por Golfredo Molina
Las empresas son como los organismos vivos, tienen su propio ciclo de vida. Pero las fases por las que pasa se alcanzan solo si el empresario y su equipo hacen el trabajo necesario para avanzar. Reconocer en qué fase está tu empresa es clave para enfocar el esfuerzo y dar pasos en la dirección deseada.
¡Bienvenidos a una nueva entrega sobre gestión empresarial y mejora continua!
El propósito de este artículo es darte criterios para distinguir las etapas de una empresa, de manera fácil. Este conocimiento te ayudará a responder preguntas como: ¿en qué me enfoco para avanzar? o ¿qué debo hacer para mejorar?
En diversos artículos de este blog hemos insistido en que este es un tema clave. De manera particular, para emprendedores que se inician, sin experiencia, en la administración y gestión de una empresa.
Y una de las primeras distinciones que hacemos es entre dos acciones propias de todo tipo de organización: administrar y gestionar. Simplificamos estos términos, porque un empresario en las primeras etapas necesita un lenguaje sencillo y fácil de seguir.
¿Qué entendemos por administrar y gestionar? – Acá te lo explico:
- Por administrar entendemos ejecutar tareas. Muchas de ellas, repetitivas. Lo común es que estas queden, en algún momento, en manos de personal contratado. Por ejemplo, una tarea es registrar comprobantes en la contabilidad, cuando ya se tiene definido el plan de cuentas. Otras: limpiar la oficina, llevar la encomienda, buscar un pedido, recibir mercancía.
- Por gestionar entendemos tomar decisiones. Algunas son decisiones fáciles, porque los criterios son claros. Otras, demandan ingenio y creatividad. Son actividades más para gestores y empresarios.
La mayoría de los empresarios buscan “formas” de hacer las cosas más fáciles, sin perder la eficiencia. Sobre todo cuando la complejidad crece, al ritmo en que la organización también crece.
Por tal motivo, si el empresario reconoce en qué etapa anda la empresa, podrá orientar las tareas y actividades, en función de la próxima fase o etapa. Sin perder el foco de lo importante frente a lo urgente.
Ciclo de vida de las empresas
Como señalamos, las empresas tienen ciclos de vida, que sin duda dependen en parte del contexto y del país en que se desarrollan.
Pero aun estando en un mismo sector y bajo una misma legislación, cada empresa es un caso particular y su ciclo de vida depende de muchos factores. Estos factores son internos y externos.
Como ejemplo de factores internos podemos citar las competencias del empresario y los recursos disponibles en las primeras etapas.
En cuanto a los factores externos, hay muchos. ¿Cuáles reconoces en tu caso?
Al quitar los detalles particulares de cada tipo de empresa, es común que el ciclo de vida se divida en 6 fases: nacimiento, crecimiento, madurez, declive, liquidación o relanzamiento.
Por supuesto, este ciclo puede ser muy corto o muy largo. Un ejemplo es el caso de empresas centenarias, como IBM, por ejemplo.
¿Cuántas empresas conoces que duraron menos de 3 años, 5 años? – Con seguridad, unas cuantas.
Fases comunes de las empresas
Comenzamos por describir las fases comunes del ciclo de vida de las empresas. Luego te explicaré nuestro enfoque de las etapas por las que pasa una empresa, y sobre las cuales compartiremos planes de acción.
Es decir, planes para pasar de una etapa a otra hasta alcanzar el éxito. Sobre estos planes hablaremos en otros artículos.
El nacimiento de la empresa
Comencemos definiendo en qué consiste la fase de nacimiento. En esta, constituyes la empresa legalmente e instalas un local donde operará. Incluye, claro está, la etapa de la idea, en la que te entusiasmas y buscas información sobre su viabilidad.
Los procesos más difíciles en esta fase, los retos que debes superar, son conseguir el financiamiento para operar y mantenerse, además de contactar a tus primero clientes.
El financiamiento puede no ser una condición necesaria. Hay empresas que inician sin más que uno o dos socios en sus propias casas y con sus propios equipos. Pero si se trata de una zapatería de calzado deportivo, ultra ergonómico, pues con seguridad necesitarás equipos especiales y, por lo tanto, recursos financieros.
El crecimiento de la empresa
La segunda etapa es la de crecimiento. En esta, debes empezar a lograr estabilidad para la empresa, por sí misma.
Es decir, debe hacerse independiente del financiamiento e incrementar la cartera de clientes. Esto conlleva a aumentar el número de empleados, pues habrá más demanda en el volumen del trabajo, al crecer las ventas.
Es un punto importante en esta fase, gestionar técnicas de mercadeo para posicionarte en la mente de los clientes o consumidores.
Según sea el sector de la empresa y el crecimiento, es posible que necesites adquirir nuevos locales u oficinas. En esta fase un aspecto clave es que debes asegurar que el crecimiento sea sostenible. Puede ocurrir un crecimiento que luego decaiga, por razones diversas.
La madurez de la empresa
La tercera fase, y la más “deseada” por los empresarios, es la de madurez.
Una empresa madura ha alcanzado el éxito. Es una empresa estable. Los clientes son fieles porque tienes credibilidad y capacidades demostradas. Tienes personal que atiende la administración y parte o toda la gestión.
Para algunos, este período ocurre cuando logras alcanzar el máximo tamaño en el mercado. Lo que implica que compites, apoyado en una organización eficiente.
Esto implica además, que añades valor agregado a tus servicios o productos y desarrollas estrategias de innovación para mantenerte en el mercado ganado. E inclusive, para ir a nuevos mercados.
El empresario en esta etapa busca mantenerse, aplicando estrategias para adaptarse y no perder mercado o vigencia. Por supuesto, todo depende del sector al que pertenezca la empresa.
Hay sectores más volátiles que otros. En cualquier caso, el empresario debe aplicar algún tipo de vigilancia, para no perder mercado. Para algunos, lo difícil no es llegar a la fase de madurez, sino mantenerse allí.
La declinación de la empresa
Cuando tu empresa no logra mantenerse en esa atapa de la madurez, pasará a la etapa de la declinación. Esto se traduce en que “la empresa no anda bien”.
En esta etapa, la empresa comienza a perder participación en el mercado. Se debilitan los ingresos y se tienen problemas para mantener la infraestructura lograda. Es la declinación tal y como su palabra lo indica.
Esto puede pasar inclusive sin ser percibido a tiempo, cuando las empresas son complejas y la burocracia ha crecido de manera importante.
La liquidación de la empresa
De no implementar estrategias de posicionamiento, para llevar a la empresa a un “renacimiento”, llegará a la última fase del ciclo de vida: la liquidación.
La fase de la liquidación puede llegar por muchos motivos. Uno de ellos, una decisión adrede. Ocurre en empresas familiares, cuando la generación de relevo no se interesa por la continuidad de la empresa, por ejemplo.
En otros casos ocurre cuando la empresa agota todos los recursos que tenía para mantenerse operando y se ve en la necesidad de cerrar.
- ¿Qué otras razones pueden llevar al cierre?
- ¿Conoces casos en los que el cierre fue inevitable?
El relanzamiento de la empresa
Ahora bien, si como empresario logras, antes de llegar a la liquidación, reinventarte con nuevos productos o servicios, y así alcanzar nuevos mercados, estarás en una especie de renacimiento. Es el relanzamiento de la empresa.
Podría volver a crecer y llegar a la fase de madurez nuevamente. Y esto será, en la mayoría de los casos, por cambio de sector o una renovación tecnológica importante.
¿Conoces empresas que hayan logrado renovarse para evitar desaparecer? – Seguro que conoces unas cuantas.
En fin, como puedes ver por lo comentado, cada fase supone problemas y retos diferentes.
Como empresario, eres el único responsable de afrontarlos de la mejor manera. Para ello, requieres herramientas que te permitan prever situaciones y afrontarlas con buenas estrategias. Necesitas herramientas de gestión, desde la fase de crecimiento y, en particular, en la madurez.
De lo que si puedes estar seguro es que si aplicas planes de mejora y gestionas bien, saldrás airoso de cada problema que amenace la continuidad de la empresa.
Etapas de las empresas: nuestro enfoque
Si has leído artículos de nuestro blog, habrás visto que en muchos de ellos hacemos referencia a las etapas de una empresa. Y con seguridad, habrás notado que el enfoque es práctico.
El conocimiento no solo viene de teorías, también viene de la práctica. En este blog, apuntamos a eso, a la práctica. A la experiencia del día a día.
Acá nuestro vídeo clásico sobre las etapas de las empresas. ¡Vale la pena verlo! Duración: 13’ 14”.
Con las experiencias podemos acercamos y compartir aprendizajes para una gestión “fácil” de las empresas. Fácil acá se refiere a un enfoque práctico, concreto.
En la siguiente imagen verás las etapas de las que hablamos:
Veamos a qué corresponden estas etapas respecto al ciclo de vida comentado:
- Nacimiento: idea + puesta en marcha
- Crecimiento: funcionamiento regular + funcionamiento estable
- Madurez: funcionamiento óptimo + empresa en expansión
Las fases de declinación, liquidación y relanzamiento no las modelamos. Esto es porque en toda empresa, la permanencia depende de la vigilancia de los gestores o empresarios. Y nos centramos en planes para que una empresa no desaparezca, o al menos, no decline.
Una empresa, estando en funcionamiento regular, estable, óptimo o en expansión, puede retroceder en cualquier momento. Puede entrar en un proceso de declinación y hasta desaparecer.
Este blog se centra en comentar cómo puedes pasar de etapa y mantenerte en la misma, sin declinar. Claro está, son muchos los escenarios, por los tipos de empresas y las condiciones particulares de cada una. Sin embargo, las experiencias comentadas ayudan a visualizar y de allí, a aprender.
¿En qué fase del ciclo de vida está tu empresa?
No solo queremos que pienses en qué fase del ciclo de vida está tu empresa. También es importante determinar en qué etapa está: ¿puesta en marcha, funcionamiento regular, estable, óptimo o en expansión?
Una forma de aproximarse a la respuesta es con base a lo siguiente:
- E2. Puesta en marcha: aún no facturas. Estás con el papeleo y todo lo demás.
- E3. Funcionamiento regular: facturas, pero no tienes capacidad para contratar personal. Sigues haciendo de todo.
- E4. Funcionamiento estable: facturas, hay clientes recurrentes; ya tienes holgura para contratar personal y delegar la administración.
- E5. Funcionamiento óptimo: todo marcha súper bien, la empresa es madura, utilizas herramientas de gestión. Puedes inclusive, delegar parte de la gestión de la empresa.
- E6. Empresa en expansión: puedes acceder a otros mercados, crear nuevas empresas a partir de la actual, crear franquicias, crear productos o servicios para ir a océanos azules, etc.
Para finalizar, te dejo 3 preguntas para tu reflexión:
- ¿En qué etapa está tu empresa y cuánto tiempo lleva allí?
- ¿Está en una fase intermedia? Por ejemplo, ¿entre regular y estable?
- ¿Está estancada, no avanza?
Sobre los planes para avanzar entre etapas, seguiremos comentando y presentando experiencias.
Lecturas recomendadas:
- Empresas en funcionamiento estable
- Empresa consultora Geosama. Áreas claves en funcionamiento estable
- ¿Cómo desarrollar empresas? Actividades por etapas
¡Hasta pronto!
Publicado en Gestionar Fácil. Post original aquí.
Si te ha interesado este post, no olvides dejarnos tus comentarios. También apreciamos que los compartas con tus amigos y contactos en las redes sociales. Muchas gracias.