Inteligencia Conversacional II. El papel clave de la Confianza

COM INT

Por Isabel Carrasco González

Judith E. Glaser en su libro “Conversational inteligence. How to build trust and get extraordinaryresults”, que estamos comentando,  plantea que, las conversaciones son multidimensionales, no lineales. Lo que pensamos, lo que decimos, lo que queremos decir, lo que los demás escuchan y cómo nos sentimos después, son las dimensiones claves que se encuentran detrás la inteligencia conversacional.

Cuando mantenemos una buena conversación, aunque sea complicada, nos encontramos bien. Nos sentimos conectados con la otra persona de una forma profunda y percibimos que nos podemos fiar de ella. Sabemos en qué lugar nos encontramos en relación con los otros. Nos sentimos seguros. Las conversaciones se pueden considerar como los hilos dorados, aunque frágiles, que nos mantienen relacionados con otras personas.

La red neuronal que nos permite conectar con los demás fue descubierta en 1926 por Constantin von Economo que encontró un tipo de neuronas de una forma especial en la corteza prefrontal y en la frontoinsular del cerebro, que se extendían hasta el estómago y respondían a señales socialmente relevantes, como un rostro fruncido o la voz de alguien que amamos. Esta red de neuronas especiales nos permite detectar estas pistas sociales y alterar nuestro comportamiento para responder a ellas.

Cuando conversamos con los demás, en ocasiones hasta antes de empezar a hablar, les valoramos y determinamos si confiamos o no en ellos. Una vez que esto ocurre nuestras mentes están preparadas para abrirse o cerrarse. Las malas conversaciones desencadenan nuestra  red de desconfianza y las buenas liberan la red de confianza, lo que va a influir en lo que decimos, en cómo lo decimos y estas redes van a jugar  un importante papel en los resultados de cada conversación.

En el momento en el que entramos en contacto con otras personas se desencadenan reacciones bioquímicas en todas las partes de nuestro cuerpo.  Nuestro corazón, por ejemplo, responde de dos maneras: electroquímica y química. Nuestros cuerpos captan la energía de la otra persona, cuando se encuentra cerca de ella y el proceso de conectividad comienza.

Las conversaciones son multidimensionales y multitemporales, lo que significa que algunas partes del cerebro procesan la información con más rapidez que otras y que nuestros sentimientos pueden aflorar antes de que seamos capaces de verbalizarlos. Las cosas que decimos, las cosas que oímos, las cosas que  queremos decir y la forma en que nos sentimos tras expresarlas pueden emerger en momentos distintos. En el caso de que no coincidan nuestras percepciones y sentimientos con nuestras palabras tenderemos a buscar historias que justifiquen esas discrepancias y nos permitan reconciliarnos con ellas.

Cuando queremos ganar y tener razón pase lo que pase utilizamos una parte del cerebro primitivo: la amígdala. Si nos sentimos amenazados  va a activar los impulsos inmediatos que aseguran nuestra supervivencia. Nuestra mente se cierra y no está abierta ya a ninguna influencia.

En el otro lado del espectro en el cerebro se encuentra la corteza prefrontal, que nos permite construir sociedades, tener juicios acertados, ser estratégicos, manejar conversaciones complicadas y generar y mantener la confianza. Si no se establece una relación de confianza, nuestra habilidad de tratarnos con empatía y de trabajar juntos para obtener unos resultados mayores que la suma de las partes se disolverá.

En el momento del contacto en una conversación si el impacto lo sentimos como bueno nos abriremos a nuevas interacciones, pero si es malo nos cerraremos y adoptaremos una postura defensiva. Por ello es conveniente que analicemos nuestras conversaciones pasadas, lo que el autor llama deconstruir una conversación para descubrir qué es o que estamos haciendo para que el impacto sea positivo o negativo. Cuando elegimos una acción que nos lleva a conectar con los demás se estimulan distintos  conjuntos de neuronas y desarrollar nuevas formas de pensamiento que nos lleven a resistir los impulsos de nuestro cerebro primitivo y a acceder a nuestro cerebro ejecutivo.

Al comenzar una  conversación nuestro cerebro hace un mapa de nuestros patrones de interacción y conseguimos mucha información de la dinámica de la interacción. Detectamos si nuestro interlocutor es un receptor o un “tomador”, si es justo, si respeta nuestro territorio, si colaborará y nos permitirá expresar nuestros pensamientos o intentará acaparar la atención y no compartirá. También si es amistoso o si nos puede llegar a dañar y por tanto si podemos confiar o no en él. Todo esto lo tenemos incorporado en la forma en la que procesamos las conversaciones. La autora  a esta sensibilidad especial la llama “instintos vitales”.

Existen, como estamos viendo, redes de confianza y de desconfianza que operan como un sistema y a las que no podemos eliminar,  pero sí influir en ellas. Angela Dimoka incide en el hecho de que ambas tienen diferentes localizaciones en el cerebro. La corteza prefrontal, como hemos visto, es donde comparamos nuestras expectativas de lo que esperamos que pase o de lo que pasa con la realidad y donde procuramos conciliar nuestra visión del mundo con la de los demás. Cuando éstas están alineadas sentimos el mayor grado de confianza. Esto no significa que no podamos estar en desacuerdo con los otros, ya que con frecuencia confiamos más en las personas con las que podemos estar en desacuerdo sin experimentar por ello consecuencias negativas. La desconfianza surge en la parte inferior del cerebro, que es donde sentimos el miedo de la pérdida.

La incertidumbre es el lugar en el que la confianza y la desconfianza se superponen. Los investigadores han ligado la corteza orbitofrontal con la incertidumbre y han demostrado que activando esta parte del cerebro se incrementa la desconfianza. En el momento del contacto cuando interactuamos con otros y sentimos la incertidumbre de cómo interpretar esta interacción es cuando se activa nuestra corteza orbitofrontal.

Los humanos estamos diseñados para conectar con los demás y lo hacemos en diversos niveles complejos. Formamos alianzas, equipos, empresas y sociedades en las que dependemos unos de los otros.  Para formar estas alianzas tan complejas tenemos un complejo centro de conexión entre el sistema límbico y el neocórtex., llamado insula, localizado debajo de la corteza prefrontal, que actúa como una autopista de información y  que podría explicar por qué podemos resonar con unas personas y no con otras, lo que es fundamental para generar confianza.

El temor y el conflicto no sólo alteran nuestra química cerebral, sino que, también, cambian cómo nos sentimos, cómo nos comportamos y cómo nos perciben los demás. En nanosegundos podemos pasar de ser un amigo de toda confianza y consejero a ser una amenaza, alguien de quien desconfiar profundamente porque el miedo ha intervenido. Peor aún, cuando la amígdala se dispara activa el área límbica del cerebro que almacena las memorias antiguas y esta parte del cerebro empieza, entonces, a recordar otros daños y amenazas similares y dar un sentido a una situación distinto del que es percibido por los demás.

Las amenazas emocionales nos ocasionan un estado de temor. Éste puede surgir no sólo ante amenazas no verbales, sino también ante la influencia  de las palabras. Las palabras de los líderes que ocupan una posición de autoridad tienen un mayor poder que las de los que  ocupan un nivel inferior jerárquico. Una vez que hemos tenido una mala experiencia y empezamos a desconfiar de alguien, esta idea queda grabada en nuestro cerebro y será difícil eliminarla, salvo que seamos capaces de revisar exactamente lo que ocurrió de forma objetiva.

Las buenas noticias consisten, según la autora, en  que si aprendemos a identificar las señales de la aparición de desconfianza antes de que se movilice  la amígdala, podemos activar las funciones cerebrales superiores localizadas en el cerebro ejecutivo, donde residen la empatía, el juicio y otras habilidades más estratégicas. Cuando aprendemos a modular o reducir los efectos del miedo logramos incrementar el impacto del cerebro ejecutivo.  Esto nos ayuda a establecer conexiones sociales y de aumentar nuestra capacidad de establecer lazos profundos con los demás en lugar de adoptar actitudes más retraídas.

Las distintas investigaciones han mostrado, de hecho, que si aprendemos a leer las señales que nos manda la amígdala y las rechazamos seremos más eficaces a la hora de ser confiados y alcanzaremos un mayor nivel de inteligencia conversacional.

Glaser recomienda que aprendamos a dejar de lado estos signos utilizando las siguientes tácticas:

1.- Ser conscientes de cómo reaccionamos ante las amenazas, observando cuando adoptamos actitudes de huida, lucha, parálisis o apaciguamiento.

2,. Considerar nuestra reacción como normal.

3.- Identificar si siempre escogemos la misma reacción ante la amenaza y valorar el grado en que ésta nos impacta.

4.- Elegir una forma alternativa de reaccionar en el momento del contacto: inspirar- espirar, iniciar conversaciones de “descubrimiento”, compartir nuestros sentimientos en ese momento o permanecer en calma y no hacer nada, por ejemplo.

5.- Reconocer mejor nuestras respuestas y ser conscientes de que podemos sobreponernos a nuestras emociones y adoptar  otras respuestas. Percibimos lo que puede pasar antes de que ocurra y así podemos interrumpir el patrón de respuestas.

6.- Transformar la desconfianza en confianza,  que es el núcleo de la inteligencia conversacional.

El establecimiento de lazos profundos de confianza origina la liberación, a nivel cerebral, de una serie de sustancias como la oxitocina, la dopamina y la serotonina, que contribuyen a la sensación de bienestar. Cuando confiamos nos sentimos mejor y más positivos,  adoptamos una actitud más abierta a nuevas experiencias y nos ligamos a los demás de una forma que en algunas ocasiones es llamada sincronicidad.

En una investigación dirigida por la autora han identificado que las dos competencias menos desarrolladas en el ambiente laboral son:

a).- La habilidad de mantener conversaciones complicadas.

b).- La habilidad para hacer preguntas del tipo: “¿Qué pasaría si?”

Ambas son esenciales para poder construir y mantener la confianza y para mantener una actitud dirigida a preocuparnos por los demás. Muchas conversaciones son difíciles, si no nos sentimos seguros para mantenerlas de forma abierta y honesta, nunca se podrá transformar la cultura.

Licencia de contenido del blog de “Hablemos de liderazgo”

Publicado en Hablemos de Liderazgo. Post original aquí.

Del mismo autor en este blog:

Inteligencia conversacional. El poder de la comunicación (I)

Inteligencia Emocional. 10 hábitos de los líderes emocionalmente atractivos.

Ideas para negociar eficazmente

Creencias erróneas sobre la Estrategia

Las trampas en la toma de decisiones estratégicas

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Ocho consejos para mantener alto tu nivel de creatividad todos los días

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Emprendedores: ¿Cómo seguir trabajando sin matar la creatividad? 
Por: Antonio Salgado. 
Pulso Social. 

Luego de unas vacaciones mas o menos movidas hay que regresar al trabajo y continuar con las rutinas, algunas de estas rutinas son maratones de trabajo que por lo regular tienden a desgastarnos tanto que al fin de la primera semana de vuelta al trabajo, necesitamos urgentemente otras vacaciones para podernos reponer y seguir rindiendo.

Para algunos otros son solamente ocho horas y lo que hayas podido hacer, por lo que el estrés es similar a estar doce horas frente a una computadora en un lugar cerrado.

En este punto los emprendedores la tienen más difícil: por lo general sus horarios de trabajo son más extendidos que los de un colaborador, sus tareas son multitasking, la comunicación disruptiva y el nivel de estrés por crecer rápidamente pone a prueba algo más que su talento.

Estas jornadas tan largas no solo tienden a cobrar las facturas físicas de cansancio, también tienden a acabar pronto con la motivación y productividad de la gente porque las preocupaciones laborales no se quedan junto con el ordenador, el escritorio y el edificio, se van con uno a casa, a la mesa a cenar con nosotros y también a dormir.

Sobre este tema, el emprendedor argentino Rodrigo Teijeiro, fundador de Fnbox y reconocido por el MIT como uno de los emprendedores sub35 más innovadores de la región,  indica al importancia de vivir en balance del ser humano:  ” trabajar sí, pero familia, amigos y deporte también. El emprendedor no se desespera si tiene su cable a tierra.”  Te recomiendo ver su charla.

Las dinámicas de trabajo que son tan largas y tan pesadas van generando o transformando en el tiempo en el que transcurre la semana a personas altamente irritables, apáticas, depresivas, ansiosas y con achaques de salud como frecuentes dolores de cabeza y estomacales debido al estrés.

Ya he escrito que hacer como empleado o emprendedor y que pasas mucho tiempo sentado trabajando y que por convicción pasas jornadas de por lo menos doce o diez y seis horas creando, trabajando, organizando entre otras actividades.

De las cosas que puede hacer para mantener la energía que va a permitirte mantener la motivación en alta son las siguientes:

1. Descansa bien por las noches, procura no pensar en lo que tienes que hacer al día siguiente, para eso están las agendas.

2. Desayuna bien, el desayuno provee la mayor parte de la energía que consumes durante el día o al menos de la parte más pesada de él.

3. Toma descansos cada x horas, pero toma descansos de 10 o 15 minutos, tanto tiempo de concentración en un solo tema es desgastante y mata la creatividad.

4. Hacer To-Do-Lists normalmente es estresante, escribe pocas tareas y que las que escribas sean las más importantes dentro de todo lo importante que tienes por hacer que no has hecho y que necesita atención que no pueden ser más de diez cosas.

5. Mantente energizado (no, el puerto usb de la compu no es suficiente), bebe cafeína con moderación, mantente hidratado y come saludable.

6. Relájate después de trabajar y antes de regresar a casa, toma un descanso ligero y realiza alguna actividad que disfrutes como jugar, leer, etc. la idea es que sea antes de regresar a casa para que puedas separar tu yo laboral del yo regular de casa o personal.

7. Cuida tu salud, haz ejercicio de manera regular aunque no sea necesariamente ir al Gym o nadar, caminar del transporte a tu casa o trabajo no es ejercicio, tampoco cuenta correr detrás del transporte.

8. Trata de mantener un sentido de “vida después del trabajo” si no, el trabajo va a ser tu vida y la creatividad muere con ello, busca que hacer luego del trabajo.

Si existe la vida después del trabajo, pero más importante, todo esto es lo que va a mantenerte motivado, contento con lo que haces, creativo, proactivo y sobre todo, ves mejor las soluciones a los problemas del día a día.

Antonio Salgado. Ph.D. in computer sciences, neurosciences and brand psychologist, he’s the R&D/CMO at Koers Idea Center, Education community director at the Social media club México.Partner at D4DR.tv. Instructor and collaborator at Mindwave and Mamá Digital. Proud Dad.

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Fuente: Pulso Social   

Imagen: Creative employee

Publicado en Pensamiento Imaginactivo. Post original aquí.

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Creatividad y estrategia: el arte de condensar enfoques

Consejos de un guru de la creatividad: Mihaly Csikszentmihalyi

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Creatividad: una visión integral – Neuronilla

Cuerpo, movimiento y creatividad

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Liderazgo de la diversidad

7161371595_7c6e864a46En los últimos años, la convivencia de las distintas generaciones en el mundo laboral y organizacional constituyó y aun representa un verdadero desafío para una gestión efectiva.

En efecto, frecuentemente escuchamos a representantes de las generaciones seniors referirse con los términos: “incomprensibles, conflictivos y/o descomprometidos“ cuando hablan de la generación “Y” o de los “Milleniun” también llamados “M”

Por otra parte, los más jóvenes consideran que las empresas exigen tiempos de dedicación al trabajo que atenta contra su vida personal y su libertad, que tienen rígidos programas de desarrollo y que sus capacidades son desaprovechadas en el “burocrático” mundo corporativo.

Quien tiene la razón?

Todos y ninguno. Lo cierto es que ambas partes miran la misma realidad desde paradigmas bien diferentes y esto los lleva a un cierto dis-confort en su convivencia. En verdad lo que ocurre es que ha habido cambios muy significativos en cortos lapsos de tiempo que algunos líderes y aún empresas no reconocen, no comprenden o no saben gestionar.

Y nos referimos a mucho más que un cambio laboral. Se trata de cambios sociales. Algunos autores, como Berardi lo definen como una autentica mutación cognitiva y lingüística de la humanidad.

A forma de ejemplo, mencionemos los cambios en el número de palabras que habitualmente utiliza un ser humano. Hasta hace veinte años, un joven utilizaba unas 2000 palabras. Hoy tan solo 650.

Antes una persona mantenía con su trabajo una relación de por vida y de realización personal, básicamente esa relación le daba identidad. Hoy los jóvenes viven el trabajo como un medio para lograr sus fines y condicionan su permanencia a la rápida satisfacción de sus necesidades.

Estos cambios y nuevos paradigmas ¿hacen a los jóvenes inadecuados para las organizaciones? Por supuesto que no.

De hecho, las generaciones Y y M adquirieron competencias tales como moverse a gran velocidad en el mundo de signos visuales. Por otra parte, son personas con rápida adaptación a los cambios sociales y tecnológicos que pueden aportar creatividad e innovación en sus equipos de trabajo.

¿Cuáles son las competencias de los más seniors? Su alto nivel de compromiso con los objetivos de la empresa y su ejecutividad. Capaces de sostener largas jornadas laborales y simultaneidad de funciones, las generaciones senior aportan experiencia y conocimiento en procesos y procedimientos para la toma de decisiones.

Por lo tanto, la clave para transformar estas diferencias en ventajas, es el liderazgo dentro de una cultura organizacional que aprecia la diversidad.

Ciertamente, un buen líder, buscará mantener la mejor ecuación posible entre la naturaleza del negocio en que se encuentre la empresa y las expectativas generacionales de los integrantes de su equipo a fin de que ambas sean satisfechas.

La resolución satisfactoria de esta ecuación, llevará – sin dudas- al éxito organizacional en un clima que será un diferencial de valor y contribuirá a la retención de talentos.

¿Qué competencias tendrá este líder?

Una es la flexibilidad, por supuesto. La otra es la capacidad de influencia por la credibilidad y confianza que genera su liderazgo.

Otra es la tolerancia de las diferencias. Entender a unos y otros, ser empático sin perder por ello su lugar ni el respeto de quienes le reporten. Ser un buen comunicador, mantener fluidos los canales de contacto y escucha de nuevas ideas.

¿Que no debe ser un líder en la Diversidad?

No debe ser estructurado, ni creer en el valor absoluto de las jerarquías,

No saber escuchar, No saber reconocer los méritos de sus colaboradores.

Debe comprender que las tareas rutinarias o poco creativas desalentarán a los jóvenes si no son combinadas con tareas donde puedan aportar sus ideas y su creatividad.

Debe aceptar que el “life balance” es posible sin afectar la eficiencia del departamento a su cargo.

No debe imponer sus paradigmas de cómo sus subordinados deben aprender los conocimientos que le son requeridos, ya que ellos aprenden en forma diferente que los seniors.

En conclusión, será recomendable que las empresas revisen que tipo de rol de jefatura y conducción alientan.

De no hacerlo, los esfuerzos de las empresas por brindar interesantes oportunidades de carrera, competitivos salarios y beneficios podrían desvanecerse rápidamente a la vista de su personal con alto potencial y posiblemente clave para el futuro de la compañía, por no percibir la falta de habilidad o indiferencia de un jefe en el tratamiento de las demandas de sus colaboradores que serán propias del grupo generacional al que pertenece.

Por Susana Larese y Claudio Fernaud publicado originalmente en la Revista de la UCEMA en Septiembre del 2011.
Socios de Stanton Chase Argentina

Publicado en Puerto Managers Blog. Post original aquí.

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El arte de ejecutar

Por  

Cooking Ideas

business-meeting1-515x343Cuando un hombre me dice que se hizo rico a través del trabajo duro, yo le pregunto: “¿De quién?”, Don Marquis.

En la película “El Candidato”, el personaje de Robert Redford dice “¿Y ahora qué?” Después de que él sea elegido. La mayoría de los empresarios se hacen la misma pregunta después de obtener financiación. Y la respuesta es: “Ahora te toca hacer.” Y la pregunta siguiente es, “¿Cómo podemos hacerlo?” Aquí es donde aparece el arte de la ejecución, y en un momento como éste, o se ejecuta o se muere.

1. Crea algo digno de ejecución. Tengo una obsesión por los grandes productos y servicios, pero la ejecución de estos productos son mucho más fáciles si has creado algo significativo y sencillo. Es difícil mantener una motivación y entusiasmo mientras ejecutas algo que no merece la pena. Es fácil, mucho mas fácil si tu producto está llamado a cambiar el mundo. Así que si tú y tu equipo estáis teniendo dificultades para ejecutar el proyecto, tal vez estáis trabajando en el tema equivocado. 

2. Establece metas. El siguiente paso es establecer metas. No cualquier tipo de objetivos, sino metas, que encarnan estas cualidades:

a. Mensurables. Si un gol no es medible, es poco probable que lo puedas meter. En un inicio, los objetivos cuantificables son cosas como los plazos de envío, descarga y el volumen de ventas. La antigua línea “Lo que se mide se hace” es cierta. Esto también tiene consecuencias en el número de goles, porque no se puede (ni debe) medir todo. De tres a cinco objetivos medibles sobre una base semanal ya son muchos.

b. Realistas. Tener unos objetivos conservadores y, con un poco de presión, éstos se incrementarán un 10 por ciento, después utilizad eso como meta mensual. Por ejemplo, si crees que fácilmente vas a vender un millón de unidades en el primer año, has definido tu meta de 100.000 unidades mensuales. No hay nada más desmoralizador que el establecimiento de una meta conservadora y alcanzar el 10 por ciento de su pronóstico. Se podría pensar que dicha práctica, conducirá a las organizaciones a un menor rendimiento, debido a que no tienen un reto asumible.

c. Pertinentes. Un buen objetivo es muy relevante. Si tu empresa es de software, tu objetivo es un número de descargas de tu versión beta del software. No es tu posición ranking en Alexa, así que decirle a la compañía que se centre en conseguir estar indexada en 50.000 sitios web en el mundo en términos de tráfico, no es tan relevante como 10.000 descargas al mes.

d. Adaptables. Una meta puede ser medible, alcanzable, relevante y que te meta en una ratonera. Digamos que has creado una página web de contenidos. Tus objetivos medibles, alcanzables y relevantes son tener 100.000 usuarios registrados en los primeros noventa días. Hasta ahora, todo bien. Pero sólo estás dedicando esfuerzos al conteo de cadáveres, sin tener en cuenta lo farragosa que es tu página. Así que si 100.000 personas n han registrado pero nunca más regresan, tus objetivos están desvirtuados. Asegúrate de que tu objetivo abarca todos los factores que harán de tu organización una empresa viable.

3. Posponer, o al menos, restar importancia a objetivos sensibleros. Objetivos sensibleros como “crear un gran ambiente de trabajo” son vanos. Pueden hacer que los fundadores se sientan bien, incluso pueden hacer que los empleados se sientan bien. Pero las empresas que llegan a las metas medibles son felices. Los que no, no lo son. Tan pronto como se empieza a perder los objetivos medibles, todo lo sensiblero va por la ventana.

4. Comunicar los objetivos. Muchos equipos ejecutivos fijan metas, pero no se lo comunican a la organización. Para que las metas sean eficaces, deben ser comunicadas a todo el mundo. Los empleados deben levantarse por la mañana pensando en cómo van a ayudar a lograr estos objetivos.

5. Establecer un único punto de responsabilidad. Si le preguntas a sus empleados quién es el responsable de una meta y, nadie responde en diez segundos, no hay suficiente control de responsabilidades. Los buenos empleados deben aceptar la responsabilidad. Los excelentes empleados, buscan un gran responsabilidad. Los trabajadores pésimos evitan la responsabilidad.

6. Seguimiento a un problema hasta que se hace o no pertinente. Muchas organizaciones establecen metas e incluso, miden los progresos hacia éstas. Sin embargo, después de un corto período de tiempo, algunos de los objetivos ya no están en el radar, porque la gente empieza a centrarse en las cosas más frescas e interesantes. Por ejemplo, corregir errores en la versión actual de una aplicación de software, no es tan interesante como el diseño de un nuevo producto, pero los actuales clientes piensan lo contrario. La leyenda dice que Pat Riley, el entrenador de los Lakers de Los Angeles, midió las estadísticas de sus jugadores y publicó el progreso de cada jugador en su casillero.

7. Premiar a los triunfadores. Recompensar a las personas que alcanzan sus objetivos tiene dos efectos positivos. En primer lugar, los logros, que es lo que más emociona a la hora de hacer tu trabajo. En segundo lugar, saber que la compañía tiene una ejecución seria. La forma en la que se recompensa puede ser dinero, opciones sobre acciones, notificar a todos que “esta persona esta entregada”.

8. Establecer una cultura de ejecución. La ejecución no es un evento, un impulso hacia el logro de los objetivos de antaño. Más bien, es una forma de vida, y esta forma de vida se encuentra en el ADN de la organización. La mejor manera de establecer esta cultura es, para los fundadores en particular, el director general dando ejemplo de cumplimiento de las metas, respondiendo a los clientes, y prestar atención a los empleados y a las mediciones. Esta obsesión debe incluir que el CEO conteste e-mails y responda a las llamadas telefónicas.

9. Preste atención a su Morfeo. Morfeo es el personaje de “The Matrix” el que le dio a Neo, la posibilidad de elegir entre la pastilla azul y la pastilla roja. Él era esencialmente, el supervisor adulto. La realidad fría y brutal es el mejor aliado de la buena ejecución. Y es importante encontrar una Morfeo que distribuye las pastillas de color rojo y permite a los empleados ver las cosas como realmente son.

Publicado en Cooking Ideas. Post original aquí.

Para seguir leyendo:

Las neuronas de Gandhi y 5 formas de practicar la empatía

El Arte de la Ejecución: Consejos claves para transformar la estrategia en resultados

Anotaciones heréticas sobre planificación

Los planes nacen muertos, pero tienen que nacer

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Inteligencia conversacional. El poder de la comunicación (I)

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Por Isabel Carrasco González

Judith E. Glaser, en su libro “Conversational intelligence”, plantea que la clave para está el éxito en la vida personal y profesional se encuentra en ser un maestro en inteligencia conversacional.

Las conversaciones no son lo que creemos que son. Hemos crecido con una visión estrecha de las conversaciones pensando que, fundamentalmente, se ocupan de hablar,  de compartir información, de decir a otros lo que pensamos. Ahora estamos aprendiendo, a través de investigaciones sobre el funcionamiento del cerebro, que una “conversación” va más allá de compartir información. Las conversaciones son dinámicas, interactivas e inclusivas e impactan en la forma en que nos relacionamos, cautivamos, interactuamos e influimos sobre los demás, permitiendo moldear la realidad y los hechos de forma colaborativa. Las conversaciones nos permiten que vayamos más allá del “poder sobre” otros al “poder con” otros, facilitando que experimentemos la misma realidad al acortar la distancia entre cómo ven las cosas los demás y cómo las vemos nosotros.

Las palabras no son cosas, son representaciones y símbolos que utilizamos para ver, pensar y procesar nuestras percepciones de la realidad y son el medio para compartir estas percepciones con otros. Desgraciadamente pocos líderes son conscientes de la importancia que tienen las conversaciones para la salud y la productividad de la organización.

Las conversaciones insanas están en la raíz de la desconfianza, del engaño, de la traición y de la evitación, que van a conducir a una disminución de la productividad y de la innovación, lo que originará peores resultados.

Frases tales como “no puedes hacer eso” o “ si supieses cómo hacerlo” se pueden decir en pocos segundos pero pueden tener repercusiones serias. Existe poca relación entre el tiempo que lleva decir unas palabras y el  impacto duradero que pueden tener en una persona, una relación o una organización. Al ser nuestras palabras tan poderosas debemos ser capaces de entender y desarrollar nuestra inteligencia conversacional, que es el marco y la perspectiva que nos permite ver cómo las conversaciones crean uniones poderosas entre las relaciones y la cultura. Las conversaciones son la forma en la que conectamos, enganchamos, navegamos y transformamos el mundo con los demás.

La premisa de la inteligencia conversacional es que acceder a un nivel superior de progreso  va a depender de la calidad de nuestra  cultura, lo que depende de la calidad de nuestras relaciones, que a su vez dependen de la calidad de nuestras conversaciones. Todo ocurre a través de conversaciones.

La inteligencia conversacional nos va a dar poder para:

1.- Influir en nuestra química cerebral ya que toda conversación que mantenemos con una persona tiene un componente químico. Las conversaciones tienen el poder de cambiar nuestro cerebro: estimulan la producción de hormonas y neurotransmisores y  estimulan las conexiones nerviosas.

2.- Expresar nuestros pensamientos y sentimientos íntimos a los demás de forma que pueden fortalecer las relaciones. Al comunicar transmitimos contenido y emociones a los demás y vemos el contenido y emociones que nos muestran éstos. Una conversación va más allá de la información que compartimos y las palabras que decimos. Ofrece la posibilidad de empaquetar y presentar nuestros sentimientos sobre nuestro mundo. Como líderes comunicamos si estamos alegres o tristes, por ejemplo, con cada conversación.

3.- Influir en la forma en la que interpretamos la realidad. Las conversaciones impactan en distintas partes de nuestro cerebro porque diversas partes del mismo están escuchando a cosas diferentes. Al entender la manera en la que las conversaciones influyen en nuestra escucha podemos determinar cómo lo estamos haciendo, ya que va a determinar cómo interpretamos el mundo.

La inteligencia conversacional es esencial  para lograr que la organización tenga la capacidad de crear significados compartidos sobre qué necesidades se tienen que cubrir y por qué, para que los profesionales tengan ideas claras del futuro que tienen que contribuir a crear entre todos. Va a permitir, también, discernir qué tipo de conversación es adecuada para cada situación. La autora distingue distintos niveles:

a).- Nivel I.- Conversaciones que nos permiten hacer transacciones y compartir información.

b).- Nivel II.- Conversaciones en las que manifestamos nuestra posición. En ellas tenemos un punto de vista fuerte e intentamos influir en los demás para que lo entiendan o acepten.

c).- Nivel III.- Conversaciones mediante las que nos comunicamos con los demás para poder transformar y moldear la realidad junto a ellos: co-crear conversaciones. Los investigadores en neurociencia están demostrando que la capacidad de operar en el nivel III se encuentra en la corteza prefrontal. Ésta se activa cuando sentimos que podemos confiar en los demás y se desactiva cuando experimentamos niveles elevados de miedo o desconfianza. Todos los seres humanos estamos creados para llegar a este nivel pero muchos entornos no estimulan el desarrollo de esta capacidad e incluso la desaconsejan.

Conocer y entender estos tres niveles y cómo activarlos es vital para alcanzar el éxito. Para empezar es importante saber que la inteligencia conversacional es una competencia que se puede cultivar. Nos permite conectar con los demás y se expande con la práctica. Mientras el resto de las inteligencias son más individualistas  ya que se desarrollan en solitario, tales como la matemática o lingüística, ésta existe como resultado de un esfuerzo colaborativo y al practicarla junto a los demás aumentamos la “inteligencia” de las relaciones  y de los grupos y organizaciones.

En 1931  el científico y filósofo Alfred Korzybski acuñó la frase “ el mapa no es el territorio” para distinguir entre las palabras que utilizamos para describir la realidad misma. Planteaba que con frecuencia confundimos el mapa ( la forma en la que nuestras mentes representan la realidad), con el territorio (la realidad física) y no somos conscientes de que estamos mezclando ambos. Nos comunicamos con los demás como si todos compartiésemos el mismo mapa ( el mismo mundo) lo que ocasiona conflictos.

Por medio de la inteligencia conversacional se crea un diálogo mantenido con los demás, para explorar nuestros mapas ( a los que la autora llama nuestras películas) y mantenernos en contacto con la evolución del pensamiento de cada uno mientras se trabaja en conjunto para alcanzar metas compartidas.

Glaser como ejemplo de desarrollo de la inteligencia colectiva menciona el programa que desarrollo para Boehringer Ingelheim dirigido a sus representantes de ventas para enseñarles habilidades “estrella” que obtienen resultados. Éstas consisten en tener la capacidad de:

1.- Establecer empatía para estar en la misma longitud de onda que la persona con la que hablamos.

2.- Escuchar sin juzgar que implica prestar atención plena a la otra persona mientras habla, procurando apartar conscientemente la tendencia que tenemos a juzgar a los demás.

3.- Hacer preguntas para descubrir nuevas cosas. De esta forma abrimos nuestras mentes a la curiosidad y a la posibilidad de cambiar nuestros puntos de vista mientras escuchamos y aprendemos.

4.- Reforzar el éxito. Se centra en ver y validar cómo será el éxito para todas las partes eliminando la incertidumbre y movilizando a las personas a la acción con mayor conectividad y coherencia.

5.- Dramatizar el mensaje. Nos va a recordar que necesitamos estar alertas para comprobar que nuestros mensajes son claros y comprensibles para todos.  Cuando no conseguimos conectar con la audiencia al comunicarnos podemos intentar transmitir el mensaje de otra manera, por ejemplo contando una historia o mostrando una imagen de lo que estamos intentando decir. Estas dramatizaciones ayudan a un mayor entendimiento, elevan la confianza y refuerzan las relaciones.

Estas habilidades “estrella” sirven como guía y anclaje de nuestro proceso de compromiso y están diseñadas para originar cambios positivos en la química cerebral: la oxitocina que se libera durante este tipo de conversaciones incrementa nuestros sentimientos de unión con los demás y la dopamina y serotonina contribuyen a aumentar nuestros sentimientos de bienestar. Estos neurotransmisores mitigan el rol defensivo de la amígdala liberando a la corteza prefrontal para que puedan emerger nuevas ideas y sabiduría. Esta parte del cerebro contiene también las neuronas espejo que nos permiten sentir empatía por los demás.

Las conversaciones tienen un propósito en nuestras vidas. Todos los niveles, el I (transaccional: intercambio de datos e información), II (posicional: trabajar el poder y la influencia) y III (transformacional: co-crear el futuro para el éxito mutuo), son importantes. Podemos atascarnos en uno de ellos y encontrar que nuestras conversaciones no sólo no son sanas sino que conducen a la desconfianza o podemos destacar en todos y lograr resultados que van a conseguir resultados transformacionales. Las conversaciones sanas se sustentan en altos niveles de confianza.

Las investigaciones de Angelika Dimoka y otros neurocientíficos han comprobado que la confianza se encuentra situada en la corteza prefrontal y la desconfianza está instalada en la amígdala y en áreas límbicas del cerebro. El hecho de que el cerebro procese estas dos respuestas en lugares separados ofrece claves para poder desarrollar la inteligencia conversacional. No podemos conectar con otras personas si nuestra amígdala está muy activada. El miedo y la desconfianza en este caso cierran nuestro cerebro.

La autora recomienda no olvidar.

1.- La necesidad de ser considerados en nuestras conversaciones y en el contexto emocional que creamos con las mismas. Por ejemplo si estamos mandando el mensaje de que pueden confiar en nosotros o de que queremos que no discrepen de nuestras opiniones. Si somos conscientes de estos meta-mensajes podremos crear una cultura segura que permita a todas las partes interactuar al nivel más elevado, compartiendo perspectivas, sentimientos y aspiraciones e incrementando la sabiduría de todos.

2.- La habilidad que tienen las conversaciones para desencadenar reacciones emocionales. Las conversaciones llevan consigo un significado que puede conducir a una mayor unión y confianza y hacer que sintamos que los demás son amigos o colegas o pueden ocasionar una ruptura de la empatía y que contemplemos  a nuestros interlocutores como enemigos.

3.- Las palabras que utilizamos en nuestras conversaciones raramente son neutrales. Las palabras tienen historia y cada vez que una nueva experiencia crea un nuevo significado de una palabra la información se recoge en nuestros cerebros para ser activada durante las conversaciones. Conociendo como proyectamos significados en nuestras conversaciones podremos conectar con otros más fácilmente.

Entendiendo cómo las conversaciones activan distintas partes de nuestro cerebro y estimulan determinados hábitos y comportamientos podremos desarrollar nuestra inteligencia conversacional para construir organizaciones más sanas y resilientes.

Licencia de contenido del blog de “Hablemos de liderazgo”

Publicado en Hablemos de Liderazgo. Post original aquí.

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Inteligencia Emocional. 10 hábitos de los líderes emocionalmente atractivos.

Ideas para negociar eficazmente

Creencias erróneas sobre la Estrategia

Las trampas en la toma de decisiones estratégicas

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Soy responsable de lo que digo, no de lo que entiendes

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Las personas tenemos un deseo natural de sentirnos conectados emocionalmente con los demás. Con esa intención nos relacionamos y en esos intercambios es donde surge la posibilidad de múltiples interpretaciones y, por ende, de que tengan lugar los malentendidos.

Esto ocurre como consecuencia de que las interpretaciones son necesarias para comunicarnos y de que estas en sí mismas son diferentes y únicas en cada persona. Esto genera enfados, discusiones y rupturas afectivas.

“Entre lo que pensamos, lo que queremos decir, lo que creemos decir, lo que decimos, lo que queremos oír, lo que oímos, lo que creemos entender y lo que entendemos, existen nueve posibilidades de no entenderse”.
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La distancia más larga entre dos personas es un malentendido

A veces los demás no nos entienden aunque les expliquemos las cosas mil veces. Que no lo vea no quiere decir que sea malo, estúpido o que le sea indiferente. Simplemente es otra persona y tiene otro lugar distinto al nuestro.

Es natural que busquemos reafirmar nuestros sentimientos, opiniones y creencias, pero estas necesidades emocionales no deben ser desmedidas y, por supuesto, no deben dificultar la intención de llegar a un entendimiento y favorecer las buenas interpretaciones.

Para esto es importante que entendamos que en nuestra comprensión tenemos que jugar con el manejo de orgullos, situaciones vitales, cansancio, desconfianza, interpretaciones, sentimientos encontrados y todo tipo de emociones, creencias y pensamientos tanto circunstanciales como estableces.

Armar correctamente el rompecabezas con esto puede ser complicado. De hecho, lo más difícil en este sentido es mantener el respeto y la consideración a uno mismo sin faltar a los demás. O sea, ser firme y mantener la dignidad al mismo tiempo que intentamos deshacer un agravio.

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Debemos ser responsables de lo que decimos pero no cargar con lo que los demás entiendan

Tanto la fuerza como la posibilidad del enfado y del malentendido es proporcional al grado de implicación emocional que tengamos con las personas implicadas en la comunicación. Es decir, que a cuanto más unidos nos sintamos, probablemente más importante sea para nosotros la interpretación que pueden hacer de nuestras palabras.

Del mismo modo, la otra persona también tenderá a manejar sus palabras en relación a los lazos que nos unen, las expectativas y los intereses, así como el estado de su situación personal.

En este punto no debemos caer en el arrastre y, por supuesto, no debemos permitir que nos hagan sentir mal por aquellas intenciones que se nos atribuyen pero no son reales. Tenemos que poner especial atención en esto porque hay personas que viven con el protestador automático puesto y que, sin comerlo ni beberlo, nos hacen víctimas de sus tormentas.

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También puede que, por lo que sea, alguien esté más susceptible que de costumbre y que con nuestros comentarios, palabras o acciones podamos tocarles la fibra sensible y hacer así peligrar la estabilidad de la comunicación.

Como vemos, hay numerosos factores a considerar dentro de un intercambio. Es imposible controlarlo todo, entre otras cosas porque somos cambiantes y ambivalentes por definición y naturaleza y, por lo tanto, nuestras interpretaciones son de lo más variadas.

Sin embargo, sea como sea lo que sucede dentro de una conversación y de una relación, debemos hacernos responsables de la parte que nos toca y analizar qué podemos mejorar y en qué somos buenos o  qué hemos hecho bien.

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En este sentido no podemos permitirnos ser dianas de conflictos interiores ajenos ni de sentimientos negativos que den lugar a interpretaciones erróneas. Así que si nos encontramos con algún comportamiento o comentario malintencionado, tendremos que poner en marcha la maquinaria y proporcionar nuestra visión de la manera más clara posible.

Actuar de una manera bienintencionada, asertiva y tranquila, es la mejor manera de salvaguardar la buena comunicación.

Así transmitiremos el mensaje de que asumimos nuestra responsabilidad  sobre lo que decimos y que lo intentaremos hacer de la mejor manera posible, pero que las interpretaciones no corren a cargo de nuestra cuenta, sino de la cuenta de quien las hace.

Publicado en La Mente es Maravillosa. Post original aquí.

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La inteligencia emocional en el liderazgo

Ser creativo: ¿Por qué es tan importante?

8 tipos de inteligencias 

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Apertura y Transparencia en la Empresa 2.0

aperturaPor Javier Megías

Uno de los principales requisitos que aceptamos sin pestañear cuando se plantea la necesidad de orientar la empresa hacia el concepto social 2.0 es el de la apertura… y en la mayoría de los ocasiones, éste punto es precisamente uno de los factores de fracaso. De hecho, creo que podemos ir un poco más allá de circunscribir este fenómeno sólo a la transición de empresaclásica a empresa 2.0 y valorarlo desde un punto de vista global. Sobre el papel todas las empresas son transparentes…. pero en general  estamos acostumbradas a comunicar lo mínimo, o como decía mi abuelo, “de lo poco, poco”. Venimos de una cultura donde todavía sigue vigente el miedo a que la competencia, los clientes, los proveedores o incluso nuestros propios accionistas sepan algo más de lo mínimo imprescindible… cosa que resulta completamente lógica por otra parte.

Por eso, me parece importante matizar que cuando hablamos de apertura y transparencia lo hacemos desde el sentido común y la responsabilidad: es perfectamente lícito que en determinados entornos TODO sea visible, pero en las empresas no es así, desde mi punto de vista. El criterio que deberíamos aplicar es que la información a revelar sea pertinente, es decir, que sirva a los objetivos y que no sea excesiva…  Aunque no perdamos de vista que el fin último de intentar ser mas transparentes es facilitar las conversaciones.

Aun así, hay experimentos que arrojan conclusiones sorprendentes sobre el efecto de revelar información “confidencial”: No recuerdo el enlace, pero hace no mucho leí sobre una compañía que había puesto la información completa de nóminas (tras acordarlo con los trabajadores) a disposición interna de todo el mundo….  y curiosamente no hubo ningún problema o sorpresa, sino que sirvió de acicate para aumentar la competitividad sana…y además, muchos de los empleados declararon que ya sabían parte de la información. ¿Como puede ser esto?¿Espionaje industrial? ¿Hackers? ¿el MI6?…. no, algo mucho más indiscreto: charlas de pasillo, cafés…etc. No tiene mucho sentido obsesionarnos con la confidencialidad cuando realmente se trata de información que oficiosamente es semipública…. siguiendo este hilo de pensamiento, ¿no resultaría más práctico poner a disposición de las personas de forma proactiva esta información, pero canalizada apropiadamente?…

La idea que pretendo transmitir es que, a mi juicio, en las empresas se trabaja con un nivel de confidencialidad respecto a determinadas cosas excesivo, y que puede ser muy beneficioso proporcionar esa información de forma controlada utilizando el magnífico canal de la empresa 2.0. Mas allá de los beneficios de marketing, hay unos cuantos más que se me ocurren a bote pronto, tanto objetivos como subjetivos:

  • Desde un punto de vista interno, es importante conseguir el compromiso de los trabajadores. Para ello no hay nada más útil que entiendan la situación real de la empresa, los éxitos (y fracasos) de la misma… No olvidemos que, si estamos todos navegando en el mismo barco, a todos los pasajeros les gustaría saber hacia donde van, cómo pensamos llegar allí… etc. Hablamos de nuevos contratos ganados y perdidos, situación real de la empresa, comités…etc.
  • Nuestros clientes perciben mejor el valor de los productos o servicios que ofrecemos desde una perspectiva más personal. Además, ya que con este enfoque no sólo debemos informar sino convencer, debemos involucrar a los clientes en determinadas tomas de decisiones… actualmente hay dos términos muy en boga, el prosumidor (utilizado por primera vez en “La tercera ola”) y el fansumer, y ambos términos tratan de la implicación de los clientes en nuestros productos o servicios…y ¿como lo vamos a conseguir si no comunicamos de forma más transparente?. Al final, la realidad es que nuestra empresa está compuesta por personas que son las autenticas protagonistas…. y si las dejamos expresarse (blogs o tweets corporativos..) posiblemente nuestros clientes lo aprecien. En este sentido, una de las empresas que más respeto me merecen es Encamina, que tienen una postura muy proactiva en el medio 2.0…
  • Proveedores y potenciales aliados, ya que al ofrecerles mayor información sobre la nuestra organización, nuestras labores, y entorno les permitimos conocernos mejor y decidir si tiene sentido o no la colaboración, por ejemplo, en que áreas…etc. Ya hemos hablado en algún otro post sobre la importancia de que estas figuras aporten autentico valor a nuestra organización… y ¿como lo van a hacer si no les permitimos entender dónde y cómo pueden hacerlo?
  • Nuestros accionistas y la sociedad en general, ya que son capaces ahora de conocer de forma mucho más cercana el día a día de la empresa, su posición en el mercado, prácticas de RSC.. etc, lo que dota a la gestión de una altísima transparencia (este es uno de los puntos que más inquietud causan, dado que debe ser cuidado de forma exquisita)

Las fronteras de las empresas poco a poco se van volviendo más porosas, y sin duda esta es una de las decisiones más complejas que debe tomar la organización… pero sin duda una de las más beneficiosas en el largo plazo. Es parecido al rechazo innato que sentimos los inmigrantes digitales la primera vez que oímos hablar de twitter, facebook y demás… y hoy en día es ampliamente aceptado que con una adecuada estrategia son herramientas tremendamente provechosas. (como muestra un botón, Twitter publicó hace unos días la guía de cómo puede ser usado este servicio por parte de las empresas)

La diferencia de cómo afrontará la empresa el proceso de apertura lo encontramos en la autentica piedra angular de la Empresa 2.0, algo que ni se mide ni se puede “tocar” pero que es completamente “palpable”: LA CULTURA. Este factor es responsable en un 80% (a mi juicio, claro) del éxito o fracaso de la transición a la Empresa 2.0, y es uno de los puntos más complejos sobre los que actuar… pero NO IMPOSIBLE. Hay varias palancas que iremos tratando en sucesivos post.

Por otro lado, y aunque no tiene una relación directa con el concepto de la Empresa 2.0, hace algunos días una persona muy interesante con quien trabajo me contó una historia muy interesante sobre los efectos de la transparencia:

En una comunidad autónoma de cuyo nombre no quiero acordarme el gasto farmacéutico se encontraba disparado (¿en cual no?), y desde la alta dirección de salud se trataba de incentivar el uso de los medicamentos genéricos… con escaso éxito. Un directivo innovador y bastante transgresor tomó la decisión de publicar (internamente) el gasto de todos los médicos en medicamentos en una lista interna, ordenada de mayor a menor… y el efecto fue que el gasto farmacéutico disminuyó de forma muy importante…

El único problema que tuvo este enfoque es que, aunque globalmente disminuyó de forma importante el gasto, se dio un caso paradójico: los médicos que gastaban por debajo de la media aumentaron su gasto, en lugar de mantenerlo… esta es una de las pocas perversiones derivadas de la apertura, la regresión a la media…. aunque creo que es un ejemplo claramente positivo de cómo la apertura es un factor crítico de éxito en el camino a la empresa 2.0.

“El conocimiento no es poder… el compartirlo si”

Publicado en JavierMegías.com. Post original aquí.

Del mismo autor en este blog:

Herramientas: El Mapa de Empatía (entendiendo al cliente)

Falacias del management heredadas de la estrategia militar

Es el momento de sacrificar las vacas sagradas

¿Seguir leyendo?

Empresa 2.0: Adiós al Paradigma del Control

La Empresa Abierta. Nuevos modos de Gestión

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Comunicación asertiva en la empresa

por Maite Nicuesa

comunicacion-asertiva-en-la-empresaLa comunicación es la clave del éxito de una empresa en la que existe un buen ambiente de trabajo. El buen ambiente se define en parte, por la motivación que tiene un trabajador en la empresa y por la ilusión que tiene en su rutina diaria. Cuanto más feliz es un empleado mayor es su rendimiento laboral. Pues bien, a veces, la ilusión muere de la mano de la comunicación agresiva que se utiliza en algunas empresas en las que se confunde el poder con el autoritarismo.

Por el contrario, la verdadera clave del éxito reside en una comunicación asertiva que implica respeto a la hora de transmitir un mensaje. Es decir, no se trata de valorar el talento propio sino también, el ajeno. De este modo, es posible aprender de los demás.

La comunicación asertiva implica transmitir un mensaje de una forma consciente, responsable y madura. Dentro de la comunicación empresarial existen palabras clave que nunca deben de faltar en tu vocabulario: Gracias, lo siento y por favor. Es decir, se gana mucha calidad en el ambiente laboral cuando se aprenden a pedir las cosas de forma educada, aprendes a dar las gracias por tener la suerte de tener un trabajo y también, puedes pedir disculpas ante un error.

Dentro de la comunicación asertiva merece la pena utilizar el “yo”, es decir, hablar siempre en primera persona. Sin embargo, dentro de un equipo es posible utilizar el “nosotros”. Hablar en primera persona del plural transmite fuerza y mucha energía. Existe una palabra que no es muy positiva a nivel laboral. La palabra “debes”. Suena a imposición, obligación y resta libertad. Es mejor dar instrucciones de forma directa y clara.

La comunicación también se mejora en la medida en que se fortalece la propia autoestima porque de este modo, el nivel de madurez también es mayor.

Publicado en Empresariados.com. Post otiginal aquí.

Para seguir leyendo:

La conversación

Nuevo enfoque de estrategia organizacional: Cooperación más que Competencia

Civilización empática: El altruismo develado por las neuronas espejo

Desarrolla empatía y mejora tus relaciones personales

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20 notas pequeñas sobre comunicación

Por Xavier Marcet

Andrea Mantegna 7Notas operativas sobre comunicación, personales pero transferibles.

  1. No cansarnos de cultivar la brevedad.
  1. Saber escribir mientras descansamos.
  1. Saber leer mientras trabajamos.
  1. Compendiar contenidos con herramientas de alta visibilidad tipo Flipboard.
  1. Ser muy disciplinado con el perfil de Twitter, a fuer de ser predecible. Declinar las redes sociales que uno no pueda gestionar.
  1. Evitar el auto – spam. Dar de baja sistemáticamente de todos los boletines ya no deseados o nunca solicitados.
  1. Intentar responder los mails siempre el mismo día.
  1. Impedir que Google nos derrote. Aprender a vivir con dosis razonables de información, sin obsesionarse.
  1. No perder ocasión de entrenar la empatía.
  1. Considerar la síntesis una habilidad profesional prioritaria.
  1. Dejar que las noticias las ponen los medios, pero intentar que los criterios los construyamos nosotros.
  1. Escuchar una voz interesante entre el ruido o en el cansancio.
  1. Reservar poca memoria para los tópicos y para los profesionales de la palabrería.
  1. Si no podemos comunicar nada con calidad contrastada, mejor abstenernos.
  1. Mantener la buena costumbre de hablar haciendo esquemas en un papel. Mi favorito: garabatear ideas en un DIN A3.
  1. Algunas palabras deben viajar con el seguro puesto, no vayan a dispararse sin querer.
  1. Aprender a desconectar y no descuidar una gestión inteligente del silencio.
  1. Comunicar consiste en que tu interlocutor pueda reproducir razonablemente las arquitecturas que propones.
  1. Tener un amigo que te avise del síndrome del algunos tertulianos, diletantes que se creen Montaigne.
  1. Releer lo que escribes, son prototipos mejorables.

(la imagen pertenece a una obra de Andrea Mantegna)

Publicado en XavierMarcet.com . Post original aquí.

Del mismo autor en este blog:

Innovación Abierta. Update.

10 cosas que nos desesperan profesionalmente

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Los 5 Axiomas de la Comunicación de Paul Watzlawick

Diez técnicas para una comunicación asertiva

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Desarrollo personal. Cinco técnicas y diez estrategias para mejorar la asertividad.

concepto-de-asertividadVariadas técnicas y estrategias para mejorar la asertividad. 
Por Israel Fagundo Pino. 

Angulo.

 

La manera en que interactuamos con los demás puede convertirse en una  considerable de estrés en la . El entrenamiento asertivo permite ese estrés, enseñando a defender los legítimos derechos de cada  sin agredir ni ser agredido.

Cuando se es una persona asertiva hay una mejor interacción con los otros, las relaciones interpersonales fluyen con facilidad, y uno termina sintiéndose más cómodo y satisfecho.

En el artículo anterior expliqué una para modificar los pensamientos ilógicos, automáticos o irracionales que atentan contra el desarrollo de la asertividad. En este compartiré contigo algunas otras técnicas breves y sencillas para mejorar la misma. Pero antes te propongo darle un vistazo a algunas maneras de expresión de la asertividad.

• Asertividad Positiva: Consiste en expresarle algo positivo a otra persona, por ejemplo, “me gusta como lo has hecho”, “te considero muy valioso para mí” o “te agradezco que te hayas acordado de mí”.

• Respuesta asertiva espontánea: La das cuando te ves “pisado” por otros, cuando te interrumpen, te descalifican o te desvalorizan. Por ejemplo, “déjame que acabe y después hablas tú”, “no necesito que me digas lo que he de hacer”, “no me gusta que me critiques”. Estas respuestas son dadas con voz firme y clara, pero no agresiva.

• Respuesta asertiva escalonada: Cuando la persona no se da por aludida, a pesar de nuestros mensajes asertivos, se hace necesario aumentar escalonadamente, con paciencia y firmeza, nuestra respuesta inicial.

• Respuesta asertiva frente a la agresividad o la sumisión: Se trata de hacerle ver al otro las consecuencias que tienen en ti su comportamiento y sugerirle otro más adecuado. Por ejemplo, a una persona agresiva que trata de imponer su de vista le puedes expresar: “Veo que estás enfadado y no me escuchas, ¿por qué no te detienes un momento y escuchas lo que te quiero decir?”. Otro ejemplo, en este caso con una persona de naturaleza inhibida: “Como no te expresas, me confundes un poco, ¿no podrías comentarme tu punto de vista?”.

• Respuesta asertiva empática: Se trata de ponerse en el lugar del otro para darle a entender que comprendemos su punto de vista y desde ahí hacerle comprender el nuestro. Por ejemplo: “Comprendo que tienes mucho , pero necesito que cumplas tu compromiso conmigo”.

Esta última resulta una de las más eficaces estrategias para conseguir resolver los conflictos en las relaciones.

El primer paso es identificar el comportamiento que no nos gusta, el segundo paso es comunicar lo que ese comportamiento nos hace sentir, el tercero es mostrar nuestra preferencia por otro de comportamiento y el cuarto es reforzarle a la persona, si cambia y hace lo que le pedimos, lo positivo y benéfico del cambio. Por ejemplo: “Cuando tú me gritas me haces sentir mal; por ello te ruego moderes tu de voz y yo haré más caso a lo que me digas.”

Estrategias asertivas para afrontar las discusiones:

1. Técnica del disco rayado:

Se trata de repetir el mismo argumento una y otra vez, de forma paciente y tranquila. Repetir el propio punto de vista, sin entrar en las provocaciones que pueda hacer el otro. Por ejemplo: – “Te entiendo, pero yo no lo hago…” – “Te entiendo, pero yo no lo hago…”

2. Banco de niebla:

Se le da la razón a la otra persona, pero evitando entrar en mayores discusiones. Se le transmite, en un tono de voz calmado y convincente, que lleva parte de razón en lo que dice. Mostrarnos de acuerdo en lo posible. Dar la razón al otro en lo que pueda haber de cierto en sus críticas, sin entrar en discusiones. Por ejemplo: – “Sí, es posible que tengas razón”… – “Pues sí, casi siempre…” – “Veo que estás muy molesto conmigo”. Una vez rebajada la tensión, podremos exponer en forma empática nuestro punto de vista.

3. Aplazamiento asertivo:

Se pospone la discusión para otro momento donde se controle más la situación. Se trata de aplazar la respuesta que vayamos a dar al otro hasta que nos sintamos más tranquilos y capaces de responder correctamente. Por ejemplo: – “Mira, éste es un tema problemático entre nosotros, si te parece lo tratamos con más calma y profundidad mañana, o en otro momento”.

4. Relativizar la importancia de lo que se discute:

Se trata de hacer ver que a veces es más importante no entrar en discusión y comprender que ésta no lleva a ningún lado. Por ejemplo, interrumpir una discusión con algún comentario del tipo: “Quizás esta discusión no tiene tanta importancia como le estamos dando”.

5. Técnica de ignorar:

No se le sigue la discusión al otro, pero a través del lenguaje verbal y no verbal se le trasmite que no es una desconsideración el ignorar el tema de discusión.

6. Técnica de diferenciar un comportamiento de un modo de ser:

Se le hace ver al otro que aunque incluso uno pueda haber cometido un error, eso no implica que es una mala persona. Por ejemplo, “Aunque hoy haya llegado tarde, eso no quiere decir que sea impuntual”.

7. Técnica de la pregunta asertiva:

Se parte de la idea que la crítica del otro es bien intencionada (aunque no lo sea). Se le hace una pregunta para que nos clarifique lo que hemos hecho mal y cómo podemos hacerlo bien. Consiste en solicitar al otro más información acerca de sus argumentos, para así tener claro a qué se refiere y en qué quiere que cambiemos. Por ejemplo: – “Exactamente ¿qué es lo que te molesta de mi forma de actuar? ¿Qué tiene de malo?” – “Cómo quieres que cambie para que esto no vuelva a ocurrir”.

8. La asertividad negativa:

Se utiliza a la hora de afrontar una crítica cuando somos conscientes de que la persona que nos critica tiene razón. Consiste en expresar nuestro acuerdo con la crítica recibida haciendo ver la propia voluntad de corregir y demostrando así que no hay que darle a nuestra acción más importancia de la debida. Pero en lugar de decir “lo siento” o “perdona”, puedes utilizar frases del tipo: – “Ha sido una tontería de mi parte”, -“No debería haber dicho eso”, -“Tienes toda la razón”. -“Tienes razón, me olvido de muchas cosas”. Con ello reducimos la agresividad de nuestros críticos y fortalecemos nuestra autoestima, aceptando nuestras cualidades negativas o defectos.

9. Enfado que desarma:

Cuando nuestro interlocutor está fuera de sí, le expresamos, con un tono de voz amable y comprensivo, que en ese momento no lo atenderemos. Por ejemplo: – “Me parece que estás muy enfadado, por lo que creo que será mejor hablar de eso en otro momento, cuando estemos tranquilos”.

10. Acuerdo asertivo:

Reconocemos el error, pero dejamos claro de que una cosa es el error cometido y otra el hecho de ser buena o mala persona. Por ejemplo: – “Tienes razón, pero sabes que normalmente no lo hago”.

Considero que es importante incorporar estas técnicas o estrategias en nuestro mundo de relaciones, pues la asertividad impide que seamos manipulados por los demás en cualquier aspecto y es un factor decisivo en la conservación y el aumento de nuestra autoestima, además de valorar y respetar a los demás recíprocamente.

Israel Manuel Fagundo Pino / israelmanuel@infomed.sld.cu /

Martes, 13 de Noviembre de 2012 09:15

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Fuente: Radio Angulo   

Imagen: Asertividad  

Publicado en Pensamiento Imaginactivo. Post original aquí.

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Competencias Básicas: Autoestima, Asertividad y Empatía

La asertividad 3.0 y las nuevas competencias

Asertividad: 3 puntos básicos

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