Por Mercedes Hortelano VdP @MyKLogica
Septiembre comienza caliente con 3 convocatorias entre las que elegir (#15S, #22S y #25S), que muestran el descontento de una gran mayoría de la población y una 4ª, dirigida a mostrar alternativas empresariales y económicas y sus beneficios para todos, la Economía del bien común. (Nota: El original de este post fué publicado el 14 de setiembre de 2012)
Si observamos la historia, vemos como ambos sistemas, capitalista y comunista han fracasado y han fracasado en lo mismo, el diálogo, el consenso y, por lo tanto, en economía y democracia. Bajo mi perspectiva este fracaso se debe a que, como seres humanos, estamos en plena evolución y nos faltan por desarrollar capacidades que nos lo permitan.
Si lo explicara en términos profesionales y siguiendo la teoría del liderazgo situacional de K.Blanchard, que muestra las diferentes fases emocionales y productivas por las que pasa un profesional y asesora sobre el tipo de liderazgo que necesita cada fase, diría que socialmente estamos en el paso de ser M2 (poca experiencia, inconsciencia) a M3 (cierta experiencia, consciencia de las consecuencias de los errores pasados):
- Conocimiento específico sobre cómo hacer que funcione una sociedad en paz, próspera, equitativa en relación a los méritos, productiva, igualitaria…
- Experiencia en ello
- Capacidad de resolución de conflictos
- Capacidad de preverlos y evitarlos
- Capacidad de dar y cumplir plazos de tiempo
Tenemos muchas teorías pero ninguna funciona. Tenemos experiencia en lo que NO FUNCIONA, comenzamos a tener algunas experiencias de lo que SÍ FUNCIONA. Ha habido muchos que hemos sido capaces de prever a dónde nos dirigíamos con más de 5 años de antelación y muchos con más de 10 y 20 y más años de antelación pero, sin la capacidad de resolver los conflictos ni la de evitarlos y, en cuanto al tiempo … creo que nuestras capacidades de analizar y proyectar dicho análisis en el futuro y de relación e interrelación son muy mejorables.
Si a ello le unimos que el liderazgo hasta ahora ha sido “directivo”, independientemente de que hubiéramos necesitado otro estilo de liderazgo (da igual que se le llame monarquía, presidencia o gobierno, sigue siendo directiva, comunicación unidireccional, órdenes, jerárquica).
Lo cual puede tener una explicación en unos orígenes, como humanidad, que para sobrevivir y pasar de ser “depredada” a “depredar”, era lo que necesitábamos.
¿cuántos quieren ser “jefes”? A la mayor parte de nosotros preferimos trabajar en lo que nos gusta y, si además es otro el que se encarga de la coordinación y me encuentro más cómoda siendo supervisada que supervisando, mejor que mejor y, como yo, muchos).
Nuestros políticos y élites deberían de ser capaces de entender que ya no necesitamos seguir defendiéndonos, sobre todo porque tecnológicamente, hay más que de sobra para todos pero, por supuesto bajo mi punto de vista, hemos de superar el seguir “viéndonos” como enemigos … porque el más lento es el devorado, el menos competitivo se queda sin trozo del pastel, couta de mercado …. Por todo ello, saldremos de la crisis y con ella hacia un nuevo modelo social, cuando seamos capaces de vernos como aliados y complementarios, cuando nos planteemos ¿hasta dónde quiero crecer? ¿para qué? ¿y ese ROI para qué? ¿para ser el más rico del cementerio? y cuando nos respondamos y comencemos a actuar en consecuencia.
Asimismo, hemos de tener en cuenta que este tipo de liderazgo lo hemos ido adaptando a través de las diferentes fases socio-económicas por las que hemos evolucionado pero en sí, no ha evolucionado, aun cuando ya se ha demostrado su ineficacia. Una sociedad con tantos individuos es necesariamente compleja y, más hoy en día con todo lo que estamos viviendo, ante lo cual es mucho más eficaz otro tipo de liderazgo, uno distribuido y compartido en el que cada cual aporte en lo que más experiencia tenga pero, al mismo tiempo, necesitamos alguien “ahí arriba” cuya función sea la de “vigía, guía y coordinador” y nos ayude a reflexionar sobre lo que no funciona y funciona.
Y si a lo anterior sumamos:
- que aún tenemos mucho potencial de desarrollo en asertividad y respeto.
- que nuestra autoestima, base de la inteligencia emocional, también tiene un alto grado de potencial de desarrollo.
- que la asertividad y la autoestima son la base del diálogo.
- que diálogo y debate, capacidades incipientes, serán dos competencias básicas en el nuevo tipo de liderazgo que, por fase evolutiva necesitamos (distribuido, de supervisión o guía).
- Las redes y su capacidad de convocatoria y difusión de la comunicación
Conclusión: al no haber apenas diálogo, nos encontramos con un “coctel molotov” social y a la situación actual me remito, por lo que necesitamos innovar urgentemente en nuestra forma de hacer política, es decir, ayudar a nuestros líderes a que adquieran técnicas que les permita iniciar el cambio hacia ese nuevo liderazgo y saber que es responsabilidad de todos “liderar” a nuestros líderes, de ellos aprender a escuchar y nosotros, dándoles un feedback real y útil de las consecuencias de sus acciones.
Y yo, desde mi perspectiva profesional les recomendaría:
- Proceso de coaching centrado en asertividad y autoestima y que termine entrenándole en las propias técnicas de coaching.
- Talleres y sesiones de técnicas de liderazgo.
- Entrar en un proceso de desarrollo de las siguientes competencias: visión de futuro, capacidad de actuación global y cuestionamiento del “status quo”
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Infografía: Power to the people on line by Lillian King
Publicado en MyKLógica. Post original aquí.
Del mismo autor en este blog:
Razones para innovar en el sistema económico y de intercambio
Motivación: ¿Maslow desfasado?
Liderazgo: 3 claves para ayudar a desarrollar la autoestima en nuestros colaboradores
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