar en España y crear cultura de innovación, los primeros que han de ir a “Expomanagements” y cursos de formación y capacitación sean presidentes, consejeros, primera plana directiva y accionistas de grandes empresas, patronal, sindicalistas, políticos y élites en general (incluído nuestro “querido” monarca), para aprender y para que tomen conciencia de la importancia de la meritocracia y de rodearse de los mejores, de personas de pensamiento diverso e incómodos, es decir, que su valor sea, precisamente, el de decirles cuando difieren, porque es precisamente en la diferencia, en los “peros”, dónde podemos mejorar, encontrar soluciones convergentes …

Dicho esto, os dejo con los puntos clave de la ponencia de Claudio Fernández de Aráoz, uno de los más importantes “caza talentos” (head-hunters) actuales, quizás el primero a quien les aconsejería escuchar a todos nuestros “líderes”:

  1. Claves del éxito, además de la “suerte” (según él, la más importante)
    1. Genética
    2. Desarrollo
    3. Toma de decisiones
    4. Rodearnos de los mejores (el factor más importante y con el que la suerte influye menos)
  2. ¿Qué buscar?
    1. Inteligencia emocional (lo primero)
    2. Experiencia
  3. ¿Cómo?
    1. Asegurándonos buenos seleccionadores
    2. Mediante evaluaciones de potencial y entrevistas por incidentes críticos

Publicado en MyKLogica.es. Post original aquí.

Del mismo autor en este blog:

Cambio de paradigma en el uso de la innovación.

Liderazgo: tipo de toma de decisiones en función del cerebro que desarrollamos

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Claves para un lider: Un homenaje a Peter Drucker

 

A lo largo de los años he cambiado impresiones con docenas – quizá incluso centenares – de líderes, de sus misiones, sus objetivos y su actuación.

He trabajado con los gigantes de la industria y con empresas minúsculas, con organizaciones que se extienden por todo el mundo y con otras organizaciones que trabajan con niños minusválidos en una pequeña población.

También he trabajado con algunos ejecutivos sumamente brillantes y con unos cuantos hombres de paja, con personas que hablan mucho de liderazgo y con otras que al parecer nunca se consideran líderes y que rara vez, por no decir nunca, hablan de liderazgo.

Las lecciones que se desprenden de todo esto no son ambiguas. El liderazgo debe aprenderse y puede aprenderse.

La segunda lección importante es que no existe la “personalidad para el liderazgo”, ni los “rasgos de liderazgo”.

Entre los líderes más eficientes que he encontrado y con los que he trabajado durante medio siglo, unos se encerraban en su oficina y otros eran excesivamente gregarios.

Unos, aunque no muchos, eran personas agradables y otros, severos ordenancistas. Unos eran rápidos e impulsivos, otros estudiaban y volvían a estudiar y tardaban una eternidad en tomar una decisión.

Unos eran afectuosos y simpatizaban con rapidez, otros se mostraban reservados incluso tras años de colaborar estrechamente con otros, no solamente con extraños como yo sino con las personas de sus propias organizaciones.

Algunos hablaban inmediatamente de su familia, otros no mencionaban nada aparte de la tarea que tenían entre manos. Algunos líderes eran extremadamente superficiales y sin embargo esto no influyó en su actuación (como su vanidad espectacular no afectó a la actuación del general Douglas MacArthur hasta el mismísimo final de su carrera).

Algunos pecaban de modestos y esto tampoco afecto a su actuación como líderes (como en el caso de la actuación del general George Marshall o de Harry Truman). Unos eran tan austeros en su vida privada como los ermitaños en el desierto, otros eran ostentosos y amantes del placer y se divertían ruidosamente a la menor oportunidad.

Algunos eran buenos oyentes, pero entre los líderes más eficaces con los que he trabajado también había unos cuantos solitarios que sólo escuchaban su propia voz interior…

Todos los líderes eficaces con que me he encontrado, tanto aquellos con los que he trabajado como los que meramente he observado – sabían algunas cosas sencillas:

  • La única definición de un líder es alguien que tiene seguidores . Unos individuos son pensadores; otros profetas. Ambos papeles son importantes y muy necesarios. Pero sin seguidores no puede haber líderes.
  • Un líder eficaz no es alguien a quien se le quiera o admire. Es alguien cuyos seguidores hacen lo que es debido.
  • Los líderes son muy visibles. Por consiguiente, establecen ejemplos.
  • El liderazgo no es rango, privilegios, títulos o dinero: es responsabilidad.
  • La popularidad no es liderazgo. Los resultados sí lo son.

Independientemente de su casi ilimitada diversidad con respecto a la personalidad, el estilo, las aptitudes e intereses, los líderes eficaces que yo he conocido, con los que he trabajado y a los que he observado se comportaban además de modo muy parecido:

Ellos no empezaban con la pregunta “¿Qué es lo que quiero?” Empezaban preguntando “¿Qué es necesario hacer?”

Luego se preguntaban ¿Qué puedo y debo hacer para cambiar la situación? Esto tiene que ser algo que a la vez se necesite hacer y que corresponda a las fuerzas del líder y al modo en que él es más eficaz.

Preguntaban constantemente “ ¿Cuáles son la misión y los objetivos de la organización? ¿Qué es lo que constituye la actuación y los resultados en esta organización?

Eran extremadamente tolerantes con la diversidad de las personas y no buscaban copias al carbón de sí mismos . Rara vez se les ocurría preguntar “¿Me gusta o me disgusta esta persona?”. Pero eran totalmente – terriblemente – intolerantes cuando se trataba de la actuación, criterios y valores.

No temían la fuerza en sus asociados. Se enorgullecían de ella. Lo hubieran oído o no, su lema era el que Andrew Carnegie quería haber puesto en su lápida sepulcral: “Aquí yace un hombre que atrajo a su servicio personas mejores que él mismo”.

De un modo u otro, ellos se sometían a la prueba del espejo es decir, se aseguraban de que la persona que veían en el espejo por la mañana era la clase de persona que querían ser, respetar y en la que creer. De ese modo se fortalecían contra las mayores tentaciones del líder: hacer lo que goza de la aprobación general en lugar de lo que es correcto y hacer cosas insignificantes, mezquinas y ruines.

Por último, estos líderes eficaces no predicaban: hacían.

A mediados de los años veinte, cuando yo estaba en mis últimos cursos del Instituto, apareció de pronto un torrente de libros en inglés, francés y alemán sobre la Primera Guerra Mundial y sobre sus campañas. Para nuestro trabajo trimestral, nuestro excelente profesor de historia – un veterano de guerra que había sido gravemente herido – nos dijo que cogiéramos varios de estos libros, los leyéramos cuidadosamente y escribiéramos el ensayo de dicho trimestre basándonos en las selecciones de las lecturas.

Cuando luego debatimos en clase estos ensayos, uno de mis compañeros dijo “Todos estos libros dicen que la Primera Guerra Mundial fue una guerra de total incompetencia militar. ¿Por qué?”.

Nuestro profesor no dudó ni un segundo en contestar “Porque no murieron bastantes generales. Permanecieron muy lejos de la vanguardia y dejaron que los demás lucharan y murieran”.

El autor, Peter F. Drucker, Claremont, California.

Extractos extraídos de su libro El Líder del Futuro, Ed. Deusto 1996.

Fuente: Mujeres de Empresa. Post original aquí.

Del mismo autor en este blog:

Drucker: ¿Cuál es mi negocio y cuál debería ser? (serie de seis post)

Drucker: Necesitamos medir, no contar (serie de tres post)

Peter Drucker: Hacia la nueva organización.

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¿Que es la Visión estratégica?

Por Mariano Ramos Mejía
Cuando pensando estratégicamente hablamos de Visión nos estamos refiriendo a la posibilidad de imaginar posibilidades alternativas a las que estamos viviendo. Pero no soñándolas, si no actuando activamente (imaginando también las estrategias o las formas para alcanzarlas) para que esas posibilidades se vuelvan realidad. El desarrollo de una Visión y su mantenimiento a lo largo del tiempo constituyen la razón de ser de una empresa.
Por otra parte, esas visiones toman vuelo y se desarrollan cuando se convierten en Visiones Compartidas, primero con el equipo, después con los terceros, los clientes y el mundo. El desarrollo de la Visión Compartida es el objetivo del liderazgo empresario.
Los distintos autores han aportado distintas definiciones de Visión. Según Bengt Karlof, en su libro Práctica de la estrategia, la visión “es una concepción del futuro distante, según la cual los negocios se desarrollan de la mejor manera posible y de acuerdo con las aspiraciones de sus propietarios o líderes.”
Por su parte Henry Mintzberg dice que la visión sirve “como inspiración y también proporciona un sentido de lo que necesita hacerse: una idea orientadora. La visión suele tender más a ser una especie de imagen que un plan completamente articulado (en palabras y en cifras). Esto le permite flexibilidad.”
A continuación transcribiremos a modo de ejemplo, un caso muy conocido en el management estratégico sobre el concepto de Visión y la educación de la cultura organizacional a través de la definición de la misma. Sobre el final del post reproducimos otros ejemplos y formulaciones de Visión que resultaron fundacionales y persistieron a lo largo de los años. Aconsejamos a los lectores analizar cada uno de ellos en el contexto y en la época en que fueron determinados, cuando las compañías o las personas que las formularon no eran todavía famosas o conocidas como lo fueron posteriormente, para comprender el potencial que conllevan.
Konosuke Matsushita, fundador de Matsushita Electric (Panasonic), construyó su exitosa compañía a partir de una clara definición de la visión, la cual orientó a todos los integrantes de la corporación en el desarrollo de sus tareas y lo sigue haciendo hasta la actualidad.
En el año 1932 en una reunión frente a sus empleados y ejecutivos Matsushita planteó una propuesta audaz : “La misión de un fabricante debe ser vencer la pobreza, aliviar la miseria de la sociedad en general, brindar bienestar.”
“Eso es lo que el empresario y el productor deben buscar : hacer que sus productos sean tan inagotables y tan baratos como el agua de las canillas. Una vez que se realice esto, la pobreza habrá desaparecido de la faz de la tierra.”
“Cumplir con esta misión llevará mucho tiempo ; tal vez dos o tres siglos. Pero el tiempo largo no debe constituir un obstáculo para abrazar ya la visión.”
“A partir de hoy, este sueño de largo alcance, esta vocación sagrada, será nuestro ideal y nuestra misión, y su cumplimiento, la responsabilidad de cada uno de nosotros.”
Como se ve la visión ligaba los objetivos de la empresa a valores humanos muy básicos. Peter Drucker dice “hay beneficio cuando se cubre una necesidad social”, y y no se refiere a hacer caridad, sino a satisfacer alguna necesidad de la sociedad con productos adecuados.
El mensaje no era incongruente con el modo que había administrado su empresa y como lo seguiría haciendo a través de los años.
La depresión de 1929, llevo a muchos gerentes a la conclusión de que la única alternativa era la disminución de la nómina de empleados. Los gerentes de Matsushita Electric sabían que era una manera de salvar a la empresa de la difícil situación, pero también tenían en cuenta que el personal despedido difícilmente encontrara trabajo en otra parte. Siguiendo la visión de la empresa Matsushita tomo la siguiente determinación : “A partir de ahora reduzcan la producción a la mitad, pero no despidan a nadie, sino que hagan que trabajen (en fabrica) media jornada. Seguiremos pagando los mismo salarios que han venido recibiendo hasta ahora, pero eliminaremos todos los feriados. Pediremos a todos los trabajadores que hagan todo lo posible para vender el exceso en el stock.”
El 16 de agosto de 1945, un día después de que el emperador anunció el fin de la segunda guerra mundial Matsushita pronunció estas palabras frente al personal ejecutivo de la compañía : “Tenemos que asumir la tarea de reconstruir la nación. Este es el deber supremo de todos los ciudadanos. También la empresa, de acuerdo con su misión corporativa, debe reconstruir sus fabricas y luchar por aumentar, lo más pronto posible, la producción de artefactos domésticos. Esta no es sólo nuestra misión, sino que también nuestra responsabilidad.”
En los meses siguientes al fin de la guerra, las Fuerzas de Ocupación fueron poniendo trabas a la compañía, todos los fondos de la familia Matsushita fueron congelados, luego cinco fábricas fueron expropiadas como “indemnización de guerra”. Unos meses después, como medida para purgar a los criminales de guerra, todos los ejecutivos de Matsushita Electric fueron echados, inclusive su fundador. Por último diecisiete de las subsidiarias se vieron obligadas a separarse de la planta matriz y convertirse en empresas independientes.
El sindicato de Matsushita Electric juntó más de quince mil firmas de afiliados y sus familias solicitándole al Comandante Aliado que le permitieran a Matsushita seguir desempeñándose como presidente de la compañía. Recién en 1950 la empresa y su fundador pudieron operar con libertad. Matsushita dijo lo siguiente : “La causa fundamental de nuestro problema es que ya no actuamos según las políticas básicas de Matsushita. Si seguimos estos principios , si modestamente examinamos nuestra actividad a la luz de esas máximas, tendremos éxito. Si la calidad es mala y el producto no se vende bien, tendremos que parar la fábrica y mejorar el producto. Si producimos bienes de calidad inferior, no estamos contribuyendo a la sociedad, y este hecho no guarda relación con los principios.”
 
Otros inspiradores ejemplos de Visión.
“Construiré un automóvil para la multitud, tendrá un precio tan bajo que cualquier persona con buen salario podrá adquirir uno y disfrutar con su familia la bendición de horas de placer en los grandes espacios abiertos que Dios ha creado… cuando termine mi trabajo, todos podrán pagar un coche y todos lo tendrán. Los caballos habrán desaparecido de nuestros caminos, el automóvil se tendrá por un hecho y nosotros daremos trabajo a una gran cantidad de hombres, con buenos sueldos” (Henry Ford, 1900)
 
“ Creemos que el trabajo de investigación llevado adelante con paciencia y persistencia, traerá una nueva vida a la industria y el comercio, y tenemos fe que en estos laboratorios nuevos, con las herramientas con que han sido dotados, avanzará la ciencia, se aumentará el conocimiento y se contribuirá a liberar a las personas de sufrimiento y enfermedad. Comprometemos toda nuestra ayuda para que esta empresa merezca la fe que hemos depositado en ella. Que la luz brille, que los que buscan la verdad, que los que se esfuerzan para que el mundo sea un mejor lugar para vivir, que los que sostienen en alto la antorcha de la ciencia y el saber en estos tiempos oscuros en lo social y en lo económico, ganen un nuevo coraje y sientan que tienen apoyo” (G. Merck, 1933)
 
“ Hitler sabe que tendrá que destrozarnos en estas islas, o perder la guerra. Si podemos resistirlo toda Europa será libre y la vida podrá seguir adelante en tierras mas altas, bañadas por el sol. Pero si fracasamos, todo el mundo, incluyendo a los Estados Unidos, incluyendo lo que hemos conocido y nos ha importado, se hundirá en el abismo de una nueva edad oscura, mas siniestra aún y mas dominada por las luces de una ciencia pervertida. Pongámonos, por lo tanto, a la altura de nuestro deber y comportémonos de modo que si el Imperio británico y todo su commonwealth duran mil años, los hombres dirán: aquella fue su hora mas brillante” (Winston Churchill, 1940).
 
“Llegaremos a ser la entidad bancaria mas grande, mas servicial y de mayor alcance en el mundo, que jamás haya existido” (Citibank, 1915, cuando era el banco de un pueblo en los EEUU).
 
“Crearemos productos que invadan el mundo entero. Seremos la primer compañía japonesa que ingresará en los Estados Unidos y distribuirá allí sus productos de manera directa. Triunfaremos con innovación en lo que las compañías estadounidenses han fracasado, tales como la radio a transistores. De aquí a cincuenta años nuestra marca será tan conocida como cualquier otra en el mundo y significará innovación y calidad, capaces de rivalizar con las compañías mas progresistas del globo. Made in Japan significará un producto de calidad, y no una baratija” (Sony, 1950)
Los ejemplos (en cursiva) han sido tomados del libro Evaluación de Resultados (compilación de Dave Ulrich) en su Capítulo 3. Construir la Visión de su compañía, por James C. Collins y Jerry I. Porras.

Se recomienda leer también los siguientes post:

Introducción al Pensamiento Estratégico.

¿Que es el Pensamiento Estratégico?

¿Que es el Planeamiento?

Drucker: ¿Cuál es mi negocio y cuál debería ser?

La definición del Éxito y la Visión Compartida.

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Liderazgo: Tipo de toma de decisiones en función del cerebro que desarrollamos

Por Mercedes Hortelano VdP @MyKLogica

Una de las competencias del líder (*) es la capacidad de toma de decisiones y cómo las toma, que es lo que determina que sea aceptado como tal. Desde mi perspectiva, lo que marca la diferencia entre un jefe y un líder es que este último ha desarrollado en equilibrio las capacidades de cada fase evolutiva cerebral (**), lo cual traducido a comportamientos implica que como “jefe” impongo la decisión, mientras que como “líder” convenzo, razón por la que se me respeta y se me sigue y, entre el “jefe reptiliano” y el “líder neocórtico”, nos encontramos el estadio intermedio de “jefe-líder límbico” (líder para “su gente”, “jefe” para el resto):

Toma de decisión “reptiliana”: Imposición: la ley del más fuerte. Tengo el poder, tengo la sartén por el mango. Tomo la decisión porque quiero y puedo, independientemente de su aceptación, ética o impactos en el conjunto de la población. Yo y los míos es lo único que cuenta:

  • En caso de éxito, el éxito es mío. Soy el mejor
  • Feedback: Ausencia de feedback, el pedir ayuda o consejo lo tomo como una debilidad
  • En caso de error: busco culpables y salvar o reafirmar mi auto-imagen
  • Perspectiva de pasado: El pasado me marca: tomo las decisiones en función de lo que fue, independientemente de que el presente me muestre hechos o indicios de cambio

Toma de decisión “Límbica”: Lidero a los míos, impongo al resto: la ley del grupo más fuerte. En el nivel menos desarrollado en función del estado anímico, en un estadio superior, por filias y fobias y en función de quién me presenta la información la descalificaré, desestimaré o la tendré en cuenta. Maniqueísmo. Mi verdad de lo que creo que es bueno para todos es LA verdad, independientemente de que los demás lo crean o no:

  • Éxito: Grupo/tribu: Mío y de los míos. Vencedores Vs Perdedores
  • Feedback sólo positivo: los comentarios negativos los percibo como crítica personal
  • En caso de error: victimismo y la culpa es de a quienes tengo fobia (animadversión, etc.)
  • Perspectiva de presente: El pasado condiciona. El presente y el futuro a corto plazo de tiempo me marcan la pauta

Toma de decisión “Neocórtica”: Consenso y convergencia mediante la inclusión de las variables que los diferentes puntos de vista ofrecen. Característica principal, la ecuanimidad. Independientemente de quién me presenta la información, sé percibir lo que creo que es malo, bueno mejorable o me gusta. Busco la mejora y el aprendizaje continuo:

  • Éxito: Equipo. Encuentro soluciones convergentes y satisfactorias Gana/Gana
  • Feedback: lo busco de forma activa, tanto el favorable como el desfavorable; este último lo percibo como una oportunidad de mejora
  • En caso de error:
    • Busco saber qué ha sucedido (y cuanto antes mejor)
    • Voy a la causa, soluciono, aprendo y tomo nota de las nuevas variables a tener en cuenta
  • Perspectiva de futuro: Aprendo del pasado y, por tanto, soy consciente de que todos podemos evolucionar. El presente es un paso hacia el futuro. Tengo en cuenta los impactos en el futuro a medio y largo plazo

Conclusión, a la hora de analizar una situación y tomar una decisión, es una decisión personal tomarlas desde un estadio evolutivo cerebral u otro. Cuanto más profundice y más perspectivas tenga en cuenta, más probabildidades tendré de que ésta sea aceptada y seguida por más personas.

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Entradas relacionadas:

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Olvídate del carisma: las verdaderas claves del liderazgo

Últimamente sólo se habla de la importancia del carisma para convertirse en un líder destacado. Sin embargo, los grandes líderes de la historia empezaron siendo personas poco carismáticas. John F. Kennedy aburría en sus discursos cuando se presentó como congresista por Massachussets, por no decir que hay vídeos de los inicios de la carrera política de Obama en los que no percibimos capacidad de inspirar alguna. Otra anécdota: cuando empezó, Obama era bastante malo dando discursos y algún asesor le recomendó que hiciera bromas sobre su nombre para transmitir proximidad a las personas. El resultado fue que el chiste elegido (“No, no me llamo Alabama”) no hacía gracia alguna y Obama era percibido como un hombre académico incapaz de transmitir ninguna idea y no dotado para ser un líder.

Queda claro que el carisma no lo es todo. Pero, entonces, ¿qué lo es?

Seth Godin, uno de los gurús del marketing más influyentes de la actualidad, nos desvela los verdaderos secretos del liderazgo en su último libro: “Tribes: We need you to lead”.

Según Godin, un líder no se define por su carisma, sino por su capacidad “de decirles a los demás qué deben hacer y ayudarles a que lo hagan”. En su último libro, Tribes: We need you to lead us, Godin expone que “la mayoría de las personas sólo están centradas en conseguir sus propios intereses, pero todo el mundo quiere pertenecer a un grupo determinado, quiere que este grupo lo reconozca como importante, quiere hacer cosas en este grupo y quiere que lo echen de menos si no está en el grupo”. Dicho de otro modo: la gente está harta de hacer lo que los demás le dicen que haga, de conformarse, de estar instalados en rutinas (de hacer “sheepwalking”, como lo llama Godin). La gente quiere participar en algo que les dé sentido y en donde se puedan sentir importantes.

Por ello, la misión del líder es descubrir a la gente dónde puede ser importante, aportar una causa en la que la gente crea y ayudar a tus seguidores a qué hagan cosas para esta causa y se sientan útiles.

Sencillo, ¿no?

Para “facilitar” el trabajo de convertirse en líder, Seth Godin aporta algunos consejos:

1. Llega el primero (“Get there first”): o, dicho de otro modo, busca algo que no se esté haciendo. Google es un líder porque aprovechó un nicho (el de los buscadores) que los gigantes del momento (Yahoo, por ejemplo) no consideraban como importantes. Godin también llama a esto “actuar en los márgenes”.

2. No empieces por oponerte a algo, crea algo: la gente ya está harta de estar cabreada todo el rato, de tener miedo, de estar enfrentada. La gente quiera algo que sume, no que reste. Por tanto, no te enfrentes a nada, no crees mayor malestar. Genera ilusiones por algo. ¡Siempre en positivo!

3. Empieza por un “micromovement”: cuando Obama llegó a Chicago no era nadie. En serio: no lo conocía nadie, tan sólo era un estudiante más recien graduado en Columbia y encima se dedicaba a algo llamado “community organizing”. Pero aprovechó algo que los demás no hacían: trabajar en la reconstrucción de barrios y en el fortalecimiento de comunidades, y empezó a conocer a gente y a inspirarlos. De este “community organizing” en el que participaban apenas unas diez personas se gestó uno de los líderes más importantes del mundo. Tú también puedes: crea algo (un blog, una newsletter, escribe algo…), implícate en algo (ONGs, asociaciones…) y empieza a crear tu “micromovement”.

4. “Help your tribe sing”: uno de los mayores secretos del liderazgo es hacer que la gente se sienta útil y que pueda participar activamente en un grupo. Hazles hacer cosas, muchas cosas, cuantas más mejor. Y luego valora este trabajo y felicita a las personas que lo han hecho. Haz que las personas se conozcan entre sí y déjales tomar la iniciativa. Recuerda: todo el mundo quiere participar en un grupo donde se le considere importante.

5. Se trata de inspirar, no de instruir: todos recibimos órdenes a diario, todos hemos tenido jefes que nos trataba de “aleccionar” sobre cómo se hacían las cosas (si te aleccionaban bien o mal, o te daban margen de maniobra para opinar es otra cosa, claro está). La gente no quiere que lo traten como si tuviera tres años. Todos queremos que nos inspiren porque cuando estamos inspirados realmente somo útiles y hacemos contribuciones.

6. Trata a la gente con respeto, ¡siempre!: No des lecciones, aprende de la gente. De todo el mundo se aprende algo. Genera conversaciones, deja que la gente tome iniciativas propias. ¡Valora a la gente!

7. No te agobies por el carisma: el carisma no te convierte en líder, el liderazgo te da carisma.

Y sobre todo, conviértete en un líder cuando realmente tengas algo en lo que creas. Si no te apasiona nada, nunca transmitirás confianza a los demás y nunca lograrás inspirar. Recuerda: “Leadership is creating change you believe in” (el liderazgo es crear los cambios en los que crees).

Fuente: Comunicación Política. Post original aquí.

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Liderazgo, participación, trabajo en equipo y planificación.

Por Manel Muntada Colell

Abordar el proceso de elaboración de un Plan estratégico [director, de gobierno o como quiera que se le denomine] suele proporcionar una magnífica oportunidad para hacer emerger cuestiones relacionadas con los estilos y la manera de hacer organizativa, sobre todo cuando este plan es abordado directamente por la misma dirección de la Organización.

Estas cuestiones pueden parecer básicas, pero me permito recordar que demasiados aspectos básicos tenemos ya poco claros cómo para desaprovechar la oportunidad de dirigir nuestra atención sobre cuestiones aparentemente sencillas pero de verdadero calado organizativo sin, por ello, dejar de estar atentos a aquellos aspectos propios de la planificación y que el proceso necesita y despierta para nutrirse a sí mismo.

Así pues, en el diseño de la metodología y dinámica para la elaboración del plan, hay que contemplar desde sus inicios aquellos escenarios y tiempo destinados a analizar, debatir y unificar criterios relacionados con al menos estos tres aspectos:

1. Qué tipo de liderazgo se desea impulsar: ¿Va a ser ese un liderazgo oracular[o paternal], de aquellos que marcan directrices de manera unidireccional más o menos seductora o agradable? o por el contrario ¿va a ser un liderazgo orientado a detectar, rescatar y concertar aquellos liderazgos que emerjan en función del conocimiento necesario y la tarea a realizar? La respuesta a estas preguntas es decisiva para articular desde ya mismo el papel que han de jugar las personas en la elaboración del plan. En el caso de organismos públicos, esta reflexión ha de permitir exportar la forma de entender el liderazgo a la formulación de objetivos en los que se vean implicados otros agentes sociales debido a la gestión relacional de la propia Institución.

2. Cómo se posiciona la dirección ante conceptos como la participación: Aunque este aspecto suele estar Íntimamente relacionado con el punto anterior, conviene tratarlo aparte partiendo de la base de que la palabra “participar” despierta tantos resquemores y suspicacias como personas la utilizan, ya que suele asimilarse con “colegiar” [concepto que produce alergia…] y perder el control. Hay muchas más personas de las que lo confiesan abiertamente que temen perder la propiedad del plan por abrirlo a otras aportaciones que no sean las del equipo que planifica. Sacar estas fobias a la luz y unificar puntos de vista sobre el interés de la contribución de las personas, equipos, colectivos, agentes varios, etc. en la elaboración del plan, e incluso sobre la utilidad que esta participación puede suponer para su desarrollo posterior, es crucial para diseñar el mismo proceso de planificación.

3. Qué peso ha de adquirir el equipo ante la opción del grupo de individuos: El ejercicio del liderazgo que cada directivo despliega en su ámbito de responsabilidad suele llevar al invidualismo y a la soledad así como disolver muchos de los conectores que hacen de los equipos directivos realmente un equipo. Muchos de esos equipos no son más que un conjunto de individuos que comparten sus cuitas en la particular mesa redonda que a tal efecto suele disponer cada Organización. Liderar desde un equipo refuerza de manera palpable y potente la imagen de que cada directivo no es más que una cara del prisma de la dirección. Vale la pena considerar el peso que pueden tener las dificultades de los directivos para trabajar en equipo en el posible fracaso de los equipos de trabajo que dependen de ell@s.

Fuente: Blog.[cumClavis]. Post original aquí.

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Siguiendo a un buen líder

por BuenHabit

El éxito de una empresa dependerá principalmente de cómo trabaje su gente.

Muchos líderes gestionan su equipo “controlando y mandando”. Vigilan atentamente todo lo que sucede y toman la mayoría de decisiones importantes. Es la forma tradicional de dirección. No obstante actualmente es inadecuado y difícil mantener este estilo. Hoy las empresas necesitan ser dinámicas para ser competitivas y este dinamismo se consigue con una mejora continuada, delegación de tareas, formación de equipos y promoviendo la creatividad y la participación.

Es un cambio radical en el estilo de dirección y el líder más que nunca ha de conseguir que su equipo lo acepte y lo siga como tal.

El líder será aquel que sepa potenciar lo mejor de cada uno de los colaboradores, le ayude a desarrollar sus capacidades y muy especialmente consiga entusiasmarle con el proyecto u objetivo que se quiera alcanzar.

Hablar de motivar a los demás no es del todo correcto, porque siempre es uno mismo quien se motiva y decide si se pone o no se pone en acción y esto sucede cuando confluyen factores motivadores.

Por ello es mejor hablar de “crear un clima motivador

¿Cómo se logra crear este clima? ¿Qué cualidades debe tener un buen líder? ¿Cómo consigue que le sigan?

Actualmente para las organizaciones, el factor más importante para conseguir ser competitivas es su gente, su motivación y compromiso con la empresa. La falta de motivación o el descontento incidirán negativamente en la forma de tratar a los clientes y en la obtención de resultados mediocres.

Algunas cualidades del buen líder:

1.- Ser un modelo a imitar
La gente presta más atención a lo que alguien hace, que a lo que ese alguien le dice que haga. Los directivos tienen que practicar en su comportamiento diario lo que predican. Ser un modelo implica que la manera de hacer de uno tiene una enorme influencia en la manera de hacer de los demás. Por tanto esta característica abarca todas las cualidades que debe poseer un líder.

2.-Conocerse a sí mismo
Ha de reconocer sus debilidades para intentar paliarlas y potenciar sus puntos fuertes. No puede dirigir eficazmente a los demás si no ha aprendido a dirigirse y controlarse a sí mismo.

3.-Ser aprendiz
Estar abiertos siempre a aprender y desarrollarse. Muchos líderes creen que deben fingir que lo saben todo para no perder prestigio. Precisamente ésta es una parte esencial del modelo que predican, la apertura a nuevos sistemas, la innovación y la creatividad son la base para el desarrollo de cualquier organización actual y los líderes son los primeros que deberán apuntarse a “aprender” continuadamente.

4.- Disposición a los cambios
El líder eficaz trabaja inmerso en el cambio en vez de resistirse a él. Quizás el cambio será la única constante en el futuro y el líder debe aceptar como un reto el trabajar en continuo avance y aprendizaje.

5.-Tener visión
El buen líder tiene una visión clara de lo que puede y quiere conseguir la organización y la transmite. No se trata de mejoras incrementales sino de saltos hacia adelante en la práctica, los procesos y las posibilidades. Necesita para ello emplear la lógica, la imaginación y la inspiración. Los buenos líderes tienen ideales para el futuro; estos ideales ayudan a desarrollar una dinámica de progresomejora hacia el objetivo.

6.-Ser consciente de la realidad presente
Para dirigirse hacia el ideal se ha de tener muy claro dónde se está situado en el presente.Reconocer los puntos débiles de un proceso, las dificultades y los medios de que se dispone, han de servir para producir un desarrollo activo. La tensión que se genera  y que redefiniremos como la energía que nos impulsa fuera de la “zona de confort” hacia una zona desconocida para lograr hacer realidad la visión, se llama “Tensión creativa”,definida así por Peter Senge. En ningún caso es provechoso considerar esta tensión como un motivo para rebajar los objetivos, pues esto llevaría a una regresión en lugar de un progreso.

7.-Tener una escala de valores
Rasgos como la “integridad” y la “ética” son valores que el grupo percibe como muy importantes a la hora de considerar a un líder.

8.-Utilizar el pensamiento sistémico
El pensamiento sistémico implica ser consciente de cómo funcionan los procesos y separar las causas de los síntomasDeming decía que los problemas laborales eran debidos a los sistemas, no a la gente. Según Senge: La característica que define a un sistema es que no puede ser entendida como una función de sus componentes aislados. El comportamiento del sistema no depende de lo que cada parte está haciendo, sino de la manera en que cada parte se relaciona con el resto. Con este enfoque se logra estudiar el sistema de organización en si mismo, aparte de las personas que lo constituyen y permite obtener una perspectiva a más largo plazo.

9.-Ser buen comunicador
Ser capaz de transmitir clara y congruentemente un mensaje. Expresarse de forma nítida sencilla, de forma que los demás puedan comprender que se les dice y que se espera de ellos.

10.-Pensar positivamente
Ver las posibilidades, afrontar los problemas como retos, tener una visión positiva de las cosas y buen sentido del humor ayudan a mantenerse centrado en los objetivos, a pesar de las dificultades.

11.-Ser entusiasta
Es una cualidad contagiosa que atrae a los demás y ayuda a soportar situaciones complicadas y a seguir confiando en lograr el éxito en lo propuesto.

12.-Ser inteligente
En realidad las anteriores cualidades pueden ser trabajadas y desarrolladas, son habilidades que todo líder debe intentar implementar para ser eficaz, pero ésta última se refiere a ser jefe de personas. Ahí es dónde juega su papel la Inteligencia Emocional; la capacidad de comprender a los demás; saber qué los motiva, cómo operan, cómo relacionarse adecuadamente con el grupo, reconocer y reaccionar ante el humor, el temperamento y las emociones de los otros, es el catalizador que propicia  sacar lo mejor de cada miembro del  equipo e impulsarle a la acción.

Que tengáis un buen día.
Montse

Publicado en Buen Habit. Post original aquí.

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Incrementar la productividad y promover a las personas (Segunda y última parte)

Por: Mariano Ramos Mejía

leader

Terminábamos nuestro post anterior con estas palabras: “si consideramos a los propios gerentes es claro que concurren a la organización con sus objetivos individuales, al igual que todas las personas, pero dado que su trabajo consiste en ejercer liderazgo sobre su equipo, pueden darse distintas situaciones en las que a pesar de alcanzar el éxito en el proceso, el mismo no sea eficaz, porque no está cumpliendo con los objetivos de la organización, sino con los suyos propios.”

En efecto, si el líder del grupo consigue que el individuo o grupo sobre el que ejerce ese liderazgo, se comporte de la forma que el ha establecido, puede decirse que ha tenido éxito, pero solamente cuando ese individuo o grupo siente la disposición para cumplir con dicho comportamiento, y lo incorpora como propio, puede decirse que el proceso se ha cumplido de manera eficaz. En este caso la eficacia se basa en el consentimiento de los seguidores con su líder, en el respeto que siente por él y con la identificación de las metas del líder con las suyas propias. Este gerente ha dedicado bastante tiempo a la comunicación, a intercambiar información y documentación, y a la administración de su factor humano.

El liderazgo será ineficaz, por otro lado, si está basado primordialmente en el poder ocasional que detenta el líder, y por lo tanto en la concesión de premios y castigos que estén en sus manos. Este liderazgo es solamente temporal, y desaparece cuando el supuesto poder del líder desaparece. A corto plazo puede aparecer como exitoso, pero deja huellas no deseadas en la organización, dado que solamente se basa en la fuerza y la gente podrá desconfiar en el futuro de otras tentativas de liderazgo. Este tipo de gerentes en general dedica su tiempo y esfuerzo en armar redes de relaciones dentro y fuera de la empresa, enfatizando su poder personal. Hace política, antes que administrar.

Sin embargo, tradicionalmente y en forma aún muy generalizada en nuestros países, se visualiza al líder como alguien que sabe y manda, y se piensa que su función principal es dar órdenes para que otros las obedezcan. Este criterio tradicional de uno que manda y muchos que obedecen se agudiza en aquellas situaciones donde el retraso educativo y cultural, hace que las personas carezcan de criterios propios sobre las distintas situaciones y requieran individuos carismáticos que los conduzcan, dominando e influyendo sobre ellos. Precisamente, al confundirse liderazgo con carisma, se piensa que “los líderes nacen”, que “se necesitan conductores”, y por lo tanto es una habilidad que no posee el común de las personas, ni puede aprenderse o desarrollarse.

De esta incorrecta visión del liderazgo surgen las organizaciones empresariales, políticas y sociales que lamentablemente vemos a menudo: centralizadas, con concentración de información, que se oculta y no se comparte, las famosas organizaciones verticales y autoritarias, que normalmente generan baja productividad, desalientan la iniciativa y la creatividad de las personas, y se traducen en estructuras rígidas y burocráticas, totalmente impermeables al cambio o a otra forma de pensar que no sea la “revelada por el Jefe”

El verdadero liderazgo surge en realidad cuando se dan relaciones significativas de respeto entre las personas, cuando éstas permiten que sobre la base de esas relaciones se ejerza influencia sobre ellas y se profundiza cuando esa influencia se traduce en aunar verdaderamente las distintas personalidades detrás del logro de un objetivo que les es común.

De todo lo expresado, podemos decir que el tipo de gerente que la organización debiera desarrollar es aquel que pueda alcanzar el éxito de manera eficaz, consiguiendo además un apropiado equilibrio entre la actividad de relacionarse y hacer política, haciendo el trabajo correcto determinado por los objetivos organizacionales, y que incorpora el desarrollo del talento y la iniciativa de los miembros de la empresa.

El verdadero dilema surge de que cómo los gerentes reciben sus ascensos de acuerdo con variables de corto plazo, cómo las relacionadas con la producción y las ganancias, pueden desentenderse de las metas de largo plazo, tales cómo el desarrollo de la organización en el tiempo. Este dilema presenta la paradoja de que si bien se obtienen resultados en el corto plazo, que permite que los gerentes sean promovidos, sus sucesores pueden encontrarse con problemas en la motivación de las personas que se encuentran reprimidas y que afectaran necesariamente su productividad en el futuro.

La organización debe diseñar un sistema que premie a los gerentes eficaces dado que de esa forma aumentará su capacidad de competir y destacarse en entornos cambiantes, al desarrollar la visión compartida de sus integrantes. Esto implica pasar de una mentalidad de mando y control a un ambiente de responsabilidad y apoyo.

Uno de los aspectos fundamentales en este modelo de organización es la posibilidad de compartir información y conocimientos con todos. Quienes tienen información se ven obligados a actuar con responsabilidad. Al contar con la información las personas pueden entender claramente la situación a la que enfrentan.

Todo esto crea confianza en las personas que integran la organización y derrumba con el modo de pensar basado en las jerarquías, y en el ocultamiento de la información como forma de dominar a esas personas. Al compartir información todos procuran que las cosas salgan bien, y se promueve la innovación al ampliarse las oportunidades de aprendizaje.

Aún cuando muchas de nuestras organizaciones estén lejos de este modelo, que por otra parte, representa la clave del éxito y el crecimiento de las principales organizaciones en el mundo, vale la pena procurar el cambio. Con el aumento de la información en poder de las personas daremos lugar a una sociedad mas instruída, mas creativa y mas innovadora, que pueda ser menos conducida y que viva mas feliz. Vale la pena.

¡Agradecemos sus opiniones, puntos de vista y experiencias personales en los comentarios a este post!

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