Por Milton Del Moral
El currículum del profesor Eilon Vaadia tiene once páginas. Después de sus datos personales, sus cargos, su formación educativa y sus empleos, se desglosa una catarata de publicaciones y papers sobre sus investigaciones: son más de 80. Vaadia nació en Israel en febrero de 1945, es profesor emérito del Edmond and Lily Safra Center for Brain Sciencies de la Universidad Hebrea de Jerusalén y participará, como invitado especial, de una disertación sobre neurociencia e imaginación.
En el marco de la edición número 31 del Simposio de los Amigos Argentinos y Uruguayos de la Universidad Hebrea de Jerusalén, se celebrará una exposición que procurará indagar sobre los secretos del cerebro, sobre las emociones y el proceso creativo. La charla se llama “Neurociencias: Art, Brain & Creativity“: arte, cerebro y creatividad y se realizará en el Grand Hotel de Punta del Este.
De esa conjunción de factores se tratará la conferencia del profesor Vaadia: “Trataré los sorprendentes hallazgos que pueden explicar cómo los humanos evolucionaron hasta ser tan creativos e imaginativos. El cerebro es una máquina de computación que no solo ‘procesa información’. Es una máquina que crea nuevas realidades sobre la base del pasado y el presente, y aprende a predecir el futuro: así es como evoluciona la imaginación. La imaginación es lo que nos hace creativos, lo que nos hace humanos“.
Su charla hablará del cine como catalizador de la imaginación y el cerebro. Pero su principal objeto de estudio es la neurociencia. Desde 2009 que es el director fundador de un nuevo instituto de neurociencia en la Universidad Hebrea de Jerusalén bautizado “Centro de investigación cerebral Edmond y Lily Safra”.
“La neurociencia -definió Vaadia- es una de las tantas disciplinas que abordan el mayor enigma de la humanidad: nuestro cerebro. Esta enorme ‘máquina de computación’ que llamamos cerebro es un sistema altamente complejo y avanzado que crea lo que somos. Hipócrates dijo hace muchos años: ‘Los hombres deben saber que del cerebro y solo del cerebro provienen todos nuestros placeres y sufrimientos’. Neurociencia es, entonces, un nombre genérico para varias disciplinas: neurociencia computacional, neurociencia cognitiva, genética y neurociencia molecular, y neurociencias filosófica”.
Vaadia intentó transcribir al campo práctico las utilidades del desarrollo de la disciplina. Consultado sobre cómo la neurociencia puede asistir al desarrollo de un país, respondió: “La principal contribución de la neurociencia es la comprensión del cerebro y las enfermedades cerebrales. Cuando logramos entender el cerebro y su mal funcionamiento, podemos desarrollar mejores herramientas clínicas que ayudarán a millones de personas mayores a mantener su normal funcionamiento”.
“La próxima generación se beneficiará de los dispositivos electrónicos y del mundo de la comunicación, y progresará también en la creatividad”, dijo el experto
Trazó un ejemplo exitoso de la neurociencia aplicada. “Por ejemplo, la neurociencia desarrolló una herramienta para tratar la enfermedad de Parkinson, por ‘Deep Brain Stipulation’ (traducido: estimulación cerebral profunda). La solución clínica, en el futuro, revolucionará el costo del tratamiento para las poblaciones en crecimiento y salvará al mundo de los desastres médicos”, anunció el experto.
También participarán de la disertación Diego Golombek, doctor en Biología, profesor titular de la UNQUI e investigador superior del CONICET, y la doctora María Roca, coordinadora científica, subdirectora del Departamento de Neuropsicología de INECO e investigadora Independiente del CONICET.
Publicado en Infobae. Post original aquí.
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