Cosas que deberíamos aprender antes del fin de la crisis

Por Xavier Marcet

Giovanni Bellini 2

  1. Innovar siempre, pero especialmente cuando vamos bien. Innovar cuando los resultados son negativos es más complicado. No hay la soltura necesaria. El riesgo que requiere la innovación sucumbe ante decisores agarrotados por los resultados.
  1. Muchas empresas, que solamente con haber resistido a la crisis tienen ya una Due Diligence más que presentable, están acostumbrándose a vivir y crecer sin crédito bancario. Les va a costar mucho a los bancos volver a acceder a este target que es prioritario para el sector financiero.
  1. La ventaja competitiva real es la capacidad de cambio y el sentido estratégico de la adaptación.
  1. La resiliencia existe. La pusilanimidad también.
  1. La crisis va por barrios, no todo el mundo vive las crisis sincrónicamente. La internacionalización no es una opción en un mundo que cuando conviene es global.
  1. Durante las crisis hay gente que lo pasa muy mal. Hay dramas reales. Pero también hay empresas que sobreviven y otras que crecen. En las crisis hay oportunidades escondidas.
  1. Las crisis, especialmente cuando reducen drásticamente los recursos púbicos, filtran los proyectos. Lo que es humo, lo que solamente pervive por el subsidio público, decae, se disuelve. Las  crisis son darwinianas.
  1. Que el éxito, por sí sólo, no es un antídoto infalible para la crisis, si al éxito no le acompaña capacidad de adaptación las probabilidades de futuros fracasos son altas.
  1. Olvidamos rápido. La ambición tiene mala memoria. Fijar los aprendizajes clave de cuando nos fue mal es fundamental.
  1. Adoptar la queja como trayectoria no sirve para nada. Hay que ocuparse de día aunque de noche aceche el preocuparse.

( La imagen pertenece a una obra de Giovanni Bellini)

Publicado en XavierMarcet.com . Post original aquí.

Del mismo autor en este blog:

10 sentencias que sentencian la innovación

Aprendiendo a manejar paradojas

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La Receta para Orientar el negocio en la crisis

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La escala competición-cooperación

Por Julen Iturbe

6771718475_a5bb964a64_nSigo degustando el último libro de Sennet. El segundo capítulo de la primera parte está dedicado al delicado equilibrio entre cooperación y competición. Aunque dice que no le gustan las clasificaciones, a mí me ha parecido muy útil el continuo en que nos presenta cinco alternativas para distinguir diferentes “niveles” de competición/cooperación, tal como indico en el gráfico adjunto.

Al leer las descripciones y ejemplos de cada nivel, encuentro explicados muchos de los comportamientos que una empresa abierta puede desplegar para ganar. Desde luego que según la inestabilidad del terreno que pisa, la empresa abierta puede optar por mayores dosis de intercambios, pero siempre considerando que estos intercambios entre diferentes -así es como los llama Sennettson la esencia de una buena salud competitiva. Veamos los cinco niveles porque ya habrá tiempo de hurgar en ejemplos y consideraciones en artículos posteriores de este blog.

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La escala presenta en su zona central un equilibrio máximo entre cooperación y competición, mientras que a su izquierda encontramos situaciones donde prima la cooperación y a su derecha la competición. Todo ello siempre basado en intercambios y con una profusa alusión a los animales para explicar los diversos grados de esta escala.

El altruismo tiene mucho que ver con el don (gift economy, en inglés) y suele producir sólidos vínculos sociales. Contrapone esto a la debilidad social del capitalismo contemporáneo, tan basado en el predominio de lógicas épicas, donde unos ganan y otros pierden, y sujeto a lógicas de escasez. Muy interesante también la alusión que Sennett hace a la existencia de un “yo en la sombra” con quien mantenemos la conversación sobre cómo comportarnos y que, en última instancia, incita al altruismo, consecuencia de una poderosa motivación interior.

Algo menos cooperativa y más competitiva resulta ser la situación donde todos ganan. Por supuesto que no de una forma prefijada y en cantidades iguales, sino sujeto este proceso a cierta incertidumbre y desajustes. La famosa mano invisible de Adam Smith planteaba un mercado donde todos podían sacar ventaja bajo el supuesto de una economía en crecimiento. Hoy esto puede plantear dudas pero reconoce Sennett que este modelo es útil cuando las partes se mueven en terreno informal sin normas completamente pautadas.

El intercambio diferenciador define la situación donde competencia y cooperación están más equilibradas. Se basa en el establecimiento de fronteras y lindes. El autor las diferencia: fronteras como zonas de escasa actividad y pensadas para delimitar, y lindes como zonas de intensa actividad que separan pero sirven también como referencia compartida. Usa el símil de la gran autopista como frontera y la calle como linde (lo que me recuerda a cierto libro de Steven Johnson y a otro de David Byrne). Fronteras y lindes son la base de este nivel donde las partes se reconocen diferentes -ni superiores ni inferiores- como punto de partida para el intercambio.

Por su parte, la suma cero evidencia una gran parte de las situaciones de intercambio entre humanos. Contratos y promociones profesionales se rigen por este nivel. La competición exige que donde uno gana otro pierda: no hay sitio para todos en el podio. Eso sí, se requiere cierto grado de cooperación, al menos por parte de quienes están en cada lado (podemos verlo como un proceso entre grupos de individuos). Además es raro que el gana-pierde de unos y otros sea total porque entonces quienes pierden querrían dejar de participar en el juego, cosa que no suele interesar a quienes ganan. Sennett nos recuerda que en las aulas gran parte de los intercambios se rigen por este tipo de proceso.

Finalmente, queda la competición pura donde quien gana se lo lleva todo. Estamos ante la versión del depredador por antonomasia, a la visión de Hobbes en su más puro estado: el hombre es un lobo para el hombre. Ante esto, Sennett solo recurre a una afirmación final: “hay que ponerle fin lo antes posible”.

Bueno, pues este es el enfoque que Sennett aplica para explicar el continuo cooperación-competición en el segundo libro de su trilogía Homo faber, a la que ya dedicamos un primer artículo. Más adelante ya explicaremos las conexiones de este planteamiento con las dinámicas de empresa abierta que proponemos. Nos leemos 😉

Si quieres leer más artículos en este blog sobre obras de Richard Sennett, sigue este enlace.

Sobre el autor

Julen

De la margen izquierda de la ría, en el Gran Bilbao. Estudié psicología y siempre me he movido alrededor de las empresas y las organizaciones en general. Con una pasión confesa: la bici de montaña.

Publicado en Consultor Artesano. Post original aquí.

Del mismo autor en este blog:

Resolver problemas, tan fácil y tan difícil

¿Seguir leyendo?

Coopetencia. Una nueva forma de pensar que combina la competencia y la cooperación

Nuevo enfoque de estrategia organizacional: Cooperación más que Competencia

La Capacidad 360º de los Medios Sociales: LA “COOPETICIÓN”

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