por Mario López de Avila
Hace unos meses, en el marco de un cometido para uno de mis mejores clientes, me encontré con la necesidad de preparar a un equipo de voluntarios para la complicada tarea de entrevistar a la práctica totalidad de la plantilla con relación a un tema muy delicado.
En la preparación de este equipo de entrevistadores interno, un componente crítico del aprendizaje fue una introducción a los principios y técnicas de la Comunicación Asertiva – es decir, aquella que afirma los propios derechos y aspiraciones sin necesidad de manipular los ajenos, sin connotaciones defensivas o agresivas. En definitiva, una comunicación sana. Incluso, según creo, “terapéutica”. Debería ser la forma ‘normal’ de relacionarse, pero no lo es. Desde muy corta edad, vamos adoptando estrategias de relación “no adecuadas”, pero que dan resultado – al menos al principio, o a corto plazo. Lo hacemos porque ‘funcionan’, pero también, en realidad, porque no conocemos ninguna alternativa. Nadie nos enseña a ser asertivos. Es más, la mayoría de nosotros aprende a NO serlo. Algunos de nosotros aprendemos a usar la violencia verbal para conseguir lo que queremos – la coacción, la agresión. Otros aprenden a manipular, chantajear, engañar o mentir. Otros optan por intentar pasar desapercibidos o… en fin, hay tantas ‘estrategias’ como personas. La mayoría de ellas apestan, incluso – o especialmente – las que empleamos con nuestros seres queridos.
La comunicación asertiva utiliza “técnicas” para interactuar con los demás desde el respeto, a nosotros mismos y a nuestro interlocutor. Está pensada para resolver el tipo de dilemas a los que nos enfrentamos con frecuencia en nuestras relaciones personales o profesionales, por ejemplo cuando te sorprendes pensando “Si digo NO, me sentiré culpable, pero si digo SÍ, sentiré asco de mí mismo”. Las técnicas son importantes, pero aún más lo son los principios sobre los que se sustentan. Escribo este post para darlos a conocer a los hipotéticos lectores que no tengan noticia de su existencia. Nuestros ‘derechos asertivos’ constituyen “una estructura básica para la sana participación de cada individuo en toda relación humana”. Todos deberíamos conocerlos, darlos a conocer, ejercerlos y defenderlos. Ahí van.
1. Tenemos derecho a juzgar nuestro propio comportamiento, nuestros pensamientos y nuestras emociones, y a tomar la responsabilidad de su iniciación y de sus consecuencias.
2. Tenemos derecho a no dar razones o excusas para justificar nuestro comportamiento.
3. Tenemos derecho a juzgar si nos incumbe la responsabilidad de encontrar soluciones para los problemas de otras personas.
4. Tenemos derecho a cambiar de parecer.
5. Tenemos derecho a cometer errores… y a asumir la responsabilidad por los mismos.
6. Tenemos derecho a decir “no lo sé”.
7. Tenemos derecho a ser independientes de la buena voluntad de los demás a la hora de relacionarnos con ellos. Dicho de otra forma, el comportamiento del otro no es una excusa para que no nos relacionemos con los demás de forma sana, asertiva.
8. Tenemos derecho a tomar decisiones ajenas a la lógica.
9. Tenemos derecho a decir “No lo entiendo”. Mil veces, si es preciso.
10. Tenemos derecho a decir “No me importa”.
Uno de los grandes divulgadores de la terapia asertiva – como él la denomina – es el Prof. Manuel J. Smith. Ha publicado varios libros sobre entrenamiento asertivo que al ojo poco entrenado pudieran parecer “verborrea new age” o “panfleto de autoayuda”, pero nada más lejos de eso. Sus libros siguen siendo, 20 años después, las mejores referencias de que dispongo sobre los principios, metodologías y técnicas de la comunicación asertiva. Creedme, se ha publicado mucho sobre el tema, pero los suyos siguen siendo los mejores. Si queréis educar a vuestros hijos para que sean personas asertivas, os recomiendo su magnífico libro “Sí, puedo decir no”, publicado hace un millón de años por Editorial Grijalbo. Si queréis algo más ‘adulto’, su clásico “Cuando digo NO me siento culpable” es la mejor opción. Podéis encontrarlo en prácticamente cualquier librería, puesto que han sido reeditados una y otra vez.
Publicado en Nodos en la Red. Post original aquí.
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