Soy de los que piensan que al trabajo hay que ir motivado de casa y que la función de los directivos consiste en gran parte en dejar crecer la motivación individual. Pero desmotivar es muy fácil. Ver a buenos profesionales desesperados por la mediocridad es un pésimo síntoma para las organizaciones. Veamos algunas cosas que nos acostumbran a desesperar profesionalmente.
- La inconsistencia, la falta de autenticidad, el saltar de una cosa a otra sin que nada llegue a ser verdad. Bla, bla, bla. El gattopardismo permanente.
- La estulticia corporativa, la tontería, la falta de compromiso real. Aparentar valores. La poca importancia de los clientes.
- El trato desigual y el desprecio a la meritocracia como forma de progresar. El reparto injusto de las oportunidades.
- La incapacidad de aprender, la convicción de estar más instalados en el bucle del error que en el del fracaso.
- La poca calidad fruto de la falta de profesionalidad y de talento. Contemplar el emerger de la mediocridad. En las organizaciones, talento llama talento igual que mediocridad llama mediocridad. Es un espiral terrible pero cierta.
- Los liderazgos egoístas. La incapacidad de compartir los logros. La falta de una lógica de generosidad y empatía que permite entender que en una organización todos quieren crecer. El no entender que liderar es servir.
- La lentitud y sinuosidad en las decisiones. Todo es complicado, farragoso, no hay el mínimo sentido de fluidez organizacional.
- La cerrazón corporativa, el vivir en el perímetro de las propias ortodoxias. La reclusión en la memoria corporativa y la no innovación. El aprecio a la inercia por encima de todo. La sensación de estar más orientados a pasado que a futuro.
- La falta de reconocimiento al trabajo bien hecho, el poco estímulo al esfuerzo y al despliegue emprendedor de la gente.
- La falta de respeto a las personas, la poca educación.Respetamos a aquellos de los que aprendemos y admiramos a aquellos que desprenden una coherencia natural.
No nos preocupemos tanto de motivar a la gente, con no desmotivar, debería ser suficiente.
(la imagen pertenece a una obra de Leonardo Da Vinci)
Publicado en XavierMarcet.com . Post original aquí.
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5 comentarios en “10 cosas que nos desesperan profesionalmente”