Técnicas y consejos de resolución de problemas (que funcionan de verdad)

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Solucionar problemas complejos puede ser difícil, pero no imposible. Solo necesitas tener el espíritu adecuado y disponer de un proceso para resolver el problema en cuestión.

Por suerte, tienes cantidad de técnicas a tu disposición para solucionar los problemas que surjan en el lugar de trabajo.

Cuando te tienes que enfrentar a un problema difícil, ¿por dónde empiezas? ¿Qué técnicas de resolución de problemas puedes utilizar AHORA MISMO que te puedan ayudar a tomar mejores decisiones?

La publicación de hoy te ofrecerá consejos y técnicas para solucionar problemas complejos de forma que puedas superar cualquier complicación como un experto.

¿Cuántos pasos tiene el proceso de resolución de problemas?

Básicamente, la resolución de problemas es un proceso metodológico de cuatro pasos. Podrás recordar estos pasos de cuando te presentaron el método científico.

  1. En primer lugar, tienes que definir el problema. ¿Cuál es la causa? ¿Qué síntomas indican la presencia de un problema?
  2. A continuación, tienes que identificar varias opciones de soluciones. ¿Qué se aconseja para solucionarlo?
  3. Después, evalúa tus opciones y elige una de ellas. ¿Cuál es la mejor opción para solucionar el problema? ¿Cuál es la opción más sencilla? ¿Cómo debes priorizar?
  4. Finalmente, aplica la solución elegida. ¿Se ha solucionado el problema? ¿Hay otra opción que debas probar?

Cuando apliques las técnicas de solución de problemas utilizarás una variación de estos pasos como base.

Consejo: antes de poder solucionar un problema, intenta entenderlo completamente.

Técnicas creativas de resolución de problemas

¡Da rienda suelta a la creatividad! Puede que creas que esto no será más que una lista de formas predefinidas de proponer ideas. No exactamente.

La resolución creativa de problemas (CPS, por sus siglas en inglés) es en realidad un proceso formal formulado por Sidney Parnes y Alex Faickney Osborn, considerado como el padre de la aportación de ideas tradicional (y la “O” de la famosa agencia de publicidad BBDO).

Su proceso de resolución creativa de problemas hace hincapié en varios aspectos, a saber:

  • Separar la conceptualización de la evaluación. Cuando aportas ideas creativas, deja tiempo para enumerarlas todas. Céntrate en generar muchas ideas. No las priorices ni evalúes hasta que las hayas anotado todas.
  • Juzgar no beneficia. Nada detiene el flujo de ideas creativas más rápido que juzgarlas en el acto. Espera hasta que haya finalizado la aportación antes de proceder a evaluar.
  • Replantea los problemas como preguntas. Es más fácil conseguir que un grupo piense en ideas creativas cuando los problemas se plantean como preguntas de respuesta abierta.
  • Utiliza “Sí, y…” para ampliar las ideas. Este es uno de los principios básicos de la improvisación. Es muy sencillo cerrarse en banda y negar ideas utilizando la palabra “pero” (por ejemplo, “pero creo que es mejor…”). Evítalo a toda costa. En lugar de ello, amplía lo que se dijo anteriormente diciendo “Sí, y…” para que las ideas sigan fluyendo y evolucionando.

Consejo: cuando haya que aportar soluciones, genera ideas primero utilizando preguntas y construyendo sobre las ideas existentes. Evalúa y juzga más tarde.

Consejos de resolución de problemas procedentes de la psicología

Si te fijas en la historia de técnicas de resolución de problemas de la psicología, te darás cuenta de que hay un amplio espectro de ideas interesantes que pueden resultar útiles.

Aprender por experiencia

En 1911, el psicólogo estadounidense Edward Thorndike observó a una serie de gatos tratando de averiguar cómo escapar de la jaula en la que les había introducido. A partir de esto, Thorndike desarrolló su ley del efecto, que en definitiva viene a decir que si tienes éxito por el método de ensayo-error, es más probable que uses esas mismas acciones e ideas que te llevaron al éxito cuando te tengas que volver a enfrentar al problema.

Consejo: la experiencia pasada puede informar y arrojar luz sobre el problema al que te enfrentes. Recuerda. Explora.

Obstáculos para el pensamiento reproductivo

También tenemos a los psicólogos de la Gestalt que tomaron las ideas de Thorndike cuando propusieron que la solución de problemas se puede llevar a cabo a través del pensamiento reproductivo, que nada tiene que ver con el sexo, sino con la solución de un problema mediante el uso de la experiencia pasada y la reproducción de dicha experiencia para solucionar el problema actual.

Lo interesante de la psicología de la Gestalt es cómo ven los impedimentos para la resolución de problemas. He aquí dos de esos impedimentos:

1. ¿Estás atascado? Busca estancamiento mental. Esto ocurre cuando estás muy obsesionado con una solución que solía funcionar bien en el pasado, pero que no tiene utilidad para el problema actual. ¿Estás tan estancado con un método o idea que lo usas incluso cuando no funciona? Como canta la reina Elsa: “¡Suéltalo!”

2. ¿Estás pensando en usos alternativos? Hay un sesgo cognitivo llamado fijación funcional que podría impedir el desarrollo de tus técnicas de pensamiento crítico haciendo que solo veas la función convencional de un objeto.

Por ejemplo, si tienes que cortar un papel por la mitad pero solo tienes una regla, la fijación funcional te llevará a pensar que la regla solo sirve para medir cosas. (Pero también puedes usarla para doblar el papel y hacer que sea más fácil rasgarlo por la mitad).

Consejo: piensa de forma original. Con ello nos referimos a cosas que no estén basadas en la experiencia a la que te aferras, o fuera de las ideas preconcebidas de cómo se usa normalmente una herramienta.

Más herramientas de resolución de problemas

Utiliza el modelo de pensamiento productivo de Hurson
En su libro Piensa mejor, el escritor y gurú de la creatividad Tim Hurson propuso un modelo de seis pasos para solucionar los problemas de forma creativa. Los pasos de su modelo de pensamiento productivo son estos:

1. Pregunta qué pasa. Define el problema y su repercusión en la empresa y, a continuación, aclara tu perspectiva para el futuro.
2. Pregunta qué es el éxito. Define qué debe conseguir la solución, qué recursos se necesitan, su alcance y los valores que debe respetar.
3. Pregunta cuál es la cuestión. Elabora una larga lista de preguntas que, cuando tengan respuesta, solucionarán el problema.
4. Genera respuestas. Responde a las preguntas del paso 3.
5. Concibe la solución. Evalúa las posibles ideas basándote en los criterios del paso 2. Elige una solución.
6. Dispón los recursos. Identifica a las personas y los recursos para ejecutar la solución.

Utiliza un diagrama de espina de pescado para ver la causa y el efecto.
La parte más importante de definir el problema es buscar la posible causa raíz. Tendrás que plantearte preguntas como: ¿Dónde y cuándo sucede? ¿Cómo ocurre? ¿Con quién sucede? ¿Por qué pasa?

Puedes llegar a la causa raíz con un diagrama de espina de pescado (también denominado diagrama de Ishikawa o de causa-efecto).

Básicamente, pones el efecto en la parte derecha como el planteamiento del problema. A continuación, enumeras todas las posibles causas en la parte izquierda, agrupadas en categorías de causas más amplias. La forma resultante recuerda a la espina de un pescado. Que básicamente es la forma ideal de decir que el problema huele a pescado podrido.

Emplea analogías para llegar a una solución
Otras herramientas que puedes usar son las analogías. El pensamiento analógico usa información de un ámbito para ayudarte con un problema que pertenece a otro ámbito. En definitiva, solucionar un problema diferente puede llevarte a encontrar la solución del problema actual. ¡Pero ten cuidado! Las analogías son complicadas para los principiantes y lleva un tiempo familiarizarte con ellas.

Por ejemplo, en el problema de la radiación, un doctor tiene un paciente con un tumor que no se puede operar. El doctor puede usar rayos para destruir el tumor, pero si lo hace también destruirá los tejidos sanos.

Dos investigadores, Gick y Holyoak observaron que las personas resolvían el problema de la radiación con mucha más facilidad después de pedirles que leyeran la historia de un general invasor que debía capturar la fortaleza de un rey, pero que debía tener cuidado para evitar que las minas se detonaran si muchas tropas atravesaban las calles. Así pues, el general envía tropas pequeñas de soldados por diferentes calles. De este modo, los efectivos podrán converger en la fortaleza al mismo tiempo y capturarla con todo el ejército.

Pregunta 12 veces “qué más”.
En su libro, The Architecture of All Abundance, la escritora Lenedra J. Carroll (también conocida por ser la madre de la estrella del pop Jewel) habla de una técnica de preguntas y respuestas para salir de un problema.

Básicamente, cuando te enfrentes a un problema, plantéate una pregunta sobre él y concibe 12 respuestas (12 “qué más”) a dicho problema. Luego podrás avanzar tomando una respuesta, convirtiéndola en una pregunta y generado 12 qué más adicionales. Repite hasta que la solución esté en su punto, bien horneada y lista para sacar del horno.

Empieza a utilizar estas técnicas hoy mismo

Ojalá que estas técnicas diferentes te resulten útiles y que llenen tu imaginación de ideas acerca de cómo solucionar diferentes problemas.

Llegado el caso, tendrás cuatro consejos diferentes que podrás emplear la próxima vez que un problema te atormente:

  1. No empieces tratando de solucionar el problema. En primer lugar procura entender la causa del mismo.
  2. Utiliza preguntas para generar ideas que solucionen el problema.
  3. Piensa en problemas anteriores para buscar respuestas a los nuevos.
  4. Deshazte de las ideas preconcebidas y las experiencias pasadas antes de intentar abordar el problema.

Publicado en Wrike. Post original aquí.

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Inteligencia Colaborativa II. Patrones mentales.

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Por Isabel Carrasco González

Dawna Markova y Angie Mc Arthur en su libro “Collaborative intelligence. Thinking with people who think differently”, que estamos comentando, plantean que la primera estrategia de la inteligencia colaborativa consiste en reconocer los patrones mentales. Inicialmente debemos aprender a reconocer la forma única y específica en que procesamos la información. Al conocerla el proceso de aprender, desaprender, digerir y desaprender  la información se volverá más natural. Nos ayuda, también, a diseñar nuestro ambiente de trabajo y a desarrollar nuevos hábitos,a abrir nuestras mentes y aumentar nuestra curiosidad y capacidad.

Como pensadores estamos atascados en nuestras rutinas y hábitos y nos cuesta abandonarlas. Necesitamos saber cómo crear las condiciones que nos van a permitir avanzar y abrirnos, necesitamos aprender y desaprender con los demás constantemente. El primer paso para reconocer nuestros patrones mentales consiste en ser conscientes de nuestra atención y de lo que la desencadena.

La atención se puede presentar en forma de distintos estados:

1.- CENTRADA. Sólo estamos atentos en una cosa u hecho e ignoramos el resto de lo que nos rodea. Describe el estado consciente en el que nuestra mente produce más ondas beta. Nuestros pensamientos se afianzan y se convierten en creencia sólidas. Nos encontramos concentrados en lo que está directamente delante de nosotros: por ejemplo la pantalla del ordenador, la voz de una persona, el martillo en nuestra mano. Es el estado de atención más apropiado para:

a).- Concentrarnos en realizar tareas.

b).- Tomar decisiones.

c).- Atender a detalles y terminar proyectos.

2.- CLASIFICADORA. Consiste en el estado subconsciente de la mente en el que se producen más ondas alfa. Los pensamientos vagan de un lado a otro, clasificando la información, comparando unas cosas con otras,… En este estado estamos:

a).- Procurando entender.

b).- Digiriendo la información y las experiencias.

c).- Pensando a través de la confusión.

d).- Barajando múltiples opciones.

3.- ABIERTA. Se produce un estado inconsciente de la mente en el que aparecen más ondas theta. Nuestros pensamientos son amplios e internos como cuando soñamos despiertos. En este estado de ánimo estamos:

a).- Imaginando posibilidades. Nuevas formas de abordar antiguos problemas.

b).- Explorando nuevas opciones, a través de contemplar las cosas y situaciones de nuevas maneras.

c).- Asociando experiencias pasadas, historias, personas: “Oh, esto me recuerda a ….”

Nuestras mentes están pasando constantemente de un estado  a otro. Cada uno supone un estado de “metabolismo mental”, en el que nuestra mente está captando la información, organizándola, procesándola, revaluándola, eliminándola, convirtiéndola en nuevos patrones e ideas, almacenándola y preparándola para decidir cómo expresarla.

Cuando alguien no nos responde de forma verbal, de ríe o mira fijamente a un punto indeterminado pensamos que no nos está prestando atención. Esto no es necesariamente cierto, ya que puede ser un indicador de formas distintas de pensar y de estar atentos. Explorar, divagar, imaginar, reflexionar, clasificar son distintas maneras de pensar, cada una útil en distintas situaciones. Lo que ocurre es que la mayor parte de las personas han sido educadas para considerar que sólo un estado de atención centrada es valioso y suponen que los otros dos tipos que hemos visto son una pérdida de tiempo. Nos referimos a estos últimos estados como negativos, ya que implican distracción. Cuando la mayoría de nosotros somos conscientes de que nuestros pensamientos están divagando reaccionamos rápidamente para volver a los hábitos de encontrar una respuesta rápida o una nueva línea de acción. Nos han enseñados analizar la forma de solucionar problemas lo antes posible. Esta es la razón por la cual cuando nuestras mentes se sienten confundidas y buscan cómo organizar toda la información, sentimos pánico e intentamos utilizar la lógica para centrarnos.

En las culturas occidentales cuando vemos que alguien está pensativo pensamos que es una oportunidad óptima para interrumpirle. Si pensamos que está confundido nos ofrecemos ayudarle  como si la confusión fuese algo que se puede curar con rapidez. Estamos acostumbrados a dar respuestas actuar y decidir sobre las cosas sin demoras, pero necesitamos tener nuestras mentes abiertas y no centradas exclusivamente si queremos innovar. Las últimas investigaciones de los neurocientíficos han mostrado que, como la punta de un iceberg, sólo un porcentaje muy bajo de nuestras actividades cognitivas (decisiones, emociones, acciones o comportamientos) involucran a la atención consciente. La mayor parte del resto de nuestra actividad mental se encuentra por debajo de nuestra consciencia, donde nuestras mentes exploran relaciones y efectúan conexiones inconscientes. En este estado nuestra mente está trabajando con un pensamiento abierto y relacional.

Si somos capaces de ir pasando de un estado de atención centrada a uno más abierto podremos:

a).- identificar nuevas conexiones entre las cosas que nos descubrirán nuevos significados.

b). Sintetizar y relacionar ideas y cosas que parecen ser contrarios o independientes.

c).- Incrementar la frecuencia de los momentos “Eureka” en los que algo nuevo surge.

d).- Intuir nuevas posibilidades.

Existen tres tipos de lenguajes del pensamiento que desencadenan las variaciones en la atención. Estos son una combinación de elementos kinestésicos, auditivos y visuales. Por ejemplo si pensamos en un limón lo podemos hacer de forma visual: amarillo, oval, con hojas verdes, piel más o menos rugosa,…, o desde su representación escrita o pensando en cómo suena la palabra limón o éste cuando se estruja para hacer zumo. También podemos pensar en él de forma kinestésica recordando su sabor o su tacto.

Lo importante de estos tres elementos es que hacen que la atención de la mente se desvíe de un estado a otro. Uno de los tres va a evocar al estado centrado y los otros a los otros dos estados de nuestra atención. Todas las personas utilizamos los tres elementos para pensar. Es la secuencia de éstos lo que va a determinar nuestro patrón mental.

LOS TRES LENGUAJES DEL PENSAMIENTO
AUDITIVO KINESTÉSICO VISUAL
Escuchar, narrar, discutir, cantar, hablar Hacer, mover, sentir, hacer cosas Mirar, observar, leer, mostrar, contemplar, escribir
Receptivo Activo Receptivo Activo Receptivo Activo
Escuchar

Oír

Narrar

Hablar

Cantar

Contar chistes,..

Oler

Saborear

Sentir

Percibir

Experimentar

Hacer

Mover

Construir

Hacer deporte,…

Leer

Ver

Observar

Escribir

Editar

Dibujar

Fotografiar,…

El desencadenante auditivo suele ser el más usado y del que más se abusa en nuestra cultura y conduce a muchas personas hacia la atención centrada: cuanto más hablan, más alerta se sienten, más comprometidos y más organizados. Reconocer cuál es nuestro patrón mental es importante ya que puede liberar capacidades intelectuales que están dormidas. Para hacerlo las autoras proponen seguir una serie de pasos:

PRIMER PASO.

Elegir con cuál de las posibilidades  que se muestran nos identificamos más y pasar a la segunda etapa:

A1.- AUDITIVA. Se caracteriza por:

Me siento cómodo hablando ante grandes audiencias aunque no haya preparado mi intervención con antelación.

Prefiero las presentaciones verbales antes que hacer una que sea visual o un modelo.

Recuerdo con facilidad lo que se dice en una conversación.

Hablo sin pausas y sin titubeos. Utilizo lenguaje preciso.

Las palabras fluyen fácilmente en el orden lógico sin tener que pensar en ellas.

Puedo hacer muchas tareas auditivas simultáneas: puedo hablar con una persona y escuchar a otra en la distancia al mismo tiempo, por ejemplo.

Suelo ser crítico con la forma en que se expresan dicen las cosas y se expresan las ideas.

V1. VISUAL. Se caracteriza por:

Lo primero que recuerdo de una persona o lugar es su aspecto.

Prefiero hacer un informe escrito que una presentación oral o un modelo.

La mejor manera de organizarme es hacer una lista.

Me gusta establecer contacto visual con la persona con la que estoy hablando.

Soy consciente de mi apariencia ante otras personas.

Puedo hacer muchas tareas visuales simultáneamente. Por ejemplo puedo leer y ver la televisión al mismo tiempo.

Suelo ser crítico con la apariencia de las cosas.

K1.- KINESTÉSICA. Se caracteriza por:

Prefiero estar de pie o moviéndome.

Prefiero compartir una experiencia o hacer un modelo si tengo que hacer una presentación.

La mejor forma de organizarme es apilando las cosas.

Puedo recordar fácilmente lo que he hecho y las sensaciones físicas que me produjeron mis acciones.

Mi preferencia natural es experimentar por medio de la acción.

Puedo hacer múltiples tareas simultáneamente.

Suelo ser crítico en relación a cómo se hacen las cosas.

SEGUNDO PASO.

En función de nuestra primera selección hay que elegir la alternativa con la que nos identificamos mejor:

K2:

Sé lo que está pasando en mi cuerpo manteniendo mis ojos abiertos

Siento que tengo mucha energía acumulada en mi interior

V2:

Puedo ver con facilidad imágenes tridimensionales en mi mente con los ojos abiertos y contemplarlas desde varios ángulos: Arriba, detrás y lateralmente.

Prefiero mirar a la persona con la que estoy hablando y luego mirar alrededor.

A2:

Para tomar una decisión prefiero comentar con alguien las alternativas.

Con frecuencia utilizo metáforas cuando hablo y prefiero compartir la historia completa de una experiencia.

1.- En el caso de que en la etapa anterior hayamos seleccionado A1, deberemos elegir entre K2 o V2.

a).- Si seleccionamos K2,  en la fase siguiente nuestra opción es la V3

b).- Si seleccionamos V2, en la fase siguiente nuestra opción es la K3

2.- Si nuestra elección fue V1, elegir entre A2 y K2

a).- Si seleccionamos A2,  en la fase siguiente nuestra opción es la K3

b).- Si seleccionamos K2, en la fase siguiente nuestra opción es la A3

3.- Si nuestra elegida fue K1, tenemos que decidirnos por la opción V2 o la A2.

a).- Si seleccionamos V2,  en la fase siguiente nuestra opción es la A3

b).- Si seleccionamos A2, en la fase siguiente nuestra opción es la V3

TERCER PASO

En ella nos encontramos con otras tres alternativas:

V3:

Prefiero poco volumen de información visual.

Me siento desbordado con el exceso de detalles visuales.

Tengo que entrenarme para establecer y mantener el contacto visual.

La forma en que alguien me mira me influye mucho.

No me gusta que las personas me digan lo que tengo que mirar.

K3:

Puedo mantenerme sentado sin moverme durante largos periodos de tiempo.

Me supone un reto el realizar una actividad física de forma secuencial o reglamentada.

Cuando hago alguna actividad física prefiero ir a mi aire.

No me gusta el roce físico casual.

Soy muy sensible al tacto y al contacto físico y tiene un efecto muy mantenido en mí.

A3:

Me gusta escoger música tranquila y soy muy sensible ante los sonidos.

Prefiero tener tiempo para pensar lo que voy a decir.

Las palabras y el tono de voz pueden influirme mucho y durante largo tiempo.

Temo las interrupciones y evito los enfrentamientos verbales.

Prefiero que no me digan lo que tengo que decir.

CUARTO PASO

En función de nuestras elecciones anteriores encontraremos que tendremos uno de los seis patrones siguientes (que analizaremos en la siguiente entrada):

V1, A2, K3

V1, K2, A3

K1, A2, V3

K1, V2, A3

A1, V2, K3

A1, KA, V3

Licencia de contenido del blog de “Hablemos de liderazgo”

Publicado en Hablemos de Liderazgo. Post original aquí.

Del mismo autor en este blog:

Inteligencia Colaborativa I. Fundamentos.

Repensar el Management. Receta para el Cambio.

Seguir leyendo:

La importancia de la inteligencia Social

Qué Ganas cuando Actualizas tu Cartografía Mental

Introducción a la Inteligencia Emocional para el trabajo directivo

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