por Cristina Martínez De Toda
La importancia de la toma de decisiones radica en que es uno de los procesos cognitivos más complejos a los que se tiene que enfrentar el ser humano. Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, realizamos infinidad de elecciones y toma de decisiones, muchas de manera inconsciente y otras de manera consciente.
El problema consiste en que toda decisión implica una o varias pérdidas, de manera que gestionar nuestra toma de decisiones de una manera eficiente resulta vital para nuestra adaptación a las diversas situaciones y la consecución de nuestros objetivos.
Para la toma de decisiones resulta imprescindible hacer uso de nuestra capacidad de razonamiento y comprensión, siendo la capacidad analítica esencial a la hora de escoger la mejor opción.
Tipos de toma de decisiones
La mayor parte de nuestra toma de decisiones está condicionada por diversos factores, algunos imperceptibles para nosotros. La teoría aboga por una toma de decisiones desde el punto de vista racional, pero no siempre es fácil dejar a un lado las emociones. Daniel Kahneman, psicólogo que obtuvo el Premio Nobel afirma que existen dos vías en la toma de decisiones:
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Sistema 1 o implícito: Toma de decisiones por emociones
No todas las decisiones de nuestra vida son tan fáciles de racionalizar y sopesar. De hecho, la mayoría de las veces nos enfrentamos a dilemas que tienen una gran carga emocional, por lo que tomar la decisión se complica, pudiéndonos causar estrés, o procrastinación de la toma de decisión.
Este sistema es básicamente emocional e inconsciente.
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Sistema 2 o explícito: toma de decsiones por razonamiento
En este caso hacemos uso de nuestra inteligencia analítica, sopesando pros y contras de una manera selectiva y eficiente. Es un sistema lógico y calculador.
El afecto heurístico en la toma de decisiones
Como bien sabemos, los seres humanos no somos máquinas. Aun así, utilizamos circuitos mentales de manera inconsciente, es una especie de “vía rápida” para la toma de decisiones.
El afecto heurístico consiste en las valencias (positivas o negativas) que otorgamos de manera inconsciente a los estímulos sobre los que tenemos que tomar una decisión.
Shaffir (1993) concluyó tras sus investigaciones que mientras más valor positivo otorgamos al estímulo, nos focalizamos en los beneficios y minimizamos los riesgos que la toma de decisiones acarrea.
Del mismo modo, cuando el estímulo tiene una carga negativa, tendemos a dejar a un lado los beneficios y nos centramos en las posibles pérdidas que conlleva la decisión.
Este sesgo cognitivo hay que tenerlo en cuenta, ya que muchas veces puede determinar nuestra decisión final en la toma de decisiones.
Toma de decisiones paso por paso
Enfrentarnos a una decisión nos hace enfrentarnos a nuestro propio miedo, a fallar y a equivocarnos.
Es por ello que esta serie de pasos tienen el objetivo de facilitarte la toma de decisiones.
Y es que no tomar decisiones, es en sí misma, una decisión.
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Elige y piensa en el tipo de decisión.
Valórala y defínela de la manera más concreta posible. Tómate tu tiempo.
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Genera alternativas
Durante este paso no las juzgues, limítate a generar todas las opciones posibles. Abre tu mente.
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Analiza los pros y los contras
Ahora si, en este paso es cuando pasamos a valorar lo positivo y negativo de cada alternativa propuesta.
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Identifica la mejor alternativa
Tras haber sopesado de manera analítica y emocional los beneficios y riesgos de todas las alternativas, seleccionaremos la que mejor se adecua a nuestro objetivo o decisión, definido en el paso 1.
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Actúa en consecuencia y llévala a cabo
En este último paso elaboraremos el plan de acción, y lo pondremos en marcha.
Técnicas que pueden ayudarte en la toma de decisiones
Técnica de la esperanza inversa en el proceso de toma de decisiones
Esta técnica es muy eficaz cuando nos encontramos ante una situación de bloqueo mental, sintiéndonos incapaces de elegir un camino. La esperanza inversa propone analizar el problema desde otro punto de vista. Si nos agobia el pensar las consecuencias de elegir una opción… ¿Por qué no pensamos en las consecuencias de no elegirla? ¿Qué pasaría en mi vida si opto por no cogerla?
Técnica del 10-10-10 para la toma de decisiones
Consiste ni más ni menos en hacerte estas tres preguntas:
- ¿Cuáles serán las consecuencias de mi decisión dentro de 10 minutos?
- ¿Y dentro de 10 meses?
- ¿Y en 10 años?
Relativizar el tiempo es una estrategia muy eficiente a la hora de la toma de decisiones, ya que permite que no sólo los sentimientos elijan la decisión, sino que al alejarnos del dilema, podemos centrarnos en nuestras prioridades de cara al futuro.
Técnica de la tercera persona en la toma de decisiones
Es tan sencillo como plantearte el problema como lo haría una tercera persona, ajena al dilema.
La investigación publicada en Psychological Science pone de relieve que aconsejamos mejor y somos más sabios cuando razonamos sobre el problema de alguien y no sobre los propios. Ya lo dice el refranero popular… “Consejos vendo pero para mí no tengo”
Es decir, podría aumentar nuestra capacidad de razonar más sabiamente si nos distanciamos de nuestros problemas y los considerásemos como los problemas de un familiar o amigo.
Recuerda: Aprender a tomar decisiones es vital para no ser víctima de las circunstancias…
Publicado en Blog Neuron. Post original aquí.
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