El pensamiento es una de las más misteriosas y fascinantes actividades de la mente. Este aspecto de nuestra vida cognitiva nos diferencia de otras especies de animales. Es uno de los hilos conductores entre lo que somos, hacemos, sentimos y queremos.
Aunque parece siempre tan igual, no se manifiesta de una sola forma. Existen múltiples tipos de pensamiento. A continuación, exploraremos qué significa pensar, sus diferentes facetas y la relación que existe entre él, el lenguaje y las emociones.
¿Qué es el pensamiento?
El pensamiento es un proceso cognitivo que nos permite formar ideas y representaciones del mundo, los demás y nosotros. De acuerdo con un artículo publicado en Boletín Virtual Redipe, «El pensamiento es una función psíquica en virtud de la cual un individuo usa representaciones, estrategias y operaciones frente a situaciones o eventos de orden real, ideal o imaginario».
Ahora bien, por más que nos esforcemos en definir el pensamiento, nos quedaremos cortos. Pues se trata de un proceso complejo, cuyo mecanismo neurológico subyacente continúa siendo uno de los grandes misterios, no solo para la neurología, sino para la ciencia en general.
Aun así, podemos delimitar algunas de sus características:
- Tiene una naturaleza abstracta: es un proceso intangible, que permite manipular las ideas y transformar la información sensorial en conceptos. La abstracción es fundamental para comprender planteamientos teóricos, planificar y entender nuevas definiciones.
- Recibe influencia de factores ambientales y biológicos: desde una perspectia neurobiológica, el funcionamiento del cerebro y sus estructuras sustentan la actividad del pensamiento. Por su parte, el ambiente, el cual se caracteriza por las experiencias personales, la crianza, la educación y las interacciones sociales, moldean la forma de pensar.
- Permite crear ideas: la mente puede formar ideas novedosas, unir conceptos y crear representaciones mentales. Además, tiene un papel importante en la reorganización de la información almacenada para procesar y moldear contenido nuevo.
- Posibilita la manipulación de símbolos: pensar está muy vínculado al uso de símbolos, los cuales permiten representar objetos, acciones e ideas. Todo esto es crucial para el lenguaje y las diferentes formas de comunicación.
- Puede ser optimizado: al igual que otros procesos cognitivos (percepción, atención, memoria), puede ser mejorado mediante la práctica. Ejercicios, retos y actividades que desafien la mente mediante la reflexión, la introspección y la utilización de los disntintos tipos de pensamientos pueden ser muy útiles para potenciarla.
Disciplinas que estudian el pensamiento
El pensamiento, al ser una entidad tan compleja, es abordada por distintos campos del conocimiento y desde diversos ángulos. Entre ellas encontramos:
- La psicología. Esta disciplina se aproxima a la influencia del pensamiento en la conducta y las emociones, y visceversa. De igual modo, estudia las distorsiones cognitivas y plantea alternativas más saludables. También estudia cómo afecta el lenguaje y el entorno al pensamiento.
- La lógica. Se trata de una ciencia formal que aborda las leyes que rigen el pensamiento humano y determina las formas correctas de razonamiento.
- La filosofía. Desde la antigüedad, ha aportado numerosas reflexiones sobre la naturaleza del pensamiento y sus características, lo que ha contribuido al avance de las ciencias empíricas que estudian este y otros fenómenos mentales.
- La psiquiatría. Es la rama de la medicina que analiza los modos de pensamiento y trata los que se derivan de su alteración.
Los diferentes tipos de pensamiento
Reflexionar, imaginar, soñar despiertos, preocuparnos por cosas que aún no han sucedido, juzgar, pensar en una solución para ese problema que nos provoca insomnio. A lo largo del día, tenemos diferentes pensamientos y todos ellos modulan la forma en que procesamos y reaccionamos ante lo que nos rodea y sucede. Veamos los más comunes.
1. Pensamiento reflexivo
Pensar de manera reflexiva permite analizar las diferentes realidades que nos envuelven de manera profunda, meditada y serena. Favorece la toma de decisiones no impulsivas. Desarrollarlo en los niños es crucial para que, en el futuro, puedan poseer una actitud más critica. Entre sus características se destacan
- Estimula la introspección y el autoconocimiento.
- Utiliza la apertura mental y la paciencia.
- Desarrolla el aprendizaje a partir de experiencias pasadas.
- Permite posponer el juicio.
- Potencia la consideración de múltiples perspectivas.
2. Pensamiento crítico
Pocas competencias son tan necesarias como razonar y decidir de manera crítica. El pensamiento crítico va más allá de lo aparente y lo normativo, para captar matices, poner en duda lo evidente y hallar contradicciones y cabos sueltos. Es en esas pequeñas aristas de la cotidianidad en donde, a veces, se encuentran las grandes revelaciones. Entre sus cualidades se hallan:
- Fomenta el desarrollo de la argumentación.
- Apela a la curiosidad intelectual y el cuestionamiento frecuente.
- Recurre al escepticismo constructivo.
- Estimula la capacidad de reconocer y evaluar supuestos.
- Potencia la facultad de discernir entre opiniones y hechos.
3. Pensamiento deductivo
A traves de él, se infiere la información a partir del análisis de ciertas variables concretas. Este proceso se realiza a partir de unas premisas generales, para llegar después a una conclusión particular. En cierto modo, este es uno de los tipos de pensamiento que más usamos en el día a día.
Si yo entro, por ejemplo, en una tienda y veo que buena parte de las piezas de ropa que miro tienen precios muy elevados, deduzco que ese comercio es demasiado caro para mi economía. Así pues, este razonamiento se caracteriza por:
- Busca sostén en la estructura lógica.
- Necesita una base de saberes almacenados.
- Extrae conclusiones a partir de premisas generales.
- Predice consecuencias de sucesos o acciones.
- Permite inferir un dato según un conjunto de variables dadas.
4. Pensamiento inductivo
El razonamiento inductivo es aquel que parte de una serie de observaciones particulares, que permiten la producción de leyes y conclusiones generales. Es opuesto al deductivo, ya que va de lo particular a lo general, mientras que el otro va de lo general a lo particular. Entre sus características sobresalen:
- Permite generalizar según un dato específico.
- Es útil para generar hipótesis.
- Extrae conclusiones posibles, aunque puede que no sean verdaderas.
- Pertenece, en mayor medida, al ámbito de la investigación científica.
- Estimula la indagación y el descubrimiento.
5. Pensamiento lógico
Los pensadores lógicos son grandes observadores. Analizan cada hecho de manera meticulosa, comparan, deducen e infieren, y, más tarde, obtienen conclusiones basadas en toda esa información disponible. Esto les permite justificar siempre cada paso gracias a cada dato que recopilan. Algunas carcaterísticas de las personas con este pensamiento son:
- Ordenan las ideas y pensamientos.
- Tienen propiedades racionales.
- Hacen uso del análisis y la comprensión.
- Usan la razón y no tanto la imaginación.
- Son útiles para resolver problemas.
- Genera ideas y argumentos sólidos.
Los pensadores lógicos no se dejan llevar por sus instintos. Son personas que dejan a un lado suposiciones y prejuicios para hacer uso de un enfoque meditado y siempre objetivo.
6. Pensamiento creativo
Este pensamiento nos puede cambiar la vida. Las personas que razonan de manera creativa exploran múltiples perspectivas y posibilidades. Tener ideas innovadoras y genuinas nos permite tomar caminos cognitivos diferentes a los ordinarios. Otras de sus características son:
- Permite la fluidez y la flexibilidad de ideas.
- Genera conexiones inusuales.
- Puede manifestarse en todas las áreas de la vida.
- Conduce a la innovación y a soluciones originales.
- Integra conocimientos, curiosidad, flexibilidad e imaginación.
Como dato útil, un estudio publicado en la Universidad de Radboud de Nijmegen (Países Bajos) destaca que crear programas de formación en pensamiento creativo, mejora los resultados académicos en los estudiantes.
7. Pensamiento sistemático
Uno de los tipos de pensamiento más interesantes es el sistemático o sistémico. Este se refiere al contacto con lo que nos envuelve, para entender cada componente sin transformarlo. Es disponer la lupa sobre las cosas e intentar comprender de qué están hechas. Algunas de sus características son:
- Contempla el mundo como un conjunto de partes conectadas.
- Prefiere la todalidad a los elementos.
- Enfoca sus recursos en las interrelaciones de los componentes de algo.
- Entiende las cosas como sistemas ordenados.
- Permite analizar como cada aspecto de algo se integra a una red de relaciones.
8. Pensamiento deliberativo
Es el que actúa, decide y piensa con base en sus valores y emociones. En este caso, se deja a un lado la reflexión para comportarnos y responder de manera auténtica, humana, emocional. El pensamiento deliverativo tiene varias peculiaridades:
- Tiene vínculos con la ética y la moral.
- Involucra la consideración de efectos a largo plazo.
- Promueve la coherencia entre lo que se piensa y lo que se hace.
- Está enfocado en la autenticidad y la congruencia personal.
9. Pensamiento divergente
Espontaneidad, creatividad, desafío, originalidad. El pensamiento divergente o lateral es capaz de generar múltiples e ingeniosas soluciones a un problema concreto. Esta flexibilidad cognitiva permite desactivar el dogmatismo del día a día. Otras de sus propiedades son:
- Fomenta la creación de ideas.
- Aporta la apertura a experiencias nuevas.
- Permite hallar diferentes soluciones para un problema.
- Favorece la toma de riesgos y la tolerancia al fracaso.
- Está implicado en la generación de lluvia de ideas.
10. Pensamiento convergente
Entre los diferentes tipos de pensamiento, el convergente es el que está más asociado a la lógica, la razón, la inducción y la deducción. Hace uso de aquel enfoque lógico basado en la experiencia que usamos de manera habitual para resolver problemas. Algunas de sus características son:
- Está centrado en la practicidad de las soluciones.
- Busca la mejor opción a partir de los saberes previos.
- Tiene una utilidad efectiva para encontrar respuestas acertadas.
- Aporta valor a los procesos de síntesis y resumen.
- Está involucrado en la toma de decisiones.
11. Pensamiento mágico
El pensamiento mágico es típico de los niños, las personas supersticiosas o, incluso, de algunas religiones. Nos lo encontramos también en determinados géneros literarios. Consiste en llegar a conclusiones partiendo de variables poco sólidas, no justificadas, fantasiosas o sobrenaturales. Entre sus característica se encuentran:
- Está asociado, en ocasiones, con lo sobrenatural.
- Influye en la percepción de control sobre sucesos inesperados o incontrolables.
- Está presente también en rituales supersticiosos.
- Promueve un enfoque más mágico de la vida.
En determinadas ocasiones, muchos de nosotros, también podemos derivar en este razonamiento mágico. Ejemplo de ello es dar por válida la clásica idea de que «basta con desear mucho una cosa para que esta suceda».
12. Pensamiento analógico
Es uno de los tipos de pensamiento que nos permite trazar similitudes entre ideas, conceptos, objetos, personas, etc., aunque a simple vista sean diferentes. Pensar de manera analógica es útil en todo proceso de resolución de problemas, ya que posibilita comparar las soluciones de conflictos anteriores, con las alternativas de solución actuales. Lo analógico:
- Favorece el aprendizaje mediante la comparación.
- Tiene un papel importante en la creatividad.
- Transfiere conocimientos entre distintos ámbitos.
- Facilita la comprensión de ideas complicadas.
13. Pensamiento suave
En su artículo Habilidades del pensamiento para el aprendizaje, Diana Carreón-Camacho de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, sostiene que este tipo de pensamiento se caracteriza por apelar al uso de conceptos ambiguos y poco claros. Por lo general, las personas que piensan de esa manera recurren al empleo de las metáforas. Entre sus propiedades sobresalen:
- Explora conceptos abstractos.
- Tiene mayor utilidad ante expresiones figurativas y poéticas.
- Ayuda a la manifestación de emociones.
- Puede tener un caracter ambiguo.
- Aparece mucho en el arte, la literatura y la comunicación.
- Puede ser ambiguo y abierto a interpretaciones múltiples.
14. Pensamiento analítico
Es el proceso mediante el cual, los problemas o situaciones se descomponen en elementos para comprenderlos mejor y hallar soluciones más precisas. Está basado en la lógíca, la evidencia y el razonamiento. Tiende a ser muy metódico y sistemático. Algunas de las características del pensamiento analítico son:
- Desarrolla un enfoque basado en la evidencia.
- Permite cuestionar de manera activa y formular preguntas claves como «¿qué?» y «¿cómo?».
- Analiza de forma meticulosa los detalles de los problemas.
- Adopta un método sistemático para desglosar y examinar los problemas.
- Fomenta la capacidad de investigar.
- Organiza las ideas con una claridad y precisión.
- Descompone los problemas en componentes más pequeños.
- Distingue entre los aspectos relevantes e irrelevantes de los problemas.
15. Pensamiento concreto
Es la capacidad de enfocar el pensamiento y la atención en lo tangible, en lo que está presente. Este proceo permite describir los hechos, los sucesos y los componentes de un objeto concreto. Varias de sus propiedades son:
- Está basado en la percepción sensorial directa.
- Emplea la memoria para recordar eventos particulares.
- Tiene sus bases en la experiencia inmediata.
- Soluciona problemas mediante la aplicación de conocimientos prácticos.
- Fundamenta la capacidad de seguir órdenes paso a paso.
16. Pensamiento abstracto
Pensar en abstracto alude a la facultad de extraer la esencia, las propiedades o cualidades fundamentales de algo. Mediante él, se pueden conservar en la mente los elementos de una cosa o situación, para luego planificar el futuro o hacer predicciones. Otras de sus características son las siguientes:
- Favorece la comprensión matemática y filosófica.
- Manipula ideas sin referente físico.
- Desarrolla teorías y modelos en ciencia y tecnología.
- Permite comprender metáforas y analogías.
17. Pensamiento duro
A diferencia del anterior, el pensamiento duro no es ambiguo, y es más concreto, claro y directo. Elementos como la lógica, la exactitud y la coherencia son centrales en su constitución. Este tipo de proceso cognitivo está muy asociado a la ciencia, la misma que apela, entre otras cosas, a la objetividad, la validez y la precisión. Otras características que tiene son:
- Esta vínculado con la precisión y la claridad.
- Prioriza la objetividad.
- Tiene una función especial en la investigación empírica.
- Fomenta la concreción de las ideas.
18. Pensamiento synvergente
Según Diana Carreón-Camacho, es el resultado de dos tipos de pensamiento: el convergente y el divergente. Por consiguiente, es una manera de pensar que potencia las virtudes de ambos estilos, lo que permite que podamos resolver problemas y tomar decisiones con mayor facilidad.
- Integra los procesos de creación de ideas con los de evaluación crítica.
- Combina varias perspectivas para resolver un desafío.
- Equilibra la creatividad y el análisis.
- Ajusta las demandas a distintas circunstancias.
- Potencia la eficacia en la aplicación de soluciones.
19. Pensamiento sintético
Es la habilidad de comprender un suceso a partir de la reunion de varios de sus componentes aislados. En otras palabras, es la capacidad de ver el todo partiendo de la integración de las partes. El pensamiento sintético permite reconocer las conexiones entre diferentes elementos y asociar los aspectos cruciales y más complejos. Otra de sus singularidades son:
- Estimula la creatividad al permitir la combinación de ideas.
- Construye narrativas coherentes con los datos disponibles.
- Parte de una visión holística para tomar decisiones
- Permite la integración de elementos.
- Comprende situaciones, al analizar sucesos aislados.
El pensamiento y el lenguaje
El lenguaje y el pensamiento están interconectados, esto hace que se afecten de manera mutua. El lenguaje es esencial para pensar, expresar y organizar ideas. Gracias a él podemos comunicar lo que creemos, sentimos, deseamos e imaginamos. Así lo señala un artículo de la UNAM
Cada vez que usamos el pensamiento, también estamos empleando el lenguaje. Apelamos a él como una estructura símbólica que le da forma a la narrativa que creamos al pensar. Con sus reglas y principios, conectamos las ideas que atraviesan nuestra mente, para darle forma a un discurso coherente que pueda ser entendido por nosotros mismos y comunicado a los demás.
No obstante, el lenguaje no solo interviene como apoyo, sino también cómo agente capaz de moldear los pensamientos. Su forma y estructura afecta lo que percibimos y la manera en que comprendemos el entorno. Es por esta razón, junto a otros factores, que el idioma (lenguaje) de cada país tiene un impacto singular en la forma en que las personas de esa región ven el mundo.
Aunque el lenguaje tiene un papel central en los pensamientos, puede tener un efecto limitante. Por ejemplo, la variabilidad de significados, símbolos y signos de un lengua, en ocasiones hace que determinadas palabras y sus significados no tengan equivalentes en determinadas regiones del mundo, lo cual limita la expresión emocional o intelectual de un extranjero en esa lengua.
Existen muchas perspectivas y debates sobre lo dicho antes, así como varias posturas sobre la relación entre el pensamiento y el lenguaje como procesos interconectados. A pesar de eso, vale la pena destacar que tanto el lenguaje como el pensamiento tienen la capacidad de afectar lo que somos, hacemos y sentimos.
Pensamiento y emoción
La relación entre pensamiento y emoción ha sido una de las relaciones más estudiadas por la psicología cognitiva. Desde esta perspectiva, las emociones son respuestas afectivas mediadas por los patrones de pensamientos y los estímulos ambientales.
Esta relación, no es solo es unidireccional, también es bidireccional. Esto quiere decir que las emociones tienen el potencial de afectar lo que pensamos en determinadas situaciones y bajo la influencia de determinada valencia emocional (agradable o desagradable).
Así pues, lo que pensamos influye en lo que sentimos, y, al mismo tiempo, lo que sentimos afecta lo que pensamos. Veamos un ejemplo: si un individuo piensa que ha sido tratado con desprecio, es probable que sienta ira o tristeza. Estos sentimientos, a su vez, pueden configurar ciertos modos de pensar («Todo el mundo me rechaza», «Nadie me valora»). Estos razonamientos terminan agrandando el sentimiento experimentado.
Esta perspectiva no es nueva, Epícteto hace siglos ya había dicho que no es lo que acontece lo que nos afecta, sino la interpretación que hacemos de lo que ha sucedido. En la actualidad, la psicología cognitivo-conductual retoma esta noción, y la convierte en una parte fundamental de su praxis.
En resumen, los pensamientos y las emociones tienen una relación muy estrecha que permite que ambos se afecten de forma mutua. La interconexión entre los dos procesos es crucial para darle sentido a nuestra existencia y para comprender y navegar el mundo en el que vivimos.
Ninguno de los tipos de pensamiento es mejor que otro
Para concluir, los variados tipos de pensamiento no son mejores ni peores cuando se comparan. Cada uno tiene su aporte. De hecho, una persona puede desarrollar diversos tipos a lo largo de su vida según sus necesidades. Por lo tanto, más que posicionar uno por encima del otro, se trata de lo que necesite una persona para adaptarse a su contexto a menudo cambiante.
Por supuesto que todos estos pensamientos tienen sus ventajas y desventajas conforme se procesa la realidad cotidiana. Esas entidades abstractas que intervienen en nuestra manera de ver el mundo, y que la neurociencia no puede definir aún con claridad, integran todo lo que somos, lo que sentimos y la manera en que tomamos nuestras decisiones.
Publicado en La Mente es Maravillosa. Post original aquí.
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Un comentario en “Los 19 tipos de pensamiento y sus características”