Por: Mariano Ramos Mejia
Cuando los empresarios piensan en los costos de los bienes y servicios que producen, tienen una tendencia a pensar en aquellos tangibles como el valor de los insumos y las materias primas, el manejo de los tiempos y en general con los componentes del costo primario de producción. Asimismo, muchas veces en su afán de posicionar sus productos en nuevos mercados, no vacilan en experimentar y cambiar procesos y componentes, en aras de una mayor calidad de sus prestaciones que mejore dicho posicionamiento. Sin embargo, existen otros costos que no necesariamente se ven reflejados de un modo explícito en el valor de los productos, pero que deben considerarse porque forman parte de la operatoria de toda empresa.
Estos son costos en los que la empresa incurre precisamente para asegurar una mejor calidad y que pueden agruparse en las siguientes categorías:
a) Los costos de la prevención, o sea los destinados a evitar una producción deficiente. Entre ellos encontramos los derivados de las siguientes actividades:
- Inspecciones de recepción de materias primas y materiales;
- Inspecciones aleatorias durante el proceso de fabricación;
- Capacitación de la mano de obra en el proceso productivo;
- Documentación de proceso;
- Emisión periódica de informes;
- Selección de puntos clave a inspeccionar;
- Definición, comunicación y actualización constante de los requerimientos.
b) Los costos de evaluación, relacionados con la medición de los niveles de calidad en la empresa, cómo:
- Inspecciones y controles de calidad de rutina durante el proceso;
- Análisis de muestras y exámenes de laboratorio;
- Análisis critico del proceso productivo;
- Información sobre inventarios excesivos, de segunda mano o de baja rotación.
c) los costos internos derivados de defectos, provenientes de acciones destinadas a corregir problemas de calidad deficiente de los productos antes de que salgan de la planta, cómo:
- Remanejos y reprocesos de mercadería defectuosa;
- Desperdicios por encima del máximo aceptable;
- Aceptación de productos fuera de estándar;
- Mala programación de recursos “cuello de botella”;
- Repetición de tareas de producción.
d) Los costos externos relacionados con la entrega al cliente de un producto defectuoso. Algunos de los más significativos son:
- Garantía ex post;
- Servicio de atención al cliente;
- Devoluciones y reparaciones;
- Investigaciones acerca de fallas de proceso y de calidad;
- Anulaciones de pedidos y perdida de clientes;
- Atención de reclamos y demandas legales.
La mayoría de las veces las empresas no cuentan con información adecuada para medir estos costos de la no-calidad (mala calidad o falta de ella), con excepción de algunos de ellos que han sido reconocidos tradicionalmente por la contabilidad, como los relacionados con las devoluciones y con la evaluación del proceso productivo en general.
Sin embargo, es necesario reflexionar sobre el hecho de que en los informes y estados preparados por los sistemas de contabilidad tradicionales estos costos suelen permanecer ocultos entre una maraña de otras erogaciones no identificables.
Por otra parte, los costos de la no-calidad representan un porcentaje mayor sobre los costos totales de lo que habitualmente se cree en las empresas. Estas suelen gastar mucho mas en los costos derivados de los defectos que en el resto de los ítems mencionados, y más en los sistemas de evaluación que en los de prevención.
Si se creara en la empresa una conciencia de calidad, se fomentaría el aumento del costo de prevención y la disminución de los costos de reparación. Es decir, se tendería a lograr lo que habitualmente se expresa como “hacerlo bien la primera vez”, que es un concepto que ayuda a evitar los costos mencionados de fallas y de evaluación de calidad.
De todo lo mencionado se desprende que es de fundamental importancia mantener y mejorar la calidad de los procesos y los productos de la empresa para disminuir de este modo en forma sensible los costos totales de calidad.
Obviamente nuestros lectores comprenden que con lo que hemos dicho hasta aquí no puede agotarse el tema de calidad (o la falta de ella, o costos de no-calidad) en los procesos operativos empresariales, pero volveremos próximamente con un tratamiento más intensivo del tema.
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