Por Antonia Arévalo @AntoniaAreval
El pasado mes de octubre en el Auditorio del Parque de Investigación Biomédica de Barcelona, tuvo lugar El 3er Espacio Factor Humà, bajo el leitmotiv “la innovación coherente”
Lamentablemente en esta ocasión no me fue posible asistir, aunque he podido ver algunas de las más que interesantes intervenciones que allí se dieron. Entre ellas la de Andrés Martín-Asuero, fundador del Institut esMindfulness, maestro en mindfulness y meditación, que impartió una conferencia titulada “Mindfulness: la habilidad de estar presente para poder innovar” con práctica de meditación incluida.
Lo primero que me sale es agradecer de nuevo a Anna y a su equipo, no ya el hecho de que me inviten a escribir este post, que también, sino la valentía con la que van introduciendo y dando protagonismo a estas prácticas, todavía tan alejadas y extrañas al devenir diario de las organizaciones y, sin embargo, tan necesarias.
El mindfulness es aquel estado mental, de plena atención en el momento presente, que, inspirado en las técnicas de meditación orientales, se aplica también a contextos empresariales. Permite ser más conscientes y, por tanto, más efectivos a la hora de realizar tareas que a menudo hacemos con el piloto automático, regidos por automatismos que ni cuestionamos ni revisamos, y en los que el mindfulness pone la lupa, abriendo la ventana de las infinitas posibilidades.
Andrés Martín-Asuero lo explica de manera simple e indiscutible a mi criterio. Compartiendo sus propias experiencias y conversaciones. Estamos en un entorno de trabajo VICA donde la Volatilidad, la Incertidumbre, la Complejidad y la Ambigüedad han venido para quedarse. Y donde los patrones antiguos de trabajo, los viejos paradigmas han quedado obsoletos, por tanto, es necesario crear nuevas formas, nuevos métodos, es necesario innovar para poder moverse en este entorno. ¿Cómo podemos pedir a los protagonistas de esta historia, que se mueven en semejante entorno altamente estresante, que tengan capacidad innovadora? Y yo me pregunto ¿Cómo sin capacidad innovadora podemos sobrevivir en un entorno altamente cambiante? ¿Cómo se puede innovar, ser creativo en un entorno que genera temor, riesgo, estrés, miedo? ¿En un entorno que mata la creatividad? Y que en definitiva es como es.
Es un entorno en el que aumenta la diversidad, la complejidad y la velocidad. Se pasa del paradigma industrial tradicional a un paradigma de alta velocidad, en donde lo importante es conocer más que hacer. Entramos en el área del conocimiento. Cuando no solo aumenta la velocidad, sino también la complejidad, ya no es suficiente con el conocimiento, lo que importa es la capacidad de ser y estar porque no podemos predecir las cosas, no podemos esperar al experto para aprovechar la ventana de oportunidad, hay una ventana de oportunidad y hay que funcionar ahora.
Comparto plenamente con Andrés la necesidad de recuperar la ilusión “…La emoción que implica moverse a través de algo que ilusiona es mayor que la que se mueve desde el temor mucho menos creativo…” (Nada creativo diría yo)
Entonces… ¿Cómo le damos la vuelta? Del miedo a la ilusión, del estrés a la presencia, del bloqueo a la creatividad, del cansancio a la ilusión. ¿Quién no querría dársela? ¿Cómo podemos conseguir la coherencia entre lo que el entorno provoca y lo que el entorno requiere? ¿Cómo podemos adaptarnos para aceptar ese nuevo paradigma y así contribuir con lo que se necesita?
Andrés nos habla en esta conferencia de la necesidad de presencia,de entrenar la presencia frente a la ausencia a la que estamos acostumbrados en las organizaciones. Presencia significa estar conectado con lo que está pasando aquí y ahora, conectado con el impacto físico y emocional del momento, no con la siguiente reunión, con el correo que acaba de entrar, con las redes sociales… conectados con lo que estamos aquí y ahora y con lo que nos hace sentir, conectados con el proceso de lo que estamos realizando, no con el resultado que esperamos. Conectados sin juicios, creencias, expectativas, ni ninguna otra cosa que haga que perdamos foco en el proceso, en lo que está pasando, sólo de ese modo veremos la ventana abierta a la oportunidad, solo de esa manera podemos entrar en un proceso de innovación y creatividad. Estar conectados al margen de juicios, creencias y expectativas requiere el silencio de la mente, requiere la práctica de la meditación del mindfulnes, requiere el dominio de la mente igual que tenemos el de las piernas o el de las manos, ¿alguien ha visto alguna vez una pierna sana negándose a mover? o ¿Una mano escribiendo a su libre albedrío? También podemos dominar nuestros pensamientos dejándolos pasar, dejando espacio para la innovación, para lo nuevo, para lo que nunca antes habíamos podido ver por lo enredado de los pensamientos.
¿Cómo podemos entrenar esa capacidad de estar presente?Andrés, nos lo explica, necesitamos resiliencia y estar conectado con los valores (coherencia). La presencia se origina desde una intención clara, la intención es lo que quiero, lo que me lleva a conectar y esa capacidad de conectar nos lleva a la escucha activa, a aprender, nos damos permiso para explorar, investigar, innovar.
La mente se orienta hacia la acción, hacia querer controlar, hacia las expectativas, quiero que… orienta mi atención hacia la acción, lo que nos pone presión, cuanto más oriento la acción, al resultado más me presiono. Lo interesante es llevar la atención al proceso, no al resultado. Como en la práctica de la meditación, en muchas prácticas empresariales como la calidad o la obtención de beneficio, son procesos de los que medimos el resultado. Si solo nos orientamos al resultado, hacia la acción, nos pone en un paradigma de escasez, me centro en lo que quiero y no tengo, en lo que va mal, en lo que no hay, en la escasez. Y eso es muy cansado, nuestra sociedad cada vez esta mas cansada, tenemos que compensar el querer controlar con un entrenamiento de la mente que nos lleve a entrenar la contemplación, donde hay disfrute, hay gozo, plenitud y, por tanto, capacidad para la creación e innovación. Capacidad para ver nuevas posibilidades.
Se trata de elegir una actitud para nuestra mirada: mirar desde el paradigma de escasez o desde la plenitud.
Cuando entrenamos esta capacidad de contemplación, nuestra estructura mental cambia, dotándonos de una actitud más creativa. El equilibrio entre la acción y la contemplación. Intención, atención y actitud. La innovación es una actitud. Prestar atención a lo que hago y como lo hago no produce estrés, el estrés se da cuando mi atención está en cualquier otra cosa.
Cultivar la atención abierta a la experiencia y la amabilidad que implica aceptar lo que ocurre, desde ese aceptar vamos a poder contribuir mejor a eso que está ocurriendo.
De lo que se trata es de ser capaces de saber ser y estar. Porque no todo se puede prevenir pero sí podemos “entrenar esta habilidad de ser y estar, que nos aportará resiliencia, conexión con los valores y, finalmente, coherencia”. El concepto, de Martín-Asuero, se resume en un ideograma chino que simboliza “presencia y corazón”, que significa “tener el corazón abierto, prestar atención sin prejuicios, a lo que pasa y no a lo que yo creía que debía pasar”. Esta es la manera de huir del miedo y de estar abierto a todos los “Eureka” de que seamos capaces.
Os invito a todos a ver la conferencia y hacer la práctica de los tres minutos de meditación, a fin de cuentas no vas a perder nada ¿Te atreves a asomarte al mundo de las posibilidades?
Publicado en Mayeutika. Post original aquí.
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