EL LIDERAZGO TOXICO DE MANFRED KETS DE VRIES Y SU CONTRASTE CON LA ESTRUCTURA SOCIAL Y FORMAS DE CONCIENCIA, LA DETERMINACIÓN SOCIAL DEL METODO DE ITSVAN METZAROS
Por: Rosa Maritza Ceballos O., Ney Di´Lorenzo G., Tania Fernández y Adelina Miranda Lozano
Ilustración: Obra de John William Godward, de 1909.
Para realizar un correcto análisis del Liderazgo toxico y su contraste con los postulados establecidos en el libro de Itsvan Mezsaros Estructura Social y Formas de Conciencia, La determinación Social del Método debe tenerse presente que es exactamente lo que se quiere decir cuando se habla de Liderazgo Toxico.
Esta frase “Liderazgo Toxico”, En Allure of Toxic Leaders: Why We Follow Destructive Bosses and Corrupt Politicians and How We Can Survive Them (El encanto de los líderes tóxicos: por qué seguimos a jefes destructivos y políticos corruptos y cómo podríamos sobrevivirlos), Jean Lipman-Blumen dice que es porque los líderes tóxicos “tienen efectos ponzoñosos que provocan graves daños a sus organizaciones y subordinados”. A estos líderes tóxicos se los puede caracterizar como personajes que participan en conductas destructivas y presentan características personales disfuncionales. “Para ser tóxicas, estas conductas y cualidades de la personalidad deben infligir algún daño razonablemente grave y perdurable en sus subordinados y sus organizaciones. La intención de hacer daño a otros o de ensalzar el ego a costa de otros es lo que distingue a los conductores seriamente tóxicos de los conductores tóxicos por descuido o no intencionados”. Es así como existen diversos grados de toxicidad. De un lado, los conductores disfuncionales podrían ser no calificados, improductivos y totalmente inconscientes de que carecen del talento de conducción que necesitan. Del otro lado, los conductores tóxicos encontrarán el éxito y la gloria destruyendo a otros. Haciendo daño a los demás, sea psicológico o incluso físico, es cuando mejor se sienten. En cualquier caso, este liderazgo tóxico “hace desplomar la productividad y frena el crecimiento de la organización, deteniendo abruptamente el progreso”.
Existen diferentes tipos de líderes, unos más “tóxicos” que otros, dependiendo del daño que hacen a las demás personas y a la organización en la cual están sumergidos.
Tipos de líderes tóxicos
A simple vista, el liderazgo tóxico tiene una connotación de persona demoníaca, pero la realidad es que el liderazgo tóxico podría presentarse en versiones mucho más moderadas o en una multitud de versiones entre estos dos extremos. Hay que recordar que el liderazgo tóxico hace daño a la organización y a los subordinados. La esencia y la dimensión del daño resultante sirven para tipificar al líder tóxico.
· El ausente
· El incompetente
· El codependiente
· El pasivo-agresivo
· El entrometido
· El paranoico
· El rígido
· El controlador
· El compulsivo
· El intemperante
· El ejecutor
· El narcisista
· El insensible
· El pendenciero
· El corrupto
· El aislado
· El intimidador
· El malvado
Prácticamente en todos los tipos de liderazgo tóxico ya definidos la autoestima es la raíz del problema. Algunas de estas personas logran entrar en una organización y llegan a ocupar altos cargos. El estudio acerca de los tipos de liderazgo tóxico deja ver algunas cualidades que son deseadas por los líderes. Muchos de los rasgos y tipos más graves, tales como entrometido, rígido, dominador, ejecutor, seguro y pendenciero, podrían ser características que una organización valora en un líder. El problema radica en la dosis en que se aplican estas características. Si se las aplica con moderación, podrían ser vistas como buenas y aceptables. Si se abusa de ellas, son tóxicas. Es inevitable que el liderazgo tóxico continúe replicándose. Seguirá propagándose porque algunos lo ven como un camino al éxito.
Quizá la razón más obvia –aunque inquietante – de esta tolerancia es que los líderes tóxicos parecieran, al menos en el corto plazo, cumplir con su labor. Los líderes tóxicos más extremos con las características que se valora, como ser rigidez, control, ejecución y seguridad, pero exacerbadas, serán los que más prosperen. Sus superiores o bien hacen caso omiso del comportamiento tóxico o, lo más probable, están tan satisfechos con los resultados de la misión que optan por pasar por alto el costo humano a cambio de la labor cumplida.
La mejor forma de combatir este fenómeno de liderazgo tóxico dentro una empresa podría ser guiar, aconsejar, capacitar y educar de manera responsable, honesta y sana, en definitiva, cambiar de raíz el sistema.
El liderazgo tóxico existe en toda organización y en cualquier sistema social pareciera tolerarlo. Si bien es poco probable lograr eliminar el liderazgo tóxico, una mejor identificación y más estudios por parte de la organización bien podrían reducir su persistencia y atemperar sus efectos negativos.
Este tipo de líderes tóxicos se crean y florecen en las estructuras capitalistas y es, precisamente de este tipo de estructuras y el daño que hacen a la sociedad y al conocimiento que habla el libro de Itzvan Metzaros Estructura Social y Formas de Conciencia, La Determinación Social del Método, donde este autor realiza un estudio filosófico desde la polis griega, hasta el postmodernismo; aunque enfatiza más ese análisis de las estructuras sociales y formas de conciencia a partir de René Descartes y culmina con Friedrich Hegel, donde habla del discurso del método como forma de principio, de crear y organizar las estructuras sociales.
Y es que, cuando se habla del dominio del hombre en la naturaleza como lo expresa Istvan Metzaros en su libro estructura social y formas de conciencia, se relaciona mucho con las ideas de Descartes aun cuando no las comparta y sobre todo de la evolución del hombre a través si se quiere de la evolución de los animales.
El expresa y denota con las ideas de Descartes, quien manifiesta que el dominio del hombre sobre la naturaleza, no es simplemente una cuestión de evolución, en donde los animales eran meras maquinas para el desarrollo del trabajo del hombre por allá en la época de la edad media y ese sometimiento practico de la naturaleza por el hombre como resultado de la alteración de los métodos de pensamiento. Lo anticipa una alteración en los métodos o formas de producción gracias a los métodos que él introdujo en la filosofía para alcanzar un conocimiento muy útil en la vida y, en lugar de la filosofía especulativa que se enseña en las escuelas, encontrar una filosofía práctica mediante la cual, conociendo la fuerza y la acción del fuego, el agua, el aire, las estrellas, el firmamento y todos los demás cuerpos que nos rodean con la misma precisión con la que conocemos las diversas destrezas de nuestros trabajadores, podamos emplearlas de la misma manera en todos aquellos usos a los cuales se adaptan, y entonces convertirnos en dueños y señores de la naturaleza.
De allí se considera que surgen los diferentes tipos de líderes en contraposición a lo antiguo y lo actual, relacionándose con la naturaleza y la evolución de las personas o trabajadores en el tiempo.
Todos estos filósofos pensadores (Descartes, Bacon) de una u otra manera consideran y desarrollan las oportunidades que debe tener el hombre en el desarrollo de su trabajo y en el liderazgo que deben asumir.
Por ello surgen esos líderes tóxicos que han decidido practicar el liderazgo de una manera diferente, colocando delante de sus propios valores, formas retorcidas de liderar, teniendo mucho que ver el dominio de los hombres sobre sí mismos o sobre las condiciones sociales de la existencia y el intercambio humano entre ellos, teniéndose que Vries tal como lo expresa Laura Carvajal en su artículo, considera que la toxicidad del líder es relativa a la importancia de su cargo en la organización, la cultura organizacional y la dirección esperada. Es inconcebible que todavía, muchas empresas no entiendan los diferentes desordenes que pueden hacer daño en su organización, como: personas neuróticas, maníaco-depresivas y esquizofrénicas, que en muchos casos, se detectan a última hora.
Debemos entender que la visión de Metzaros es profundamente marxista, y en su trabajo Estructura Social y Formas de Conciencia centra su estudio en el problema de método. De allí que, según él, pensar en un socialismo que tenga una visión de la planificación desde la perspectiva del capitalismo está determinado al fracaso y hablar de líderes tóxicos es hablar de Capitalismo puro. Los líderes tóxicos solo son posibles en un entorno eminentemente capitalista.
Para Metzaros, las organizaciones deben tener como objetivo un cambio estructural, en el que se incluye todas las esferas de la organización. Pero advierte que este cambio debe ser radical, porque si se cambia un liderazgo toxico existente en una organización, por ejemplo, pero queda la instituciones sin hacer otros cambios, entonces el mismo, la misma organización seguirá reproduciendo estos líderes que tanto daño hacen a las organizaciones. Es decir, para este autor, debe existir un cambio total para poder eliminar la formación de líderes tóxicos.
De acuerdo a lo señalado por Métzáros, todos los sistemas de pensamiento que surgen dentro del marco histórico del capitalismo constituyen un conjunto estrechamente entrelazado de determinaciones conceptuales. Son el sustento y sirven como apoyo a la formación social dominante. Por eso su insistencia de cambiar desde la raíz.
Métzáros concibe la educación real como interacción, más que imposición de valores e ideas. El cambio de conciencia no puede confinarse a unos años de formación, se trata de un proceso de por vida. Es un atarea continua. Debemos ser los formadores y los transformadores en el sentido que le asignó Marx de una nueva época histórica, aunque no sepamos todavía cuándo comenzarán esos cambios”, concluyó.
La imperiosa necesidad de generar cambios en el mundo ha ocasionado que todo el entorno organizacional se una a esos cambios, haciéndose cada vez más complejo, aunado a esto los sujetos en las organizaciones ha pasado de ser sujetos disciplinarios bajo la ética de la obediencias a sujetos cognoscentes, con mayores niveles de exigencias, evidenciándose mayor necesidad de aprendizaje y de creatividad, además de una gran utilización de la tecnología. ¿Qué es lo que el gerente pretende alcanzar? En primer lugar que su organización sea altamente competitiva, con productos de calidad, innovados, abarcar el mercado.
Es importante analizar la frase “liderazgo tóxico” y ver por qué es correcto utilizarla. El encanto de los líderes tóxicos: por qué seguimos a jefes destructivos y políticos corruptos y cómo podríamos sobrevivirlos, Jean Lipman-Blumen dice que es porque los líderes tóxicos “tienen efectos ponzoñosos que provocan graves daños a sus organizaciones y subordinados”. A los líderes tóxicos se los puede caracterizar como conductores que participan en conductas destructivas y presentan características personales disfuncionales. “Para ser tóxicas, estas conductas y cualidades de la personalidad deben infligir algún daño razonablemente grave y perdurable en sus subordinados y sus organizaciones. La intención de hacer daño a otros o de ensalzar el ego a costa de otros es lo que distingue a los conductores seriamente tóxicos de los conductores tóxicos por descuido o no intencionados”. Es así como en este desorden perjudicial existen diversos grados de toxicidad. De una punta del espectro, los conductores disfuncionales podrían ser no calificados, improductivos y totalmente inconscientes de que carecen del talento de conducción que necesitan. Del otro extremo, los conductores tóxicos encontrarán el éxito y la gloria destruyendo a otros. Haciendo daño a los demás, sea psicológico o incluso físico, es cuando mejor se sienten. En cualquier caso, este liderazgo tóxico “hace desplomar la productividad y frena el crecimiento de la organización, deteniendo abruptamente el progreso”. Es por esto que Istvan Mezsaros en su obra Estructura social y formas de conciencia, destaca que se busca de manera inequívoca intentar que las figuras representativas del horizonte social del capitalismo se adaptaran a un modelo de liderazgo que claramente puede verse definido dentro de una de las categorías expuesta por Manfred Kets De Vries, en su dinámica de los cambios que hoy estamos viviendo en las organización y no deja de estar distante el país.
Las características por ellos enunciadas podrían fácilmente correlacionarse con las descripciones de los tipos de líderes que existen actualmente y que pueden generar alta toxicidad a las organizaciones y al país, puesto que se podría vincular esta determinación social del método con el liderazgo surgido actualmente en el mundo.
Por otro lado la postura asumida por Marx y Hegel pretendían, cada uno con su teoría del capitalismo, ligado a lo social convencernos de sus premisas asumiendo cada uno el papel de un tipo de liderazgo de los cambios históricos que se darían.
En este respecto Marx destacaba que «Fue un inmenso paso adelante para Adam Smith rechazar toda especificación limitante de la actividad de crear riqueza: no solamente el trabajo fabril, o comercial, o agrícola, sino todos ellos, el trabajo en general.
Por lo común, las abstracciones más generales surgen tan sólo en medio del desarrollo concreto más rico posible, en el que una cosa aparece como común a muchas, a todas. Entonces ya no puede concebírsela en forma nada más particular. (…) La indiferencia para con los trabajos específicos se corresponde con una forma de sociedad en la que los individuos pueden cambiarse de un trabajo a otro con facilidad, y en la que el tipo específico resulta para ellos cosa de la oportunidad, algo que les es indiferente. No solamente el trabajo como categoría, sino el trabajo como realidad, se ha convertido aquí en el medio de crear riqueza en general, y ha dejado de estar vinculado orgánicamente con los individuos particulares en cualquier forma específica».
Aquí se puede ver claramente como el sistema capitalista también entra en una categoría de líder toxico para la generación de trabajo y riqueza en las naciones a través de subordinar a los trabajadores.
En relación a estos señala la existencia de diferentes fuerzas que pueden influenciar la toma de decisiones por parte del líder de manera autocrática o participativa y que existe una fuerza mediadora interna conocida como autoanálisis, que va a permitir que el líder se encuentre en una constante revisión de su actuación para evitar alteraciones negativas.
Publicado en Gerencia Avanzada. Post original aquí.
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