10 formas de enfrentarse al cambio y a la incertidumbre

Por Virginio Gallardo

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1- Cambiar la percepción sobre la incertidumbre

Para algunos la incertidumbre es incomoda, da miedo.

Para otros cuanto más incertidumbre más excitante es la vida.

A veces acertar sólo consiste en cambiar la mirada.

2- Entender la caducidad del entorno

Las reglas del management de nuestras empresas se vuelven obsoletas

Se convierten en peligrosas para la competitividad de la empresa.

Lo que sabemos del pasado cada vez sirve menos para predecir el futuro.

El mundo pertenece a los que fijan menos la mirada hacia atrás sin perder las referencias.

3. Entender  la nueva  naturaleza de las organizaciones

La democratización del valor de las ideas implica dar menos valor a la pirámide más al talento.

Antes el poder lo tenía el que sabía. Ahora el poder lo tiene el que comparte.

El reto no es implantar tecnologías,  tecnologías sociales o nuevos organigramas.

El reto son los nuevos valores, un nuevo liderazgo distribuido y la gestión del talento.

4-Dar importancia a lo intangible

La Fórmula de Fracaso:

– dar sólo importancia a lo que se contabiliza “lo que tiene precio”

– y menospreciar lo que tiene valor “intangibles”.

En la vida como en la empresa lo realmente importante a menudo no se puede medir.

5. Asumir la responsabilidad del cambio personal

El éxito tiene muchos nombres pero el principal  “locus de control”:

– reconocer nuestra responsabilidad para hacer que las cosas sucedan

– apropiarse del rumbo de nuestra vida.

6. Asumir las bases de la reinvención profesional

La humildad es condición básica para el desarrollo, pues es un estado en el que tu cerebro está más preparado para aprender y provoca la curiosidad.

La curiosidad es una competencia básica, madre de la creatividad, la innovación y el conocimiento .La curiosidad retrasa el envejecimiento profesional

7. Aprender, desaprender, transformarse

Permanecer curioso, dedicar mucha energía a reinventarse, reconocerse siempre en estado beta.

Pero, pensar de forma estructurada a largo plazo pero fluir y dejarse llevar por lo inesperado,…

Aprender es transformación, desaprender también.

8.Reinventarnos con propósito

El reto más complejo y apasionante consiste en convertirnos en quienes queremos ser.

Aunque a veces el reto es simplemente averiguar quién queremos ser 🙂

Si quieres un trabajo que te guste lo más seguro es crearlo tú, crea las circunstancias.

No es lo más fácil, es complejo un deporte de riesgo asúmelo

9. Asumir el cambio con coraje

Liderar es cambiar y inevitablemente trae enemigos “defensores del pasado” que tienen miedo del cambio, a ver desaparecer lo conocido o simplemente sus privilegios.

Liderar es fracasar, es luchar  y equivocarse

Lo único  imperdonable es cometer dos veces el mismo error. 🙂

10. Elige, que no decidan por ti

Finalmente, el dilema es adaptarse o ser el cambio ¿Tú eliges?

Publicado en Supervivencia Directiva. Post original aquí.
¿Seguir leyendo sobre este tema?

Tensión y dolor del cambio de paradigma

Los 4 Cuadrantes del Cambio

La principal resistencia al cambio

Tres ideas muy sencillas para gestionar el cambio

La incertidumbre del cambio

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GTD: Los 5 Pasos de la Planificación Natural

Por José Miguel Bolívar

tumbonas-bajo-palmeraAfirma David Allen que nuestro cerebro es el planificador más creativo y brillante del mundo y que, de hecho, las personas somos máquinas de planificar, ya que todo lo que hacemos es fruto de un proceso de planificación.

Aunque parezca aleatorio, para hacer prácticamente cualquier tarea, la mente sigue cinco pasos:

  1. Definir propósitos y principios
  2. Visualizar los resultados
  3. Generar tormenta de ideas
  4. Organizar
  5. Identificar próximas acciones

Voy a utilizar como ejemplo de este modelo la planificación de las vacaciones.

En un determinado momento hay “algo” que te sugiere la idea de planificar tus vacaciones: un folleto que lees, una web que visitas, una conversación con los amigos… Por la razón que sea, decides que quieres irte de vacaciones y conviertes tu intención de hacerlo en tu propósito, momento en el que comienzas el proceso de planificación natural.

Tus principios son los que marcan los límites de tu plan. ¿Cuál es tu idea de vacaciones? ¿Descansar, conocer otras culturas, disfrutar de la naturaleza, de tu familia? Puede que seas consciente o no de esos principios cuando tomas decisiones, pero tanto si lo eres como si no, piensas de acuerdo con ellos y descartarás las opciones que no caigan dentro de esos límites.

Lo siguiente que haces es visualizar los resultados: te ves en la tumbona disfrutando de la brisa marina o tomando fotos espectaculares en un parque natural. Seguramente también imagines las personas que te acompañan y como evolucionan los acontecimientos.

Acto seguido empezarás la tormenta de ideas: ¿dónde ir? ¿con quién? ¿cuándo? ¿cuánto gastar? La tormenta de ideas te permite rellenar el espacio vacío entre donde estás y donde quieres estar.

Tu propósito es el porqué de irte de vacaciones; la visualización de los resultados es en qué consistirán; la tormenta de ideas te ofrece las alternativas sobre cómo hacerlo.

Una vez terminada la tormenta de ideas tienes que empezar a organizarlas, identificando y clasificando los componentes, prioridades y secuencias de acontecimientos, también llamados subproyectos en la metodología GTD.

Ejemplo de componentes serían el lugar de destino elegido, las personas, el transporte. Una prioridad podría ser averiguar si tus amigos estarían interesados en acompañarte o si tu jefe te va a dejar irte de vacaciones en las fechas que has elegido. Por último, ejemplos de secuencias de acontecimientos serían: “hacer los preparativos para el transporte” o “reservar los hoteles”.

Cuando descompones las secuencias en todos los pasos que las componen estás aplicando el enfoque vertical que veíamos la semana pasada. Si por ejemplo hablamos de “reservar los hoteles”, en realidad esto sería un proyecto que requeriría las siguientes acciones: “buscar hoteles que entren en el presupuesto”, “ver si tienen plazas libres”, “llamar por teléfono para reservar” y “enviar señal por transferencia bancaria”.

Llegado a este punto, si realmente estás comprometido con tu proyecto para irte de vacaciones, te centrarías en la próxima acción, por ejemplo “comprar los billetes de avión”.

Estos cinco pasos se dan en todo lo que haces durante el día: 1) tienes el deseo de hacer algo, 2) imaginas los resultados, 3) generas ideas sobre cómo hacerlo, 4) las clasificas y 5) defines la primera acción que convertirá ese deseo en realidad.

Y lo mejor de todo es que lo haces de forma natural, sin pensar demasiado en ello.

Publicado en Óptima Infinito. Post original aquí.

Del mismo autor en este blog:

Empresa 2.0: Adiós al Paradigma del Control

Qué Ganas cuando Actualizas tu Cartografía Mental

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Las seis aptitudes del pensador estratégico.

Autogestión: Creador Loco. Visionario

Maximizando tu capacidad de focalización

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Empatía y simpatía

Por Antonio Esquivias

Resumen: hay una cierta confusión entre las dos nociones. Empatía es la capacidad o habilidad que lleva a sintonizar con el sentimiento del otro, permaneciendo conscientes de que se trata de un sentimiento de otro. Por simpatía se entiende: «vivencia positiva del mundo emocional de otra persona, que lleva a un cierto contagio o conexión en los mismos sentimientos». Confundir empatía y simpatía lleva a algunas dificultades. Por un lado sobre-implicación y por otro negación del mundo de los sentimientos de los alumnos. Adquirir de una manera práctica la capacidad de la empatía es una urgencia para los profesores y para todo el sistema educativo, es una de las claves del sistema.huellas3

A lo largo de muchos cursos a docentes de la educación, desde infantil a bachillerato, he visto que hay una cierta confusión entre las dos nociones y me gustaría aportar mi personal idea del tema porque es algo que me parece central para los docentes en la educación.

Empatía es la capacidad o habilidad que lleva a sintonizar con el sentimiento del otro, permaneciendo conscientes de que se trata de un sentimiento de otro. Esta es una clave, en la empatía no nos identificamos emocionalmente con el sentimiento, sencillamente lo detectamos. Por ejemplo, detectamos que la persona con la que hablamos se ha enfadado, pero nosotros no nos hemos enfadado, sencillamente hemos detectado ese enfado y lo aceptamos. Desde esta postura podemos gestionar de una manera constructiva ese enfado. El diccionario de María Moliner recoge lacónicamente este significado: «capacidad de una persona de participar afectivamente en la realidad de otra.

huellas4Se puede entender con facilidad que esta capacidad es una de las más importantes para los docentes, ya que la educación, en realidad la comunicación misma, necesita de esta conexión y aceptación de los sentimientos de la otra persona. Se trata de una de los elementos del respeto a cada persona: el respeto a sus sentimientos. Debo añadir que aceptar un sentimiento no es aceptar una conducta, los sentimientos siempre son aceptables, la conductas depende.

En nuestra definición, por simpatía se entiende: «vivencia positiva del mundo emocional de otra persona, que lleva a un cierto contagio o conexión en los mismos sentimientos». Por su parte simpatía en el diccionario de la RAE, es: «inclinación afectiva entre personas, generalmente espontánea y mutua». Etimológicamente procede del griego (sym-pathos) y significa: comunidad de sentimientos.

Confundir empatía y simpatía lleva a algunas dificultades y entiendo también resistencias por parte de los profesores.

Si por empatía se entiende identificación y «simpatía» hacia los sentimientos, quien huellas_thulo haga así entenderá que debe hacerse cargo de esos sentimientos, hacerse cargo es responsabilizarse. Vista así la empatía es una puerta hacia esa sobre-implicación, que hace que los profesores carguen con los problemas y dificultades de sus alumnos, no sepan poner límites y terminen llevándose esos problemas a casa. Esto evidentemente genera mucho estrés. No olvidemos que la profesión de docente es una de las que mayor estrés padece.

El modo de evitar esto sería un cerrarse a los sentimientos de los alumnos, poner barreras. Es decir, limitarse a una actitud que solo está atenta a los aspectos objetivos y no a los afectivos de las relaciones. Profesores que afirman que ellos enseñan inglés, o matemáticas, o… Algo que evidentemente choca con la realidad de los alumnos día a día. Implica además obviar el mundo de las emociones y sentimientos de los alumnos, es decir actuar solo en las conductas. Esto a mi entender conlleva muchas dificultades.

En tal caso los profesores se encontrarían en dos posiciones en las que una les lleva a la sobre-implicación y la segunda les lleva a poner límites un tanto arbitrarios. En mi percepción la mayor parte de los profesores se sitúa en el lado de la sobre-implicación, pero esto tampoco es una vHuellas5entaja, sino una sobrecarga de estrés.

Adquirir de una manera práctica la capacidad de la empatía se convierte de este modo en una urgencia para los profesores y para todo el sistema educativo, es una de las claves del sistema. La empatía es una capacidad y una habilidad y necesita tiempo y mucha práctica para adquirirse. Ese tiempo y esa práctica actualmente no está incluida de forma íntegra en la formación de los docentes.

Desde luego si queremos impartir una educación integral, si queremos que la educación emocional forme parte central de la educación, de la escuela, nos encontramos con esta prioridad: formar en la capacidad de la empatía dedicándole todo el tiempo y esfuerzos necesarios.

Publicado en Antonio Esquivias. Post original aquí.

Para seguir leyendo:

Inteligencia emocional. Cómo la empatía permite mejorar tus relaciones.

Competencias Básicas: Autoestima, Asertividad y Empatía

El poder de la resonancia colectiva

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El poder de la empatía

Por Merce Roura @merceroura

la-empatc3adaCultiva tu empatía, practica la humildad

Ser una persona empática te abre camino. Supone un plus en muchos aspectos de tu vida. La empatía es una gran aliada, una gran inversión en el buen profesional que quieres ser y la persona extraordinaria que llevas dentro y aspiras a mostrar. La mejor forma de “venderse” es evidenciar ante los demás que sientes como ellos sienten y que te importan. Y sobre todo, hacerlo de forma honesta y humilde.

No cortes el ritmo, deja fluir…

Escucha. Escuchando se aprende y  se hace grande tu intuición. Aprendemos y maduramos a golpes y también observando con ojos hambrientos. Todo tiene un tiempo y un ritmo, no cortes ese ritmo que fluye en una conversación… Dedícale un tiempo.

Dí que sí

Asiente cuando te hablen, que se den cuenta de que escuchas de forma activa e interiorizas lo que dicen. Que te llega, que te salpica tu dolor y su emoción, que eres humano y que te conmueven sus sentimientos.  Que quede claro que estás a su lado y que no es para quedar bien durante esos cinco minutos en los que tomas un café … Las personas no son un café.

Muchas personas no escuchan cuando les hablas, están ocupados mentalmente pensando qué van a decir y buscan el momento para interrumpirte, porque les interesa más quedar por encima de los demás que obtener información que les podría ser muy útil para conectar con esa otra persona y compartir un momento de cercanía. No pueden callar y esperar, quieren aparentar y marcar su territorio, dominar, dejar claro que ellos también tienen mucho que decir. Cuando, precisamente, si alguien te está contando lo que le afecta y necesita hablar, detestará que hables tú y lleves la conversación a tu terreno. Le dolerá que destaques más tú en ese momento justo, que cuando le toca a él exponerse y, tal vez brillar en su exposición, le quites el puesto.

Una de las cosas que más angustian y fastidian en un diálogo es estar contando algo y ver que la otra persona calcula tus exhalaciones de aire para encontrar un hueco y poder hablar. Constatar que tiene el cuerpo hacia delante, en posición de ataque y preparado para contarte algo cuando aún no has acabado con tu explicación. Que incluso, en medio de tu disertación emotiva, es capaz de citar algo poco trascendente o distraerse con el paisaje que le rodea.

No siempre eres el protagonista de todas las historias

Hay personas que lo protagonizan todo, incluso las tragedias ajenas. Llegan hacer sentir culpables a los demás cuando está hundidos porque lo que les cuentan les afecta o distrae de sus obligaciones o planes. Personas de esas que te vienen a ver al hospital porque estás enfermo y en lugar de preguntarte cómo te sientes, darte ánimo y ayudarte a sobrellevar el mal momento, se dedican a decirte cómo les has fastidiado la tarde por tener que venir y las peripecias que han tenido que superar para hacerlo. Personas que cuando otro es el foco de atención del grupo, aunque sea por una mala noticia, no saben encajar en su lugar y buscan desempeñar un papel más destacado hasta ponerse en evidencia, incluso. No puedes ser siempre el protagonista de todo ni es positivo para ti porque puedes sobrecargar a los demás. No protagonices los momentos estelares de otros, ni les usurpes su escenas…

Deja que te cuente su historia y se recree…

Que no pase el tiempo ni te importen los minutos. No hay medida para la compasión y la emoción, no hay reloj ante su dolor o ante su felicidad o su alegría si te cuenta que algo hermoso le sucede.

Recuerda que no eres el centro del universo. Si te cuenta su historia porque se siente mal, no busca que tú le cuentes la tuya, no al menos de buenas a primeras, y si no es para ayudarle sacando una moraleja que pueda echarle una mano. Para explicarle cómo superaste tú una situación similar. A veces, alguien nos cuenta cómo se siente y nos habla de lo que le pasa y parece que se establezca una competición a ver cuál de los dos está más hundido o fastidiado.  Cómo si pudiéramos calcular el dolor con un barómetro y decidir quién es el ganador. Si su historia es alegre, siéntete bien por él. Siempre he pensado que alegrarse de lo bueno que les pasa a los demás es muy saludable y que la dicha es contagiosa.

Da importancia a sus palabras y sus gestos.

Fíjate en sus palabras y el énfasis que pone en ellas, cómo las dice, por qué usa esas y no otras. Piensa cómo te sentirías tú en su lugar y lo que necesitarías, piensa qué esperarías tú de otra persona si te encontraras en su encrucijada.

Controla tu lenguaje no verbal, que note que le importas…

Mírale a los ojos y descubre qué te dicen. Mira con respeto, a rachas, no vayas a agobiarle o parecer inquisidor. No mires otras cosas, haz que note que te importa. Observa sus manos, su postura, ponte a su lado emocionalmente y deja que tu cuerpo transmita que lo estás de verdad, que vas en serio.

Toma la distancia adecuada, que no es otra que la que merece la situación. Pasa a una distancia  más íntima si es necesario, sin invadir su espacio si notas que se aleja. Tal vez, no os conozcáis demasiado pero si la persona que tienes delante se abre ante ti, debes responder con apertura mental, que se note que la comunicación fluye. No te cierres, no te cruces de brazos y pongas una barrera entre vosotros.

A veces, nuestro lenguaje no verbal no transmite lo que sentimos porque nos ponemos corazas para disimular nuestras emociones. Otras, sencillamente no transmite empatía porque no sabemos usarla. Algunas personas, cuando intentan escuchar el relato de otras sobre cómo se sienten, no saben cómo responder a las emociones y se ponen a bromear y a esquivar la profundidad del tema porque ahondar en los sentimientos les pone nerviosos. Eso es terrible para el que habla porque no sólo deja claro que no le importan sus sentimientos sino que además no le entiende y le parecen una estupidez.

Dale esperanza y no relativices.

Dale esperanza. No hace falta un “todo saldrá bien” porque hay situaciones en las que es muy obvio que no saldrá bien y, aunque toda situación tiene una moraleja y un aprendizaje, en un primer momento, si la realidad es muy dura, un comentario de este tipo puede parecer una frivolidad. No siempre se puede relativizar todo, hay muchas situaciones en la vida que requieren callar y abrazar, susurrar un “me tienes aquí contigo” y compartir un rato. Además,  hay muchas formas de esperanzar a alguien, sencillamente con un abrazo, un afectuoso golpe en la espalda, una mirada de cariño, un “estoy aquí pase lo que pase” le hará ver que no está solo, que alguien pensará con él soluciones si el problema empeora, que alguien le escuchará…

Sé oportuno…

El sentido de la oportunidad es casi un don, una consecuencia de cultivar tu intuición. Requiere un esfuerzo para concentrarse en vivir el momento presente, sin escuchar todas esas voces interiores que nos recuerdan que llegamos tarde, que tenemos prisa, que estamos cansados… Y requiere también saber encontrar el punto justo para actuar y las palabras adecuadas. Para ello hay que dejar de escucharse a uno mismo y sincronizarse con los demás.

No le hagas sentir culpable de nada. Todos somos responsables de nuestras acciones pero no deben ser una cruz que nos señale para siempre, sino una experiencia más que nos ayude a crecer. La palabra “culpable”  y la sensación que lleva adherida son una losa, una mancha pegada que no se borra. No digas “te lo dije” porque con ello lo único que haces es quitarte de encima esa responsabilidad tú, para que quede claro que eres más sabio y ya tenías claro qué iba a pasar. Deja las reflexiones para un momento más oportuno… Tal vez más tarde sea el momento de ayudarle a ver que es responsable en parte de lo que sucede y  que (ahí está la buena noticia) por tanto, eso hace que tenga la llave de la solución y pueda salir de esta situación con nuevas herramientas para evolucionar como persona. Los responsables  dirigen su vida y solucionan los conflictos, los culpables arrastran una culpa imaginaria como si fuera una sentencia inapelable.

Usa tus palabras, no las de otros…

Las palabras curan, son terapéuticas. No uses frases hechas y vacías. Busca las tuyas. Dosifica tus palabras como si hablaras con cuentagotas. Que no sobre ninguna, pero que no falte. Da importancia a la forma de decirlas, cuida el volumen. No fuerces el tono, acaricia cuando hables, susurra si hace falta, acompáñale con la mirada y la sonrisa. Sé firme si hace falta, siente, pero no en la tentación de regodearse en la tragedia.

Sé tú mismo, que te reconozca en lo que dices, que note que eres sincero y honesto, que sepa que no actúas… No actúes. Ponte en su lugar e imagina qué desearías tú si fueras él. Ponerte en su lugar no te hace pequeño, te hace grande… Recuerda que no se trata de fingir, sino de sacar de dentro esa parte que hace que el resto del mundo te importe.

Si todo esto te cuesta un esfuerzo inconmensurable, no lo hagas, se notaría que lo haces de forma mecánica y generaría justo en efecto contrario. Y si puedes, reflexiona por qué te cuesta tanto, ¿es porque miras a los demás desde abajo, pones corazas por timidez y te cuesta abrirte o hacerles un hueco o porque les miras desde arriba y no te parece que merezcan la pena sus pequeñas miserias?

Recuerda que una palabra amable cambia a veces el curso de una historia, no subestimes su poder. La capacidad de sentir lo que otros sienten no te deja en un segundo plano, te hace poderoso y te da infinitas posibilidades de crecer. Cuando aprendemos a servir a los demás, en un plano de igualdad, es cuando realmente somos grandes…

Publicado en MERCEROURA, la rebelión de las palabras. Post original aquí.

Para seguir leyendo:

La empatía nos hace humanos

Inteligencia emocional. Cómo la empatía permite mejorar tus relaciones.

Empatía y dirección.

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Los 6 procedimientos básicos para la resolución de conflictos

El término conflicto se refiere al proceso en el que una de las partes percibe que la otra se opone o afecta negativamente sus intereses.

Los SimpsonsEvidentemente esta oposición de intereses se presenta esporádicamente, a veces de forma imprevisible, en todos los ámbitos de de actividad humana, desde las relaciones familiares, hasta los problemas internacionales por la posesión de los recursos económicos, pasando por las rivalidades personales y grupales que existen todos los tipos de organizaciones, desde un modesto club deportivo de barrio hasta las mayores compañías transnacionales.

El conflicto, entonces, es inevitable y lo que corresponde a los emprendedores y líderes es aprender a enfrentarlos y a resolverlos satisfactoriamente para todas las partes que estén involucradas.

Habilidades para resolver conflictos

¿Los conflictos le causan temor? Es normal. De manera instintiva, el cerebro nos dice que son peligrosos, de modo que nuestra tendencia natural es la de presentar batalla o huir…

Por George Kohlrieser

¿Los conflictos le causan temor? Es normal. De manera instintiva, el cerebro nos dice que son peligrosos, de modo que nuestra tendencia natural es la de presentar batalla o huir. No obstante, el miedo al conflicto puede convertir a líderes, gerentes y empleados en “rehenes psicológicos”, que se paralizan y pierden la capacidad de actuar. Lo cierto es que un conflicto bien manejado lleva implícitos enormes beneficios, tanto para las empresas como para la gente que trabaja en ellas.

De hecho, el manejo de conflictos suele ser uno de los mayores impulsores de cambios. Por lo tanto, si se los aborda de la manera apropiada, pueden ayudar al personal a ser más innovador, a crear vínculos más fuertes, a trabajar en equipos eficaces y a mejorar su desempeño.

La clave reside en encarar abiertamente el problema, y negociar con el fin de obtener un resultado en el que todos salgan ganando. Una de las manifestaciones más extremas y violentas de un conflicto es la que ocurre cuando un individuo o un grupo son tomados como rehén. Pero, de hecho, más del 95 por ciento de esos incidentes se solucionan de manera pacífica, con la consiguiente liberación de los rehenes y la rendición de los captores. Todos somos capaces de aprender las tácticas que producen esa extraordinaria tasa de éxitos para desactivar conflictos, tanto en los negocios como en la vida personal.

Qué es el conflicto y cómo manejarlo

El conflicto se expresa como una diferencia entre dos o más personas o grupos, y se caracteriza por la tensión, el desacuerdo, el exaltamiento de las emociones o la polarización. En las empresas hay cada vez más diversidad y creciente interdependencia, razón por la cual también aumentan las probabilidades de que surjan discrepancias.

Como ejecutivo, usted es sólo una voz entre muchas. Es muy probable que sus responsabilidades excedan su autoridad. De manera inevitable deberá enfrentar algún conflicto. En la mayoría de los casos, encararlo abiertamente mejorará sus posibilidades de alcanzar los objetivos que se ha fijado. Las personas generan conflictos como resultado del ciclo de las relaciones humanas. Y cuando los vínculos se quiebran, experimentan sensaciones de pérdida, decepción, frustración, e incluso un profundo sufrimiento.

Si usted se identifica con esas sensaciones, tendrá una mejor visión del problema y de la manera de solucionarlo. Las empresas pueden ser causa de que su gente sufra o se sienta abrumada por emociones negativas: un ascenso denegado, un mal informe de desempeño laboral, la cancelación de un proyecto con el que se habían comprometido. En esos casos, las personas experimentan profundas necesidades que acaso no sean satisfechas, y ello provoca más discordia. Al enfrentarnos a un conflicto, nuestra reacción natural es la de pelear, huir o paralizarnos. Pero podemos superar el miedo que sentimos si dominamos nuestras emociones.

La capacidad de “visualización”

Los seres humanos vivimos en muchos “estados”. Un “estado” es una combinación de sentimientos, pensamientos, fisiología y comportamiento que, en gran medida, determinan nuestra manera de actuar. Es posible cambiar un “estado” de negativo a positivo, del miedo al coraje, por ejemplo, y hacer lo contrario de lo que sugeriría el sentido común: ir hacia la persona con la que estamos en conflicto.¿Cómo lograrlo?

Una táctica clave consiste en aplicar la capacidad de “visualización”, uno de los mecanismos más poderosos del cerebro por cuanto da forma al modo en que vemos una situación en particular y determina cómo actuaremos o reaccionaremos. Para mejorar el rendimiento, los atletas se visualizan ganando, sin perder de vista su meta en ningún momento. En realidad, la mayoría de los individuos de alto desempeño apelan a ese mecanismo mental para concentrarse en los beneficios, más allá del miedo o el potencial peligro.

La visualización también es una herramienta fundamental para alcanzar un resultado positivo o negativo en el momento de manejar un conflicto. “El ojo de nuestra mente” está condicionado por experiencias y elecciones que definen la manera en que vemos el mundo y, en última instancia, el éxito o el fracaso al enfrentar conflictos. En ese tipo de situaciones, muchos líderes se vuelven “rehenes” de sus miedos interiores, y no ven las oportunidades que les significaría resolverlos.

Seis habilidades esenciales para manejar conflictos

1. Cree y mantenga un vínculo, incluso con su “adversario”.

La clave para desarticular un conflicto radica en establecer un vínculo o restablecerlo si se ha deteriorado con la otra parte. Para ello no es necesario que ese individuo nos agrade; lo único que hace falta es un objetivo en común. Trate a la persona como a un amigo, y base la relación en el respeto mutuo y la cooperación. Los líderes deben aprender a diferenciar entre la persona y el problema, y evitar las reacciones negativas a los ataques o las emociones intensas.

2. Entable un diálogo y negocie.

Esimportante no apartar la conversación del tema en cuestión, mantenerse concentrado en un resultado positivo y ser consciente de la meta común. No se muestre hostil ni agresivo. La etapa siguiente es la negociación, en la que además de dialogarse “regatea”. El diálogo y la negociación producen transacciones genuinas y productivas para ambas partes.

3. “Ponga el pescado sobre la mesa”.

Esta expresión significa plantear una cuestión difícil sin hostilidad. La frase proviene de Sicilia, donde los pescadores, que mantienen vínculos muy fuertes, exponen su sangriento botín del día sobre una gran mesa, para limpiarlo en conjunto. Si usted deja un pescado “bajo la mesa”, empieza a pudrirse y a oler mal. En cambio, una vez que plantea el problema, puede empezar a aclarar el enredo. Sea directo pero respetuoso, y hable en el momento oportuno.

4. Comprenda la causa del conflicto.

Entre las raíces de una discrepancia se cuentan las diferencias en materia de objetivos, intereses o valores. También podrían influir percepciones opuestas de un problema “Se trata del control de calidad” y “Lo que falla es la producción”, y  hasta estilos de comunicación distintos. El poder, la rivalidad, la inseguridad, la resistencia al cambio y la confusión de roles son otros motivos de desacuerdo. Es crucial determinar si un conflic-to guarda relación con intereses o ne-cesidades. Los intereses son más tran-sitorios y superficiales, como la posesión de tierras, el dinero o un empleo; las necesidades son más básicas y difíciles de negociar: identidad, seguridad y respeto, por nombrar algunas. Muchos conflictos parecen obedecera intereses, cuando en realidad son producto de necesidades.

5. Aplique la ley de la reciprocidad.

La reciprocidad es la base de la cooperación y la colaboración.En general, lo que uno da es lo que recibe. Recientemente, varios investigadores han descubierto “neuronas espejo” en el cerebro, lo cual indica que nuestro sistema límbico (cerebro emocional), el que rige la empatía, recrea en nosotros la experiencia de las intenciones y las emociones del otro. El intercambio y la adaptación internapermiten que dos individuos sean capaces de identificarse con los estados interiores del otro. En consecuencia,ambos podrán hacer las concesiones necesarias en el momento debido.

6. Construya una relación positiva.

Una vez establecido un vínculo, nutra la relación y siga tras el logro de sus objetivos. Trate de equilibrar la razón y la emoción, porque emociones como el miedo, el enojo, la frustración pueden desbaratar acciones bien planeadas. Entienda el punto de vista de la otra persona, lo comparta o no.

Cuanto más efectiva sea la manera en que comunique sus diferencias y los puntos de concordancia, mejor comprenderá las preocupaciones del otro, y así mejorará sus probabilidades de alcanzar un acuerdo aceptable para ambas partes. Los vínculos más fuertes se basan en lo que el psicólogo Carl Rogers denominó “consideración positiva incondicional”. Sentirse aceptados, dignos y valorados son necesidades psicológicas básicas. Y, como demuestran los procesos de negociación para liberar rehenes, es más productivo persuadir que coaccionar.

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Fuente: HSM Global

Publicado en Pensamiento Imaginactivo. Post original aquí.

Seguir leyendo sobre el tema:

Las 7 etapas del proceso de toma de decisiones y resolución de problemas.

Buscar problemas. Pensamiento productivo vs. pensamiento reproductivo

El rendimiento óptimo se sitúa justo “al borde del caos”.

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Mis tres técnicas favoritas de creatividad

Por Franc Ponti

imaginacion-creatividadComo es sabido, hay centenares de técnicas creativas. Cada una es interesante en función del reto o foco creativo que tengamos que acometer. Después de varios años trabajando con miles de alumnos en EADA y otros centros educativos, y de organizar también sesiones creativas para empresas, al final tengo unas técnicas predilectas: las máscaras, la galería de famosos y el brainwriting.

1. Las máscaras surgen del concepto de provocación formulado por De Bono. Imaginemos que necesito ideas para reinventar los zapatos. El primer paso consiste en encontrar asunciones básicas sobre el zapato. Por ejemplo, que tiene suela, que se pone en el pie o que es flexible. A continuación invertimos las asunciones formuladas: un zapato sin suela, que no se pone en el pie y que es rígido.

El paso más difícil viene a continuación: generar ideas a partir de las provocaciones obtenidas. ¿Zapatos con suela transparente? ¿Suelas muy muy delgaditas para conectar más con la energía de la tierra o la arena en verano? ¿Zapatos unidos, que obligan a dar saltitos para andar y así hacer gimnasia y movimiento? ¿Zapatos-pesa para hacer ejercicios de musculación?

2. La galería de famosos consiste en que los participantes en una sesión creativa se ponen en la piel de otro personaje (normalmente alguien famoso). En vez de pensar como Franc Ponti, dedico unas horas o unos días a estudiar la forma de ser y de ver el mundo de, por ejemplo, Tintín. Ya en la sesión creativa, procuro generar ideas para el foco creativo pensando y actuando como Tintín. ¿Qué haría él en esta situación? ¿Qué tipo de ideas pasarían por su cabeza?

Trabajando con distintas empresas con la galería de famosos he visto actuaciones increíbles: Josep Plà, Dalí, Gandhi, Madonna… Para que la técnica funcione es importante creer de verdad que uno se transforma en el personaje (a veces he llegado a trabajar con un actor que ayuda a los participantes a meterse en la piel del personaje a través de gestos y tonos de voz), estudiar bien sus características personales y no tener miedo al ridículo o a pensar de una forma radicalmente diferente.

3. El brainwriting es una metodología rápida y potente. Consiste en que los participantes escriben sin pensar demasiado cualquier idea que les pase por la cabeza en relación al foco creativo planteado. Al cabo de cinco minutos de escritura automática, cada persona pasa su papel hacia la derecha y va leyendo las ideas de los compañeros hasta recuperar su propia hoja, en la que de forma rápida e intuitiva vuelve a escribir ideas en función de los estímulos recibidos.

Se trata de una derivación de la técnica surrealista del “cadáver exquisito” con la que se consiguen cientos y cientos de ideas en muy poco tiempo.

Y mis dos libros preferidos de técnicas creativas:“Thinkertoys”, de Michael Michalko (edición en castellano bajo el mismo título publicada por Gestión 2000) y “Gamestorming”, de Gray, Brown y Macanufo publicado por O’Reilly. No os perdáis la web de Michalko www.creativethinking.net

En Neuronilla encontraréis también una interesante lista de técnicas creativas.

30 de enero de 2012

Licencia:

Franc Ponti 2010-2011 | www.francponti.com | Contenidos bajo Licencia Creative Commons

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Fuente: Franc Ponti

Imagen: Creatividad

Publicado en Pensamiento Imaginactivo. Post original aquí.

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Nueve reglas para potenciar la inspiración y la creatividad.

Siete principios de la creatividad

Creatividad y creativ@s

15 formas de pensamiento para la creatividad y la resolución de problemas

Remix de ideas. Cuando la productividad potencia la creatividad

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Asertividad: 3 puntos básicos

Por Mercedes Hortelano VdP @MyKLogica

AsertividadEl otro día tuve una discusión con un colega sobre si es posible que una persona poco asertiva pueda llegar a ser asertiva. Mi punto de vista es que por supuesto que se puede desarrollar y mejorar. Creo que es fundamental que los profesionales de desarollo de personas tengamos claro este punto. La personalidad es la que es pero la podemos forjar o modelar en función de nuestro deseo de mejora.

Por ejemplo, con la pereza, puedo dejarme llevar por ella o aprovecharme de su energía haciendo lo que tengo que hacer cuanto antes y lo mejor posible a la primera, de forma que tenga tiempo de revisión y rectificación si fuera necesario y, una vez “cerrado” me pueda dedicar a lo que me interesa de verdad, porque sé que lo que tenía que hacer ya lo he dejado hecho.

Entendiendo la asertividad de forma más extensa de lo que se entiende habitualmente, como la capacidad de actuar, afirmar y/o expresar nuestros pensamientos con máximo respeto hacia el de los demás, aprendiendo la técnica (emocional, mental y lingüística) que lo facilita y practicándola, hasta que la integramos y nos sale de forma natural, los primeros con nosotros mismos. Si a mí no me convenzo ¿cómo voy a convencer a los demás?

  • Emocional: Una vez que quiero, identificar la emoción que nos tienta a ponernos en marcha e integrarla en mis rutinas emocionales. ¿Qué me puede llevar a querer hacerlo ya? La posibilidad de disfrute al 100% posterior porque me podré concentrar en ello, también al 100%, hacer un buen trabajo y que repitan, ….
  • Mental: para poder hemos de ser conscientes del tipo de discurso mental qué tenemos ante ciertas situaciones y aprender a controlarlo y transformarlo por otro que nos facilite la vida. Si lo he de hacer, mejor cuanto antes, lo hago y me olvido y comienzo a anticipar lo que vendrá después o los beneficios que obtendré … Asimismo, poco asertiva puedo ser si mentalmente estoy insultando o descalificando a una persona, la asertividad se basa en el respeto y el primer respeto comienza en cómo formulamos nuestros pensamientos hacia lo “extraño”, en vez de pensar en algo como “feo”, ejemplo básico, pensarlo como “diferente”, está “mal” – está “incompleto” o le sobra …..
  • Lingüística: para saber, identificar referentes y comportamientos relacionales que nos faciliten ser coherentes entre lo que pensamos, actuamos y/o lo expresamos, practicándolos hasta que los adecuemos a nuestra personalidad y los vamos automatizando, porque nos facilitan las relaciones (y la vida). Desde un, “lo siento”, “ahora no puedo”, un “por favor”, “perdóname” o un “gracias”, hasta llegar a diálogos complejos con aparentemente pocas coincidencias y muchas diferencias y converger en …..

Y es una sóla técnica porque estos tres estados están ¿inter o intra? conectados y se retroalimentan entre sí, lo que significa que si trabajo sobre uno, lo normal es que los otros dos se beneficien de ello y se entre en una espiral de desarrollo positivo, que permita superar “piedras más grandes” si aparecieran o “empequeñecerlas” porque cada vez vamos siendo más diestros en expresar lo que queremos de forma asertiva, nuestro discurso mental nos acompaña …

Decía en Líder, liderazgo, crackismo y autoliderazgo que una de las bases del autoliderazgo, es la autoestima y añado, una de las bases de la autoestima es la asertividad: un líder primero se lidera a sí mismo, ¿os imaginais a un líder siendo incoherente entre lo que hace, dice que piensa y expresa? por lógica, una persona así se siente bien consigo misma, independientemente de que cometa errores, aprenderá de ellos y los transformará en experiencia.

Por supuesto, entendiendo autoestima, como el estado que basa la seguridad y confianza en datos observables, en hechos, resultados … y sabiendo que hay caminos por los que hemos que ir con cuidado por nuestra menor experiencia en ellos, que habrá otros en los que hayamos de rectificar porque nos equivocamos.

Como comentaba antes, la asertividad facilita convertir las equivocaciones en experiencia.

En definitiva, parafraseando lo que comentaba en Ética, competencias y comportamiento ético, cambio ética por asertividad:

… para ser “asertivos” -actuar de forma “asertiva -, hemos de querer, hemos de poder y hemos de saber serlo y al ser estados que se retroalimentan entre sí, conllevan que cuanto más nos entrenemos en cierto tipo de comportamientos, más nos facilitará serlo, entrando en una espiral de aprendizaje y mejora continua: cuanto más practico/hago, mejor expreso, más puedo, más quiero, cuanto más me gusta, más quiero, más puedo, más sé, más hago …

… mejor lo hago o lo expreso

Y, por supuesto, a la asertividad la mejora su “hermana” la empatía, de quien hablaremos en otra entrada.

Publicado en MyKLógica. Post original aquí.

Del mismo autor en este blog:

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Maximizando tu capacidad de focalización

focus

Por David Torné

Ser capaz de focalizar es una habilidad más compleja de lo que parece a priori. Intervienen muchos factores, y nuestra incapacidad para dominarla a menudo deja en evidencia muchas de las carencias de nuestra forma de gestionar-nos y de trabajar. El siguiente post repasa algunos de los aspectos a tener en cuenta para acondicionar la mente y la forma de hacer para facilitarnos la concentración en el trabajo que tengamos entre manos. Más allá de decidir lo que debes hacer, debes prepararte para estar en las mejores condiciones para hacerlo.

Imagen vía ihtatho bajo licencia Creative Commons

Si no has experimentado nunca el concepto la mente como el agua, introducido por David Allen en organízate con eficacia, puede resultar algo lejano. Es mucho más fácil de lo que parece, y es el primer paso para conseguir el control de tu actividad, y aumentar tu capacidad de focalización.

El primer paso reside en el ámbito funcional, saber lo que tienes que hacer cuando se presenta una interrupción o un imprevisto, contar con una metodología que te provea de unas pautas para administrar tus acciones y compromisos. Ya sea GTD, Autofocus o un método propio, tienes que ser capaz de externalizar esa preocupación o input a tu sistema de flujo de trabajo. Así desaparecerá de tu subconsciente y tu mente queda al 100% libre para hacer lo que realmente importe, lo que habías previsto hacer en ese momento.

Focalizar usando la perspectiva

Una vez domines lo diario buscarás un nivel de focalización más elevado, y para ello debes conocer tu actividad. No todos los días y momentos son iguales. La predisposición no es la misma, energía, ganas, tiempo del que dispones. Poder hacer una previsión de cómo estará un día e instante determinado te da la oportunidad de reservarte para un tipo concreto de acciones o proyectos. Si sabes que estarás cansado y necesitas relajarte puedes revisar tus lecturas, correos o redes sociales. Si por el contrario sabes que cuentas con energía suficiente puedes asumir asuntos que requieren mayor tiempo y concentración…

La metodología GTD nos permite asignar el nivel de energía a una tarea para utilizarla como criterio de elección o de filtrado dentro de la lista, gente como Jeroen Sangers ha evolucionado a un concepto mixto entre tiempo-energía. Yo utilizo un recurso complementario a los dos, preprogramado la tarea para un día o momento concreto:

“Trabajo para una empresa no por cuenta propia, después de mi jornada laboral no me queda mucha energía y tiempo para dedicarme a mis propios asuntos. Llego al fin de semana con muchas ganas de llevar a cabo planes para avanzar mis proyectos pero al final siempre acababa con una sensación de saturación que me hacía dejar de lado parte de lo que quería/tenía que hacer (a veces cosas importantes) a cambio de relajarme.”

El problema radica en escoger tareas poco adecuadas de una extensa lista de próximas acciones. Si el horizonte que configura es demasiado extenso aumentará el riesgo de dispersarnos o decantarnos por una acción más atractiva, que no más conveniente. La solución pasa por reducir la elección siguiendo criterios de prioridad.

Reducir la lista de siguientes acciones a las que tocan. Ya sea reduciéndola a las 4 o 5 que tienes que hacer durante el día, o crear una lista secundaria con las mismas acciones. La diferencia es que si trabajas con tu lista de siguientes acciones al final deberás realizar un mantenimiento para procurar que tu sistema de flujo de trabajo continúe reflejando la realidad. Puede ser tedioso repasar cada día las diferentes listas para restaurar las siguientes acciones del día siguiente.

Las aplicaciones GTD incorporan funcionalidades para filtrar las acciones con tags o etiquetas, por lo que resulta sencillo de implementar algo similar.

Continuando con el ejemplo anterior crearé listas B para los días en los que puedo dedicarle más tiempo (fines de semana) el resto los dejo abiertos. Más allá del tema funcional me predispone a realizar y finalizar un número mayor de asuntos propios estos días, evitando autopresionarme o sentirme culpable si durante la semana no soy capaz de avanzar tanto como esperaba. Conocer la capacidad de trabajo de la que disponemos y administrarla nos evitará fugas de atención en forma preocupaciones o pensamientos en otras cuestiones declaradas inmediatas, aún pendientes.

La parte emocional

Hemos comentado la importancia de mantener nuestra mente libre de preocupaciones, ya sean tareas inacabadas, o problemas que nos destemplan. Como las interrupciones y los imprevistos pueden descentrarnos en el ámbito funcional, los trastornos a nivel emocional pueden representar una auténtica carga de profundidad a nuestra capacidad de concentrarnos.

“Una llamada al final de la mañana, descuelgas el teléfono y al otro lado hay un cliente que te pide una explicación por … el acabado de una entrega, cambiar condiciones en la relación, un desacuerdo en el importe de una factura … es igual, la cuestión es que se pasa de tensión en la discusión… “

¿Cómo sacarte ese lastre de encima? Según el carácter de la persona el golpe puede ser mayor o menor. Si es un trastorno menor puede combatirlo con el sistema de pausa y desconexión. Un café o una tarea que requiera un cierto nivel de concentración te puede ayudar a olvidar. Si hablamos de un descarrilamiento – no te puedes concentrar y tu mente vuelve al problema anterior – busca parar y volver a empezar, si puedes escaparte de tu puesto de trabajo: Un paseo o hacer un algo al aire libre puede ser un gesto que te permita centrarte.

Si no puedes permitir el lujo de abandonar el lugar donde trabajas intenta hacer una parada de pensamiento. Concédete 5 minutos para vaciar la mente y seguir trabajando, reengancha con una tarea pequeña y cuando la hayas hecho, inténtalo con lo que hacías antes. Si te cuesta prueba de estructurar la tarea de otro modo, dividiendo el trabajo de forma diferente, te ayudará a cambiar la perspectiva.

El secreto reside en no llevarse los problemas a casa, o arrastrarlos durante la jornada. Por eso son tan importantes las interacciones sociales con los compañeros a la hora de comer o en las pausas, o dedicar tiempo de calidad a la familia o a ti mismo. Son vías de erosión de las preocupaciones diarias.

Si esperabas un post con medidas más prácticas no te preocupes, lo tengo en mente o mejor dicho en mi sistema de listas. Más allá del conocimiento práctico que extraigas de este texto es necesario darse cuenta de la profundidad que se esconde bajo la idea de concentrarnos para trabajar. Se trata de crear un estado óptimo para afrontar nuestra actividad, algo que se trabaja día a día. ¿Te has parado a reflexionar sobre el tema? ¿Eres capaz de hacer que la metodología de trabajo, el conocimiento de tu rutina y tu estado mental trabajen sumen a la hora de hacer? ¿Que utilizas para dejar atrás las dificultad más extraordinarias (más allá de interrupciones e imprevistos)?

Enfoca y comenta;-P

Publicado en David Torné Productividad y Desarrollo. Post original aquí.

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El rendimiento óptimo se sitúa justo “al borde del caos”.

Por Montse Vila @Buenhabit

justo al borde del caosEs innegable que nos encontramos inmersos en una época de cambio constante. Zygmunt Bauman nos habla de la “modernidad líquida”  en la que ya nada es sólido por mucho tiempo y es preciso   saber afrontar y gestionar  la incertidumbre.

En “tiempos líquidos” las organizaciones han de ser dinámicas y aprovechar al máximo las ocasiones de negocio que se van generando. Si una empresa tiene un enfoque jerárquico excesivamente vertical donde  solo unos pocos definen las estrategias  y la toma de decisiones, y  el resto implementa la burocracia,  no será posible acogerse a este“fluir”  constante  de oportunidades,  ya que los datos dinámicos nunca llegan a estos pocos  con la celeridad necesaria para decidir y dar respuestas  rápidas.

Autores como  Kathleen  Einsenhardt, han desarrollado la teoría de que  en las organizaciones  el nivel óptimo de productividad se consigue cuando nos encontramos justo en un estado “al borde del caos“.  Justo “al borde”  cohabitan  el suficiente orden para sustentar procesos  básicos e imprescindibles y a la vez suficientes dosis de desorden para explorar y adaptarse a situaciones nuevas y creativas.

Para prosperar “al borde del caos” junto a “la planificación deliberada” han de convivir estrategias de innovación y creatividad.

La “explotación” ha de coexistir con  la “exploración”.

Desde las ciencias de la complejidad  se reconoce que las organizaciones deben ser  consideradas como sistemas complejos que no tienen que albergar  únicamente una visión  burocrática  y mecanicista,  sino que poseen funciones y capacidades adaptativas que permiten improvisar ante nuevos retos y situaciones desconocidas.  Desde los sistemas complejos se equipara a las organizaciones como si fueran organismos vivos, los cuales se adaptan al medio mediante la autoorganización  (capacidad del sistema para desarrollar nuevas órdenes y auto-renovarse).

El “borde del caos” es esta delgada franja en donde se oscila periódicamente entre el orden inmutable y el desorden total. Un poco de desorden posibilita un orden diferente y, a veces, más rico.

Cuando la estabilidad se presenta por un período de tiempo largo, la organización puede anquilosarse (Kelly, 1998) y si está un tiempo prolongado en una zona inestable, el sistema puede llegar a desintegrarse, pero si opera  “al borde del caos” el sistema desarrolla la capacidad para innovar y crecer, ya que esta condición conduce a la emergencia de nuevos patrones de comportamiento que hacen más adaptativo el sistema (Jackson 2003; Stacey, 1996)

Se trata de una condición especial que se manifiesta en todo sistema complejo, sea un organismo, una mente, una organización o un ecosistema. (Goodwin). y que permite revalidar constantemente  sus modelos y autocorregirse por supresión de errores.

Los líderes de una organización dinámica han de ser :

  • catalizadores de dinámicas internas y emergentes
  • permitir en vez de dirigir y controlar
  • identificar los patrones que impulsan los comportamientos de la organización y del medio ambiente
  • compartir responsabilidades
  • promover la innovación
  • escuchar
  • dar prioridades a los valores, a la capacidad de adaptación y a la sostenibilidad a largo plazo
  • aceptar e introducir desequilibrios
  • permitir y alentar el conflicto
  • promover la diversidad y el aprendizaje continuo
  • diseñar intercambios transformadores
  • retroalimentar y proveer apoyo permanente.

Abordar el liderazgo desde la visión de los Sistemas Adaptativos Complejos (SAC) no es un mero capricho sino una visión holística tomada de las ciencias de la vida.

Que tengáis un buen día.

Montse

Publicado en Buenhabit. Post original aquí.

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La incertidumbre del cambio

Por Manel Muntada Colell

IncertidumbreComo ocurre cuando intentamos proteger a los niños en su inocencia y evitarles el miedo presentándoles una interpretación descafeinada y a veces muy distorsionada de la realidad, se da el caso, en algunas organizaciones, que cuando gestionan el cambio hacen todo lo posible para atenuar o diluir la ansiedad natural que provoca la incertidumbre respecto a la existencia y grado de confortabilidad del nuevo escenario al que se dirige.

De este modo se dicen cosas del tipo de “aquí no pasa nada”, o se llevan a cabo actuaciones con el objetivo de suavizar e incluso negar aquellas variables del cambio que son desestabilizadoras o generadoras de angustia organizativa y que pueden ser el germen de una situación de alarma que ponga patas arriba el orden natural al que estamos acostumbrados y del que, en cierto modo, no queremos desprendernos.

Por paradójico que parezca, se afronta el cambio negando que realmente se dé ningún movimiento, pretendiendo sorprendentemente además que, de este modo, las personas cambien y que las cosas pasen a ser o a hacerse de manera distinta.

He podido constatar que la aparente bondad paternal de estas actuaciones tiene su origen en una o en varias de las siguientes causas:

> La desconfianza respecto a las actitudes de las personas en una situación de cambio y a su posible incidencia en la productividad o en el clima laboral.

> La incapacidad narcisista de asumir en carne propia ser la representación del cambio y de la ansiedad natural que éste despierta.

> La creencia de que lo mejor es sedar a las personas para que el cambio pase como a través de ellas, sin el menor trauma o huella en sus memorias. Como si se tratasen de turbulencias que molestan en un vuelo que ha de empezar y terminar como siempre.

> La necesidad de ser infalible y ocultar la propia ignorancia ante el futuro incierto que se avecina.

> La percepción de que las personas son como niños a los que se ha de conducir de la mano para cruzar la calle.

> Pasar por alto que el cambio nos afecta a tod@s y que, de alguna manera, cada un@ ha de responsabilizarse de la parte que le toca, con todas las consecuencias que pueda comportar.

En todos los casos se trata de un factor más que dificulta el cambio y que proviene, en este caso, de parte de quien se supone que lo ha de impulsar y facilitar.

Ante esto quizás es importante considerar que:

1.- Una situación de cambio supone instalar a los equipos y a las personas en la incertidumbre propia de una situación de tránsito, ya que es desde ella de donde emana una posible motivación para buscar nuevas zonas en las que habitar.

2.- Las personas han de estar informadas de las diferentes variables que afectan a su situación profesional, no sólo por ser además una cuestión personal, sino porque es necesario que afinen sus expectativas y se hagan resistentes a posibles frustraciones.

3.- De algún modo, el cambio ya es la constante, tener la capacidad de asumirlo y desenvolverse en él de una manera habitual y cómoda es una de las nuevas competencias que se han de adscribir a cualquier perfil profesional que aspire a tener un futuro.

Publicado en CumClavis. Post original aquí.
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