​La teoría del aprendizaje de Robert Gagné

por Oscar Castillero Mimenza

¿Cómo conceptualizaba las etapas del aprendizaje este psicólogo estadounidense?

Aprender es el proceso básico por el cual adquirimos información del mundo exterior o interior para posteriormente trabajar con ella. El resultado de este proceso es el conocimiento, el cual permite realizar una amplia variedad de conductas, predicciones e incluso adquirir asimismo nuevos conocimientos y esquemas cognitivos.

El aprendizaje es pues un fenómeno fundamental que nos permite la supervivencia y la adaptación al medio, siendo estudiado por muy diversas disciplinas y corrientes teóricas. Una de las múltiples teorías que han surgido respecto al proceso de aprendizaje es la teoría del aprendizaje de Robert Gagné. Y es que Jean Piaget no fue el único en hablar sobre el aprendizaje en clave psicológica.

El aprendizaje para Robert Gagné

Como hemos dicho hay maneras muy diferentes de entender lo que es el aprendizaje.

En el caso de la teoría del aprendizaje de Robert Gagné se considera como tal el resultado de la interrelación entre persona y ambiente, siendo un cambio de tipo comportamental, conductual e incluso de disposición o actitud respecto a una parte o la totalidad de la realidad.

Dicho cambio es mantenido en el tiempo como consecuencia de la interacción entre persona y ambiente, no siendo debido únicamente a cambios madurativos sino a la vivencia de experiencias y repetición de éstas.

Para Gagné, la información llega al sistema nervioso a través de los receptores sensoriales, para posteriormente procesarse y almacenarse en la memoria hasta que sea necesaria su recuperación. Si dicha información se corresponde con alguna previa puede pasar fácilmente a almacenarse, pero en caso contrario será necesaria la práctica y repetición del aprendizaje.

Las emociones intensas y las motivaciones facilitan (o dificultan. según el caso) dicho almacenamiento y posterior recuperación.

El papel de la motivación en el aprendizaje

A la hora de recuperar la información, debe suceder alguna situación o estímulo que exija utilizar el aprendizaje almacenado, el cual ante dicho estímulo pasa a un hipotético generador de respuestas interno. Tras su paso por este generador se produce la conducta, teniendo en cuenta a la hora de escoger cual aplicar el nivel de control y las expectativas propias y ajenas respecto a la conducta y la meta u objetivo a cumplir con ella.

Así, la motivación actúa como motor del aprendizaje y, a la vez hace que se creen más situaciones para poner en práctica lo aprendido, ya que crea más oportunidades en las que se detecta una situación en la que las nuevas habilidades adquiridas pueden ser útiles.

Para aprender es imprescindible que exista motivación, sea del tipo que sea, con el fin de que la información sea atendida y procesado. En caso contrario no se registraría la información ni se generaría conocimiento. Pero ¿qué aprendemos exactamente?

¿Qué aprendemos?

No siempre aprendemos el mismo tipo de cosas. De hecho existe una amplia variedad de estímulos, situaciones, habilidades y procedimientos de diferentes tipos que podemos llegar a adquirir a lo largo de la vida.

Para Gagné, la amplia variedad de posibles aprendizajes se pueden agrupar en ocho diferentes tipos de aprendizajes: el aprendizaje de reacción a señales o reflejos, el aprendizaje condicionado estímulo-respuesta, el encadenamiento de secuencias de acción motoras, la asociación verbal, la discriminación, el aprendizaje y comprensión de conceptos, el de principios con los que estructurar las valoraciones hechas por el sujeto y el de resolución de problemas.

Los productos de dichos aprendizajes, asimismo, también son clasificados en cinco categorías principales.

1. Habilidades motoras

La destreza motora es fundamental a la hora de poder actuar.

Se precisa un entrenamiento para conseguir que el movimiento sea automatizado y pueda realizarse con precisión, especialmente en el caso de conductas que exijan el seguimiento de una secuencia de acciones.

2. Información verbal

Este tipo de capacidad o aprendizaje es el que se refiere al proceso de transmisión de información y a la retención de datos concretos como nombres o recuerdos.

3. Habilidades intelectuales

Se trata de las capacidades que permiten captar, interpretar y utilizar elementos cognitivos con el fin de interpretar la realidad, incluyendo la capacidad de simbolización. Este tipo de habilidades son de gran utilidad para discriminar estímulos y asociar simbología y realidad.

4. Destrezas y estrategias cognoscitivas

Este tipo de habilidades se refieren a los procesos cognitivos que utilizamos para captar, analizar, trabajar y recuperar la información. Asimismo está vinculado con la elección de conductas adaptativas al entorno y sus demandas concretas. Atención, estilo de respuesta o planificación son varios ejemplos de este tipo de habilidades, y según la teoría de Gagné trabajan a la vez.

5. Actitudes

Se consideran actitudes a los estados internos que influyen a la hora de elegir las conductas y comportamientos hacia situaciones, personas u objetos concretos. Son, en definitiva, predisposiciones que nos inclinan más hacia una opción o hacia otra y que moldean nuestra manera de comportarnos.

Aprender puede provocar que las actitudes personales cambien, pero dicho cambio es gradual y progresivo, siendo el aprendizaje complejo y necesitando ser reforzado para que exista un cambio real y permanente.

Etapas del aprendizaje

Independientemente del tipo de conocimiento, habilidad o disposición que se adquiera, la teoría del aprendizaje de Gagné considera el aprendizaje como un proceso el cual puede dividirse en diferentes etapas antes de la adquisición del conocimiento. Dichas etapas o fases son las siguientes.

Primera fase: Motivación

La primera fase en el proceso de aprender es la fase de motivación. En esta fase básicamente se establece un objetivo, orientando la atención hacia él. De este modo sabemos hacia qué debemos dirigir nuestras acciones.

Segunda fase: Aprehensión

En esta segunda fase se utilizan procesos de atención y percepción selectiva cuando un cambio en algún estímulo atrae la atención y nos hace focalizarnos física y cognitivamente en él.

Tercera fase: Adquisición

Si bien las fases anteriores se basan principalmente en la fijación de la atención y la intención de atender, durante la tercera fase se produce la adquisición y codificación de la información. recopilando los estímulos y trabajando con ellos. Esta tercera fase es la principal en el proceso de aprendizaje dado que es el momento en que se adquiere el conocimiento.

Cuarta fase: Retención

Tras la adquisición de la información se procede a almacenarlo en la memoria, teniendo que vigilar la posible interferencia con otros conocimientos siendo favorecida dicha retención por estos.

Quinta fase: Recuperación

Una vez retenida la información el aprendizaje permanece en la memoria hasta que algún tipo de estímulo desencadena la necesidad de recuperarla. En esta situación nace el recuerdo de la información almacenada tras un procesamiento de las necesidades que surgen del estímulo o demanda.

Sexta fase: Generalización

Una parte muy importante del aprendizaje es la capacidad para generalizar la información. En esta fase del proceso de aprendizaje se construye una asociación entre el conocimiento adquirido y recuperado y las diferentes situaciones en las cuales podría demandarse dicho conocimiento.

Esta generalización permite establecer conductas adaptativas ante estímulos novedosos de los que no tenemos información. Puede ser entendida como una de las principales metas del proceso de aprendizaje, ya que es aquí donde se nota la utilidad de lo aprendido al llevarlo más allá del contexto inicial.

Séptima fase: Desempeño

La séptima fase del proceso de aprendizaje es la de desempeño. En esta fase el individuo transforma el conocimiento aprendido en acción, realizando una conducta en respuesta a la estimulación externa o interna.

Octava fase: Retroalimentación

La comparación entre los resultados de la actuación derivada del uso del aprendizaje y las expectativas que se tuvieran respecto a dichos resultados son la última fase del proceso. Si los resultados son los esperables o mejores, se fortalecerá el aprendizaje, mientras que en caso contrario se intentará modificar o se descartará en esa situación en favor de otras alternativas.

Referencias bibliográficas:

  • Gagné, R. (1970). Las condiciones del aprendizaje. Aguilar. Madrid.
  • Meza, A. (1979). Psicología del aprendizaje cognoscitivo. Hallazgos empíricos en los enfoques de Piaget y Gagné. Lima: NUCICC.

Publicado en Psicología y Mente. Post original aquí.

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Inteligencia contextual: ¿qué es?

Saber cálculo integral no es indispensable para quien dirige una empresa, grande o pequeña, o un colegio, o un país.

Tampoco es indispensable que sepa de memoria todos los aforismos del derecho romano. Robert J. Sternberg ha acuñado un término que designa un saber mucho más útil para esas circunstancias. Se trata de la inteligencia contextual, que es la capacidad de generar conductas adaptadas al mundo real.

Así como la inteligencia emocional es una capacidad de comportarse óptimamente en la interacción con los demás, la inteligencia contextual viene a ser algo como “saber dónde estamos parados”. Joseph S. Nye, hablando sobre el estilo de liderazgo del presidente Obama, dice que el buen líder tiene inteligencia emocional, visión y habilidad de comunicación. E inteligencia contextual que le permita variar la mezcla de estas capacidades para adaptarlas a diferentes situaciones y generar lo que él llama “poder inteligente”. Imagino que la expresión de “poder inteligente” se refiere a la capacidad de lograr resultados, lo cual es imposible a menos que se conozca cómo funcionan las cosas a través de las cuales se quieren obtener esos resultados.

En ese sentido necesita inteligencia contextual el buen maestro para saber cuáles incentivos motivan a sus estudiantes, para conocer lo que saben y lo que ignoran, para entender la realidad en la que viven y así saber cuáles inquietudes y cuáles conocimientos tienen significado para ellos. La necesita el jefe para conocer a cuáles de sus colaboradores debe darles órdenes y a cuáles hacerles sugerencias. Para adivinar “por dónde va a salir” su jefe. La necesita el gerente para formar redes interconectadas de personas que puedan ser activadas para ejecutar distintos proyectos y para tener un acervo de recursos de última instancia para cuando todo lo demás falla. Y supongo que también necesita inteligencia contextual el presidente de un país, para saber cuáles clavijas tocar para obtener resultados a través de los órganos del poder ejecutivo. Y desde luego, para concebir negociaciones que resulten suficientemente atractivas a los miembros del Poder Legislativo.

Publicado en La Nación (Costa Rica). Post original aquí.

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Autocontrol: 7 consejos psicológicos para mejorarlo

por Jonathan García-Allen

El autocontrol es la capacidad de ejercer dominio sobre uno mismo, es decir, de controlar las propias emociones, comportamientos, deseos, o simplemente estar tranquilo. Esta capacidad nos permite afrontar cada momento de la vida con mayor serenidad y eficacia.

La persona que posee un alto autocontrol es capaz de dominar sus pensamientos y su forma de actuar, lo que puede ser beneficioso en multitud de situaciones. Por ejemplo, en un conflicto de pareja o una negociación laboral. Las investigaciones afirman que inteligencia emocional es clave para poder dominar esta habilidad.

Beneficios del autocontrol

Por tanto, el primer paso para controlar nuestro comportamiento y nuestra forma de pensar es tener un gran autoconocimiento. De esta manera, uno es capaz de reconocer sus emociones y es capaz de regular su forma de actuar.

Pero, ¿qué beneficios tiene el autocontrol? El autocontrol aporta muchas ventajas, como por ejemplo las siguientes:

Consejos para mejorar el autocontrol

Poseer autocontrol no siempre es fácil: imagina si estás haciendo una dieta para adelgazar y al salir a cenar a un restaurante tienes que hacer un gran esfuerzo para no comerte el brownie que te sirvieron en el postre.

El autocontrol es importante para los seres humanos, y algunos estudios afirman que las personas con un mayor autocontrol hacen más amigos, sacan mejores notas o tienen una vida más saludable porque sufren menos sobrepeso o fuman y beben menos alcohol.

Pues bien, te gustará saber que la capacidad de autocontrol puede mejorarse. Por eso, y para que puedas sacarle el máximo partido, en el artículo de hoy hemos elaborado una lista de consejos para que mejores tu capacidad de autocontrol. ¡Toma nota!

1. Debes saber que el autocontrol puede mejorarse

Si tienes dificultades para controlar tu comportamiento, lo primero que debes saber es que es posible mejorar tu capacidad de autocontrol, porque de lo contrario, difícilmente podrás hacerlo. Así que ten una actitud positiva y pon de tu parte para regular mejor tus emociones y tu comportamiento.

2. Sé consciente y define lo que quieres controlar

Es primordial que seas consciente de lo que quieres controlar y que sepas qué es lo que quieres cambiar, porque si no eres consciente de tus comportamientos y rutinas actuales es difícil practicar el autocontrol. Si deseas perder peso, antes de nada debes saber qué comes diariamente. Por otro lado, si lo que quieres un mayor control de la atención para mejorar tu rendimiento deportivo o tomar mejores decisiones, primero debes saber qué haces mal y debes conocer tus hábitos negativos, aquellos que te impiden que seas más eficiente. Además, ser consciente te ayuda a detectar las situaciones problemáticas, lo que te va a permitir reaccionar a tiempo.

3. No dependas de tu fuerza bruta

Hay situaciones complejas que no siempre son fáciles de controlar. Las personas tenemos un límite, y el autocontrol no significa que tengamos que luchar contra corriente. Por ejemplo, si estás en la oficina y acabas de tener un conflicto con un compañero de trabajo, puede que quieras controlar la situación quedándote en la misma sala que él y haciendo como si la cosa no va contigo. A lo mejor es una buena alternativa tomarte unos minutos de descanso en la salita del café para recapacitar y volver a la normalidad en vez de forzarte a aparentar que lo tienes todo bajo control.

4. Sé emocionalmente inteligente

La Inteligencia Emocional (IE), un concepto que hizo popular Daniel Goleman, es la habilidad de identificar, comprender y regular las emociones propias y las de los demás. El autocontrol o autorregulación de las emociones es una de las aptitudes que dominan las personas emocionalmente inteligentes, pero que no se entiende sin el dominio de las otros elementos que componen este tipo de inteligencia, por ejemplo, el autoconocimiento o la empatía. Aprender y adquirir habilidades de inteligencia emocional te convierte en una persona con mayor autocontrol. Por eso te recomendamos la lectura de los siguientes artículos:

5. Reduce el atractivo de las tentaciones

Si eres de los que te gustan mucho los dulces, te puede resultar complicado resistirte a un pedacito de chocolate, especialmente cuando piensas en cómo se va a derretir en tu boca.

Un famoso con un estudio llamado “la prueba del malvavisco” (el malvavisco son las golosinas también llamadas nubes) que realizó en los años 60 el psicólogo Walter Mischel en Universidad de Stanford, mostró cuál era la mejor manera de resistir la tentación de comer dulces. Además, según las conclusiones del estudio, la capacidad de autocontrol predice que una persona pueda alcanzar el éxito, tanto académico, emocional y social.

El experimento contó con un grupo de sujetos de 4 años de edad, a los que se les dio un malvavisco. A éstos se les propuso que si podían esperar 20 minutos sin comérselo se les daría otro. Aquellos niños que no resistieran la tentación de llevárselo a la boca, no recibirían otra nube. Los resultados mostraron que 2 de cada 3 niños no aguantaron 20 minutos y se comieron la golosina. Al cabo de unos años, los investigadores descubrieron que quienes sí resistieron la tentación, eran más exitosos tanto en el campo laboral y académico como en el social y emocional.

Pero, ¿qué hizo que unos niños resistieran a la tentación y otros no? Pues los niños a los que se les pidió que imaginaran la golosina como una imagen o una figura abstracta (por ejemplo, una nube en el cielo) tuvieron más éxito a la hora de resistir la tentación. Por contra, aquellos niños que imaginaron la golosina por su sabor o por ser un dulce masticable tuvieron mayores dificultades en la prueba.

6. Modifica el ambiente

Imagina que estás en casa y, pese a que estás a régimen, te apetece comerte unas galletas. Por suerte, vas a la cocina, abres el armario y ves que se han acabado. Al final optas por comerte un plátano y un yogur que, al fin y al cabo, son más saludables. Tener a tu alcance los estímulos negativos no es una buena opción, por lo que, si quieres tener un mayor autocontrol, puedes tomar decisiones como no comprar las galletas.

Imagina otro ejemplo: Estás estudiando en tu habitación y tienes un cuenco con caramelos delante tuyo, evidentemente comerás más caramelos si los tienes en tu escritorio que si no los tienes. Por tanto, modificar el ambiente es una buena estrategia para el autocontrol. Un estudio llevado a cabo en 2006 encontró que un grupo de secretarias comían más caramelos cuando el cuenco en que estaban era transparente en vez de opaco, y cuando éste estaba en su mesa de trabajo en vez de una distancia superior a 6 pies.

¿Sabías que los colores de una habitación pueden afectar a tu humor y tus impulsos de compra?

7. Prueba el Mindfulness

El Mindfulness es una práctica muy empleada en la actualidad y las investigaciones demuestran que ayuda a mejorar el autocontrol y la gestión emocional, especialmente en situaciones de estrés.

Básicamente, el Mindfulness se centra en un trabajo atencional y actitudinal, con el que se busca estar presente, en el aquí y el ahora, de forma intencional, cumpliendo con unos principios básicos y un pensamiento caracterizado por no juzgar, aceptar, ser compasivo y paciente. ¿Todavía no conoces la práctica Mindfulness y sus beneficios?

Publicado en Psicología y Mente. Post original aquí.

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Los Diez Mandamientos para Despertar tu Creatividad.

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Por Cristian Monroy

La mayoría de nosotros pensamos que la creatividad es una cualidad que pertenece exclusivamente a los artistas, escritores, bailarines o excéntricos, a otras personas excepto a nosotros.

“La diferencia entre un soñador y una persona de éxito es la acción! Haz lo que sea necesario para convertir tus ideas en realidad”. 

La única verdad es que todos nacemos con la capacidad de ser creativos. Y puedes obtener la prueba de ello simplemente viendo a los niños jugar. En las manos de un niño, una caja de cartón se convierte en una casa, un crayón se convierte en una varita mágica y un oso de peluche se convierte en un amigo.

Ahora note la frase del párrafo anterior: Todos nacemos con la capacidad de ser creativos. Esto no es lo mismo que decir que todos nacemos creativos. Nuestra capacidad creativa se desarrolla a diferentes niveles, a un ritmo diferente y de diferentes maneras. Algunos demuestran la capacidad de ser mucho más creativos que otros. ¿Se trata de un regalo de la naturaleza o simplemente algunas personas aprenden a ser más creativos?

Edward de Bono es una de las principales autoridades a nivel mundial en temas de creatividad, comenzó a estudiar a la creatividad en los 60′s y acuñó la frase ‘pensamiento lateral’. En su libro ‘Serious Creativity’ De Bono afirma que:

“El cerebro no esta diseñado para ser creativo. La excelencia del cerebro humano es que está diseñado para formar patrones del mundo que nos rodea y después adaptarse a esos patrones”.

Reconocer y formar patrones  – y diseñar estrategias para responder a esos patrones – ha ayudado a los humanos a sobrevivir a lo largo del tiempo. Esto permitió a nuestros ancestros cavernícolas distinguir entre frutos comestibles y venenosos, animales inofensivos y peligrosos. Esto los ayudó a reconocer y predecir las mareas, las estaciones y los patrones climáticos. En otras palabras, el cerebro fue diseñado para la supervivencia más que para hacerte un genio creativo.

Los seres humanos de ahora hacen mucho más que recolectar bayas, cazar animales y protegerse de las fuerzas de la naturaleza. Ahora construimos estructuras y máquinas, resolvemos los enigmas más difíciles de la ciencia y creamos slogans publicitarios inteligentes. ¿Cómo lo hacemos?

Parte de la respuesta es un golpe de suerte o ensayo y error. Con miles de millones de personas haciendo todo tipo de cosas, estamos obligados a tener un ocasional momento de gloria. La mayoría de nosotros sólo tropezamos con destellos de perspicacia, pero algunas personas los cultivan sistemática, consistente y deliberadamente. ¿Cómo lo hacen?

Las personas más creativas crean conexiones que para otros pasan desapercibidas, ven cosas donde otros no se dan cuenta, salen de sus patrones y hacen cosas diferentes. En pocas palabras, aprenden a ser más creativos.

Hay muchos patrones que adoptamos como atajos. Sorprendentemente hay patrones para romper patrones! Muchos de ellos han sido reunidos en una disciplina de Solución Creativa de Problemas ó CPS por sus siglas en inglés. Podemos aprender y utilizar las técnicas de CPS para sistemáticamente aprovechar la creatividad en cada área de nuestra vida.

El uso de la palabra problema en CPS es desafortunado, excepto para generar ideas y encontrar mejores formas de hacer las cosas incluso cuando todo parece ‘suficientemente bueno’. Siempre podemos hacerlo mejor!

Los 10 mandamientos de la creatividad son un gran comienzo para desarrollarla.

1. Tu eres creativo

Prácticamente toda la educación se inclina a favor de la parte más lógica del cerebro (la izquierda), así que cuando envejecemos la mayor parte de nuestra creatividad esta oculta bajo la sabiduría convencional. Pero nuestra creatividad nunca desaparece por completo y podemos mejorarla como mejoramos cualquier otra cualidad humana. El primer paso es creer que somos creativos. Recuerda el proverbio: “Como un hombre piensa en su corazón, así es él”.

2. Debes salir de la zona de confort

Adoptamos lo familiar y tememos a los desconocido. Sal de tus patrones habituales y da la bienvenida a la creatividad en tu vida. Como ya se mencionó anteriormente el cerebro está diseñado para reconocer patrones. Esta característica nos ha permitido sobrevivir como especie. Continuamos creando patrones, plantillas y rutinas para casi todo lo que hacemos. De hecho, nuestra zona de confort no es más que una colección de patrones. A medida que nos hacemos más eficientes reconociendo y usando patrones, confiamos menos en la creatividad para encontrar nuevos caminos.

Ya que viajamos por el mismo camino todos los días, desgastamos nuestro césped, luego el suelo y pronto nos encontramos en una rutina. No nos damos cuenta de lo que se encuentra justo al lado del camino. El truco es salir de la rutina, crear nuevos caminos que nos conduzcan a nuevas ideas. Técnicas como el pensamiento lateral y el CPS nos pueden obligar a salir de estos caminos desgastados por el tiempo y de las zonas de confort y nos ofrecen nuevas posibilidades.

3. Debes cambiar el ambiente

La mayoría de la gente consigue sus mejores ideas mientras toma un baño. mientras maneja o corre, incluso cuando sueña. Sin embargo, la mayoría de nosotros pasamos la mayor parte de nuestro tiempo en nuestro escritorio.¿Cuándo fue la última vez que tuviste una brillante idea en tu escritorio?

Nuestro entorno habitual es una colección de patrones, es parte de nuestra zona de confort. Un cambio de escenario hace maravillas para nuestra creatividad. Cambia de ambiente haciendo salidas frecuentes. Da un paseo por el parque o por la playa, visitar una tienda o un museo, o da la vuelta a una fotografía o a una revista. Cuanto más diferente sea el destino de tus salidas de tu entorno habitual, es mejor.

Si alejarte de tu escritorio en un momento dado no es el todo posible, has una salida mental hacia el antiguo Egipto, hacia Marte o hacia cualquier otro lugar real o ficticio. Imaginarte en un entorno radicalmente diferente puede estimular el pensamiento creativo.

La idea de cambiar su entorno es simplemente una manera de forzar una ruptura de los patrones. Sin embargo, también puede tomar ventaja de los patrones. Si usted sabe que las mejores ideas le llegan cuando toma un baño, pase más tiempo tomando el baño.

Thomas Edison fue uno de los más prolíficos inventores de la historia, un verdadero genio creativo. Edison se dió cuenta de que su mente era más creativa en los momentos justo antes de quedarse dormido. Sin embargo no es factible escribir las ideas mientras uno duerme. Él resolvió este problema y tomó ventaja de este periodo fértil de una manera notable. Antes de instalarse en su silla para tomar una siesta, colocó recipientes de metal en el suelo a un lado de la silla y sostenía pequeñas bolas de metal en sus puños. A medida que entraba en la zona entre la conciencia y el sueño, sus músculos se relajaban y las bolas de metal caían en los recipientes. El ruido resultante lo despertaba de su sueño permitiéndole capturar sus pensamientos, que en ocasiones contenían ideas brillantes.

4. Debes probar cosas diferentes

Si siempre haces lo que siempre has hecho, siempre obtendrás lo que siempre has obtenido. Somos criaturas de hábito y de rutina y la creatividad odia la rutina. Si por lo general conduces a tu trabajo, toma un transporte alternativo por unos días. Si normalmente comes en la oficina, almuerza en otro lado. Interrumpe tu rutina, experimenta, prueba algo nuevo. Las cosas nuevas son a menudo creativas, pero las mismas viejas cosas nunca lo son.

5. Debes honrar a la intuición

Antes solía pensarse que sólo las mujeres tenían un ‘sexto sentido’ conocido como intuición. El hecho es que todo el mundo lo tiene. La intuición no es más que una sensación basada en la suma total de la propia experiencia acumulada.

Estudios han demostrado que los empresarios experimentados toman menos tiempo para tomar una decisión que sus colegas menos experimentados, y sus decisiones tenían más probabilidades de ser escuchadas. Después de haber tomado muchas decisiones a lo largo de sus carreras han desarrollado una intuición más certera. En lugar de recopilar más y más información antes de actuar, sigue tus corazonadas, ya sabes más de lo que crees.

6. Debes buscar varias opciones

A la mayoría de nosotros nos enseñaron a buscar solo una respuesta, la “correcta” o “la mejor”. En el mundo real hay muchas posibles respuestas. No dejes de buscar tan pronto como encuentres una buena respuesta, podría haber algunas mejores. Sigue buscando hasta que tengas varias opciones, luego evalúalas con cuidado para elegir la que mejor se adapte a la situación. Puedes encontrar que una de estas opciones posteriores es más efectiva que la inicial.

7. Debes justificar tus esfuerzos

Juega al abogado del diablo, realízate preguntas difíciles y asegúrate que puedes superar las objeciones. Una vez que estas convencido de que tu idea tiene un valor, puedes persuadir a tu audiencia con confianza. Si no lo compras, puedes estar seguro que nadie más lo hará.

8. Debes buscar aportaciones de otros

Incluso si eres el mejor abogado del diablo, no hay sustituto para el punto de vista de otra persona. Todos tenemos prejuicios en nuestros procesos de pensamiento, lo que limita nuestra efectividad. Puedes optar por consultar a un experto o a alguien que no este familiarizado con tu área.

La mayoría de nosotros trabajamos y socializamos con personas afines con quienes compartimos valores similares, creencias y culturas. Nos sentimos más cómodos con aquellos que se parecen a nosotros. Estas personas son parte de nuestra zona de confort. Busca la opinión de alguien que no comparta tu forma de pensar. Luego, reconsidera tus ideas a la luz de las sugerencias.

9. Debes creer que tendrás éxito

La mayoría de nosotros nos damos por vencidos fácilmente. No te dejes intimidar por lo que parece ser un obstáculo insalvable. Cualquiera cosa que tu mente pueda concebir, se puede lograr. El hombre ha dividido el átomo, construido computadoras de alta potencia y viajado a la luna. ¿Qué tan difícil puede ser tu problema?

¿Has visto la película de Apolo 13? Hubo dos frases en esa película que pasaron a formar parte de la cultura popular. La primera fue ‘Houston, tenemos un problema’. ¿Cuál era exactamente el problema? El problema era como encajar una parte cuadrada de una cápsula espacial con una parte redondeada de otra para que los astronautas tuvieran suficiente oxígeno para regresar a la tierra. La situación era complicada pero el equipo no se rindió. No sólo creían que encontrarían la solución, estaban absolutamente comprometidos con ello. La segunda frase fue: ‘Fallar no es una opción’.

10. Debes actuar

Tener una gran idea no es suficiente, hay que trabajar para que sea una realidad. ¿Alguna vez has visto un nuevo producto y te diste cuenta de que habías pensado en lo mismo hace mucho tiempo? Sin embargo, alguien más está haciendo el dinero con “tu” idea. Todos tenemos grandes ideas de vez en cuando, pero sólo unas pocas personas convierten esas ideas en realidad.

Richard Branson es uno de los más exitosos, dinámicos y creativos empresarios que aún viven. En una ocasión se quedó varado en un aeropuerto, sin ningún vuelo programado que lo llevara a su destino a tiempo para atender una cita. Los demás pasajeros afectados por la situación tomaron asiento y se dedicaron a quejarse, maldecir o aceptar su destino. Branson arregló un vuelo privado, convenció a otras personas de viajar con él por una cuota razonable y llegó a su destino a tiempo, además obtuvo una ganancia. Más tarde fundó la aerolínea Virgin Atlantic.

La diferencia entre un soñador y una persona de éxito es la acción! Haz lo que sea necesario para convertir tus ideas en realidad.

By Cristian Monroy, abril 20th, 2012

Fuente: Design Taxi  10 Commandments Of Creativity. By David Goldwich, 11 Apr 2012

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Licencia:

2013 by Cristian Monroy

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Fuente: Blog de Cristian Monroy   

Imagen: The Beatles 

Publicado en Pensamiento Imaginactivo. Post original aquí.

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