Capacidades y oportunidades

Por Xavier Marcet

El futuro de las empresas se dirime en cómo sincronizan sus capacidades con sus oportunidades. Si las oportunidades son más dinámicas que las capacidades la empresa se empantana en sus inercias y entra en problemas. Si las capacidades son más dinámicas que las oportunidades es que confundieron precipitación con innovación. Sincronizar capacidades y oportunidades es uno de los secretos del crecimiento y la consistencia. Las oportunidades pueden consistir en intensificar los actuales negocios o bien en crear nuevos negocios desde la innovación. Las capacidades son las estructuras, las tecnologías y sobretodo son las personas.

Cuando pensamos en empresas dinámicas que saben aprovechar sus oportunidades nos vienen a la cabeza los Amazon, Google o IBM. Pero también podemos pensar en empresas cercanas como Ficosa, Casa Tarradellas, o Grifols. En cambio, cuando pensamos en organizaciones con capacidades estables nos vienen a la cabeza las administraciones con sus rígidas RLT (Relaciones de puestos de trabajo) que es algo muy del siglo XX, o pensamos en muchos bancos que hacen esfuerzos denodados por convertir burocracias financieras en vendedores de lo que sea. Acompasar capacidades y oportunidades nunca fue fácil, pero con los actuales ritmos de cambio acelerado, resulta del todo imprescindible.

Las start up están volcadas a las oportunidades. Definen primero las oportunidades que las capacidades. Las empresas consolidadas ya tienen unas capacidades definidas y tienen muchas dificultades por adecuarlas a oportunidades que no sean inerciales. Cuando se trata de replicar negocios, las empresas consolidadas saben lo que tienen que hacer. Repetir fórmulas, invertir y contratar a replicas de sus perfiles profesionales. Pero cuando se trata de articular negocios completamente nuevos las empresas consolidadas acostumbran a chocar con sus propias estructuras, capacidades y mentalidades. Las burocracias son perfectas para oportunidades inerciales y bien regladas. Las burocracias son ideales cuando se trata de tener abonados más que clientes. Pero cuando las oportunidades son muy dinámicas y los clientes volátiles, las burocracias son las tumbas de la adaptación.

Peter Drucker decía que las oportunidades siempre están fuera de la empresa. Hay que hacer un hueco en la agenda y sacar la cabeza por la ventana para verlas. Y una vez vistas, no es suficiente con describir las oportunidades. La innovación no consiste en describir detalladamente oportunidades, consiste en explorar, probar, fracasar, aprender del fracaso, acertar. Una empresa con capacidades dinámicas es aquella que mientras explota los negocios inerciales crea nuevas oportunidades. Una empresa con capacidades estables se dedica solamente a los negocios de ayer y pone en marcha eso que Yves Pigneur llama la “Innovation Comedy”. La comedia de la innovación consiste en acumular una gran retórica de innovación, talleres de creatividad y “funnels” de ideas que pierden fuerza a medida que se acerca la hora de la verdad: tomar riesgos que no sean inerciales.

Las capacidades dinámicas requieren “long – life – learners” mientras que las capacidades estables solamente requieren formación. El aprendizaje es individual y supone esfuerzo. La formación es colectiva y, en general, pasiva. Pero una empresa de capacidades dinámicas no se dará si no hay espacios para que la gente crezca y despliegue energías enfocadas a nuevas oportunidades. Las nuevas oportunidades requieren ofrecer perímetros de confianza dónde puedan nacer nuevas opciones y dónde foguear nuevos productos o servicios. O ensayar nuevos modelos de negocio. Para ello necesitamos gente con forma de T (T-shape people). La parte vertical de la T es la que la gente utiliza para identificar su especialidad. Normalmente es por la que la contrataron al principio. La parte horizontal de la T son sus habilidades adaptativas y relacionales. Las capacidades horizontales son las que permiten la innovación y la adaptación. Las trayectorias profesionales tienen que ver con este mix de especialización y generalidad. Lo que uno acaba siendo en la vida profesional está más referido a su habilidad para concretar capacidades y aprendizajes constates que por su formación inicial. Algunas empresas ya empiezan a hablar de cláusulas de aprendizaje en los contratos laborales. No quieren contratar personas de capacidades estables si no a personas con capacidad de aprender y desaprender que les garanticen optar a nuevas y dinámicas oportunidades. Cobrar por trabajar y por adaptarse, como un todo. El mundo del trabajo cambiará mucho, incluso para las administraciones públicas.

Trabajo con muchas empresas que no quieren ser los primeros en cambiar, pero no quieren ser los últimos que apagan la luz. Son gente conservadora por qué tienen mucho a conservar (sobretodo una comunidad profesional de muchas familias) pero sacan la cabeza por la ventana y se preparan. Saben que las oportunidades son dinámicas y que si no tienen gente adaptativa y no están al día de las tecnologías podrían pagar demasiado cara su querencia por la inercia. Con esta gente hablo de robots o de inteligencia artificial y sus preguntas se acercan más al cuando que al qué o el cómo. No quieren canibalizar sus negocios (solamente hablan de canibalizar negocios los que nunca pusieron un euro de su bolsillo) pero no quieren estancarse. Les preocupa la transición, porqué la transición es la hora de la verdad para acompasar capacidades y oportunidades. En la vida no es complicado adivinar cómo serán muchas cosas en veinte años, lo difícil es concebir y realizar las transiciones de los próximos cinco años para adaptar capacidades y crear nuevas oportunidades.

(La imagen pertenece a la obra Marte de il Perugino)

Este artículo fue publicado en La Vanguardia el día 9 de diciembre de 2018

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Cómo sobrellevar la Fatiga, el Miedo y el Pánico durante una Crisis

Por Isabel Carrasco González

Tony Schwartz y Emily Pines en hbr.org del pasado 23 de marzo plantean que en la situación actual estamos lidiando con dos infecciones: el virus y las emociones que genera. Las emociones negativas son tan contagiosas como el virus y son también tóxicas. La fatiga, el miedo y el pánico minan nuestra capacidad de pensar con claridad, de gestionar eficazmente nuestras relaciones de forma creativa, de centrar nuestra atención en las prioridades adecuadas y de tomar decisiones adecuadas e informadas.

El impacto empieza a nivel fisiológico. La “carga alostática” aparece ya que la persona se ve sometida a un elemento estresor de forma continuada con lo que su equlibrio interno trata de recuperarse, pero resulta complicado porque el estresor sigue activo lo que obliga al cuerpo a vivir con esa sobrecarga, con lo que nuestra capacidad de soportar el estrés disminuye y la demanda de nuestros recursos internos excede nuestras posibilidades. El miedo y la incertidumbre desencadenados por la crisis del  COVID – 19 está sometiendo a una presión extrema a nuestros recursos finitos y las consecuencias incluyen la toma de decisiones deficiente, el burnout y el colapso nervioso.

Los autores ante esta situación proponen para que nos cuidemos mejor y seamos más resilientes que procuremos ser más conscientes de los distintos aspectos de nuestra naturaleza que influyen en nuestro comportamiento ante las amenazas y el peligro. La parte más vulnerable, infantil  e indefensa es nuestro “yo agobiado y abrumado”. Tenemos también otro “yo adulto y capaz”. Este último puede calmar y apaciguar a nuestro yo abrumado. Desgraciadamente cuando nos sentimos más amenazados es nuestro “yo superviviente” el que entra en acción para defendernos impulsivamente y con frecuencia de forma contraproducente.

Schwartz y Pines han creado este modelo de los tres “yo” basándose en investigaciones y trabajos que abordan el impacto de los traumas en el cuerpo y en el sistema nervioso, fundamentalmente en el modelo de la “experiencia somática” desarrollado por Peter Levine.

Cuando nos encontramos en un “modo supervivencia” nuestra visión se estrecha y nuestra corteza prefrontal progresivamente se cierra. La reactividad sustituye a la deliberación. Las amenazas pueden movilizar nuestra atención , pero cuando se trata de resolver problemas complejos que presentan múltiples variables necesitamos nuestros recursos cognitivos más elevados.

No podemos cambiar lo que no percibimos por lo que el primer paso que tenemos que dar es ser más conscientes de lo que estamos sintiendo en cada momento. Esto implica cultivar nuestra capacidad de observar nuestras emociones en lugar de ser dominados por ellas. Simplemente con nombrar e identificar nuestros sentimientos nos resultará más sencillo distanciarnos de ellos, especialmente si son intensamente negativos.

El segundo paso consiste en calmarnos independientemente de lo que esté ocurriendo a nuestro alrededor. Una forma eficaz es utilizar nuestra respiración. Inspirando por la nariz contando hasta tres y espirando por la boca contando hasta seis por la boca lograremos reducir el  cortisol nuestro torrente sanguíneo en un minuto. El movimiento también ayuda para disminuir el estrés y tranquilizar el cuerpo y la mente.

Una vez que nos sintamos más calmados y con mayor capacidad de reflexión es posible que entremos en nuestro “yo adulto” y cuando adoptamos esta parte de nosotros más fuerte y empática podremos cuidar de nuestro “yo abrumado” y por ejemplo decirle: “ Es un momento difícil y tiene sentido que te sientas así “ o “estos sentimientos no van a durar siempre” o “te puedes sentir mejor y yo voy a ayudarte”. Lo más importante es que seamos capaces de distinguir entre nuestras distintas partes para que podamos conseguir que aflore la fortaleza de nuestro “yo adulto” en lugar de sentirnos dominados por nuestro “yo superviviente”.

Normalmente, en lugar de hacer esto la mayor parte de nosotros nos inclinamos por buscar evidencias que apoyan nuestros miedos y no tienen en cuenta el resto de alternativas, con lo que reaccionamos de forma impulsiva y a la defensiva con lo que empeoramos la situación al limitar nuestras opciones. Pero si nuestro “yo adulto” toma el control ampliaremos nuestra perspectiva y podremos distinguir entre los hechos reales, que se pueden verificar objetivamente , de una determinada situación y las historias que nos estamos contando y que responden a una creación nuestra para que los hechos tengan sentido pero que no tienen por qué ser real.

Una vez que hemos hecho esta distinción es útil plantearnos la siguiente pregunta: “Qué más puede ser cierto aquí? En lugar de sentirnos desbordados por la crisis del COVID – 19 podemos intentar apelar a nuestro “yo adulto”  y centrarnos de forma deliberada en aquello sobre lo que tenemos capacidad para influir y olvidarnos de lo demás.

Licencia de contenido del blog de “Hablemos de liderazgo”

 

Publicado en Hablemos de Liderazgo. Post original aquí.

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¿Qué significa ser un líder ágil?

por Raúl Castro

En el mundo de los negocios modernos, muchos líderes enfatizan la importancia de ser «ágiles». Tomado del concepto de desarrollo ágil del mundo del software, este estilo de gestión requiere que un líder sea flexible, adaptable y rápido en la toma de decisiones.

Miramos lo que se necesita para poner en práctica el liderazgo ágil.

1. Estar presente para obtener ideas

Sé ágil estando más presente. Si bien la estrategia es fundamental para el éxito, es tan importante, si no más, liderar de manera efectiva en el momento presente. Estar presente crea mayor conciencia para enfrentar los desafíos correctos que enfrenta su equipo. Escuche con atención y haga preguntas poderosas para obtener información y tome la decisión correcta para ayudar a su organización a avanzar en cada problema.

Tip1 #LíderÁgil: liderar de manera efectiva en el momento presente

2. Inspirando la creatividad y la innovación en sus colaboradores

Agil es tanto una forma de trabajar como una forma de ser. Para fomentar una cultura ágil en una organización, no es suficiente establecer métodos de automatización y desarrollar una cadencia de planificación y revisión de proyectos, por lo que el trabajo se mejora constantemente. Los líderes deben inspirar creatividad e innovación dentro de los colaboradores para que, a medida que la organización avanza, los colaboradores contribuyan directamente.

Tip 2 #LíderÁgil: los líderes deben inspirar creatividad e innovación dentro de los colaboradores

3. Moviéndose rápidamente

Agil significa poder moverse rápido. La velocidad es esencial para el éxito del negocio. La empresa que se mueve más rápido para resolver un problema, crear un producto o responder a una necesidad será el negocio que gane. La agilidad suele estar más disponible cuando las acciones son guiadas por la aspiración. Cuando todos saben para qué están trabajando, las personas se vuelven más creativas para lograr la visión.

Tip 3 #LíderÁgil: la empresa que se mueve más rápido para resolver un problema crear un producto o responder a una necesidad será el negocio que gane

4. Adaptándose a cualquier situación que suceda

Ser ágil significa que puedes adaptarte rápidamente a las situaciones a medida que surjan. Cada día trae nuevos desafíos para los líderes, y no siempre puede confiar en lo que funcionó ayer para resolver los problemas de mañana. Los líderes siempre deben usar su experiencia como herramienta, pero no confiar en ella únicamente para resolver problemas.

Tip 4 #LíderÁgil: los líderes siempre deben usar su experiencia como herramienta, pero no confiar en ella únicamente para resolver problemas 

5. Tener la flexibilidad para tomar acciones rápidas pero seguras

Los líderes deben ser ágiles en sus decisiones y acciones. Los líderes que pueden ver el panorama general, dividirlo en partes más pequeñas y luego ejecutar son simplemente más productivos que aquellos que no comparten esta flexibilidad. Al implementar porciones más pequeñas del plan, uno puede determinar fácilmente dónde se deben hacer los ajustes para prevenir el drenaje de recursos y desarrollar sistemas más eficientes.

Tip 5 #LíderÁgil: los líderes ágiles implementan porciones más pequeñas del plan para determinar fácilmente dónde se deben hacer los ajustes

6. Ser resistente y creativo

La agilidad es una señal de que alguien es flexible, está abierto al cambio y al crecimiento. Las empresas deben ser adaptables y flexibles en su enfoque para mantener la competitividad. Los líderes ágiles no se atascan en lo que significa el cambio para ellos y su ego; en cambio, se enorgullecen de ser resistentes y creativos en su enfoque.

Tip 6 #LíderÁgil: los líderes ágiles se enorgullecen de ser resistentes y creativos en su enfoque

7. Navegando por nuevas aguas y trazando nuevos éxitos

Los líderes ágiles usan su intuición para leer la sala, la persona que está frente a ellos y las personas que dan energía a su búsqueda de una gran experiencia laboral. Ellos conocen sus activos para el liderazgo y los implementan diariamente. Hacen preguntas definitorias y escuchan activamente para determinar la próxima prioridad. Los líderes ágiles se comunican y motivan a medida que navegan por nuevas aguas para trazar nuevos éxitos.

Tip 7 #LíderÁgil: los líderes ágiles se comunican y motivan a medida que navegan por nuevas aguas para trazar nuevos éxitos

8. Aprender continuamente y encarnar una mentalidad de crecimiento

Los líderes ágiles son aquellos que pueden adaptarse a un entorno incierto y en constante cambio. Cuando se propone ser un aprendiz continuo y tener una mentalidad de crecimiento, siempre está buscando formas de mejorar su producto, sus servicios y usted mismo como gerente y líder. Aprender de cada oportunidad lo prepara para manejar lo que suceda y lo convierte en un excelente ejemplo para otros.

Tip 8 #LíderÁgil: los líderes ágiles son aquellos que pueden adaptarse a un entorno incierto y en constante cambio con una mentalidad de crecimiento

9. Abrazar el cambio impulsando el valor

Los líderes ágiles prosperan ante la incertidumbre y el cambio rápido. Lo hacen creando un entorno donde las partes interesadas impulsan el cambio impulsando la adopción a través de cambios frecuentes e incrementales que producen valor constantemente.

Tip 9 #LíderÁgil: los líderes ágiles prosperan ante la incertidumbre y el cambio rápido

10. Dejar ir lo que no funciona

Ser ágil significa estar dispuesto a dejar ir rápidamente lo que no funciona y probar otra cosa. Como me enseñaron, el problema con nuestras creencias es que tendemos a creerlas. Una vez aceptadas, las creencias pueden convertirse en una realidad difícil de alterar. Los líderes ágiles desafían constantemente sus creencias y suposiciones para que puedan satisfacer las necesidades del momento en lugar de aferrarse a una causa que quizás ya esté perdida.

Tip 10 #LíderÁgil: los líderes ágiles están dispuestos a dejar ir rápidamente lo que no funciona y probar otra cosa

11. Escuchar, aprender y adaptar

Vivimos en un mundo donde se espera que los líderes sean consistentes, firmes y resueltos. Sin embargo, también vivimos en un entorno acelerado y caótico con pocas constantes. Los líderes que son firmes pueden parecer fuertes, pero a menudo no se adaptan. La capacidad de escuchar, aprender y adaptar la posición de una persona es una habilidad valiosa que requiere vulnerabilidad, confianza y seguridad psicológica. Los líderes ágiles consiguen esto.

Tip 11 #LíderÁgil: los líderes ágiles tienen la capacidad de escuchar, aprender y adaptar la posición de una persona

12. Conectando los puntos

La agilidad no es una excusa para el caos, un giro continuo sin estrategia o indecisión en su equipo. En el desarrollo tecnológico, es un enfoque definido. En el liderazgo, la agilidad implica un deseo de velocidad, compromiso con el cambio, la capacidad de iterar y habilidades de comunicación para navegar por la ambigüedad mientras se mantiene conectado diariamente. Promueve la conexión de los puntos y el funcionamiento como uno solo.

Tip 12 #LíderÁgil: los líderes ágiles promueven la conexión de los puntos y el funcionamiento como uno solo

13. Cambiando su estilo de gestión para que coincida con sus colaboradores

Hay muchas formas en las empresas de ser ágiles, pero una de las formas más poderosas es demostrar agilidad con sus colaboradores. A las personas les gusta ser comunicadas y reconocidas de manera diferente. Nunca es una talla única para todos. Muestra cuánto valoras la contribución de tu equipo al comprender y ser lo que necesitan. La productividad y el compromiso se beneficiarán enormemente.

Tip 13 #LíderÁgil: hay muchas formas en las empresas de ser ágiles, pero una de las formas más poderosas es demostrar agilidad con sus colaboradores

Fuente: Forbes

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Los 10 Vectores del Nuevo Management

Por Xavier Marcet

La irrupción de las herramientas 4.0 ( Big Data, Inteligencia Artificial, Blockchain) afectará directamente al management, a la forma cómo diagnosticamos y tomamos decisiones en nuestras organizaciones. La Internet de las Cosas, la impresión 3D y la robótica afectarán directamente a la forma de producir. La Ciberseguridad será una nueva infraestructura. La gestión de la complejidad será el contexto normal de las organizaciones. Uno de los factores de la complejidad estriba no tanto en si estas tecnologías marcarán el futuro, ni tan sólo cómo lo harán, sino en ser capaces de decidir cuando es el momento de apostar por ellas sin tapujos.

Hablamos de nuevo management por una necesidad creciente desde los años noventa de repensar las principales herramientas de gestión en el contexto de cambio acelerado en el que nos movemos ( véase planificación estratégica, gestión de recursos humanos convencional o la propia gestión de la calidad). Propongo a los lectores algunas características que pienso integrarán el nuevo management. No creo que sean todas las que estarán pero creo que estas pertenecen sin duda al nuevo management:

  1. Más estrategia y menos planificación. Para gestionar necesitaremos definir visiones que nos ordenen el criterio, pero la planificación como ejercicio de programación pormenorizado será cada vez más efímero en el tiempo y deberá complementarse con poderosos esfuerzos de innovación. Necesitaremos organizaciones ambidiestras que no sepan solamente explotar, si no también explorar futuros.
  1. Capacidad de adaptación.La innovación, la transformación digital y la gestión del cambio se mezclan. Hay que hacerlo todo: crear valor diferencial para los clientes desde la innovación, digitalizarse ( toda empresa será más o menos una empresa de software) y remover las estructuras para poder seguir a nuestros clientes en sus propios procesos de transformación.
  1. Agilidad.La agilidad lo es todo y es capaz de ganar pulsos a la dimensión. La desburocratización requiere sentido de urgencia. Sin agilidad las oportunidades se desvanecen.
  1. La centralidad del cliente.La pregunta más importante siempre es ¿ qué van a necesitar nuestros clientes que no nos sepan expresar? Poner al cliente en el centro es tener una organización flexible, lo cual es fácil de decir y muy complicado de realizar. Los clientes son esas personas que se van sin pedir permiso.
  1. La gestión del talento y del no talento.Más difícil que gestionar el talento es gestionar el no- talento y al talento oscilante. La gente de talento son las personas que sistemáticamente dan resultados por encima de la media. Ante el cambio digital también el talento deberá adaptarse. Muchas veces el problema del no talento no proviene de que no sepa o no quiera aprender, el problema radica en que no saben desaprender.
  1. Líderes que llenen las agendas de sentido.Los líderes no solamente deben aportar visión, deben también expresar propósito. El relato de los nuevos líderes se esconde en su agenda. Lo que dicen tienen mucho de relativo, lo que hacen es determinante para su credibilidad.
  1. La transformación cultural como sustrato del cambio.La cultura es eso que hace la gente cuando nadie los ve. Es eso que aprendieron sin que nadie se lo enseñara. La mayoría de cambios fracasan por la incapacidad de transformar la culturas, porqué la gente entiende el cambio como algo ajeno, algo que debe hacer la empresa pero no él. Solamente permanecerán las organizaciones en que la gente cuando escuche el verbo cambiar entienda que se conjuga en primera persona.
  1. Comunicación y síntesis.Ante un contexto definido por una información inabarcable la síntesis pasa a ser una habilidad fundamental. Sin síntesis no hay estrategia operatibizable. Además la síntesis hay que saber comunicarla. En un entorno de completa saturación de mensajes la comunicación efectiva la realizarán aquellos que no tengan necesidad de decirlo todo. La lúcida brevedad es algo impagable.
  1. La autenticidad.En organizaciones completamente transparentes, la autenticidad es una competencia diferencial. Que el gap entre lo que se proclama y lo que se hace sea el menor posible. Sin autenticidad, la mediocridad está servida.
  1. Empresas con alma.Las organizaciones son comunidades de personas que actúan de un modo muy distinto cuando sienten que hay algo que se filtra en sus agendas, en sus reuniones que hace que se reconozcan como alguien más que ejecutores de un negocio. Algo que se transmite en el respeto, en la empatía, en la lógica humana que hay detrás del negocio, algo que no sabemos que es pero notamos mucho cuando se ha ido. Podemos tener empresas muy digitalizadas, muy llenas de datos, pero no podemos dejar que la tecnología sepulte el alma.

El nuevo management convivirá muchos años con el viejo management de final del siglo XX, aquel de los jefes menguantes ante la complejidad, pero se impondrá con naturalidad. El nuevo management será el de las empresas que valen la pena y nos toca definirlo a nosotros. Mejor hacerlo desde las trincheras.

Este Artículo apareció en el Boletín de Aedipe el pasado diciembre.

( La imagen pertenece a una obra de Andrea del Castagno)

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¿Cuáles son las etapas de una crisis?

Todas las etapas de una crisis son importantes y para cada una de ellas la organización debe dedicarles un gran esfuerzo que recaerá principalmente en el gabinete de crisis.

Una crisis tiene cinco etapas. La primera de ellas es la detección. Para detectar las crisis potenciales, la organización debe realizar una auditoría de crisis, preferentemente hecha por una consultoría externa, la cual permitirá señalar los puntos fuertes y débiles así como elaborar un mapa de riesgos. Esta evaluación debe ser profundamente autocrítica, haciendo un monitoreo de áreas críticas. La idea fundamental es “No dejemos que los riesgos nos controlen, sino lo contrario: debemos controlar los riesgos”.

El gabinete o equipo de crisis debe evaluar la auditoría y señalar las recomendaciones a aplicar. También debe realizar simulaciones de crisis, aplicando los procedimientos establecidos en el Manual de manejo de crisis.

El proceso de investigación de las crisis y conflictos potenciales debe incluir entrevistas a directivos, la evaluación de crisis anteriores, el análisis de los recursos humanos y materiales, establecer quiénes serían perjudicados por una crisis, identificar los tipos de crisis potenciales, señalar los escenarios en que se pueden crear crisis, evaluar la capacidad de respuesta de la organización, conocer la relación que tiene la organización con los medios de comunicación, etc.

Una segunda etapa es la prevención. Sobre la base de los resultados de la auditoría y el proceso de detección de crisis y conflictos potenciales, se elabora un plan proactivo que permita afrontar una eventual crisis. Es importante considerar que toda organización tiene algún tipo de riesgo de afrontar una crisis que puede ser bajo, medio o alto.

Una aerolínea, una compañía minera y una empresa petrolera, por las características de sus operaciones son organizaciones con alto riesgo de afrontar una crisis. En consecuencia deben contar con planes de prevención de riesgos operativos a modo de plan estratégico y un equipo para comunicar las situaciones de crisis. Pero esto no exime a las organizaciones con riesgos bajos de contar con planes similares.

La tercera etapa es la contención. Una vez desatada la crisis, la organización trata de contenerla o contrarrestarla, con el fin de evitar la caída de su reputación. Para ello se comunica con sus diferentes públicos de la manera más adecuada. El gabinete de crisis se reúne en forma permanente para elaborar un plan de acción, implementar las acciones y herramientas concretas, evaluar el impacto de estas últimas y afinar cada procedimiento.

La cuarta etapa consiste en la recuperación. Los esfuerzos de la organización están orientados en recuperar sus operaciones normales. Aquí también cabe una labor informativa, dando cuenta de los progresos en ese sentido. Esto también lo determinará el gabinete de crisis.

La quinta etapa es la de post-crisis que involucra el aprendizaje. La organización hace un autodiagnóstico de lo aprendido durante la crisis y hace una evaluación del estado en que se encuentra el posicionamiento de su imagen institucional hacia sus diferentes públicos. Se define un plan de trabajo cuyo objetivo sea la restauración de esa imagen, así como un plan de comunicación post-crisis.

FUENTES CONSULTADAS:

Redacción: Press Consulting

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Las 5 etapas del ciclo de vida de tu negocio resumidas en un gráfico [Timeline]

Todos los grandes negocios comenzaron siendo pequeños… y evolucionaron. Adaptar estructuras, innovar, incorporar nuevos socios o empleados, cambiar el servicio, transformar un modelo familiar en uno profesionalizado… Si bien cada uno tiene su historia, podemos dibujar 5 grandes etapas en el ciclo de vida de una empresa.

¿Recuerdas cómo comenzaste con tu negocio? Prácticamente de la nada, con escasos recursos, sin saber muy bien si las decisiones que estabas tomando eran las adecuadas o no, con extremo cuidado en cada llamada, con cada proveedor, con cada factura o cada declaración a Hacienda

Situaciones y circunstancias que, con el paso del tiempo y a medida que tu negocio se iba consolidando e incluso ha ido creciendo, has ido automatizando, ganando seguridad y experiencia a base de triunfos y logros, pero también de fracasos y equivocaciones. Y, aunque estandarizar una trayectoria es complicado, pues cada empresa es un mundo y nadie es infalible en cada paso que da, sí se pueden establecer unas etapas comunes a todos los negocios. Estas son las 5 etapas del ciclo de vida de tu negocio:

5 grandes etapas en el ciclo de vida de una empresa

1. Supervivencia en busca de la viabilidad

Comenzamos este repaso por las 5 etapas del ciclo de vida de tu negocio por la supervivencia. Sin duda, se trata de una etapa conocida por todos aquellos autónomos y pequeños empresarios que han puesto en marcha, con mucho esfuerzo, sus negocios.

El objetivo en esta fase no es excesivamente ambicioso, pues se trata de hacer que el negocio sobreviva. Para ello, es básico contar con un flujo de efectivo controlado y constante. Por lo tanto, debes comenzar a tener ventas rápidamente, pero también cobrar lo antes posible.

En este período la morosidad o los plazos de pago demasiado amplios son, como comúnmente se denomina, palos en las ruedas para tu negocio. Te recomendamos que, como medida preventiva en esta etapa, lleves al día el cobro, por ejemplo en una plantilla como la que te ofrecemos en este enlace. Si a pesar de tu previsión chocas de frente con algún moroso, no olvides reclamarle las deudas de manera insistente, pues ante un impago que se dilata, desgraciadamente, el deudor tiene las de ganar.

Esta es la etapa en la que más trabajo operativo suele acumularse, pues hay que conocer a proveedores, probar, establecer procesos de trabajo y rutinas, cauces de comunicación… El trabajo estructural, por lo tanto, no es una prioridad porque, obviamente, las estructuras son prácticamente inexistentes.

Es un momento en el que, como gerente o propietario, eres un auténtico “hombre orquesta”. Tú eres el negocio.

2. Fase de evolución

Si has tenido la oportunidad de pasar de la primera etapa, enhorabuena. Has asentado los cimientos de tu negocio. Las ventas crecen a un nivel constante, pero lo que viene a continuación tampoco será fácil. Los riesgos siguen muy presentes. Incluso es posible que, por primera vez, necesites ayuda externa en algunas áreas de la empresa.

En esta 2ª fase del ciclo de vida de tu negocio, los procesos de trabajo todavía no son fijos, ya que estás en plena evolución y todo se mejora constantemente. La variabilidad es una característica cotidiana y el éxito o fracaso del negocio dependerá, en gran medida, del talento y la actitud de las personas que forman parte de él.

Es un buen momento para definir qué tipo de clientes son los ideales, comenzar a pensar en el retorno de la inversión (ROI) y, con cautela, diversificar negocio en público, mercado, sector o localización.

3. Fase de éxito

En esta fase, las ventas siguen aumentando a buen ritmo, las expansiones en mercados y públicos han sido satisfactorias y has consolidado proveedores y flujos de trabajo.

El negocio ya no tiene un carácter personal tan marcado, sino que es una empresa con sus estructuras incipientes. Se han automatizado muchas tareas y funciones, por lo que la entidad está lista para seguir creciendo.

En este punto, muchos empresarios se enfrentan a un dilema, ¿seguir creciendo o no hacerlo? Optar por el segundo camino no es sinónimo de fracaso, en ocasiones puede ser lo más inteligente, por ejemplo cuando la expansión geográfica ya no es una opción o cuando hayas decidido limitar o diversificar la inversión en otros proyectos.

4. Fase de estabilidad

La cartera de clientes está plenamente consolidada, permitiéndote incluso renunciar a aquellas propuestas que no vayan a suponer una alta rentabilidad o que busquen pagar por debajo del precio estipulado.

Con estos cimientos puedes pensar en pasos naturales como mejorar la calidad del producto o servicio, las instalaciones, crear nuevos puestos para descentralizar la toma de decisiones, profesionalizar más algunos departamentos o la dirección de la empresa, contar con asesores externos, etc.

Además, es el momento de implantar estrategias de control de inventarios, aumento de la productividad, reducción de costes, retención de talento o formación de los empleados.

5. Fase de madurez y adaptación

El crecimiento ya no es tan rápido, pero no hay que preocuparse, es algo habitual llegados a cierto tamaño.

En este punto, y ante la limitación de desarrollo, el empresario puede plantearse la compra de otras entidades más pequeñas para continuar ganando cuota de mercado o si se da el caso de que éstas cuenten con una tecnología o innovación que la empresa compradora no posee.

El inmovilismo es el mayor enemigo en esta fase, por lo que la empresa debe estar siempre atenta a las nuevas tendencias tecnológicas y de mercado. Su futuro dependerá de un atributo: su capacidad de adaptación. Solo así mantendrá su sitio de privilegio ante el empuje de otros competidores.

Publicado en Ideas para tu empresa. Post original aquí.

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Análisis del Ciclo de Vida de la Industria

Una de las herramientas que se utilizan para estudiar la industria es el Análisis del Ciclo de Vida, ya que permite comprender bien la estructura de la misma. El término de Ciclo de Vida es ampliamente aceptado como un instrumento valioso para estudiar la evolución de los productos y de las industrias en el mercado. La lógica de este análisis es representada a través de cuatro fases: emergente, crecimiento, madurez y declive.

Según evolucione una empresa a través de su Ciclo de Vida, la naturaleza y características de la competencia también irán cambiando. Sin embargo existen dos aspectos claves a considerar dentro de este Análisis:

  • Se desconoce la duración de cada una de las etapas, que puede variar de un sector a otro.
  • Y, el crecimiento del sector que no siempre pasa por todas las fases, a veces puede omitir la madurez y pasar directamente al declive.

EL ANÁLISIS DEL CICLO DE VIDA DE UNA EMPRESA Y SUS CUATRO FASES

Los cambios en el sector tendrán una importancia estratégica si pueden afectar a la estructura del mismo. Por ello, si están relacionados con el grado de madurez del mismo, es importante comprender cada una de las etapas por las que puede pasar.

Las fases del ciclo de vida por las que puede pasar la industria son:

FASE EMERGENTE

Esta fase trata de sectores que acaban de surgir, ya sea debido a una innovación tecnológica o de cualquier otro tipo. A través de esta fase se ve la dificultad de vencer la inercia del comprador y motivarlo a probar el nuevo producto. Por ello, los primeros consumidores suelen tener rentas más altas ya que están dispuestos a pagar lo que sea necesario por adquirir una novedad.

Aparecerán diferentes productos, porque ni los clientes ni las propias empresas saben qué es lo que realmente perdurará en el mercado, no se conoce qué forma o funcionalidades puede tener el producto o servicio, ya que se está en un proceso de aprendizaje.

FASE DE CRECIMIENTO

En esta fase los competidores comienzan a tener claro el foco del desarrollo del negocio. También, se conocen bien quiénes son los clientes a los que se debe dirigir y cuáles son sus motivaciones. En esta fase, la demanda del producto o servicio crece fuertemente y la clave de la empresa es captar cuota de mercado a toda costa para posicionarse.

En esta etapa, las empresas crecen en ventas y beneficios porque se dejan arrastrar por el empuje del mercado, más que por su propia estrategia.

FASE DE MADUREZ

Esta es una fase donde realmente comienza el peligro porque la demanda se estanca o crece de forma más lenta. Además, se comienza a observar un exceso de oferta y capacidad ociosa entre algunas de las empresas, unido a fuertes inversiones y necesidad de alcanzar economías de escala.

También, a través de esta fase se observa que la rivalidad competitiva comienza a crecer y la industria tiende a concentrarse como mecanismo para repartir mucho mejor los costes fijos. Normalmente, comienza a verse ausencia de innovaciones tecnológicas pues las empresas no quieren realizar fuertes inversiones debido a que el atractivo del sector ya no es el mismo de antes.

FASE DE DECLIVE

En esta última fase se observa un descenso de la demanda en el mercado debido a ciertos factores como:

♦ Cambios en los hábitos de consumo.

♦ Cambios socio-demográficos.

♦ Legislaciones que dificultan el crecimiento de esa industria.

♦ Innovaciones tecnológicas.

Ante una fase como está, aparecen las llamadas estrategias de juego final, que básicamente son cuatro posibles acciones que una empresa puede llevar a cabo:

♦ Mantenerse como líder de la industria, buscando por todos los medios ser la única o una de las pocas empresas que sobrevivan en el sector en declive.

♦ Buscar un nicho de mercado donde se pueda crecer.

♦ Desarrollar una estrategia de cosecha, que es eliminar cualquier tipo de nueva inversión y reducir al máximo aquellos costes que ya no sean imprescindibles.

♦ O la salida de la industria

En síntesis, cuando un inversor quiere tomar una decisión financiera sobre la posibilidad de entrar en una industria en particular, utiliza el Análisis de Ciclo de Vida porque este análisis equilibra riesgos y recompensas de la inversión en una empresa.

Publicado en MBA Online. Post original aquí.

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El escritor israelí Yuval Noah Harari alerta sobre el peligro de una humanidad sin empatía

Los humanos tienen voluntad, solo que ésta no es libre. No puedes escoger lo que deseas tener. Los humanos toman ciertamente decisiones, pero estas decisiones nunca son independientes.

La fusión de la bioingeniería y la tecnología de la información brindará a los gobiernos y las empresas las herramientas necesarias para manipular más a la gente en el futuro, alertó el historiador y escritor israelí Yuval Noah Harari en una entrevista con dpa con motivo de la presentación en Alemania de su libro “21 Lecciones para el Siglo XXI”.

dpa: Usted señala en su libro “Homo Deus” que la ciencia ha demostrado que el hombre carece de libre albedrío. Al mismo tiempo escribe libros para que la gente piense sobre el futuro y tome mejores decisiones. ¿Cómo explica esto?

Harari: Los humanos tienen voluntad, solo que ésta no es libre. No puedes escoger lo que deseas tener. Los humanos toman ciertamente decisiones, pero estas decisiones nunca son independientes. Cada decisión depende de una cantidad de condiciones biológicas, sociales y personales que uno no puede escoger a voluntad. No elegiste tus genes, tu género, tus padres, tus vecinos, tu cultura. Intenta seguir a nivel consciente el curso del próximo pensamiento que se te viene a la cabeza. ¿De dónde provenía? ¿Decidiste libremente pensar esto en particular y entonces lo pensaste? Obviamente que no fue así.
dpa: ¿Qué se deduce de esto?

Harari: La idea de que los humanos son sujetos completamente independientes que escogen libremente sus propios pensamientos y deseos es ridícula desde el punto de vista científico y peligrosa desde el punto de vista político. En siglos anteriores, el peligro era reducido porque ningún Gobierno o corporación contaba con los conocimientos biológicos y el poder informático necesarios para controlar sus pensamientos y deseos. Pero ahora, algunos gobiernos y corporaciones están obteniendo el poder para hackear y manipular a la gente. Y lo más facil es manipular a la gente que cree que no puede ser manipulada porque tiene “libre albedrío”.

dpa: ¿Cuál es su advertencia concreta?

Harari: Trato de alertar a la gente de que son animales susceptibles de ser hackeados. Precisamente por el hecho de que la gente no es completamente independiente puedo tratar de influir en sus decisiones. ¿Y por qué importa esto? Porque algunas decisiones causan un montón de sufrimiento mientras que otras decisiones ayudan a evitar sufrimiento. La gran cuestión para mí es cómo liberarnos del sufrimiento. Una condición muy importante para evitar el sufrimiento es librarnos de las ilusiones que tenemos en cuanto a nosotros mismos, incluida la ilusión de que nuestros deseos reflejan nuestra “voluntad libre”.

dpa: ¿Qué ventajas traería esto?

Harari: Si los entendemos podemos reaccionar de forma menos obsesiva a nuestros deseos. Los seres humanos le dan tanta importancia a sus deseos que intentan controlar y formar el mundo entero de acuerdo a sus deseos. Si entienden que sus deseos no son productos del libre albedrío entonces ojalá se dejen dominar menos por ellos. Si nos comprendemos a nosotros mismos y comprendemos nuestros deseos, tal y como son verdaderamente, el mundo será un lugar mucho mejor que si tratamos constantemente de realizar todo deseo que se nos ocurra.

dpa: Usted argumenta que ni la identidad, la conciencia o la inteligencia elevan al hombre por encima del animal, sino las creencias en mitos comunes, las historias: la religión, la nación, el humanismo, el dinero. ¿Cuál será la próxima gran historia que dé estabilidad a un mundo cambiante?

Harari: No lo sabemos. Si lo supiésemos ya estaríamos creyendo en esto. Una historia ficticia funciona bien siempre y cuando se piense que es realidad.

dpa: Usted predijo que la fusión de biotecnología e inteligencia artificial daría a luz a una nueva forma de ser humano. Y que podría haber seres humanos que serían tratados por una pequeña élite como son tratados los animales. ¿Cómo se podría frenar esta evolución?

Harari: Tenemos que entender mucho mejor la mente humana. Los gobiernos, las corporaciones y los ejércitos emplearán probablemente una tecnología para mejorar las capacidades que necesitan y al mismo tiempo descuidarán otras necesidades humanas y partes desconocidas del potencial humano. Por ejemplo, los gobiernos y las corporaciones probablemente alentarán el desarrollo de la inteligencia y la disciplina mientras que tendrán escaso interés en desarrollar la empatía o la espiritualidad. El resultado serán humanos muy inteligentes y disciplinados que carecen de empatía y profundidad espiritual.

dpa: ¿Y eso qué quiere decir?

Harari: Se lo hemos hecho a vacas. Hemos criado vacas dóciles que producen enormes cantidades de leche pero son mucho menos ágiles y curiosas que sus antecesoras salvajes. Ahora estamos creando humanos que funcionan como chips eficientes en un gigantesco mecanismo de procesamiento de datos pero que a duras penas desarrollan el potencial humano. En efecto, podríamos perder una gran parte de nuestro potencial humano sin siquiera ser conscientes de que lo teníamos. Para impedir esto necesitamos invertir en la investigación y el desarrollo de la mente humana por lo menos tanto como en la investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías.

Publicado en Vanguardia. Post original aquí.

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Juan Luis Arsuaga: “la vida es una crisis permanente”

por Edith Sánchez

Para Juan Luis Arsuaga, la crisis de la pandemia ha acelerado algunos procesos que ya venían gestándose. ¿Sabes cuáles son? En este artículo te contamos más sobre esta reflexión.

El paleontólogo español Juan Luis Arsuaga ha hecho unas interesantes reflexiones sobre la pandemia del coronavirus, principalmente llamando a la mesura, al realismo y al humanismo. Este experto en la evolución humana, premio Príncipe de Asturias y catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, llama a la sensatez para abordar la crisis y, desde su especialidad, ve salidas innovadoras a la misma.

Una de sus frases más lapidarias dice que “la vida es una crisis permanente”. Juan Luis Arsuaga indica que lo extraordinario no es la muerte, sino la vida misma. Señala que todas las especies están al borde de la extinción constantemente y que ninguna de ellas vive procesos estables. La inestabilidad es una propiedad intrínseca de la vida.

“El optimista es el que cambia las cosas. El pesimista no cambia nada. El predicador tampoco”.

-Juan Luis Arsuaga-

Lo que más le preocupa a Juan Luis Arsuaga es la proliferación de lecturas mágicas que ha traído consigo la pandemia. Son muchos los que han optado por ver en el virus un castigo divino, un anuncio del fin del mundo o el fruto de alguna maldición. Cree que la situación le ha allanado el camino a muchos charlatanes que le dan una interpretación sobrenatural a lo que sucede.

Juan Luis Arsuaga y el pensamiento racional

Juan Luis Arsuaga hace hincapié en un hecho obvio: tan normales y esperables son las epidemias y pandemias, que precisamente por eso mismo existe una especialidad de la ciencia llamada “epidemiología”. Tan potencialmente dañinos son los virus, que por eso también existe la virología. Lo único diferente que tiene esta pandemia es el hecho de que pone en cuestión el modelo de sociedad en el que estamos.

Es un hecho que fueron los viajeros los que diseminaron el virus por todo el mundo. Y lo hicieron porque estábamos en una realidad en la que cada vez era más barato viajar por todo el planeta. Para ello, debíamos someternos a subir en un avión repleto de personas, un lugar en el que, si uno tosía, al menos otros cinco estaban al alcance de su vaho.

A su juicio, la vida consiste en resolver problemas. A su vez, solucionarlos es conseguir un punto de equilibrio que siempre es inestable. Algo así como ser capaces de quitar una pieza sin que se derrumbe la estructura; o poner una pieza, sin que colapsen los cimientos. Solo los minerales y los muertos no tienen problemas, dice Juan Luis Arsuaga.

Un gran cambio histórico

Arsuaga dice que cuando hay crisis concatenadas, es decir, crisis en un aspecto que suscitan una nueva crisis en otro aspecto, existe la posibilidad de que se acabe una civilización entera. Eso le sucedió al Imperio Romano, en donde hubo una serie de crisis sucesivas que no le dieron tiempo suficiente para reponerse. Entonces, el factor clave no es la crisis como tal, sino la recurrencia.

La crisis de salud seguramente será superada porque existe el potencial para que así sea. Sin embargo, si a esta se suma una crisis económica, una social, quizás una crisis militar o climática, las cosas pueden ser diferentes. En conjunto, podrían acabar con la civilización tal y como la conocemos. Lo adecuado es resolver sensatamente cada problema.

Lo importante, dice Juan Luis Arsuaga, es que aprendamos de todo esto. Que cuando se encuentre la solución para el coronavirus, no se olvide lo importante que es financiar la investigación y la ciencia. Para este pensador, el protagonismo en toda esta crisis no lo han tenido los científicos, sino los políticos. Así que mucho de lo que ocurra dependerá de las decisiones del poder sumadas a las decisiones individuales de cada uno.

Hay motivos para ser optimistas

Al igual que otros pensadores, Arsuaga piensa que la pandemia no es un factor de cambio por sí solo. Lo que ha hecho es acelerar procesos que ya venían desarrollándose, entre ellos, la tensión entre el modelo neoliberal y la necesidad objetiva de un estado de bienestar para las mayorías.

Agrega que cada época tiene su crisis y que la pandemia es la que le correspondió a este tiempo. Advierte que este tipo de situaciones traen consigo miedo y que cuando las personas se sienten asustadas son más proclives a ceder su libertad y sus derechos.

Aun así, y con altibajos, Arsuaga cree que la pandemia sí ha activado el sentido cooperativo en muchas personas. Este es concéntrico y se orienta primero a la familia inmediata, luego a la familia extendida, después a los amigos y conocidos, y finalmente a la región, al país y al mundo. A su juicio, después de la crisis no se resolverán los problemas, pero sí seremos más conscientes de que nos necesitamos unos a otros.

Publicado en La Mente es Maravillosa. Post original aquí.

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“La tarea del gerente, en épocas de crisis, es crear una nueva cultura en la organización”

Julio Ramírez, profesor pleno de Incae Business School y doctor de Harvard, ofrece en esta entrevista algunas ideas útiles para que los gerentes de hoy guíen la organización en períodos difíciles.

Por AméricaEconomía.com

Suponiendo que la crisis parece haber llegado a su máximo, rápidamente la gerencia pasa de estar abocada a garantizar la existencia en el corto plazo, a estar abocada a ser sostenible en el largo plazo. En este punto la gran interogante es si es el mismo estilo de liderazgo, el que se necesita para concluir exitosamente la tarea por delante.

Con esta idea,  Julio Ramírez, doctor de Harvard y profesor pleno de Incae Business School, presenta algunas ideas útiles para el gerente de hoy, que enfrenta lo que se conoce como gerencia en períodos difíciles.

-¿Cómo podría definir una época difícil o de crisis?
Los tiempos difíciles son tiempos de crisis, de cambio, de oportunidad. No son necesariamente tiempos adversos. Tiempos difíciles podrán ser adversos o no dependiendo de cómo los enfrente usted. Muchas empresas que logran superar con éxito tiempos difíciles, lo han hecho por su capacidad de convertir amenazas y problemas en oportunidades.

-¿Qué elementos identifican que una empresa está en crisis?, ¿cómo se debería actuar?
Existe un problema adaptativo y un problema técnico. Si usted va al médico y le diagnostica una apendicitis, el médico, como líder que enfrenta un problema, ha identificado un problema técnico que él puede resolver sin requerir un cambio importante en el comportamiento del paciente, con una intervención y una recuperación relativamente fácil. Pero si usted va al médico y le diagnostica diabetes, la solución de ese problema no radica en algo que el médico pueda hacer, sino en que él logre que usted lleve a cabo cambios muy importantes en sus hábitos de vida bajo la guía profesional. Aquí el problema no es técnico, sino adaptativo, pues requiere cambios importantes en el comportamiento del paciente, y el médico enfrenta el reto de estimular al paciente a hacer esos cambios durante el resto de su vida.

-¿Qué medidas cree que debiera tomar una organización para adecuarse ante la crisis?
Cuando una organización enfrenta tiempos adversos, enfrenta problemas adaptativos para poder superarlos. Enfrenta el reto de hacer cambios radicales en muchos de los hábitos y prácticas organizacionales. Esto requiere modificaciones profundas en el comportamiento de muchas personas dentro de la organización. Una característica importante de muchos problemas adaptativos es la dificultad del diagnóstico y otra es la dificultad de encontrar soluciones. Aquellos casos en que no se llega a entender qué es lo que está pasando ni por qué son los más difíciles. Son casos en que el primer reto es el de encontrar el diagnóstico. La tarea del liderazgo gerencial en períodos de crisis consiste en crear dentro de la organización una nueva cultura: nuevos valores, nuevas normas, nuevas creencias, y, especialmente, nuevos patrones de comportamiento.

-¿Y qué rol juega el líder dentro de la organización?
El papel más importante del líder es inculcar confianza en la gente. La gente no nace con autoconfianza. La persona con la mayor autoconfianza también puede ser anulada. La autoconfianza proviene del éxito, la experiencia, y el entorno organizacional. El líder debe respaldarlos cuando cometen errores. Los cambios en la sociedad, los mercados, los clientes, la competencia, y la tecnología alrededor del globo están forzando a las organizaciones a aclarar sus valores, a desarrollar nuevas estrategias, y a aprender nuevas formas de operación.

-¿Cómo deber un líder afrontar la tarea del cambio?
Una de las cosas más difíciles para los líderes en la tarea del cambio es movilizar a la organización a hacer el trabajo adaptativo, que se requiere cuando muchas de nuestras convicciones son cuestionadas, cuando los valores que le dieron éxito a la organización son menos relevantes, y cuando la teoría del negocio es obsoleta. Vemos retos adaptativos cuando las empresas se reestructuran o reingenian, cuando desarrollan o implementan una nueva estrategia, cuando se fusiona o cuando se abre el mercado nacional a competidores externos. Los problemas adaptativos con frecuencia no tienen respuestas fáciles. Lograr que la gente haga trabajo adaptativo es la marca del liderazgo en un mundo competitivo y cambiante.

-En este escenario, ¿qué tan difícil es para un gerente proveer liderazgo y por qué?
Es muy difícil. Por dos razones. La primera es que, con el fin de hacer que ocurra el cambio, los ejecutivos tienen que romper su viejo patrón de proveer liderazgo en forma de soluciones. Cuando una empresa enfrenta retos adaptativos, las soluciones están en la inteligencia colectiva de los empleados en todos los niveles. En segundo lugar, el trabajo adaptativo es tensionante para la gente que tiene que enfrentarlo. Tienen que asumir nuevos papeles, nuevos valores, nuevas relaciones, nuevo comportamiento y nuevos enfoques en el trabajo.

-¿Cuáles son los retos que enfrentan los líderes de las organizaciones en tiempos difíciles?
Uno, el sentido de urgencia. Una de las tareas más difíciles para el liderazgo es difundir y mantener un sentido de urgencia que saque a la organización de la complacencia que la llevó a la crisis, pero sin crear desesperación. Dos, la aventura del cambio. El cambio es en sí una aventura, es un riesgo, pero calculado y así debe ser percibido. No es pertinente comunicar todo lo que los líderes perciben del diagnóstico o de la visión o de la estrategia, ni tampoco tener el mismo mensaje para todas las audiencias, aunque los diferentes mensajes deben ser consistentes entre sí. Tres, el liderazgo y la creación del futuro. Cuando se habla de que en una sociedad, empresa o país hay crisis de liderazgo, nos referimos a que allí se percibe una incapacidad profunda para crear un futuro, que sea mejor o no dependerá, en alto grado, del liderazgo. Por último, el reto final del liderazgo organizacional en tiempos difíciles, es movilizar a la organización para identificar los retos adaptativos que enfrenta, y al desarrollar la capacidad para enfrentarlos, crear su propio futuro.

Publicado en AméricaEconomía. Post original aquí.

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