Jonah Berger en bigthink.com del pasado 27 de marzo ofrece 4 tácticas esenciales para mejorar nuestro lenguaje como líderes y la comunicación con nuestros equipos. Se centran en 3 ideas claves:
a).- Solemos centrarnos en palabras grandilocuentes al hablar y escribir , aunque distintas investigaciones muestran que palabras “pequeñas” tienen, también, grandes efectos.
b).- Los rellenos y vueltas pueden despojar a nuestro lenguaje de la capacidad de generar confianza y persuasión.
c).- La forma en la que los líderes utilicen el lenguaje puede hacer que los miembros del equipo se sientan más valorados por sus habilidades e ideas.
Todos los líderes desean que sus palabras despierten las emociones de los miembros de sus equipos y que les inspiren a superar los contratiempos. Para ello las tácticas que Berger propone son las siguientes:
1.- PRESTAR ATENCIÓN A LAS PALABRAS “PEQUEÑAS”
Tenemos tendencia a centrarnos en los nombres, verbos y adjetivos que contienen mucho sentido en una frase. Berger en sus investigaciones ha encontrado que lo que pensamos que son palabras “pequeñas” pueden tener un gran efecto en la forma en la que las personas perciben el lenguaje. Por ejemplo si empleamos el pronombre “tú” incrementamos el compromiso porque hace que le contenido sea más relevante para la persona. Pronombre de grupo como “nosotros” crean una sensación de camaradería y conexión.
Por tanto, debemos considerar como cada una de nuestras palabras pueden influir en las demás en un contexto determinado, ya que hasta las que parecen más sencillas pueden ofrecer un gran valor.
2.- EVITAR AMBIGÜEDADES Y RELLENOS
Palabras o frases como “parece que es la respuesta correcta”, “creo que debemos seguir la idea de Pablo” o “ums”, “ahs” y “likes” que expresan duda restan confianza y persuasión a nuestro discurso. Berger recomienda que en lugar de decir, por ejemplo: “no estoy seguir de que esta estrategia vaya a funcionar” digamos: “ Está bien, pero para que funcione deberían pasar estas tres cosas”. De esta forma dejamos claro que pensamos que es una gran estrategia, pero como no existe una seguridad completa tenemos que dejar claro que no existen garantías totales.
Para evitar, dentro de lo posible las palabras que denotan la necesidad de cubrir un hueco el autor propone:
a).- Grabarnos hablando, transcribir lo que decimos y leer nuestro discurso sin filtros. De esta forma localizaremos los “rellenos”.
b).- Sustituir estas palabras de relleno por pausas bien pensadas, lo que transmitirá una sensación de control y no de improvisación.
3.- CONVERTIR ACCIONES EN IDENTIDADES
Como líderes de un equipo necesitamos delegar tareas. Idealmente los miembros del equipo estarán motivados para hacer las tareas por su cuenta, pero no siempre ocurre esto. La elección del lenguaje puede ayudarnos. Berger, por ejemplo, cita un estudio en el que los investigadores trataban de conseguir que niños de 4 y 5 años ordenasen una clase en lugar de jugar con todos los juguetes desperdigados por el suelo. Observaron que sus posibilidades de conseguirlo se incrementaban en un 50% si en lugar de pedir a los niños que ayudasen a ordenar les preguntaban si no les importaba convertirse en ayudantes y limpiadores y ordenar la clase. Con estas palabras la pregunta dejaba de ser un requerimiento para pasar a ser una oportunidad para que los niños mostrasen sus fortalezas y competencias. Otro estudio similar en el que se analizaban las diferencias entre pedir a las personas que fuesen a votar o se convirtiesen en votantes lograba también mejores resultados, aunque no tan elevados como en el caso de los niños.
Al transformar las acciones en identidades vamos a conseguir un mayor compromiso con las acciones deseadas, ya que todos queremos vernos a nosotros mismos como inteligentes y competentes en una variedad de cosas diferentes.
4.- CONECTAR A TRAVÉS DE LAS PREGUNTAS
Con frecuencia como líderes no es tan importante lo que decimos que cómo escuchamos. Los miembros del equipo no solo se sienten valorados cuando son escuchados, sino que el escuchar sus ideas y luchas ofrece información sobre el equipo y sobre el estado de la organización.
Pero muchas personas no se sienten cómodas compartiendo por lo que el líder tiene que saber hacer las preguntas correctas. Por ejemplo si preguntamos a una persona sobre una presentación y responde que le ha gustado, debemos profundizar más e indagar sobre qué es lo que les ha gustado o lo que cambiarían. Estas preguntas muestran que nos importa su opinión y que somos receptivos a ella.
A los adultos no les gusta que les digan lo que tienen que hacer directamente, por lo que se puede implicar a los miembros del equipo en el proceso de planificación utilizando preguntas para incorporar su conocimiento e ideas.
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Desde que te levantas, decides. La hora, qué desayunas, a qué vas a dedicar tu energía, tu tiempo y tu dinero, o qué ropa te pones. No podemos escapar a las decisiones: desde las más sencillas a las más complejas. En ellas te la puedes jugar todo, o nada. También tienes que decidir con más, o con menos, información.
Decidir tiene algo de lo que no te puedes escapar: el futuro. Y cuando eso ocurre el desafío es enfrentarte a no saber con precisión de relojero qué puede pasar.
Cuando reflexioné sobre por qué es importante tomar decisiones empresariales diseccionando la tipología de riesgos (técnicos, de mercado, de organización, legales…), recibí muchos comentarios acerca de cómo la psicología y la economía pueden estar muy vinculados a nuestra más inmediata realidad.
Así que hoy he querido quitarme ese ‘traje’ de economista que sólo ve costes, ingresos y tesorería para ir más allá. Poner ejemplos cotidianos que nos ayuden a pensar mejor.
Este artículo surge por la motivación de una entrevista con la periodistaSonia Pardo, y su programa en directo En Positivo. Un magazín de temas diversos al que me invitó para reflexionar respecto a cómo estas técnicas de la lógica financiera se pueden usar para nuestra vida cotidiana.
El resultado es una entrevista que puedes escuchar completa en este vídeo.
Durante la entrevista hemos abordado cuestiones críticas que paso a resumir en 10 grandes claves:
1.- Hay una misteriosa percepción de que la Economía es una ‘ciencia lúgubre’, que sirve para hablar de problemas: paro, inflación, tipos de interés, quiebras, …
Pero aún es mayor la percepción de que la usamos para predecir. Como si los economistas fueran una especie de futurólogos que saben qué va a pasar. Es decir, cuándo va a venir la próxima crisis, o cómo va a crecer el PIB. En cambio, esto está muy lejos de ser real.
Los economistas se comportan mucho más parecido a los médicos: tratan de comprender los problemas, los comportamientos y, en base a ellos, plantean soluciones, ideas, recetas o lógicas para poder sortear los desafíos de la mente humana, que es quien decide comprar, vender, invertir, contratar o arriesgar.
2.- La psicología y la economía tienen una conexión tan profunda que, a veces, asusta. Esto hace que sea impredecible gran parte de los comportamientos, individuales y colectivos. De ahí que las lógicas, los procesos y, sobre todo los aprendizajes sean lo verdaderamente estratégico.
3.- Llevamos muchos meses, quizás demasiados, con dos palabras estrella: incertidumbre y riesgo. Ya están en nuestro vocabulario diario.
Decía que no hay nada peor que decidir cuándo:
No puedes saber de antemano cuál será el resultado. No sabes si va a salir mal o bien, porque si lo supiéramos…. la vida no sería vida.
Incluso, peor, a veces tenemos que decidir y tenemos muchas alternativas. ¿Cómo sabemos que decidimos bien cuando cualquier camino es posible?
Y, como no existe información perfecta, siempre pueden pasar cosas imprevistas.
4.- Esto nos coloca ante posiciones vulnerables. Incluso nos puede paralizar. Lo sabemos bien cuando:
tenemos que dejar un empleo para irnos a otro;
cuando no sabemos si comprar o no una casa e hipotecarnos 30 años, sin tener asegurado nuestro futuro laboral, ni nuestro salario;
o cuando queremos montar nuestro pequeño negocio y tenemos que decidir si destinar todos nuestros ahorros, y más, a ello.
Así que… decidir es como respirar, no podemos dejar de hacerlo, aunque queramos.
5.- Hay profesiones en las cuales se enfrentan diariamente a decisiones complejas. Piensa cuando un médico hace una operación a corazón abierto o cuando alguien pilota un avión, o un equipo de bomberos aborda un fuego y puede ocurrir cualquier imprevisto.
En la escuela nos enseñaron el mundo de las mates y de la estadística y a veces no sabíamos bien para qué servían.
En cambio, igual que cuando jugamos al billar no sabemos que estamos usando teorías de la física, cuando tomamos decisiones estamos usando estadística, sin saberlo.
Pero es crítico adentrarse en este proceso porque si decidimos mejor, seremos más libres, sufriremos mucho menos y viviremos una vida con más control sobre ella.
6.- Por esa razón, una pregunta crítica que abordé con Sonia Pardo fue la siguiente: ¿qué es el riesgo y en qué se diferencia de la incertidumbre?
La diferencia es muy importante. Voy a poner un ejemplo muy sencillo. Si tiramos una moneda al aire, y no está trucada, sabemos que podemos sacar cara o cruz con la misma probabilidad. Es decir, un 50%. Si la volvemos a tirar, el resultado no depende del resultado anterior, volvemos a depender de que sea cara o cruz y afrontamos otro 50%.
Hay quien cree, misteriosamente, que como ya sacó tres caras seguidas, la siguiente tiene que ser cruz. Nada más lejos de la realidad. Las probabilidades de sucesos independientes no cambian… Pero esto me da para otra reflexión más profunda.
Si metemos en una bolsa oscura 10 bolas, de las cuales 5 son rojas y 5 son blancas, también podemos pensar en la probabilidad de sacar una blanca. Esto son cálculos que nuestros jóvenes aprenden muy pronto en el colegio.
Pero ¿y si te digo que en esa bolsa hay bolas blancas y bolas rojas, pero no sé cuántas hay de cada color? ¿Podrías asignar una probabilidad?
La respuesta es que no, te falta información, no sabes qué puede salir de ahí, ni siquiera lo intuyes.
Cuando podemos asignar una probabilidad como el resultado del lanzamiento de una moneda, o si tenemos bolas en la bolsa y sabemos cuántas hay de cada color… en ese momento hablamos de riesgo. Si no somos capaces de saber, ni siquiera intuir, el resultado, entonces hablamos de incertidumbre.
Cuando hay números que se pueden estimar, con más o menos precisión, entonces hablamos de riesgos. Y eso nos permite empezar a ‘jugar’ en escenarios posibles y probables. Es la mejor manera para no depender del ‘azar’ o de los dioses…
7.- Sonia me preguntó: ¿qué paraliza más, el riesgo o la incertidumbre?
No hay nada más estresante y complejo que tomar decisiones cuando no sabes ni intuyes el resultado.
Nos asaltan dudas de todo tipo. La incertidumbre es como una especie de niebla espesa bajando de madrugada un puerto de montaña… no ves cuál es el camino correcto. Y estas son las peores decisiones, las que más nos cuesta psicológicamente tomar.
Cuando no sabes si el túnel tiene o no salida, cuando te colapsa el no vislumbrar un futuro, nuestra mente se satura, hasta el nivel de que no somos capaces de decir bien.
8.- Decidir no es como hacer una receta de churros: sigues unos pasos y ya decides mejor. Esto no funciona así.
¿Por qué? Porque al no poder predecir el futuro, siempre puede existir una probabilidad, aunque sea pequeña, de tener un resultado no deseado.
Pero lo que sí existe es en una gran lógica, y me atrevería a decir matemática, que nos ayuda a decidir mejor.
Tratar de tener todos los datos posibles. Pero con cuidado, porque no siempre vas a tener todos los datos. Y si esperas a tenerlos para decidir, eso te paraliza.
Es más fácil siempre decidir sobre pequeñas parcelas, manejables, que sobre un todo.
No confundas el resultado con una opción. Si vas a cambiar de ciudad (porque no encuentras empleo, vives en soledad y no vislumbras futuro…) no pienses que la única solución posible es llegar a una ciudad como Madrid, encontrar un alquiler bueno, bonito y barato (y pronto). Ni que vas a tener el empleo que te gustaría con el sueldo soñado. Y no creas que vas a pisar la ciudad y estará repleta de gente cool y será muy fácil encontrar a la pareja ideal y cambiar de vida… y menos preverlo todo en 6 meses. Esa es una opción, de las muchas que existen.
Esa opción implica muchas micro decisiones: situación del alquiler, del mercado laboral, de las capacidades para tener alta/baja retribución, miles y miles de opciones de encontrar o no pareja… y la probabilidad de que sea la ideal igual es más baja de lo que te imaginas.
Cuando diseccionamos la decisión nos enfrentamos a tomar micro decisiones en cada parcela y a simular los qué pasaría sí:
¿Qué pasa si no hay pisos en el centro baratos? ¿Qué pasa si no encuentro empleo pronto? ¿Qué pasa si no tengo ahorros suficientes y no puedo aguantar mucho tiempo sin empleo? ¿Qué pasa si la vida social es más compleja en la gran ciudad?
Cuando piensas en los qué pasaría sí, y te entrenas en ellos, empezarás a analizar más opciones. Tu mente se vuelve más flexible, más permeable a nuevas ideas, y tu capacidad para tolerar la frustración mejora. Que no salgan las cosas bien es una de las opciones. Y eso es determinante.
Busca la forma de no tomar las decisiones como un todo o nada. Busca dónde introducir algo de bisturí… cuanto más trocees la decisión mejor.
9.- Por esa razón, ninguna decisión es sólo buena o mala según el resultado. Recuerda al borracho que llegó bien a su casa, sin multas, siendo un kamikaze y creyó que por llegar sano y no hacer ningún daño a nadie… había tomado buenas decisiones.
Está contrastado que el proceso de decidir es mucho más poderoso que un resultado. Busca datos, escenarios posibles, entrenamientos para los qué pasaría sí, trata de diseccionar la decisión, explora opiniones y conocimientos de los demás (inteligencia colectiva) y, sobre todo, doma tu mente para evitar la rigidez.
Siempre habrá una probabilidad, aunque sea pequeña, de que el resultado sea desastroso. Pero eso no te puede limitar a decidir y trabajar en el mejor proceso de decisión.
10.- Preguntaba Sonia si esto que plantean los economistas no es demasiado complejo… ¡no somos calculadoras andantes!
Es cierto, no somos calculadoras andantes, pero todos tomamos decisiones como si las usáramos, y no somos muy conscientes.
Cuando conoces a una persona que nos puede gustar, no nos casamos en la primera cita. Quedamos una semana, y otra, y otra más… pasamos tiempo de calidad, conversaciones y momentos que nos permitan ganar algo que no teníamos en la primera cita: ¡información incompleta, es decir, incertidumbre!
En el vídeo explico esto con mucho más detalle. Como también cómo la psicología influye de forma definitiva y nos ancla en decisiones duras, y a veces nos entierra con ellas.
Imagina que te comes una fabada, un cachopo, un arroz con leche y después te tomas café con sacarina. ¿Tiene sentido la sacarina? Te invito a que escuches el ejemplo, porque esto es crítico en las decisiones financieras. Si no puedes cambiar tu pasado piensa siempre en lo siguiente:
Dado lo que ha pasado, ¿cuál es mi siguiente mejor decisión? Esto puede ser ‘revolucionario’ para entrenar a nuestra mente y evitar sustos de todo tipo: en innovación, en inversiones en bolsa o cuando apuestas por un negocio propio. Este es uno de los sesgos más peligrosos para un emprendedor.
En definitiva, decidir es complejo, porque el futuro y la vida son así, queramos o no. Y la clave no es predecir con precisión qué va a pasar, sino el proceso de hacerlo. Qué hacer para entrenarte ante lo desconocido, evitar que lo que hagas sea irreversible y te hundas en el camino.
A la vez, esto implica romper el velo del egocentrismo, creerse el listo de la sala y ponerse en modo aprendizaje continuo y no sacar el estúpido que todos llevamos dentro.
Una mente rígida en un mundo incierto es un arma de destrucción masiva. Y en una empresa, una bomba de estrés, impaciencia e incapacidad para sobrevivir.
Muchas veces he dicho que la complejidad se ha insertado en nuestras vidas y ha matado a los planes de negocio. Ahora sé que también está matando a los narcisistas, perfeccionistas y obsesivos de creer que sólo existe una opción en la vida, precisamente la que ellos y ellas tienen la cabeza.
La próxima vez que te digan “sabía que ibas a fracasar”, no lo tomarás en consideración porque podrás decir:
—“y yo, porque sabía que era una opción, pero tomé la mejor decisión con la información, conocimiento y recursos que tenía en ese momento. Ahora pienso en mi siguiente mejor decisión para sortear el fracaso”.
Si uno decide con la mejor caja de herramientas, el resultado dejará de destrozarle mentalmente, como pretenden algunos narcisistas.
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Un proceso de negociación adquiere formas diferentes en el ámbito empresarial. En ocasiones, la búsqueda de un acuerdo se desarrolla en grupo. ¿Cómo afrontar con éxito una negociación en equipo? En Empresariados te damos seis consejos para lograr un valioso acuerdo, incluso cuando el reto parece muy complejo.
1. Escucha activa para conocer los puntos de vista
La escucha es esencial en cualquier experiencia que gira en torno a la comunicación. Pero adquiere una relevancia notable en un contexto en el que participan varias personas. Por ello, para fomentar la escucha de cada punto de vista, conviene respetar el turno de palabra para propiciar la participación de todos. La escucha activa se entrena y se ejercita de forma consciente.
2. Cuál es el objetivo en común
Una negociación de equipo puede convertirse en un auténtico caos si no existe un buen nivel de escucha. También se genera ruido y distracción cuando no hay una meta común. Para que la colaboración de los miembros del grupo se alinee en la misma dirección es fundamental determinar cuál es el fin principal del proceso. Es decir, qué propósito y qué objetivo aportan sentido a la negociación.
3. El líder debe involucrar a todos los miembros en la búsqueda de un acuerdo
Negociar en equipo ofrece una importante ventaja. Es posible impulsar una estrategia efectiva a partir de la suma de habilidades, competencias, ideas y perspectivas. Sin embargo, en el marco de la negociación puede ocurrir que algunas personas deleguen en otras el peso del acuerdo final. Pues bien, el líder debe involucrar a todos los miembros en la búsqueda de una solución. Permanecer en un segundo plano puede resultar una posición aparentemente cómoda. Pero la falta de iniciativa personal supone la pérdida de un importante valor.
4. Determinar los límites: qué ofrecer y hasta dónde ceder
El diálogo de una negociación puede ser muy inspirador, especialmente, cuando el enfoque de los participantes se dirige hacia una estrategia que sigue el esquema ganar-ganar. Pero, durante la preparación de la negociación, conviene integrar la planificación.
Es recomendable determinar los límites. ¿Qué ofrecer y hasta dónde ceder? Son algunos de los puntos que conviene determinar para delimitar el plano y las alternativas que surgen en el contexto.
5. Enfoque colaborativo
Una negociación en equipo puede plantear los mismos retos y dificultades que el trabajo en colaboración. Con frecuencia, el grupo está formado por perfiles muy diferentes. Por ejemplo, mientras que una persona tiene una posición más abierta para alimentar el diálogo, otra puede mostrarse menos receptiva para confiar en el acuerdo.
Pero los distintos roles y posiciones no deberían convertirse en un obstáculo para avanzar hacia la meta final. Por esta razón, es recomendable que el plan de acción se alinee con un enfoque colaborativo. Más allá de los intereses individuales, es esencial conectar con el objetivo en común que está por encima de cualquier expresión de ego, rivalidad o búsqueda del beneficio individual.
6. Crear un clima de confianza
Las condiciones y características de una negociación dependen de múltiples factores. El equipo debe enfocarse en su locus de control interno, es decir, en su capacidad para generar confianza, cercanía y diálogo. La actitud también influye en este contexto.
Y la actitud no solo se refleja en las palabras o el tono de voz, sino que está presente en el lenguaje corporal. La sonrisa es uno de los gestos que genera un clima de conexión emocional durante una negociación. Es recomendable anotar información sobre el proceso para documentar los datos más relevantes y hacer un seguimiento de los mismos. Finalmente, cada negociación de equipo debe convertirse en una oportunidad para ganar experiencia.
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Afrontar una etapa de estancamiento e incertidumbre es un proceso complejo a nivel vivencial. Y, sin embargo, es una realidad que puede afectar a autónomos, emprendedores y empresarios. Los objetivos que puedes marcarte a nivel profesional son importantes tanto cuando te encuentras en un momento favorable como cuando atraviesas una etapa de desmotivación y dudas. ¿Cómo conseguir tus metas como emprendedor? En Empresariados te damos ocho consejos.
1. Prioriza las metas más importantes
El número de propósitos y las expectativas pueden ser tan elevadas que conviene acotar el mapa de realidad en torno a tres objetivos principales. Es decir, prioriza esos aspectos que quieres conseguir no solo por lo que representan en sí mismos, sino también por cómo pueden ayudarte a avanzar hacia próximas metas.
2. Establece hábitos que alimenten tu constancia y tu motivación
Es difícil conseguir un objetivo a largo plazo cuando el ritmo de la rutina está condicionado por la improvisación. Por el contrario, el orden, la organización y los horarios habituales te ayudan a familiarizarte no solo con tus metas, sino también con lo que tienes que hacer para llegar a ellas. No boicotees el plan de acción con la trampa de la postergación. Simplemente, apóyate en esos hábitos que fortalecen tu voluntad y tu capacidad de superación.
3. Crea un calendario para hacer un seguimiento de tu proceso
Generalmente, las metas más relevantes no se logran de manera inmediata. Cuando analizas el camino que has completado para llegar al objetivo final, percibes una secuencia de pasos que están interconectados. Pues bien, esas acciones y plazos temporales también pueden quedar representados en un cronograma que te guía de principio a fin. Pero el mapa no debe limitar tu libertad, tu capacidad de adaptación al cambio o tu visión de la realidad. Es una herramienta de apoyo, pero es posible que debas hacer algunos ajustes en la previsión inicial.
4. Coaching para conseguir tus metas como emprendedor
En ocasiones, emprendedores y autónomos consideran que necesitan apoyo externo para conseguir sus metas. En ese caso, el coaching se presenta como una alternativa de referencia para seguir, avanzar y crecer. Porque puedes explorar distintos itinerarios para llegar a la meta y tienes la capacidad de desarrollar nuevas habilidades.
5. Visualiza el momento en el que consigues tu próxima meta
La visualización no es garantía de éxito, pero alimenta la autoestima profesional ante un reto complicado. Dedica un tiempo cada día a recrearte en esa imagen de ti mismo que te ayuda a conectar con tu fuerza, tu perseverancia y tu potencial.
6. Crea redes de apoyo: fomenta el valor de la ayuda y la colaboración
En tu carrera como emprendedor, conocerás a otras personas que se enfocan en el individualismo, en la lucha de egos y en la vanidad. Pero también tendrás la posibilidad de conectar con profesionales generosos que te ayudan a abrir nuevas puertas. Quizá puedas identificar a alguien que ya ha influido positivamente en tu camino. Pues bien, surgirán nuevas alianzas.
7. Celebra los pequeños pasos: premia y reconoce tu esfuerzo
El cumplimiento de una meta representa el verdadero sentido del premio. Pero la compensación y el reconocimiento no deben quedar condicionados a esa expectativa. Tú mismo puedes valorar tu implicación, tu esfuerzo y tu compromiso. Sencillamente, si has realizado alguna acción que te ha costado mucho esfuerzo, descansa y disfruta.
8. Cuaderno de inspiración
La escritura es una herramienta muy valiosa que puedes utilizar como emprendedor. Durante el plan de acción, utiliza un cuaderno de inspiración para escribir o dibujar ideas que pueden surgir en el momento más inesperado. Cuando te pones en movimiento para avanzar hacia la meta, todo cambia en tu interior (aunque los resultados no sean visibles de manera inmediata).
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Uno de los privilegios de asistir al Inbound 2015 es volver a ver, en Boston, a las estrellas del mundo digital, ofreciendo su conocimiento.
Hace un año vimos en el escenario a Guy Kawasaki, experto en innovación y emprendimiento, quien trabajó junto a Steve Jobs en uno de las mejores etapas de Apple, siempre nos dejará con grandes aprendizajes y bastantes insights sobre cómo las personas usamos y consumimos productos o servicios en el mercado.
A los 60 años, este ingeniero nacido en Hawai, es también fundador de la agencia de diseño digital Canva. Sigue siendo consultor de Motorola y Google.
En la era del marketing digital lo que más importa es aumentar ventas. Y lo hizo recordando la manera en que Steve Jobs revolucionó las técnicas de venta.
De una forma bastante amena, clara y al grano (Guy casi siempre da presentaciones de no más de 20 slides) vamos directos a sus principales enseñanzas en estos últimos años para el Inbound Marketing en México:
1. Crea significado
No te enfoques en el dinero, no principalmente. Enfócate en crear valor y significado con tus productos hacia las personas. De ésta forma, el dinero será una consecuencia. (Además te divertirás más.)
2. Crea tu mantra
En una frase corta, resume ese significado. Por ejemplo, el mantea de Nike es “Authentic Athletic Performance” El de Wendy’s “Healthy Fast Food”, el de Fedex “Peace of mind.” Por último mencionó que él tiene también una marca personal: Guy Kawasaki “Empower People.”
Resume el objetivo y valor de tu marca. Hazlo su mantra y no lo modifiques.
3. Da un brinco hacia la siguiente curva
Dando un ejemplo de la industria del hielo en EUA, Guy dejó claro este punto diciendo que una empresa debe saltar hacia los siguientes niveles haciéndola crecer. Esto, como algo esencial y necesario.
4. Elegancia
Aunque no lo creamos, a las personas les gusta y se preocupan por el diseño, por productos elegantes. Poniendo como ejemplo a Apple, Kawasaki quiso demostrarlo diciendo que los productos Machintosh hacen que nos sintamos parte de ellos, nos simplifican la vida, nos ayudan a ganar tiempo y además, tienen buen diseño. A las personas les gustan los productos inteligentes.
5. No te preocupes, equivócate
Uno de los errores más comunes de los emprendedores es que quieren salir al mercado con productos completos o perfectos. No debería ser así, mientras más rápido se equivoquen, más rápido se pueden corregir esos errores. El primer producto nunca será el mejor (en la mayoría de los casos) y de nuevo, terminó con un ejemplo de Apple mencionando que las primeras computadoras de Apple fueron mejorando con el tiempo. La vida da lecciones. Aprende de ellas.
6. “Deja que tus 100 flores broten”
Como emprendedor debes tener la idea de cómo usar tu producto, de cómo venderlo y posicionarlo, sin embargo, el mercado será quien le de un uso final. Toma lo mejor y lo más bueno de todo. Después los consumidores dirán hacia dónde va. Deja que ellos lo hagan.
7. Capta la atención de las personas
Productos como Tivo o Amazon (en su caso) han captado su atención de tal forma, que los recomienda con todos. Éstos, con cada innovación siguen captando su atención. Como emprendedores, lo que debemos hacer es conocer bien al mercado y ofrecer lo que necesita, volver al paso 6 y seguir en el proceso. Preocúpate cuando nadie se interese por tu producto. Entonces, deberás hacer algo al respecto.
8. Agítate
Este es quizá el punto más difícil de todos para los emprendedores. Lo que tienes que hacer es intentar, no dejar de hacerlo. Equivócate rápido y hazlo de nuevo. Agítate, muévete siempre.
9. Descubre un nicho
Este punto es importante, deberás tener un producto de valor y que la gente busque, para que de esta forma sea rentable. Encuentra una necesidad y satisfácela. Descubre ese nicho que esté al pendiente de lo que tienes que ofrecerle.
10. Perfecciona tu discurso
Véndete bien en tus presentaciones, cada vez mejor con el paso del tiempo. Sé breve, conciso, ve al grano y conquista. Sé diferente, sé seguro. Tienes un producto que en esta etapa ya has posicionado. En esta etapa, puedes vender lo que quieras. (¡Recuerda tu mantra!)
Bonus Tracks
Regla 10, 20, 30 (de él mismo) para presentaciones con los clientes:
a) 10 slides en tu presentación
b) No presentes más de 20 minutos
c) Usa siempre tamaño de letra 30 en tu presentación
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Estuve leyendo un excelente trabajo de Teodoro Vigodski sobre Creatividad e Intuición en el mundo empresarial.
Vigodski es un académico de la Universidad de Chile, con un MBA obtenido en el Loyolla College, Magíster en Derecho de la Empresa PUC. También se ha diplomado en IMD, MIT, Stanford y Yale.
En el mencionado trabajo dice:
«Estamos acostumbrados a pensar, y a decir, que el éxito en prácticamente todo orden de cosas, en todas las acciones que realizamos, depende de una evaluación racional de las situaciones.
Sin embargo, sabemos también que no siempre es así, y que a menudo más parece el resultado de una acción intuitiva, de una intuición.
¿Qué es la intuición?
La intuición no evalúa, no es racional, pero no es contraria a la razón; más bien, opera según una lógica «invisible» a primera vista. Indica una posibilidad, dando una visión de la naturaleza de las cosas, sin la interferencia de nuestros deseos o nuestra voluntad.
La intuición es capaz de anticipar. Sintetiza en un instante una gran cantidad de información, constituyendo una verdadera «semilla», o sea concentrando, resumiendo conceptos, ideas que luego se pueden desplegar al realizar el análisis retrospectivo fundamentando la lógica implícita en el acto intuitivo.»
La intuición en los negocios fue también el tema de Fórmula e, un programa de TV realizado por Formar. Este programa está pensado por y para emprendedores de habla hispana. Su conductor, Marcelo Berenstein, presenta reportajes e informes con buena onda.
Haciendo uso de la tecnología que YouTube que permite a todas las personas, sin importar su locación geográfica, ver y compartir videos en una plataforma online, podemos ver este programa de TV en nuestra PC.
En este primer programa Leonardo Gutter, titular de IMC, en un reportaje imperdible demuestra que a veces, la intuición vale más un plan de negocios.
Ágatha Ruiz de la Prada, la exitosa empresaria española, cuenta su fórmula de marketing.
Peter Drucker y dos casos en los que los estudios de mercado… ¡pueden fallar! Emprendedores intuitivos que hicieron historia.
Primer bloque
Los videos pertenecen al programa de TV Formula e
Segundo Bloque
Dos jóvenes emprendedores nos cuentan como usaron su intuición para desarrollar una idea muy loca que resultó muy lucrativa.
Los videos pertenecen al programa de TV Formula e
Tercer Bloque
Emprendedores célebres que siguieron su intuición y dejaron su marca en la historia.
Los videos pertenecen al programa de TV Formula e
Publicado en Mujeres de Empresa. Post original aquí.
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Los emprendedores necesitan documentar la visión, misión, estrategia y modelo de negocio para poder hacer que el negocio crezca.
Los emprendedores y los administradores de entidades existentes, independientemente del tamaño, necesitan documentar la visión del emprendimiento, desde un pequeño negocio o industria, una institución de beneficencia hasta la expansión de una gran empresa o reconsideración de sus estrategias a la luz de nuevas tendencias o ambientes económicos.
El plan de negocios es un documento en donde el empresario y/o administrador pone por escrito su visión, misión, estrategia y modelo de negocio que permiten conocer a profundidad cómo la entidad o el proyecto llevará a cabo las proyecciones de ingresos, operación, resultados y flujos de efectivo. Además, incluye las necesidades de financiamiento y la forma en la que la administración pretende obtenerlos.
La administración o el empresario elabora un plan de negocio para cumplir uno o varios de los siguientes objetivos:
Documentar para dar a conocer a los miembros de la organización y a terceros interesados la visión, misión, estrategia y objetivos de una entidad o un proyecto. Esto lo logra mediante una explicación clara y objetiva de cada uno de los temas mencionados y de otros que complementan dicha información.
Promocionar ante posibles proveedores de recursos financieros vía financiamiento o inyección de capital a la entidad y/o el proyecto específico a ser financiado.
Detallar las fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas a la empresa y/o al proyecto, de tal manera que el posible inversionista entienda tanto los beneficios que puede obtener como los riesgos que asume al otorgar el financiamiento.
El plan de negocio debe tener, por lo menos, la siguiente información:
Antecedentes e historia de la entidad, sus fundadores y administración actual, incluyendo la experiencia profesional y de negocios de los miembros del órgano de gobierno, así como de sus principales funcionarios.
Resumen de los estatutos de la entidad y de las principales modificaciones que ha tenido desde su constitución hasta el presente.
Descripción actual de la entidad, sus divisiones y organización.
Resumen de las principales políticas de contabilidad y de reporteo.
Análisis de riesgos de la entidad y del negocio y/o proyecto, así como medidas implementadas para su mitigación.
Descripción de sus principales operaciones y de los productos o servicios que ofrece, así como de los mercados que atiende y su posición en los mismos.
Estrategia de mercadotecnia y planes futuros para desarrollar el proyecto/negocio.
Resumen de información financiera histórica de por lo menos los últimos cinco años, así como un análisis financiero y explicación de los principales cambios entre los períodos.
Planes de inversión necesaria para desarrollar el proyecto, describiendo los principales activos o grupos de activos a ser adquiridos / financiados junto con el retorno de inversión proyectado,
Flujo de efectivo proyectado para los próximos años en los que se pretende liquidar el financiamiento u obtener un retorno de inversión adecuado y atractivo para los financiadores o inversionistas.
Prospecto de financiamiento o capitalización esperada, incluyendo el costo financiero previsto y los períodos y la forma de pago (en caso de financiamiento) o método de capitalización y política de dividendos (en caso de colocación de capital).
Medios de contacto y persona responsable de atención a los inversionistas.
Estados financieros por los últimos tres ejercicios dictaminados por contador público independiente.
Para preparar el plan de negocios y el prospecto, es recomendable que la administración contrate a un consultor experto en colocaciones así como a asesores legales, fiscales y contables.
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Según los datos generales, el número de PYMES en España en general ha aumentado un 0,21% respecto al año anterior. Sin embargo, si vamos a leer los números específicos, veremos que no es tan así.
El número de empresas pequeñas, sin asalariados ha aumentado y se ha mantenido firme durante todo el año. Por el contrario, las pequeñas con asalariados, medianas y grandes ha sufrido un descenso importante este año, aunque de a poco están empezando a recuperarse.
Hemos oído mucho a lo largo de los años que quienes realmente mantienen al país son las PYMES y es verdad. Sobre todo las pequeñas y medianas, son quienes crean empleo, enriquecen el tejido industrial del país y pagan impuestos para que todo pueda funcionar bien.
Sin embargo, también son las que más sufren con las crisis o vaivenes económicos. A menudo son llevadas por gente que no sabe manejar ni llevar una empresa. Simplemente se trata de gente que realiza una actividad y por cuestiones de números, se ha visto obligado a montar una PYME.
Es por esto que aquí os damos 7 tips clave que te ayudarán a manejar mejor las finanzas de tu pequeña y mediana empresa.
1. Ten claras tus metas y cómo conseguirlas
No es obligatorio que sea a principio de año, pero si es recomendable. Al fin y al cabo, por mucho que queramos hacer otra cosa, el año fiscal es quien rige el calendario de las empresas.
Tienes que conocer bien a tu empresa y poner metas realistas. De nada sirve apuntar a la luna, si no hay manera de que puedas construir un cohete. Además, si conoces a la perfección tu empresa, evitas posibles futuros problemas que puede arruinar tus planes.
Una vez que tienes claras tus metas, lo siguiente es crear un plan de acción para conseguirlas. Puedes ponerte plazos dependiendo de cuánto crees que tardarás. Ten en cuenta que en finanzas se trabaja mucho con análisis para calcular, pero hay factores que no podemos controlar.
Pon un plazo realista, no muy corto, pero tampoco muy holgado. No quieres estar presionado por un plazo difícil de cumplir, pero tampoco relajarte del todo por un plazo demasiado lejano.
De la mano con lo dicho anteriormente, es crucial que controles todos los aspectos de tu empresa. No solo debes conocer los activos y pasivos de tus finanzas, sino que también debes hacer un control periódico de estos.
No necesariamente debes encargarte de todo personalmente, puedes delegar en alguien en quien confíes. Lo importante es que no le des la espalda a ningún concepto, por muy pequeño que te parezca. ¿No sabes sobre la materia? Infórmate, pide ayuda.
En este aspecto, una de las cosas importantes que debes conocer es el flujo de caja. Si no sabes de cuánto dinero dispones (o vas a disponer en un futuro)y de donde viene, es imposible que puedas, por ejemplo, pensar en gastarlo.
3. Un software puede ser tu mejor aliado
Antiguamente o sabías de contabilidad, o tenías que externalizar. Tener a alguien que te lleve las cuentas de tu empresa y te haga todos los trámites relacionados. Hoy en día eso ha cambiado, y mucho.
Cada vez son más las empresas que utilizan un software de contabilidad. Son el mayor as bajo la manga de muchas empresas que han visto simplificada su contabilidad y reducido costes.
No es necesario ser un experto ni mucho menos, con tener conocimientos básicos y una buena herramienta de contabilidad puedes realizar todos tus trámites, conocer tus finanzas y controlarlas. Con avisos y asistencia personalizados.
Mucha gente aún es reacia a informatizar los procesos, y es normal. Pero no hay nadie que, una vez que ha utilizado un software de contabilidad, haya vuelto atrás.
4. Reducir costos / Aumentar beneficios
Estos dos pilares quizás sean tus objetivos estacionales o anuales. Quizás sea lo que quieres conseguir a largo o corto plazo. Y en sí no está mal. El problema es que lo consideres un objetivo temporal.
Debes grabar a fuego estos dos conceptos, ya que tienen que ser tus objetivos implícitos durante todos los ejercicios. No siempre van de la mano ni se pueden conseguir los dos. Lo importante es, al menos, conseguir uno de ellos.
Y no, no son equivalentes ni van de la mano. No siempre el reducir costos se traduce en beneficios. Puedes reducir costos por un lado, pero que esto signifique aumentarlos por otro. Lo mismo al revés: puedes conseguir una manera de cumplir con tu objetivo de aumentar las ventas pero a la vez estar aumentando los costes, lo que hace que realmente no aumente el beneficio real.
5. Si vas a invertir, hazlo bien
Pongamos que lentamente has empezado a ver beneficios. Estás haciendo las cosas bien, el mercado va bien y empiezas a tener dinero disponible. Lo inteligente, en este caso, sería invertir. No hablamos de bolsa ni de acciones, hablamos en invertir en tu empresa.
Hay muchas maneras de hacerlo:
Invertir en personal – Puede ser una manera de acelerar procesos o dar descanso a tu personal actual
Invertir en formación – ya sea propia o de nuestro personal, añade valor a tus trabajadores y a la empresa
Invertir en infraestructura – Más comodidad, mejor imagen y menos gastos
Invertir en modernizar la empresa – Siempre necesario para estar al día de las últimas tecnologías y descubrir cómo pueden facilitarnos el trabajo
Invertir en agilizar procesos de producción – una fantástica manera de reducir costes y amortizar rápidamente la inversión.
Analiza tu situación, y piensa qué inversión le conviene más a tu empresa.
6. Nunca pierdas de vista el mercado
Los mercados son como una jungla: uno nunca puede relajarse. Cuando piensas que tienes todo bajo control, te descuidas un segundo y aparecen miles de competidores. Con mejores precios, mejores productos, mejor atención, etc.
Aunque creas que tu producto es único, siempre puede aparecer alguien con una versión mejorada. Es necesario que siempre mires el mercado y la competencia para actuar a tiempo.
Si el mercado en el que te mueves es estacional, además deberás prestar especial atención a esto.
Encuentra el patrón de cuando empieza la “temporada alta” y cuando no. Salvo que vendas tanto en los meses buenos que puedas aguantar durante todo el año, busca estrategias para incentivar las ventas en los meses malos.
Evalúa cómo está el mercado, si tu producto está perdiendo valor o tiene un precio muy elevado. Evalúa la competencia, cómo está actuando, que valoran los clientes, que puedes dar que ellos no tengan.
Una vez que tengas todo bajo control, podrás anticiparte y estar siempre un paso por delante. Haz que los demás sean quienes tengan que adaptarse a tus movimientos y no al revés.
7. Finanzas de la empresa y personal, asunto separado
A pesar de ser lo último, esto es quizás lo más importante. Te lo dirá cualquier persona a la que le preguntes y que sepa de este tema: debes aprender a separar las cuentas de la empresa de tu cuenta personal.
No es fácil. Recurrir a la cuenta de la empresa cuando necesitas un dinero extra es tentador. Y ¿Por qué no? Al fin y al cabo es tu empresa. Pero hay mucho más detrás de este simple gesto.
Por un lado, todo gasto que hagas debe justificarse y quizás te encuentres con un problema contable en un futuro. Si bien hay cosas justificables, no todo lo es.
Por otro, esto afecta directamente a tu empresa. Puedes estar poniendo en riesgo los salarios, los pagos con proveedores, o un flujo de caja con el que contabas que ahora ya no está.
Pero también puede pasar lo contrario, tu empresa tiene necesidades y tiras de tus ahorros para costearlos. Puede funcionar bien una vez puntual, pero puede convertirse en costumbre y afectar a tu economía personal.
Gestionar bien una empresa implica saber diferenciar lo empresarial de lo personal, aunque todo sea de la misma persona. Si eres el director de la empresa, debes establecer un sueldo fijo, invariable, que no trastoque la economía de la empresa
Desde luego, si algo sacamos en claro de estos tips es que dirigir una empresa no es fácil. Por eso mismo, hay que hacerlo a conciencia y bien, de lo contrario es probable que nuestra PYME o empresa fracase.
Con esto no queremos decir que estos tips son una receta infalible para el éxito de tu empresa. Hay factores que podemos controlar y otros que escapan a nuestro poder. Sin embargo, seguir correctamente estos tips puede ser una buena ayuda para ir por el camino correcto.
El control, el análisis y saber actuar a tiempo y tomar decisiones acertadas son clave para la gestión de empresas. Está en cada uno saber cómo hacerlo y sacar lo mejor de cada situación. No siempre nuestras decisiones serán acertadas, pero hay que saber reaccionar en caso de que las cosas no salgan como planeábamos.
Publicado en Managers Magazine. Post original aquí.
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Marlene Chism en SmartBrief on Leadership del pasado 3 de julio plantea que muchos líderes consideran el conflicto como un problema a evitar pero el conflicto no es el problema real, la mala gestión si lo es. Contemplar los conflictos como problemas hace que construyamos estructuras invisibles (patrones mentales, emociones, narrativas y deseos) que contribuyen a una mala gestión y reaccionamos con conductas de evitación, agresión o de apaciguamiento. Interpretar el conflicto como un beneficio cambia el énfasis en la evitación hacia un impulso en el desarrollo de capacidades de liderazgo.
La autora propone 4 formas de contemplar el conflicto como un beneficio y un catalizador de crecimiento en las capacidades de liderazgo. Éstas son:
1.- TRANSFORMAR LA IRA
Los conflictos sin resolver desencadenan indignación y la ira inhibe la capacidad de pensar en la corteza frontal, que es el cerebro ejecutivo. Cuando la ira nos coge desprevenidos es fácil que nos sintamos sobrepasados, ataquemos o reaccionemos de forma destructiva. La ira y el conflicto están tan entremezclados que el evitar las banderas rojas de aviso se convierte en un mecanismo de afrontamiento. Eventualmente esas banderas rojas se convierten en el “elefante en la habitación” que va a inhibir la productividad, la eficacia y la felicidad personal.
Qué hacer: Cuando empecemos a experimentar ira debemos reconocerla como una energía que hay que canalizar. Aceptar las emociones y sentimientos mientras avanzan por nuestro cuerpo. No escondernos de ella pero no actuar impulsivamente. Debemos calmarnos y diseñar un plan antes de actuar de forma que luego no nos tengamos que arrepentir.
Preguntas: ¿Qué límite se ha cruzado?. ¿ Qué expectativa no se ha cumplido?, ¿Qué comportamiento de respuesta como consecuencia de la ira quiero cambiar?
2.- INSPIRAR CAMBIO
Los conflictos resueltos no siguen patrones repetitivos, lo no resueltos sí. Estos últimos ocasionan parálisis, resentimiento y disfunciones en el equipo. Con frecuencia van asociados a comentarios del tipo: “Se lo he dicho más de mil veces y nada cambia” o “Siguen incumpliendo los plazos aunque les he dado apoyo y recursos”.
Qué hacer: Reconocer los patrones repetitivos que ocasionan cuellos de botella. Ser conscientes de que el comportamiento permitido se ha convertido en estándar y existe una ausencia de responsabilización. Entender que las personas hacen lo que hacen porque les funciona. El cambio puede suponer iniciar una conversación difícil, marcar un límite apropiado o dejar ir a alguien con dignidad.
Preguntas: ¿Qué está ocurriendo una y otra vez que no debería ocurrir?, ¿Qué es lo que este patrón repetitivo me quiere decir?. ¿Qué cambio tengo que hacer para modificar este patrón?
3.- PRIORIZAR LA CLARIDAD
En el fragor del conflicto perdemos claridad y olvidamos lo que es más importante. Dejamos de centrarnos en la misión, visión, valores y resultados deseados y en su lugar priorizamos “ganar el punto”, tener razón, acariciar nuestros egos o probar que alguien se equivoca.
Qué hacer: Observar la calidad de la conversación y los comportamientos de aquellos que están involucrados, incluyéndonos a nosotros. Si la conversación va hacia atrás, es acusadora o emocional o si los comportamientos son condescendientes o faltan al respeto, la claridad se ha perdido.
Preguntas: ¿Nuestra conversación y comportamientos apoyan la misión, visión y valores de la organización?, ¿En qué momento y lugar las bajas prioridades han reemplazado a las altas prioridades? ¿Cómo líder cómo puedo usar la claridad para corregir el curso de la situación?
4.- EJEMPLIFICAR EL CRECIMIENTO PERSONAL
El conflicto siempre va a formar parte de la vida y del liderazgo. El desarrollo de competencias, la práctica y el trabajo en nuestro “juego interior” es lo que implica abrazar y modelar el crecimiento personal. El “juego interior” es un compromiso con la auto consciencia, reflexión, integridad emocional y con vivir alineados con nuestros más altos valores y con nuestro desarrollo.
Qué hacer: Identificar a la persona o circunstancia donde tenemos nuestro conflicto sin resolver más importante. Practicar algunas de las habilidades que hemos aprendido. Ser conscientes de nuestra necesidad de tener razón, de cómo nos sentimos y de nuestros deseos de luchar o paralizarnos.
Preguntas: ¿Estoy dispuesto a aceptar mi responsabilidad plena para resolver conflictos o estoy utilizando estrategias de afrontamiento con la intención de cambiar a la otra persona? ¿Tengo los conocimientos pero me falta coraje para ponerlos en práctica? ¿Puedo enseñar gestión de conflictos a directivos menos experimentados de forma que puedan tener éxito y cambiar comportamientos disfuncionales?
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Construir un equipo de trabajo es una experiencia que implica reconocer y valorar el aporte que realizan los demás en los éxitos que alcanzamos en nuestra vida profesional. Cuando nos vinculamos a una empresa nos encontramos con las personas que serán nuestros compañeros de viaje en la gran aventura de la gestión laboral. Poco a poco vamos generando sinergias, espacios de conversación y estrechando lazos de colaboración y cooperación que nos permite considerar estos nuevos lugares como amigables y seguros.
Los vínculos que vamos creando con esas personas, desconocidas hasta hace poco, nos permiten creer que hemos sido acogidos en un sitio que nos ofrece la posibilidad de contribuir positivamente en los resultados de la organización. Nos comenzamos a mostrar ante los demás, dejando a un lado las timideces y prevenciones naturales que nos asaltan cuando estamos en ambientes nuevos y desconocidos. Lentamente vamos dándonos a conocer y conociendo las personas que ya llevan algún tiempo en esta cultura empresarial que nos recibe como uno más de su equipo.
Al ingresar a nuevos ambientes organizacionales comenzamos una etapa de adaptación que nos permite descubrir compañeros que nos aceptan y reciben en sus ya conformados grupos.
Simultáneamente comenzamos a percibir, también, que algunos otros pueden sentir algo de temor, inseguridad o hasta envidia con nuestra vinculación, quizá porque entramos a reemplazar a alguien que era apreciado por el grupo o simplemente porque no hubo la suficiente empatía desde el comienzo.
El desarrollo del trabajo que nos han encomendado debe realizarse, seguramente, con la colaboración y apoyo de otros que quizá no pertenecen a nuestra propia área, es el momento en que comenzamos a establecer vínculos y relaciones que podrían llevarnos al conflicto o por lo menos a situaciones poco cómodas, sobre todo si requerimos que la otra persona o área se convierta en nuestro proveedor de información o servicios para poder avanzar en la gestión que nos han encomendado.
La vida de las organizaciones es viva y dinámica, transita entre los procesos formulados y las decisiones gerenciales que no necesariamente pueden estar en línea con los propósitos establecidos por la estrategia organizacional.
La cotidianidad empresarial, siempre llena de actividad (y activismo) será la que muestre a los colaboradores si las tareas que se realizan conducen a los resultados esperados, es decir que la gestión no es garantía de resultados, hacer mucho no significa hacer lo correcto. Es la paradoja de quienes se descubren, al final del día, cansado por haber trabajado mucho, pero al mismo tiempo con la sensación interna de no haber avanzado en la consecución de los resultados esperados.
Cuando somos responsables de la tarea, no podemos olvidarnos de los resultados, quizá la rutina nos lleve a concentrar muchas horas y esfuerzos en tareas operativas y repetitivas que nos hacen olvidar de los resultados que espera la dirección de la empresa. Hacer un PARE, detenerse para visualizar la meta, revisar si la ruta que se lleva es la correcta y evaluar con el equipo los avances obtenidos, son la mejor manera de no errar en la gestión. Son muchos los casos que conocemos de gerentes que fueron despedidos por no asegurar el resultado esperado, quizá eran buenos en la planeación pero su ejecución no llevó al cumplimiento de los indicadores de éxito propuestos por la dirección de la empresa.
Los nuevos integrantes de nuestros equipos de trabajo deben conocer, desde el principio, cuáles son las expectativas que tiene la empresa respecto de su trabajo, qué se requiere de su gestión como aporte al trabajo conjunto que realizan y los recursos con los que cuenta para lograrlo.
Pilar Jericó, en sus reflexiones sobre el compromiso organizacional (y en el cual se inspira este texto), nos invita a profundizar sobre los aspectos que nos llevan a los resultados empresariales, se trata de comprender que todos debemos escuchar cuidadosamente la música que suena y que debemos bailar armónicamente para que resulte una buena danza. Bailar juntos significa que estamos escuchando lo mismo y nos acomodamos para no chocar, no entrar en contradicción y no arruinar el baile al cual hemos sido invitados después de un proceso de selección que quizá representó una gran inversión de recursos a la empresa.
Bailando juntos significa que estamos alineados con la estrategia y con los objetivos propuestos para hacerla realidad; nada peor que escuchar conversaciones donde los funcionarios de una misma empresa dan explicaciones distintas a un mismo cliente, o cuando los agentes de ventas de una misma empresa visitan a un mismo cliente para ofrecer el mismo portafolio de productos, o cuando no hay unidad de criterio frente a los precios de venta o los tiempos de entrega de los productos o servicios adquiridos, o a la solución de un reclamo, etc
Crear sinergia es integrar en nuestra manera de hacer las cosas la experiencia de los demás, entender que la alineación estratégica hace relación con el cambio como experiencia compartida.
El camino recorrido, por los miembros del equipo de trabajo, suele ser diversa y se enriquece con la experiencia que traen los nuevos que llegan a la organización, sin embargo es frecuente encontrar que quienes llevan más tiempo en la empresa se aferran a los paradigmas de éxito o fracaso que han vivido y suelen cerrar las puertas para nuevas ideas e iniciativas que implican arriesgar el statu quo y la zona de confort en la cual sentimos la seguridad de una semana más con trabajo (aunque el cliente se vaya).
Alinear la empresa, es entender que aunque puedan haber muchos grupos de trabajo siempre será un solo equipo el que sale todos los días a la cancha del mercado a jugar el partido más importante de su vida: el de mantenerse competitivo frente a los nuevos jugadores que llegan todos los días con nuevas maneras de hacer las cosas, con equipos que tienen visiones que van más allá de los triunfos parciales y buscan las cumbres más altas.
Bailando juntos significa también que podemos descubrir el poder que tiene el talento en nuestras empresas, el reto que significa generar espacios de comunicación que valoren la individualidad y al mismo tiempo descubra, como diría Mcclelland, la importancia de convertir a la empresa y al equipo de trabajo en un referente motivacional orientado a producir desempeños sobresalientes.
Espero que estas breves reflexiones puedan conectar con la importancia de darle la bienvenida a los nuevos integrantes de nuestros equipos, de acogerlos y contextualizarlos en los resultados que se espera de su gestión, de reconocer la música que deben danzar e identificar con quienes pueden y deben apoyarse para que no terminen por abandonar el baile antes de terminar la canción.
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