por Jessica Rodríguez
¿Alguna vez te has preguntado si la creatividad es una cualidad relevante en la vida cotidiana? Probablemente tú, como muchos otros, creas que el pensamiento creativo sobre todo pertenece a quienes están en contacto con trabajos artísticos: pintura, fotografía o música. Si bien esto es cierto, te aseguramos que pensar de forma creativa puede ayudarte en muchísimos ámbitos diferentes. ¿Quieres saber en cuáles?
Proceso del pensamiento creativo
Pensar de manera creativa significa dar una vuelta de tuerca. Es decir, encontrar una nueva perspectiva para aquello que parece tener una sola cara o una única solución. Es mirar una situación específica como si nos pusiéramos de pronto unos lentes de color amarillo, por ejemplo. De pronto apreciamos todo de manera diferente, incluso cuando nos quitemos esos lentes, podemos recordar lo que vimos con anterioridad.
Para ilustrar la situación que acabamos de describir, recordemos la película de 1991 “El silencio de los inocentes”. Clarice Starling es una joven agente del FBI que está buscando atrapar al culpable de crímenes relacionados con la muerte de mujeres adolescentes, Buffalo Bill, como es conocido. Cuando ella se da cuenta que el criminal al que busca tiene un perfil psicológico particular debido a su actuar poco convencional, recurre a Hannibal Lecter, un psiquiatra brillante que cometió crímenes de canibalismo. Este profesional un tanto enloquecido es quién será capaz de dar a la policía las pistas para llegar a Buffalo Bill.
¿De qué disponía Hannibal Lecter que la policía no tuviera al alcance? Era capaz de encontrar patrones donde los otros solo encontraban discordancias.
El proceso creativo no es único, puede variar de persona a persona. Pero en definitiva lo que todos ellos tendrán en común es una solución innovadora a cualquier clase de dificultad que se presente.
Pensamiento crítico y creativo
Una vez dicho todo lo anterior, probablemente la siguiente pregunta sea ¿cómo saber si esa solución innovadora es realmente viable? Volviendo a nuestro ejemplo ¿cómo podía estar segura Clarice de que no era peligroso para ella, recurrir a Hannibal Lecter? Ahí es donde entra el pensamiento crítico.
El pensamiento crítico es un proceso secuencial, lógico y disciplinado para racionalizar, analizar, evaluar e interpretar información con el fin de hacer juicios o tomar decisiones informadas.
¿Esto significa que solo podemos tener uno de los dos pensamientos? No, es posible tener ambas capacidades. Lo común es que estemos más de un lado que de otro, pero de ninguna manera eso es algo negativo. Las habilidades en las que seamos más débiles siempre pueden fortalecerse.
Las principales diferencias que podemos encontrar entre ambos tipos de pensamiento son:
– El pensamiento creativo trata de crear algo nuevo, mientras que el crítico analiza a partir de lo ya existente.
– El pensamiento creativo es generativo, mientras el otro es analítico.
– El primero es divergente, mientras el otro es convergente.
– El pensamiento creativo se enfoca en las posibilidades, mientras el segundo se enfoca en la probabilidad.
– Al pensamiento creativo se llega desafiando los principios establecidos, mientras que el pensamiento crítico acepta esos principios.
Etapas del pensamiento creativo
Generalmente cuando se habla de tipos de pensamiento se hace referencia a los dos hemisferios cerebrales: derecho e izquierdo que supuestamente controlan al pensamiento crítico y creativo, respectivamente. Sin embargo, resulta que el proceso creativo conlleva ambas partes, ya que la manera en la que desarrollamos una idea de este tipo es mediante un proceso mucho más sofisticado que generalmente tiene cuatro estadios:
Preparación, incubación, iluminación y verificación. En el primer momento el cerebro reúne información, después de todo las ideas no surgen de la nada. Luego, la mente comienza a divagar y a expandir sus ideas. En la tercer etapa, el cerebro hace conexiones entre las ideas. Finalmente, en la última etapa entra el pensamiento crítico que es el encargado de pulir las ideas creativas y alcanzar a la audiencia a la que quiere llegar de manera convincente.
¿Cómo desarrollar el pensamiento creativo?
Aunque es verdad que hay algunas personas que naturalmente son más creativas que otras, es posible ejercitar esta forma de concebir nuevas ideas o procesos, como dijimos más arriba. Aquí te presentamos algunos ejercicios que seguramente si haces de forma continua, te permitirán ver resultados en poco tiempo.
Ejercicios para desarrollar pensamiento creativo
1. Ponte un tiempo para ser creativo
Puede sonar contra intuitivo ¿reservar tiempo para ser creativo? Pues sí, seguramente en más de una ocasión has tenido poco tiempo para idear alguna estrategia, hacer un logotipo, o generar un nuevo proyecto. En fin, muchos puestos demandan tareas creativas en poco tiempo.
Si te pones algunas horas a la semana con el único propósito de “ser creativo” tal vez te sorprendas. No es necesario hacer ninguna actividad en especial puedes dibujar algo, escribir sobre algún tema de tu interés o comenzar a bosquejar algún proyecto desde cero. Se trata de tener un espacio propio en el que puedas echar a volar tu imaginación del modo que te nazca.
2. Establece un tiempo límite
Algunas veces puede suceder que tener un espacio amplio de tiempo nos genere ansiedad y al final puede no ocurrir nada. Si a ti te ocurre esto, tranquilo, aquí te proponemos ponerte un reto de 5 minutos con el único propósito de crear algo: un pequeño dibujo, un poema, una nueva idea o lo que se te ocurra. Probablemente con tiempo limitado surja algo interesante.
3. Conviértete en una máquina de ideas nuevas
“La máquina de ideas” es un concepto que creó el investigador y podcaster, James Altucher. De lo que se trata es de tener 10 nuevas ideas diariamente, para lo que puedes establecer un tema: “10 ideas para atraer a un nuevo cliente” “10 nuevas ideas para diseñar el logo de mi empresa” incluso pueden no estar relacionadas con el trabajo “10 nuevas tecnologías que aún no existen” o “10 maneras nuevas de preparar un huevo”.
Lo importante del ejercicio es no poner peros o preguntar porqués solo tener y anotar las ideas. Es verdad que muchas de esas ideas no serán utilizadas, pero lo importante es que pienses fuera de lo esperado y quien sabe, en una de esas puede surgir algo interesante.
4. Escribe o diseña una misma cosa a diario
Para ejercitar un músculo del cuerpo y fortalecerlo hace falta hacer repeticiones de un mismo ejercicio de manera frecuente. En el caso de la creatividad puede ocurrir lo mismo.
Supongamos que eliges hacer un dibujo a partir de una misma idea muchas veces, definitivamente en algún punto comenzarás a enfocarte en cuestiones que al principio pasabas por alto. Imagina la quinta vez que empiezas: tendrás la familiaridad suficiente para hacer un rápido bosquejo junto con el conocimiento para añadir detalles nuevos, por mencionar un ejemplo.
5. Cambia de escenario
Para poder interpretar su rol de manera adecuada, los actores constantemente recurren a estar en los espacios que habitaría su personaje. Del mismo modo, si lo que quieres es ser creativo puede que sea difícil encontrar inspiración encerrado en tu oficina frente a la computadora: recorre nuevos espacios ¡Sal al mundo en búsqueda de inspiración!
Algunas ideas geniales surgen de nuevos contactos. Por ejemplo cuando los ilustradores de Walt Disney quieren idear un nuevo personaje van al zoológico y observan para luego poder dibujar.
El camino de la creatividad, puede ser arduo pero en definitiva los resultados valdrán la pena. Después de todo ¿qué nos hace único sino esa capacidad para ser creativos y pensar una idea distinta del resto?
Publicado en Crehana. Post original aquí.
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